sábado, 8 de noviembre de 2014

El Hijo De Mi Jefe por Dominio88



Esto le ocurrió a una joven chica llamada Pamela, ella tendrá unos veinticinco años de edad, se había casado hacia algún tiempo, quizás unos tres años, una chica común y corriente, salvo por su belleza, era de piel Pamela, cara bonita, cabello lacio que llegaba hasta la mitad de su delicada espalda y cuerpo bien formado, tenía unas tetas grandes y bien paradas, una cintura pequeña, unas caderas pronunciadas que eran seguidas por unas hermosas y carnosas piernas, solo eran opacadas por su buena repingona Cola que formaban un enorme corazón en la retaguardia de la chica. No cabía duda la chica tenía una belleza llamativa que no pasaba desapercibida para sus amigos, vecinos y conocidos, estaba extremadamente buena, no era raro que cuando iba sola por la calle la chica oyera alguna vulgaridad como: -¡Seguro que los que se hacen pajas pensando en ti, mueren de sobredosis!. -¡Pamela!, ¡Qué necesitas señalización!, ¡Qué con tantas curvas, uno se mata!. Eso ya era común para ella que hacia oídos sordos a la persona que le faltara al respeto, ella sabía que la miraban desnudándola con la vista, seguramente muchos de ellos pensando en que placentero seria meterle la verga, imaginando que la chica chupara sus penes erectos, abrirle las piernas y penetrarla por la concha clavándosela, pero todo eso no le importaba a la chica, no le interesaba que miraran y seguramente imaginaran, aunque no dejaba de incomodarle. Mientras tanto Jesús, su esposo un hombre unos pocos años mayor a ella, se sentía el hombre más afortunado del mundo, pues a pesar de no tener dinero y ser un simple trabajador estaba casado con tan hermosa y suculenta hembra. El esposo de la chica trabajaba como albañil y recientemente había sacado un crédito bancario para comprar una modesta casa que pagaría con mucho esfuerzo, pero desafortunadamente para su esposa, el muchacho tuvo un accidente al regresar del trabajo y quedo en coma, al trabajar por su cuenta el joven no tenía ninguna clase de seguro médico, por lo cual todos los gastos de hospitalización correrían por parte de su familia, en este caso, de su esposa. La muchacha repentinamente se vio sola, pues no tenía familia y su esposo estaba en el hospital, las cuentas del hospital rápidamente empezaron a llegar y no había forma de pagarlas pues el que traía el dinero a casa era su marido y por más que tenían dinero guardado este rápidamente fue consumido por las cuentas, la chica inmediatamente pensó en una forma de ganar dinero, pero desafortunadamente tendría que sacrificar el estar al pendiente de su esposo el cual yacía en el hospital, y más para su pesar de la chica, los trabajos que lograba encontrar no solventaba todas las cuentas, de hecho al no tener grandes estudios tenía dificultades para encontrar trabajo, afortunadamente vio en el periódico un anuncio de asistente en oficina que ofrecía buenos ingresos, seguramente algo así como secretaria de alguien, pensó. La joven mujer decidida fue a una entrevista de trabajo y para tratar de resaltarse entre las demás aspirantes decidió vestirse de manera provocativa, así que va a su armario y de ahí saca un vestido blanco sin espaldar, de minifalda con un gran escote y que se amarraba por atrás del cuello además de que se pondría unos tacones de punta de aguja blancos y muy altos, ella sabía que se veía muy provocadora, tal vez hasta impúdica, pero haría todo para quedarse con aquel trabajo, no era opción, el salario que habían publicado era bueno y no pedían muchos requisitos así que tenía que ser suyo el puesto. Vestida de esa forma la mujer salió de su casa para dirigirse a la dirección donde era la entrevista, así que tomo el transporte público, no podía dejar de sentir las miradas obscenas de todos los hombres que la veían pasar, y mientras se dirigía al autobús escuchaba cualquier clase de tonterías, algunos se tocaban el paquete que se les formaba al verla pasar, pero ella seguía su camino sin hacer caso. Por todo el camino siguió escuchando chiflidos, majaderías e inclusive cuando paso enfrente de una construcción por una calle solitaria, desde la acera de enfrente uno de los obreros saco su pene erecto y la llamo para que volteara a verle, gritándole: -!!!Hey Puta¡¡¡ mira como me has puesto, ¿acaso no se te antoja?. Y ella ruborizada y atemorizada porque la siguieran e intentaran hacerle algo, siguió su camino tratando de llegar lo más pronto posible a su destino. Ya en la oficina donde serían las entrevistas y un poco más tranquila, se sentó en la sala de espera hasta que le llamara por la persona que iba a entrevistarla, mientras que las demás aspirantes al puesto que ella pretendía la miraban y cuchichiaban entre ellas. Ella solo alcanzo a escuchar como una decía: -Seguro esta puta ofrecerá la cola para quedarse con el trabajo la muy zorra. Pamela solo pensaba en lo bajo que había caído, iba a intentar coquetearle a un desconocido para obtener un empleo, pero no tenía otra opción, su esposo estaba en el hospital y las cuentas tenían que pagarse así que decidida a conseguir ese trabajo se quedó sentada hasta que escucho su nombre y se dirigió a la oficina, al entrar vio a un hombre algo mayor, tendría unos 65 años era moreno, muy moreno, el poco cabello que le quedaba a los costados de la cabeza ya era blanco, estaba obviamente pasado de peso, tenía desalineada la barba, respiraba por la boca y estaba sudando a pesar de que la habitación estaba climatizada, obviamente por su obesidad, eso estaba pensando Pamela, hasta que esté hombre la miro, aquel viejo la estaba viendo fijamente e inmediatamente le pidió a la chica que se sentara. Pamela obedeció percatándose de como aquel hombre no le quitaba la vista de encima, seguramente morboseando la figura de la chica, que solo sentía como aquel hombre la miraba de arriba hacia abajo haciendo una larga pausa en sus piernas. La entrevista fue breve, preguntas de rutina, hablaron de su experiencia laboral y cosas propias de una entrevista de trabajo, al final despidiéndose con un apretón de manos y el clásico “gracias por venir, nosotros nos comunicaremos con usted”. Pamela pensó que de nada había servido aquel viaje tan vergonzoso que había hecho, pero ahora tendría que regresar a casa y una vez más tendría que pasar penurias, seguramente por aquellos hombres mal educados que se toparía en el camino y le dirían vulgaridades, así que resignada siguió su marcha a casa, triste y pensativa en su situación, la chica tomo el autobús de vuelta a su hogar y no pudo dejar de percatarse en como el chofer de aquel Micro no le quitaba la mirada de encima mientras ella subía los escalones, muy probablemente para intentar verle la tanguita cada vez que ella levantaba las piernas pues la falda de su vestido era minúscula, pero la muchacha tenía otras cosas en que pensar y no le dio importancia así que inmersa en sus pensamientos llego a su hogar, inmediatamente entrando a su casa y solo después de cerrar la puerta se quitó toda la ropa y se metió al baño para darse una larga y refrescante ducha , al salir no tenía apetito así que se tumbó en la cama sin cenar y solo para dormir de una buena vez pues esa noche no había podido ir a ver a su esposo. A la mañana siguiente la chica estaba profundamente dormida, solo el ruido de su teléfono sonando la despertó, así que se apresuró a contestar seguramente serán noticias de mi marido pensó, pero no era así, la mujer no lo podía creerlo, era del trabajo que había ido a solicitar el día anterior, le habían dicho que se presentara a ser capacitada en la tarde, la chica entusiasmada y alegre, pues sería un gran alivio a su situación económica, obedeció las instrucciones que le habían dado, así que ahora ataviada con ropa provocadora pero mucho menos llamativa que el día anterior, pues ahora iba vestida con unos jeans azules que le sellaban todo el corazón que formaba su culo, unos tacones negros altos y una blusa de tirantes negra ceñida al cuerpo que resaltaba sus enormes y bien paradas tetas, se dirigió al que sería su lugar de trabajo. Al llegar a las oficinas que estaban en el piso más alto de un edificio, fue recibida por la secretaria que la capacitaría y de la cual ocuparía el lugar, era una mujer ya mayor que se jubilaría prontamente y al verse con Pamela la señora se quedó sorprendida pues su jefe no acostumbraba contratar chicas jóvenes, pero ya entrando en platica Pamela le explico su situación y al parecer la capacitadora entendió un poco el porqué de su contratación, la mujer no estaría mucho tiempo enseñándole a Pamela. Prontamente dejaría la empresa para disfrutar su jubilación, era tan poco el tiempo que le estaría enseñando que, Pamela solo tenía una semana para aprender todo, así que más pronto que temprano la chica se puso a disposición de su instructora y mostrando que era eficiente se ganó la confianza de esta, a los dos días que había empezado a ser capacitada le toco a Pamela llevarle algunos papeles a su jefe, la sorpresa fue grande cuando vio que el hombre que era su jefe, era el mismo que la había entrevistado, aquel tipo moreno ya mayor que le había causado tanta incomodidad en la entrevista, la chica le sonrió por compromiso más que por otra cosa y dejándole los papeles en el escritorio se marchó de la oficina, pero no sin dejar de sentir ni un solo segundo como aquel tipo le clavaba la mirada en la cola cuando le dio la espalda. Al salir de esa oficina le pregunto a la mujer que le estaba enseñando ¿cómo se llamaba su jefe?. La mujer contesto, se llama Armando, Don Armando, así te dirigirás a él, le dijo. Los días continuaron y ya casi para el final de la semana, era viernes, Pamela estaba muy cansada pues al salir del trabajo solo iba a su casa para bañarse, comer y dirigirse al hospital, por lo tanto dormía poco, se veía muy agotada así que solo miro, como un muchacho, muy pasado de peso, con grandes granos en la cara, lentes y extremadamente moreno y más bajo que ella que, no era muy alta, se dirigía hacia ella preguntándole: -¿Está mi papa en su oficina?. Pamela le llamo por interfono a Don Armando y le pregunto si podía dejar pasar al que aparentemente era su hijo, Don Armando le respondió que sí, así que lo dejo pasar, al poco rato Don Armando mando a llamar a Pamela, está asustada pues pensaba que había hecho algo mal, se dirigió a la oficina de su jefe y ya adentro Don Armando le hablo diciéndole: -Pamela este es mi hijo Yair, te lo presento porque como trabajaras aquí, lo veras constantemente así que trataras a menudo con él. La chica sin moverse de su lugar se hizo hacia adelante inclinándose un poco y estirando su brazo para darle la mano al muchacho, pero dejando ver por encima de su escote su bien formado par de tetas, lo cual no paso desapercibido para el muchacho que rápidamente clavo su vista en los enormes pechos de la mujer, la cual se percató de como aquel joven la miraba lujuriosamente, Pamela pensó “no cabe duda es igual de morboso que el padre”, pero no paso a más y rápidamente fue mandada nuevamente a su puesto de trabajo haciendo que se retire de la oficina dejando a aquel par de lujuriosos padre e hijo. Ya era viernes y ultimo día en el que Pamela compartiría labores con Mari que era la mujer mayor que le había enseñado todo lo del trabajo, desde cómo hacerle el café que le gusta a Don Armando hasta, como manejar a los insistentes que querían una entrevista con él, en esa semana Pamela había aprendido muchas cosas de su nuevo jefe, desde que había enviudado hacia un año y que Yair era el hijo único de Don Armando, pero estaba extremadamente cansada, pues toda la semana había estado de su trabajo a su casa y de ahí al hospital, así que ese fin de semana se dedicaría exclusivamente a estar con su esposo y así lo hizo. Al lunes siguiente estando ahora sola trabajando con Don Armando todo transcurrió sin novedad hasta la noche en que Pamela regreso a casa, para su sorpresa al entrar se topó con un sobre rojo en su buzón, era un sobre del banco donde su esposo había sacado el crédito para la casa, ahora recordaba que su esposo con tal de ahorrarse algunos pesos había denegado al seguro que le habían ofrecido en el crédito, así que ahora el banco estaba exigiendo el pago de la casa o cuando menos un abono, dinero que Pamela no tenía, la chica muy preocupada fue a recostarse pues era tarde, y a esa hora poco y nada podía hacer, al día siguiente la chica decidía y llena de temor pues tenía poco tiempo en la empresa se dirigió a la oficina de Don Armando y completamente temerosa le pidió hablar con él, respecto a lo que estaba atravesando, el viejo escucho como Pamela le explicaba su situación y que necesitaba urgentemente un préstamo para pagar algo al banco y quitárselos de encima un tiempo, además que tenía a su esposo hospitalizado, la muchacha estaba desecha, y aquel hombre solo escuchaba como ella entre sollozos le pedía un préstamo así que con voz fría y firme Don Armando le dijo: -Niña estas empezando en este trabajo, pero en esta empresa no se dan prestamos… Hubo un silencio largo mientras Pamela agachaba la cabeza, pero pronto aquel momento incomodo fue interrumpido por las palabras de Don Armando. -Sin embargo abría una forma, claro si tu aceptas. Pamela entusiasmada reacciono diciendo -Claro, hare lo que sea. La chica había contestado tan rápido que no se percató de que al decir “lo que sea” dejaba abierto a interpretación pero eso era lo de menos para Don Armando que ya tenía todo planeado así que le dijo a la chica: -Mira tú eres una mujer joven y hermosa, mi hijo es un adolecente, por su aspecto sé que es difícil que las chicas lo sigan pero al menos he notado que tú le has gustado bastante, así que lo que quiero es que mi hijo debute contigo. La chica se quedó helada, por la propuesta tan repugnante que le estaban haciendo por sorpresa y llena de rabia pensando para sí misma “que ha creído este viejo que soy”. Así que rápidamente se puso de pie miro con rabia a Don Armando y le dijo que eso no era posible pues ella era casada y no estaba dispuesta, al escuchar esto aquel viejo le contesto. -No te preocupes niña, puedes desocupar el escritorio y retirarte pues no eres requerida más aquí, si cambias de parecer sabes dónde encontrarme. La chica enfurecida salió de la oficina tomo su bolso y se dirigió a su casa, pero al llegar ahí encontró otro sobre, ahora era rojo y venía con una orden de desalojo, el banco estaba exigiendo la liquidación total de la casa o que la desalojara a más tardar en tres días o tomarían medidas legales, la chica estaba entre la espada y la pared así que tomo nuevamente su bolso y llorando se fue al hospital donde al costado de la cama de su esposo meditaba en que es lo que haría, entre lágrimas tomo una decisión así que a la mañana siguiente vestida con la misma ropa del día anterior y Claramente desvelada se dirigió a la oficina de Don Armando y viendo que su puesto ya había sido ocupado por otra persona pidió verse con su “ex-jefe” el cual al escuchar que se trataba de Pamela rápidamente la dejo pasar. Ya en la oficina del hombre, la chica que no podía ni verle a los ojos le dijo: -¿Que pasara si acepto su propuesta? ¿Pagara todas mis deudas?. El hombre le miro a la muchacha que estaba sentada enfrente de él y frívolamente le contesto: -Depende, de ¿qué tan bien te portes?, de ¿cuánto es lo que pides? y de ¿cuánto tiempo me intereses?. La chica se sentía humillada por la forma en la que se expresaba aquel viejo, como ¿Qué? “¿cuánto tiempo me intereses?” acaso era un artículo que pasaría de moda, pensaba la chica, pero no estaba en condiciones de replicar y mientras ella pensaba eso, aquel viejo le hablo diciéndole: -¿Cuánto dinero es el que necesitas? Chiquilla. Pamela temblorosa porque era una fuerte cantidad de dinero solo saco de su bolso el sobre que le había llegado del banco y extendiendo la mano hacia Don Armando lo puso en su escritorio, el viejo tomo el sobre lo abrió y leyó lo que había escrito en el papel, miro a la chica por encima de sus lentes y le dijo: -dos cientos mil pesos, ¿es eso lo que requieres?, ¿sabes que por ese precio le puedo conseguirle a una vedet a mi hijo?. Pamela agacho la cabeza, apretó su bulto y mientras sacaba fuerzas de flaqueza para no llorar escucho cuando el viejo le dijo: -Bueno, pero desafortunadamente tú le has gustado al muchacho, hagamos esto, te daré el dinero y tú me firmaras estas letras, y cada fin de semana que estés con él te devolveré una. La chica solo veía como aquel viejo sacaba de su cajón fajos y fajos de billetes, al final se los amontono a la orilla del escritorio y le dio a firmar las letras, Pamela temblorosamente tomo la pluma y firmo uno por uno cada papel, en total eran 5 letras, no cabía duda inclusive así le estaban pagando muy buen dinero por entregarse a aquel muchacho, Don Armando siendo un hombre de negocios y teniendo a su disposición los medios y contactos sabía que la chica no tenía escapatoria al haber firmado esas letras, ella tendría que cumplir con su parte del trato o él le quitaría todo, así que ahora le dijo a la chica: -El fin de semana mi hijo no tendrá clases y como es muy poco popular se la pasara él solo en la casa que tenemos en la playa, toma este dinero “le arrojo una fajo de billetes” cómprate algo de ropa, lencería, bikinis, ropa interior sexy y prendas muy provocadoras, quiero que mi hijo se la pase espectacular, y por sobre todo será sorpresa, el jueves por la noche te llamare y abra un auto esperándote para llevarte a la casa, mi hijo llegara el viernes al medio día, quiero que hagas todo lo que él te pida. La chica solo acertó a decir -Sí, señor. Tomo sus cosas y se fue, se dirigió directo al banco, ya estando ahí realizo el pago de su casa, al salir de ahí la chica estaba más aliviada y como todos los días que podía, se fue directo al hospital donde se encontraba su esposo, estando ahí como todas las tardes se sentó al costado de la cama, mientras por su cabeza solo giraban pensamientos de que es lo que había hecho y ya entrada la noche se marchó a su casa para ahora sí, descansar una noche en paz. A la mañana siguiente al despertar le vinieron a la mente las palabras que le había dicho aquel viejo y ya habiendo recibido instrucciones hizo lo que le habían ordenado, se marchó a las tiendas de lencería y ropa, ahí la chica desganada, pues sabia en que situación usaría esas prendas que compraba escogió los vestidos, shorts y lencería más reveladora que encontraba justo como le había ordenado Don Armando. En la tarde de ese mismo día recibió una llamada telefónica, era aquel viejo, le daría más instrucciones, le había dicho que cuando se encontrara a solas en la casa de playa se diera duchas vaginales y se hiciera enemas anales cuando se bañara, Pamela entre ingenuidad y desconcierto no se imaginaba para que quería que hiciera esas cosas así que sin objetar acepto. Ya en la noche y habiendo hecho su equipaje la chica recibió otra llamada, era otra vez Don Armando que le había mandado a alguien para que la llevara hasta la casa donde ella se encontraría con Yair, la chica abordo el auto y fue llevada hasta la casa de veraneo de Don Armando, era una casa grande y en una zona turística exclusiva, tenía pisos, 6 habitaciones, 4 baños, alberca y estaba completamente amueblada, no cavia duda aquel viejo estaba podrido en dinero, la chica se instaló en una habitación dejo sus cosas y se dispuso a descansar. A la mañana siguiente nuevamente recibió una llamada de Don Armando, le dijo: -Quiero que te prepares al medio día llegara mi hijo, estate lista para lo que él disponga. Ella sabía que lo inevitable llegaría y pensó para sí misma “Al mal paso darle prisa” se armó de valor y se vistió con un diminuto bikini de dos piezas color amarillo, aquella vestimenta era tan pequeña que era muy notorio cuando se le erizaban los pezones y la tanga se le metía bien metida entre sus prominentes nalgas, no cabía duda, aquel bikini dejaba muy poco a la imaginación, vestida con tan solo eso se tumbó boca abajo a tomar el sol a la orilla de la piscina. En tanto, al llegar Yair a la casa y entrar a la misma se encontró con un sobre pegado en la puerta, al tomarlo y abrirlo leyó como en la nota decía: -“Adentro te tengo una sorpresa, esperó la disfrutes, puedes hacerle lo que te plazca, Ella está a tu completa y total disposición”. Yair se quedó extrañado, -“¿ella? A que se referirá mi papá” pensó el regordete adolecente, y mientras entraba y dejaba sus maletas en la sala, se encamina a donde se encontraba la puerta que daba hacía la piscina, solo para encontrarse con la chica acostada encima de una toalla en el piso y la exuberante Cola con la tanga del bikini bien enterrada en medio de esta al sol, rápidamente comprendió lo que su padre había querido decirle, lleno de ganas por tocarla, le hablo titubeante a la chica diciéndole: -¿Pamela eres tú?. La chica solo voltio a ver al muchacho y quedo petrificada, mientras Yair no perdía de vista del culo de Pamela, inmediatamente el chico se sentó a un lado de la hembra y le puso una mano en una de sus nalgas, mientras le decía: -Harás todo lo que te pida ¿no?. La chica sin decir nada solo asintió con la cabeza, dándole a entender que así era, con la respuesta afirmativa Yair sin perder tiempo metió su mano entre las piernas de la chica, y torpemente dirigió sus dedos debajo del bikini para sentir lo cerrado que estaban los labios vaginales de la hembra, la cual solo apretaba fuertemente los ojos cerrándolos tratando de escapar a su realidad, mientras Yair le rosaba su raja con un dedo, pero era imposible escapar a lo que sucedía. Yair ahora sabedor de que tenía la situación en sus manos, le ordeno a la chica que se pusiera de pie y se parara enfrente de donde él estaba sentado, Pamela lo hizo sumisamente, sabía que el padre de ese repugnante muchachito no tendría piedad de ella si este se quejaba o no quedaba completamente complacido. La chica espero instrucciones solo para escuchar como Yair le ordenaba con voz recia: -Quítate El Bikini, Quiero Verte Las Tetas, Quiero Verte La Concha, Quiero Verte El Culo, Quiero Verte Toda. Pamela se quedó helada, pero sabía que no tenía otra opción más que obedecer, así que resignándose a su futuro saciando los deseos de ese regordete chico, hizo lo que le habían ordenado y lentamente empezó a quitarse la parte de arriba del bikini dejando al descubierto sus grandes tetas, que a pesar del tamaño estaban paradas y firmes con redondas y amplias aureolas con pezones bien definidos de color rosados, la chica solo miro como en la entrepierna de chiquillo se empezaba a formar un gran bulto, pero rápidamente Yair le dio una nueva orden: -Ahora, quiero que te quites la tanga, quiero verte la concha y saber si esta tan cerrada a como se sentía cuando te metí el dedo. La chica abochornada por el comentario tomo por cada uno de los costados la parte inferior del bikini e inclinándose, la llevo hacia abajo dejando al descubierto su sexo y quedando completamente desnuda, solo con unos tacones blancos que Don Armando le había ordenado llevar siempre puestos, al incorporarse dejo ver como su concha no estaba completamente depilada, pero si con el vello púbico Claramente delineado en forma de un pequeño triangulo que apuntaba con el lado más estrecho justo a donde se separaban sus labios, Pamela levanto la mirada solo para ver que Yair ya tenía el miembro de fuera de la bermuda. La chica solo miraba como aquel muchacho acariciaba el pene que se cargaba y que empezaba a escurrir fluidos por la excitación que tenía, en tanto ella pensaba “como puede ser que alguien como él tenga semejante verga tan grande y tan gorda” pues para un chico de esas características, gordo, petiso, negro y feo, se cargaba un buen paquete, la chica lo observaba y veía con asombro que aun cuando Yair sostenía con sus dos manos aquel pene gordo, sobresalía la cabeza Claramente hinchada. El muchacho vio que Pamela le miraba, así que le dijo: -¿Te gusta lo que ves?, pues ven aquí, arrodíllate y demuéstrale tu cariño con unos buenos besos. Pamela temblando al oír lo que el mocoso le había pedido, tomo valor y lentamente camino hacia donde estaba el sentado, arrodillándose mientras Yair abría sus piernas y alejaba las manos de su pene para dejarle el camino libre a la hembra, la chica se quedó ahí quieta hasta que aquel gordo le decía: -Ahora que lo vez más de cerca, ¡dale algo de amor!. Pamela miraba aquel miembro mientras lo tomaba entre sus delicadas manos, era mucho más grueso que el de su esposo, el único hombre con el que había estado hasta entonces, acercándose a aquel falo veía como el glande estaba extremadamente hinchado y parecía iba a estallarle en la cara, con inexperiencia la chica abrió la boca para meterse aquella verga y empezar a chuparla, mientras los labios de Pamela cubrían aquel pene, el muchacho no cabía en sí de felicidad, solo sentía como la chica empezaba a lamerle el nabo teniéndolo tragado, era tanta la excitación que tenía que tomo a la chica por el cabello y la empujo hacia abajo clavándole toda su poronga en la boca, mientras esta forcejaba como podía, pues sentía que le llegaba muy al fondo y le impedía respirar, durante algunos minutos Yair tubo en esa situación a Pamela la cual dejaba salir lágrimas de los ojos, por la forma en la que le Cogían la boca y por lo humillante que le resultaba esa situación. Yair al ser inexperto en el ámbito sexual, no tuvo mucho aguante lo que ocasiono que al poco rato, “que a la chica le pareció una eternidad” termino derramando todo su Semen en el interior de la boca de la hembra, a la cual soltó después de haber tenido su primera Eyaculación derivada de una buena mamada. Pamela se arrastró a gatas a un lado mientras tocia y escupía el poco semen que no se había tragado, mientras ella chillaba ahí tirada en el suelo, Yair se recuperaba de su venida, y miraba a la chica ahí tirada a sus pies completamente desnuda, lo cual hizo que el muchacho se empalmara nuevamente y mirando a su alrededor vio por las puertas de cristal un sofá enorme, lo cual le dio una idea, poniéndose de pie sujeto de un brazo a la chica y prácticamente arrastrándola hasta adentro de la casa mientras ella seguía gimoteando, la arrojándola al sofá dejándole boca arriba y le dijo: -Ahora abre las piernas que quiero romperte la concha. La chica replico -No, por favor, ya no, te lo ruego. Pero Yair estaba decidido a poseerla, así que tomándola de los tobillos le obligo a abrir bien las piernas, Pamela a pesar de no querer, estaba consciente de la situación, solo por eso se quedó en la posición en la que la habían puesto pero sin dejar de llorar, mientras tanto Yair acariciaba con una mano la entrepierna de la chica y con la otra sostenía su miembro erecto apuntándolo a la entrada de la vagina y acercándose poco a poco hasta que empezó a presionar contra ella con su glande, Pamela le hablo nuevamente, suplicándole: -No por favor, no lo hagas, pero si lo haces, por favor usa condón, no quiero quedar embarazada. Pero Yair hizo caso omiso a las suplicas y presiono con más fuerza logrando su cometido y metiendo su poronga en la vagina de la chica, la cual al sentir como esa enorme verga invadía su Vagina sin ser lubricada antes, dejo salir un grito: -Aaaahhhhhhhhhhhhhhh! Aaaahhhhhhhhhhhhhhh! Ahhhhhhhhhhhhhhh! Ahhhhhhhhhhhhhhh! Ahhhhhhhhhhhhhhh! Aaaayyyyyyyyyyyyy! Aaaayyyyyyyyyyyyy! Aaaayyyyyyyyyyyyy! Aaaayyyyyyyyyyyyy!. Y justo en ese momento mientras la chica trataba de separar con las manos al macho que la tenía clavada, Yair se aferró a las caderas de la chica para tener más apoyo al embestirla y así lograr clavarle el nabo lo más profundo posible, Pamela le empujaba en el pecho al muchacho y movía las piernas pero, solo sentía como aquella verga gorda entraba y salía de ella, mientras sentía la enorme pansa del muchacho chocando con su exquisito vientre plano, ella solo gritaba de dolor y humillación a cada embestida que le daban. De repente la chica solo sintió como el muchacho se dejaba caer encima de ella y veía horrorizada como este trataba de alcanzar sus pechos y más específicamente sus pezones con la boca, Pamela solo chillaba y por sus mejillas caían sendas lágrimas, mientras Yair al fin había logrado su objetivo y ahora lamia, chupaba, mordisqueaba y succionaba con fuerza los erizados pezones de la hembra que en ningún momento mientras se la estaban cogiendo había dejado de llorar. Yair sin sacarle la verga, metió las manos debajo de la chica la agarro de las nalgas apretándolas fuertemente la cargo y se giró para ahora él sentarse en el sofá mientras la chica se arrodillaba en el mismo sin dejar de estar clavada, Pamela solo sentía como los inquietos dedos del regordete muchacho hurgaban en sus cachetes tratando de encontrar su ano, por lo cual la chica suplico nuevamente: -¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! ¡¡¡¡Ya basta, te lo ruego, por favor ¡¡¡Para!!! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh!. Pero nuevamente Yair la ignoro y apretándola contra él sujetado de las nalgas de la chica, le clavo en las entrañas lo más profundo que pudo su verga, provocando que de la hembra nuevamente se desprendieran gritos de dolor -¡Uyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy! Diooos Es Enormeeee y Muuuy Gordaaaa ¡Ayyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy!, fue solo hasta que Yair se detuvo que le dijo a Pamela: -Quiero que ahora tú me saques la Leche, cabalga puta y haz que esa conchita tuya se tome toda mi leche. El muchacho ya sabía que aunque ella suplicara de nada le iba a servir, por eso Pamela se resignó, puso sus manos encima de los hombros de Yair y apoyando sus rodillas en el sofá ahora ella era la que con el movimiento de sus torneadas caderas subía y bajaba de la gruesa verga del muchacho, mientras ella hacia esto Yair no había soltado las nalgas de la chica seguía sobándolas de forma feroz pero torpe. Sin percatarse Pamela empezó a dejar salir pequeños gemidos -¡Uhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! Diooos ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh!, y su vagina ahora estaba rebosantes de jugos, no cavia duda su cuerpo la estaba traicionando, inconscientemente le había empezado a gustar el sentirse tan llena de esa gorda y venosa verga y mientras ella seguía en su idilio subiendo y bajando de aquel pene, fue interrumpida bruscamente pues Yair le agarro fuertemente las nalgas y la inmovilizo apretándola contra él, metiéndole hasta el fondo su nabo, la chica rápidamente se dio cuenta de lo que sucedía “el chico Acabaría adentro de ella”, pero era inevitable, pues justo en ese momento sintió como su interior se llenaba de la leche caliente de ese según ella “chiquillo”. La chica solo sentía como cada vez estaba más llena de la Leche de Yair, así que pasando por encima de él una de sus piernas se puso de pie, zafándose al fin de ese pene que la había llenado, mientras el muchacho se encontraba en el sofá, prácticamente ido, sin pantalones y con la verga ya algo flácida después de haber Acabado adentro de la chica, la cual mientras caminaba hacia el baño para asearse un poco sentía como por sus muslos escurrían hilos de esperma y como de su vagina salían borbotones de leche de aquel muchacho. Al salir del baño, Pamela miro hacia el sofá y ya no vio a Yair ahí, miro hacía la ventana y pudo ver que ya era de noche, habían estado cogiendo un largo rato, así que pensando que todo había terminado por ese día la chica se dispuso a ir a su habitación, pero de la cocina la voz de Yair le hablo diciéndole: -Báñate, y quiero que te pongas solo una blusa pequeña sin nada más que tus tacones, te espero en mi habitación, quiero que me despiertes con una rica mamada en la madrugada y no quiero volver a ver que llores, sé que lo disfrutas igual o más que yo. Pamela bajo la cabeza y se fue a su cuarto el cual contaba con baño, ahí se dio una ducha mientras lloraba en silencio y pensaba en lo bajo que había caído “ser la puta de un chiquillo” sin embargo de nada le servía llorar, termino de bañarse y espero pacientemente hasta que fueron cerca de la 1:00 am, no había podido conciliar el sueño, la sola idea de “que se le ocurriría a Yair ahora” no se lo permitió, cuando miro el reloj se dispuso a seguir ordenes, busco entre sus ropas y encontró una pequeña blusa morada que tenía como espaldar adornos de encaje calados permitiendo verle toda su torneada espalada, era de tirantes y con un pronunciado escote, además de que con la temperatura de la madrugada sus pezones estaban erizados lo cual se le notaba a leguas, ataviada con solo esa blusa y sus tacones, la chica cruzo la casa hasta llegar a la habitación de Yair, la cual era la única que tenía encendida la luz, al entrar pudo ver que la luz que veía provenía del televisor encendido y que Yair estaba en la cama acostado, profundamente dormido, sin pantalones y con la pija al aire. Pamela se acercó a la orilla de la cama, miro al chico ahí tumbado y mientras se detenía a contemplar esa regordeta verga, inconscientemente empezó a mojarse, la chica puso una rodilla encima de la cama y acercándose cuidadosamente para no despertar al macho, tomo con suavidad la poronga en una mano, mientras que con la otra empezaba a sobarle los testículos, cuando hizo esto la chica, aquel pene reacciono inmediatamente empezando a ponerse firme y justo en ese momento Pamela sin que nadie le dijese nada se abalanzo sobre aquella verga y empezó a chuparla mientras no dejaba de masajear los huevos del chico y con la otra mano apretaba la base del pene que no había logrado cubrir con su boca, de Yair se desprendían gemidos de placer pero permanecía dormido, y la chica seguía prendida a esa verga, cual niño a una paleta. Repentinamente Pamela reacciono y se dio cuenta de que había empezado a agárrele el gusto a eso de chuparle la verga a Yair, justo cuando reacciono y quiso detenerse, sintió como una mano la sujetaba del cabello y le hacía tragarse hasta el fondo aquel pene que tenía en la boca, la brusquedad con la que le enterraban la verga en la garganta empezaba a causarle arcadas hasta que sintió que aflojaban un poco, rápidamente pensó “No, otra vez se vendrá en mi boca, no quiero volver a tragarme su asquerosa Leche”. Pero nada más alejado de la verdad, Yair le había soltado del cabello y cuando ella lo miro pudo ver como este tenía una sonrisa de oreja a oreja, la chica no sabía que era lo que seguía pues Yair aún tenía la verga bien erecta y apuntando al cielo, pero este solo le ordeno que se trepara a la cama y se pusiera de pie en esta, la chica obedeció aunque el estar de pie ahí le causaba problemas por los tacones que traía puesto, así que con algo de dificultad y mucho esfuerzo logro quedarse de pie en la cama, mientras Yair estaba de rodillas en la misma y estando de frente con ella empezaba a jugarle las nalgas y a chuparle torpemente la concha, solo para girar alrededor de la hembra y besarle cada centímetro de sus caderas, hasta llegar a sus pronunciadas nalgas las cuales también beso y que en dado momento separo con las manos dejando al descubierto el pequeño ano de la chica, la cual solo dejo escapar de entre sus labios un pequeño y casi insonoro -¡Uhhhh! “No”, mientras Yair enterraba su cara entre los cachetes de la chica y con la lengua empezaba a chuparle el pequeño agujero, Pamela hasta ese momento pensó que sabía el porqué de la orden que le dio Don Armando de hacerse enemas anales. Yair ya estaba a cien así que no aguanto más e intentando ponerse de pie tomando a Pamela por las caderas y la derribo dejándola en cuatro encima de la cama, la chica pensaba que Yair nuevamente la iba a Coger y no estaba tan lejos de la verdad, pero fue solo hasta que sintió como el muchacho empezaba a presionar con la cabeza de la verga en la entrada de su ano que se dio cuenta de sus intenciones, estaba intentando Cogerla analmente, Pamela rápidamente trato de arrebatarse haciéndose hacia adelante y alejando su precioso culito de aquella verga que intentaba encajarse en ella, mientras gritaba horrorizada. -No, por ahí no, eso no, me dolerá, nunca me lo han hecho por ahí. Soy Virgen Por Atrás. Esas palabras prendieron más al chico, que la tenía sujetado con un brazo por la cadera y con su otra mano estaba guiando su pene al virginal culo de la chica, la cual no paraba de chillar y de pedir piedad, pero Yair no iba a echar marcha atrás y menos cuando había escuchado que tenía la oportunidad cogerse el culito virgen de la que era sin duda la mujer que más le había gustado hasta ese entonces, así que tomándola con más fuerza empujo su pene a la entrada del ano, por su inexperiencia lo intento varias veces sin lograr su cometido, hasta que con la fortuna de un principiante en una de sus embestidas logro enterrar el glande en el ano de la chica, provocando que de esta se desprendiera un fuete grito de dolor -¡Uyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! Diooos Noooo ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy!, mientras sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas las cuales empezaban a escurrir por sus mejillas. Yair ya teniendo la cabeza de su pene enterrada en el culo de la hembra, empujo fuerte haciendo que un pedazo más de su verga entrara en el culo de la chica y provocando que esta soltara otro grito desgarrador -¡Uyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! Diooos Mioooo Noooo Pooor Favooor Noooo Maaas Noooo ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy!, mientras apretaba con todas sus fuerzas las sabanas de la cama, el chico nuevamente empujo ahora con todas sus fuerzas logrando que ahora si todo su miembro entrara en el ahora estrenado ano de la chica y causando que está ahora para aguantar el dolor mordiera las sabanas, pero dejando salir aun así un gemido de dolor -¡Uhhhhhh! ¡Ohhhhhhh! ¡Ohhhhhhh! ¡Ohhhhhhh! ¡Ahhhhhhh! ¡Ahhhhhhh! ¡Ahhhhhhh!, mientras Yair se inclinaba encima de la espalda de la chica, dirigía la mano que antes había guiado su verga hacía debajo de la blusa que traía puesto la chica para poder alcanzar uno de los senos, mientras le decía al oído. -Que rico aprietas con el culo, tendré que darte por atrás más constantemente, no como tu marido. Pamela tenia mordido las sabanas así que no le contesto nada, pero sus ojos se llenaron aún más de lágrimas al escuchar esas palabras y recordar a su esposo en coma, pero nuevamente sus pensamientos fueron interrumpidos por el dolor, pues Yair había empezado a bombearle el culo, lo cual le causaba un gran ardor en sus paredes anales, y mientras él seguía embistiendo se escuchaba como gemía y por momentos le decía improperios, la chica no aguanta más y dejando de morder las sabanas grito nuevamente: -¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! Para, Me Duele, No, Por Favor Para, Me Haces Daño ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy!. Pero Yair nunca le hizo caso y siguió con su faena Cogiendo a la voluptuosa Pamela, hasta esta sintió como su adolorido ano era bañado por la el semen de aquel desgraciado, pero grande fue su sorpresa pues aun sintiendo que este acababa de correrse adentro de su culito, el chico seguía con la verga firme y caliente, así que siguió embistiendo a la hembra y esta seguía gritando pues le dolía horriblemente la forma en la que estaba siendo penetrada hasta que de repente Yair se dio cuenta que la chica había dejado de gritar. A la mañana siguiente Pamela recobro la conciencia, con el culo destrozado y chorreando leche, trato de ponerse de pie pero el dolor hacia qué le temblaran las piernas, miro la ventana y se percató que ya era de día, unas horas después, el sonido del teléfono en la mesita de noche rompió el silencio existente, ella contesto, era Don Armando, este le dijo: -Niña, lo has hecho bien, mi hijo está más que feliz, tanto que ha aceptado la invitación que le ha hecho su tía y te ha dejado para que descanses, mañana a medio día pasara mi chofer por ti, él te dará un sobre, adentro esta la primera letra que me firmaste, ahora descansa que pronto serás requerida nuevamente. Después de esas palabras, Don Armando corto la llamada, Pamela se tiro en la cama a llorar todo el resto del día hasta quedarse profundamente dormida, al día siguiente se despertó muy temprano se dio un baño que tardo un buen rato y al salir se puso la ropa más holgadas que tenía, hizo sus maletas y espero a que llegara el chofer que le había mandado Don Armando, al subir al auto el sujeto le dio un sobre, efectivamente ahí estaba uno de los pagarés que había firmado la chica y unos cuantos billetes más en conjunto con una carta. La carta decía: -“Toma este dinero, es una gratificación por lo bien que se la paso mi muchacho, te mando también una membrecía pagada de un gimnasio, no quiero que pierdas la forma, mientras mejor te portes con el chico mejor te ira a ti, hasta pronto PD. Me ha llamado mucho la atención lo feliz que quedo el chico, abra que probarte alguna vez”. Después de leer eso Pamela rompió con rabia la carta y fue todo el camino hasta su hogar sin decir ni una sola palabra, pero haciendo gestos de dolor cada vez que pasaban algún bache, seguramente aun le dolía el culito. Después de llegar a su casa por la tarde, Pamela solo dejo sus cosas y se dirigió al hospital para ver a su esposo, al llegar lo vio en la cama, tumbado y sin moverse, justo como estaba cuando ella se había ido, la chica tuvo sentimientos encontrados, por un lado estaba triste porque su esposo aún estaba en ese estado, por otra parte estaba aliviada de que estuviera así, porque de esa manera no sospecharía nada de lo que había hecho y por último se sintió culpable porque ya no le pertenecía solo a él. Esa noche se quedó a dormir en el hospital justo al lado de su esposo conDaleciente, después de un rato Pamela cayo dormida, mientras soñaba que estaba chupando una pija grande y gorda y la devoraba con devoción y se la metia hasta el fondo de su garganta y luego la sacaba de su boca para empezar a pajearla apuntándola a su boca que la tenia bien abierta y con su delicada lengüita afuera y de pronto un abundante y espeso chorro de semen llenaba su boca como también bañaba todo su rostro mientras ella gozaba y gemia de puro placer mientras esa enorme verga no paraba de regarle la cara con espeso semen caliente, ese intenso placer vivido en el sueño ocasiono que despertara abruptamente y viera que ya era de mañana, volvió a mirar a su esposo y nostálgicamente le dio un beso él sus labios resecos, se puso de pie, tomo su bolso y se dirigió a su casa, mientras caminaba solo meditaba en ¿qué es lo que haría?, ahora era nuevamente desempleada, pero podría pasarla y hasta pagar alguna de las cuentas del hospital con el dinero que le había mandado el cerdo de Don Armando. Mientras tanto en el colegio, Yair platicaba con su primo Gerardo, el cual le cuestionaba ¿porque estaba tan contento? , Yair no pudo aguantar las ganas de contar su gran hazaña de haberse cogido a tan suculenta hembra que era Pamela, así que llevo a su primo a un lugar solitario y le dijo en absoluto secreto, lo que había vivido unos días antes, el chico se explayo en su explicación y no dejo fuera ningún detalle, le conto todo, desde como encontró a la chica cuando llego, hasta como se la siguió Cogiendo cuando ella ya hacia inconsciente en la cama y no escatimo en adjetivos para describir a la hermosa mujer. Gerardo que era extremadamente similar en físico a su primo, escuchaba incrédulo todo lo que le contaba Yair y esperando pacientemente hasta que este hubiese terminado le dijo: -Aja, y ¿qué dedo me chupo yo?, acaso crees que soy idiota o estoy pendejo, para creerme que te has cogido el fin de semana a una según tu tan buenísima Mina. Yair se quedó estupefacto, su primo, el único al que había decidido contarle, no le creía, así que sacando su Smartphone, busco en Facebook el perfil de la chica y dirigiendo la pantalla hacía la cara de su primo dijo: -Ahí está cabron, es ella, es real y esta buenísima. Gerardo tomo el celular entre sus manos y buscando adentro de los álbumes de la página pudo ver varias fotos de cuerpo completo de Pamela, deteniéndose en las que más le gustaban, luego extendió su brazo devolviéndole el teléfono a su primo y le dijo: -Y ¿qué tiene?, es una Mina sabrosa, pero eso no quiere decir que te la hayas montado ni mucho menos, solo habría una forma en la que te crea, y es si me dejaras cogérmela a mí también. La idea no le agradaba a Yair, no quería compartir a su yegua, así que le dijo que “no” a su primo, lo cual le causó un gran enojo a Gerardo el cual solo le contesto a su primo: -Pues no te creo, y ahí muere, eres un mentiroso y te aseguro que no conoces a esa que me mostraste o solo te haces pajas viendo sus fotos. Después de esas palabras Gerardo se marchó dejando solo a su primo, el cual estaba muy cabreado pues no había podido convencer a su primo de que lo que contaba era verdad. Los días iban pasando y ya era viernes, Pamela no había tenido noticias ni de Yair ni de Don Armando, así que ella vivía con el temor de que en cualquier momento sonara su teléfono y fuera Don Armando para citarla en algún lugar con su hijo, mientras tanto ella había decidido usar la membrecía que le había mandado el padre del muchacho y por las mañanas iba a hacer ejercicio y mantenerse en forma, pero más que nada a tratar de distraerse un poco de su situación, por las tardes era seguro que estaría en el hospital al lado de su marido y ya por las noches regresaba a su casa para descansar tranquilamente, la chica había vuelto esa, su rutina diaria, el viernes por la mañana la chica realizo sus actividades con normalidad, pero cuando había emprendido el viaje al hospital donde se encontraba su esposo, sus temores se hicieron realidad, su celular sonó, era el timbre que le había asignado a Don Armando, temerosa la chica contesto y del otro lado alguien contesto: -Hola nuerita, espero que estés lista para este fin de semana, yo saldré de viaje y les dejare la casa sola a ustedes dos, espero la pases genial, mientras te ensartan, Jajaja, te ,mandare un vehículo mañana por la noche, le deje una carta a Yair en tu nombre avisándole que irías así que te estará esperando. Pamela estaba furiosa por cómo le habían llamado Don Armando “nuerita”, pero trato de contenerse y solo le contesto: -Ok, ya estoy enterada. Yair al llegar a su casa del colegio encontró en su cama una carta, estaba hecha por computadora y dirigida a él, hecha como si Pamela la hubiera escrito: -“Cari, quiero verte, ya supe que tu papá saldrá de viaje y podremos estar solos, no salgas el sábado por la noche que quiero ir a verte”. Yair no era estúpido y sabía que esa nota no la había hecho Pamela, pero poco y nada le importaba, pues nuevamente tendría la oportunidad de montarse a esa hembra, sin embargo por su cabeza giraba la idea de que aunque pudiera cogérsela a su gusto y voluntad, nadie le creería cuando tratara de alardear sobre el tema, muy a su pesar Yair tenía que conseguir pruebas de que hubiera estado con ella, decidido le marco a su primo y le dijo: -Toda la semana me has estado jodiendo con eso de que no me he cogido a esa Mina, pues el lunes te llevare un video como prueba, para que se te quite lo hablador. Su primo rápidamente contesto: -Eso no es prueba de nada, pondrás las cámaras donde no se le pueda ver la cara a la chica, podría ser hasta una peli que te has descargado, ya te dije, solo hay una forma de que yo crea que en realidad te has tronchado a una hembra así y esa es ¡Que Yo También Me La Cogiera!. Yair estuvo en silencio por un momento, se resistía a compartir a Pamela, pero eran más sus ganas de presumir que se la había cogido, que su deseo de tenerla para él solo, diciendo solamente “te vuelvo a marcar” colgó el teléfono y marco de nueva cuenta, ahora a la oficina de su padre, le contesto la nueva secretaria a la cual imperativamente le ordeno que buscara en los archivos del personal y le diera el número telefónico de la que había sido su predecesora, la nueva secretaria con descontento hizo lo que le habían ordenado por el hijo de su jefe y no tardó en encontrar lo que le habían solicitado, le dictó el numero al muchacho, el cual sin dar las gracias corto la llamada y marco una vez más. El celular de Pamela timbro y al ver quien le llamaba no reconoció el número, extrañada contesto solo para llevarse una desagradable sorpresa al escuchar la voz de Yair diciéndole: -Hola preciosa, me han dado tu número, para que pueda darte algunas instrucciones, ya sé que vendrás mañana por la noche, así que quiero que vengas vestida de muy puta, quiero que traigas tacones, medias y lencería quiero verte muy sexi, y quiero que solo lleves puesto eso, si te da pena que te vea la gente ponte un abrigo encima que te tape todo, te espero con ansias puta. Pamela no contesto nada y después de escuchar todo lo que le había dicho Yair, solo contesto con un -“está bien”. Y corto la llamada, sabía lo que le esperaba, pero ya estaba embarcada en esa situación, sin mucho que hacer se fue hasta el hospital y como todos los días se quedó con su esposo hasta que ya era de noche. Por otro lado al terminar de hablar con Pamela, Yair de inmediato volvió a marcarle a su primo Gerardo e iniciaron un dialogo: -Gerardo, el sábado me troncho a la Pamela. -Ya te dije que no te creo. -Me creerías si te permito observar. -No lo harás, no puedes, ni siquiera la conoces. -Veras como te cayo la boca cuando la veas bien ensartada en mi verga y escuches como gime cada vez que se la entierro hasta el fondo. -Si eres tan macizo como dices, pues deja que la pruebe. -No, eso no pasara. -Tienes miedo a que me la coja mejor que tú y que ya no se conforme con tu verguita y escoja la mía. Sin darse cuenta Yair había caído en el juego de su primo, el cual lo provocaba para hacer que dijera lo que él quería y logrando su cometido hizo que Yair dijera: -Maldito, veras como ella me prefiere a mí, y si después de Cogérnosla ella me escoge tu tendrás que admitir que tengo la verga más grande que tu. Gerardo maliciosamente había guiado a su primo hasta donde él quería y había logrado que este accediera a que entre los dos se cogieran a la chica la cual hasta ese momento no sabía nada. El tiempo siguió su marcha y el sábado por la tarde había llegado, eran ya las 6:38 Pm. Y el sol empezaba ocultarse en el horizonte, a sabiendas de lo que le esperaba, Pamela fue hasta su armario, lo abrió y se dispuso a escoger el atuendo que llevaría esa noche, entre, corpiño, tangas, medias, tacones, corsés, no se desidia y la hora seguía pasando, no podía concentrarse, la sola idea de ser sometida otra vez por Yair le enfermaba, y por lo tanto no se sentía con ánimos de escoger ropa sensual, así que prácticamente a las malas tomo lo primero que encontró y lo tiro en la cama para que estuviera listo cuando terminara de bañarse. Ella no sabía que lo que le esperaba sería mucho peor de lo que pensaba, pues en casa de Yair a la misma hora ya se encontraba su primo Gerardo el cual al llegar a la casa lo primero que hizo es preguntar jocosamente: -¿Ya llego la Puta?. Yair solo miraba como su primo sonreía sin parar, no cabía duda estaba extasiado con la idea de clavarse a la chica, pero Yair sabía que Pamela se negaría, por eso después de contarle la verdadera historia de cómo es que había sucedió todo, le explico a su primo cómo es que lograrían Coger a la hembra entre los dos. Unas horas después, en su casa Pamela ya estaba lista cuando sonó el claxon de un auto a las puertas de su hogar, la chica salió enfundada en un abrigo que le cubría todo el cuerpo hasta un poco arriba de las rodillas, dejando ver que tenía puesto unas medias de red negras, y unos tacones altos del mismo color, solo ella sabía lo que cubría el abrigo, dejando en intriga al chofer abordo el auto sin decir ni una sola palabra y mirando por la ventana del auto las calles, los minutos que tardaron en llegar a la casa de Don Armando se volvieron segundos para la chica. El reloj marco las 11:27 Pm. Cuando alguien toco a la puerta que, a sabiendas de que la chica llegaría la habían dejado abierta para que ella pudiera pasar, había poca iluminación “seguramente Yair lo hizo adrede” pensó la chica, y no estaba equivocada, dirigiéndose a la sala pudo ver cómo como encima de la mesa había una nota hecha en una de papel tamaño carta, la tomo entre sus manos y leyó como decía: -“te espero en mi habitación, primera puerta a la izquierda”. Al leer eso la chica emprendió la marcha a su desgracia, subió las escaleras y al llegar a la puerta de la habitación toco, del otro lado alguien respondió “pasa” la chica con temor giro la perilla y empujo la puerta, en frente de esta estaba la cama y ahí estaba Yair tumbado boca arriba, completamente desnudo, con la pija erecta y bien parada apuntando al techo, la chica entre penumbras pues al igual que toda la casa estaba con la luz baja, se dispuso a acercarse así a la cama pero al dar algunos pasos Yair le dijo: -Antes de que te acerques más, quítate el abrigo, quiero ver que escogiste para excitarme esta noche. La chica seso su andar y quedándose firme donde estaba, guio sus manos hacía el abrigo para tomarlo de sus orillas y quitárselo, poco a poco, dejando ver lo que traía puesto abajo, unos tacones altos que le torneaban aún más sus piernas, medias de red que hacían resaltar el color de su piel, una diminuta tanga de hilo dental que desaparecía en medio de sus dos enormes y bien paradas nalgas y un corsé con liguero pero sin copa que dejaba al descubierto sus pechos permitiendo contemplarlos en todo su esplendor, todo en color negro. Yair la veía de pies a cabeza, mientras ella trataba de cubrirse con las manos pero era inútil, la vestimenta era demasiada pequeña como para dejar algo a la imaginación, Yair nuevamente se dirigió hacía Pamela diciéndole: -Me gusta, me gusta tanto que mi verga se ha puesto más dura, tendrás que hacer algo al respecto, ven aquí y recuérdame como te la comiste la última vez. La chica cerró los ojos y apretó los dientes de rabia, no le bastaba a Yair que ella estuviera a su merced, tenía que humillarla recordándole como había hecho que le chuparan la verga, pero sin decir nada la chica se movió nuevamente acercándose a la orilla de la cama, al llegar ahí se trepo a gatas en ella así logrando llegar hasta donde estaba tumbado el chico, mientras él la miraba con lujuria, Pamela tomo el gordo pene con una mano y se lo introdujo en la boca haciendo que de Yair se empezaran a desprender gemidos de placer. Encerrado en el armario y con la puerta de este entreabierta, estaba Gerardo el cual con una vista perfecta de lo que estaba pasando en la cama, no perdía detalle alguno de como la chica se comía la verga de su primo, miraba con todo lujo como de la boca de la chica aparecía y desaparecía aquella verga casi en su totalidad, hasta que Yair sujeto a la chica del cabello y ahora él con su movimiento de piernas le enterraba el nabo entero en la boca, mientras la chica sujeta de las entrepiernas de Yair y trataba de frenar las embestidas tan salvajes que le estaba dando el muchacho pero sin resultado alguno. Gerardo veía y como de los ojos de Pamela empezaban a brotar lágrimas y escuchaba como tenía arcadas además de un sonido acuoso que seguro era el resultado de la forma tan feroz en la que Yair se estaba cogiendo la boca de la chica, hasta que finalmente este ultimo la soltó del cabello, Pamela al poder separarse de la verga que le estaba bombeando previamente en la boca, empezó a toser y jalar aire como podía mientras de sus labios escurrían hilos de su saliva entremezclados con los jugos preseminales de Yair. Mientras ella recuperaba el aliento Yair le miraba lujuriosamente, pensando que como gozaría Cogiéndosela nuevamente, en el closet Gerardo ya estaba más que excitado, había sacado su pene erecto de los pantalones y empezaba a sobarse la poronga mientras no perdía detalle de como en la cama su primo ya se había sentado y ahora a arrodillado se acercaba a la chica que todavía no recuperaba el aliento en su totalidad. Yair se bajó de la cama y camino alrededor, se detuvo justamente detrás de la chica que permanecía en cuatro encima del colchón, con brusquedad sujeto la diminuta tanga y la arranco de un tirón destrozando la diminuta prenda para posteriormente agarrar a la hembra por los tobillos y jalando de ella, le hizo darse la vuelta sobre la cama, haciéndola quedar boca arriba, con las manos le separo las piernas y dirigió su miembro a la vagina de la chica la cual chillo: -No por favor, no estoy lubricada, me dolerá. -¡Uyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! Dioooos Mioooo Nooooo ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy!. Pero como siempre a Yair no le importo y mientras ella soltaba un sonoro grito de dolor el chico enterraba su zanahoria en la delicada pero suculenta Concha de la chica, la cual por la humillación de verse nuevamente sometida por aquel muchacho empezaba a derramar lagrima de impotencia. Yair por su parte estaba embistiendo cada vez más fuerte y tenía los ojos ya completamente en blanco, no cabía duda alguna lo estaba disfrutando de sobre manera, la chica por otro lado le empujaba con sus manos y movía sus piernas tratando de separarlo, pero sus esfuerzos eran inútiles, Yair seguía embistiendo más y más fuerte, cada vez hacia llegar más al fondo de las entrañas de la chica su gordo miembro erecto mientras le decía: -Que rico aprietas Pamela, que sabroso te la meto. Y la chica seguía con su infructífero intento de separar al macho de ella sin dejar de chillar pidiéndole que cesara, todo esto lo observaba Gerardo desde su posición privilegiada, así pudo ver como su primo de un momento a otro se detuvo y tomando nuevamente a Pamela de los tobillos junto los pies de la chica y los dirigió hacía una misma dirección, dejándola con las piernas juntas y con una verga enterrada en la concha, haciendo que Yair sintiera como el estrecho agujero de la chica apretara aún más su pija. Pamela sin otra opción apretaba los dientes mientras sentía como aquel pene invasor irrumpía una y otra vez en sus entrañas, mientras miraba en la cara del muchacho como la disfrutaba con gran placer, ella solo sollozaba y por momentos se le escuchaba decir: -¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! Por Favor Ya No, Para, Te Lo Ruego ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy!. Pero era más que obvio que Yair no le haría caso, así que mientras ella apretaba con todas sus fuerzas las sabanas y cerraba los ojos el regordete muchacho se daba un festín Cogiéndosela, sujetándola de las caderas y enterrándole una y otra vez su pene desfrutando la posición en la que había puesto a la chica, hasta el punto en el que el chico se separó de ella, se tumbó nuevamente en la cama y diciéndole: -Ven Aquí Pamelita, Quiero Probar Una Vez Más Tu Culito, Pero Ahora En Una Nueva Posición. La chica veía con rabia como el miembro de Yair aún estaba erecto e inclusive parecía más gordo que la ocasión anterior, en un intento burdo de zafar de la situación Pamela le dijo que “no estaba lubricada” y que la última vez le había hecho daño, pero no contaba con que Yair ya estaba preparado y estirando su mano hacía la mesa de noche tomo una pequeña botella, abriéndola y derramando un líquido translucido y aparentemente un poco espeso encima de su pene le dijo a la fémina: -Vez que yo cuido tu culito, por eso compre este lubricante, para que con él te pueda meter la verga más al fondo y así darte más placer. La chica miraba incrédula y pensaba en que tan mala suerte tenia, sin opción aparente se puso de pie en la cama y poniendo un pie a cada costado del muchacho se dispuso a inclinarse para ser penetrada, pero Yair la detuvo y le dijo: -No, Así No, Quiero Que Estés De Espaldas A Mí, Quiero Ver Como Mi Verga Desaparece Entre Tus Dos Preciosas Nalgas. La chica se incorporó nuevamente, y dándose la vuelta, le dio la espalda al chico, solo para agacharse lentamente mientras el muchacho apuntaba a la entrada de ese delicado culito. Pamela solo sentía como aquel hinchado glande rosaba con su ano, mientras ella bajaba poco a poco y empezaba a sentir como aquel miembro empezaba a hacer presión contra ella, pero repentinamente cuando la cabeza del pene ya había logrado introducirse en el esfínter de la chica, Yair la tomo de las caderas con las dos manos y jalándola hacia abajo le enterró toda su poronga en el culo, esto ocasiono que la chica gritara una vez más: -¡Uyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! Diooooos Miooooo Meeee Rompeees Todaaaaaa Eees Enormeeeee ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!. Mientras tanto en el armario donde estaba oculto, Gerardo se estaba masturbando furiosamente mientras observaba como la chica que se encontraba agachada encima de su primo trataba con las manos de apoyarse en las piernas de Yair y así evitar que la verga le llegara tan al fondo, en la habitación solo se escuchaba un “Splahs, Splash” cada vez que Yair jalaba hacia abajo a la hembra enterrándole su miembro, seguramente por la abundante cantidad de lubricante que se había tirado encima el obeso muchacho. Yair quito sus manos de la cadera de la chica y las estiro hasta tomar las tetas de la chica, jalándola hacía él y haciendo que ella se recostara encima suyo mientras no dejaba de embestirle una y otra vez, teniéndola en esta posición la chica volvió a apretar las sabanas, mientras una mano del chico le jugaba el clítoris y la otra le apretaba el cuello para así tenerla cerca de él y besarle el cuello, a la chica le parecía asqueroso, era humillante la forma en la que el muchacho la estaba Cogiendo y lo pero era que ella sentía como su cuerpo había empezado a lubricar involuntariamente. Mientras Gerardo miraba la morbosa imagen, ya estaba más que excitado y justo cuando sentía que no aguantaría más y tendría que salir a enterrarle la verga a la chica, vio como Yair dejaba de estimular el clítoris de Pamela y con la mano le hacia una seña de que fuera con ellos en ese preciso instante, sin pensarlo dos veces Gerardo salió silenciosamente del armario, ya sin pantalones y con el pene erecto, se dirigió a donde estaba la pareja de amantes, al llegar a la orilla de la cama se detuvo para admirar a la hembra que estaba siendo Cogida Analmente, con ímpetu empezó a subirse en la cama y arrodillándose entre las piernas de la chica, tomo su pene erecto y lo dirigió a la entrada de la vagina de Pamela. La chica se percató de la presencia del otro muchacho demasiado tarde y empezó a gritar: -¿Que pasa aquí? ¿Quién es él? No, esto no, por favor Yair te lo ruego, esto no, es enfermizo. Pero era demasiado tarde Yair la tenía sujetado del cuello y empezaba a asfixiarla, mientras que Gerardo le sujetaba las piernas separándolas para que así tuviera el camino libre a su concha, la chica como podía miraba horrorizada como entre sus piernas Gerardo se posicionaba para enterrarle la verga, en su vagina Pamela solo sentía como el pene de aquel muchacho que ella no conocía empezaba a hacerse un espacio irrumpiendo en su interior, como podía la chica empezó a manotear, pero con una mano Yair sujeto su brazo para que no se moviera mientras el otro brazo de la chica era inmovilizado por Gerardo quien ya había logrado enterrar la cabeza de su miembro en la vagina de la chica , haciendo que esta se sintiera sumamente humillada. De un solo empujón Gerardo enterró todo su pene en la chica la cual dejo salir un en grito –¡Uyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! Ayyyyyyy! Ayyyyyyy! Diooos Nooo Pooor Favooor Noooo Ayyyyyyy! Ayyyyyyy! Ayyyyyyy!, mientras por sus mejillas caían enormes lágrimas, la chica solo sentía como en su interior los dos penes prácticamente se unían y le daba la sensación de que palpitaban haciendo que le doliera enormidades pues nunca había ejercido esa posición, pero ellos ya habiendo ensartado a la chica por los dos agujeros empezaron a bombear violentamente sus vergas adentro de la hembra, de la cual se desprendían gritos pues seguramente los miembros le llegaban muy hondo haciéndole daño, pero la chica seguía llorando y forcejeando hasta que Yair se detuvo un momento la jalo del cuello y acercándola a su cara le dijo al oído: -Deja de llorar puta, tu estas aquí para hacer lo que yo quiero, y esto es lo que yo quiero, así que mejor empieza a moverte porque sé que te gusta o mi padre se enterara de esto y te ira muy mal. Pamela a sabiendas de que las amenazas de Yair eran más que ciertas, no tuvo otra opción más que acatar las órdenes de estos dos mozalbetes, mientras ella solo trataba de dejar de llorar, aquel par de regordetes muchachos habían iniciado nuevamente su sesión de mete y saca, solo que ahora ni Yair ni Gerardo le sostenían las manos para que no se moviera, Pamela maniatada por las amenazas de Yair ya no metía sus manos tratando de separarlos y ahora ella se abrazaba a Gerardo tratando de no ver, pero Gerardo la separaba continuamente pues no solo quería ver las tetas de la chica si no que de un momento a otro el chico se prendía con la boca de aquel par de tetazas que se cargaba la hembra, la cual solo sentía como le mordisqueaban los pezones y como sus piernas, caderas y nalgas eran acariciadas por las manos de Yair. Gerardo quien ya había empezado a masturbarse viendo como Pamela era cogida por su primo no aguantaba más así que acelero el bombeo que le estaba dando a la chica, esto alerto a Pamela quien rápidamente se dio cuenta de que aquel muchacho quería Acabar dentro de ella, pero aun sabiendo que no le harían caso la chica suplico: -¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! Échalo Fuera Por Favor, Adentro No ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh!. Pero esta vez sus suplicas fueron escuchadas así que Gerardo se separó de ella y conteniendo su eyaculación le dijo: -No quieres que Acabe adentro tuyo, entonces hagamos un trato, Acabaré en tu boca y si te tomas toda mi leche, sin derramar ni una sola gota, te dejare tranquila. Pamela con la cara llena de sorpresa y mientras por sus mejillas aun caían las lágrimas, solo acertó a decir “si” con el movimiento de su cabeza, así que sin perder tiempo se separó de Yair quien quedo ahí tirado en la cama expectante de ¿qué es lo que sucedería ahora?, fue cuando vio como la hembra se bajaba de la cama y se arrodillaba a los pies de Gerardo quien tenía su pene erecto sujeto entre las manos, Pamela acerco su boca abierta a aquella pija tiesa y mientras Gerardo se masturbaba violentamente enfrente de la chica, esta tomo entre sus manos los testículos del macho para empezar a masajearlos y así acelerar la eyaculación, cuando vio como Gerardo ponía los ojos en blanco se dio cuenta de que era el momento, así que ahora no solo acercaba la boca a la pija y en lugar de eso engullo aquella poronga con la boca y llevándola hasta el fondo de la garganta se puso a estimular la verga y masajeaba los testículos de Gerardo el cual estaba dejando salir su leche adentro de ella. Como pudo la chica mantenía el pene adentro de su boca y cerraba sus labios aprisionando aquel miembro, poco a poco Pamela sintió como el semen de aquel muchacho inundaba su interior, como podía tragaba los borbotones de leche que derramaba aquel hombre adentro de ella pero era tan abundante y tan asquerosa la cantidad de semen, que en dado momento la chica tuvo que abrir la boca para jalar algo de aire pues se estaba asfixiando y provocando al mismo tiempo, ocasionando que parte del semen que Gerardo le había puesto en la boca callera al piso, temerosa vio como en el suelo habían caído grandes gotas de semen y sentía como de su boca chorreaban parte de la Leche del muchacho y por su barbilla goteaban hilos de semen que se depositaban en sus pechos y seguían escurriendo hasta su abdomen por debajo de su corsé. Yair solo veía aquella escena en la que la chica estaba arrodillada y prácticamente bañada en semen de su primo hasta que escucho como la hembra decía: -Por favor dame otra oportunidad, me estaba asfixiando entiende, por eso no Pue... Pero fue interrumpida bruscamente por Gerardo quien le hizo ver la realidad: -¿Otra oportunidad?, ¿por qué?, hicimos un trato, o acaso ¿tú me hubieras dado otra oportunidad si te hubieras tragado todo mi esperma?. La chica se quedó viendo a Gerardo fijamente, ella sabía que lo que decía aquel muchacho era cierto, de sorpresa sintió como jalaban de su brazo, al voltear a ver qué era lo que sucedía, miro como Yair le había sujetado el brazo y jalaba de ella llevándola nuevamente a la cama, la chica estaba agotada y respiraba agitadamente pues seguramente todavía no se había repuesto por completo, por tal motivo Yair no tuvo muchos problemas para llevar nuevamente a la cama y tirándola boca abajo la hizo ponerse con el culo en pompa de esa forma él tendría todo ese hermoso culito a su disposición así tomando su aun erecto pene lo volvió a dirigir a la entrada del ano apoyando en el nuevamente logro sodomizar una vez más a la chica la cual enterraba la cara en el colchón para no darles el gusto a esos dos de escucharla gritar, pero era inútil pues aun con la cara apoyada contra aquel colchón se escuchaba aunque fueran bastante disminuidos los gritos de la chica, la cual no dejaba de decir: -¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! Paren, Me Duele, Por Favor Paren ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy!. En tanto Yair seguía con su mete y saca del adolorido culito de la hembra, que a pesar de ya haber sido Cogida Analmente antes aún no se adecuaba por completo a la verga que le estaban enterrando en el ano, de repente la chica sintió como le jalaban la cabellera haciendo que levantara la cabeza solo para toparse con el miembro erguido de Gerardo quien le decía: -No has terminado de chupar puta, ahora sigue. Con el maquillaje corrido y una cara miserable la chica sumisamente obedeció las ordenes de Gerardo y engullo nuevamente aquel pene y mientras ella estaba chupando la poronga que tenía enfrente, por atrás Yair seguían embistiéndole una y otra vez a un ritmo frenético haciendo que en cada embestida la chica dejara salir un grito de dolor que era ahogado por la pija que estaba chupando –¡Mmmmmmmmmm! ¡Mmmmmmmmmm! ¡Mmmmmmmmmmmm!. En dado momento Gerardo quien no solo ya había vuelto a empalmarse se separó de la hembra y se sentó en la cama, con el pene duro y apuntando al techo, le hizo una señal a la chica una seña indicándole que se siente encima de él para así poder penetrarla nuevamente, la chica volteo a ver a Yair quien había dejado de bombearle el culo momentáneamente, ella como pidiendo autorización o tal vez piedad miro al Yair y este con una sonrisa solo le dijo: -Has lo que te piden puta, que estás aquí para darnos placer. Pamela no opuso resistencia, se zafo de Yair que la estaba enculando, sintió un inmenso vacío pues su ano había quedado libre momentáneamente y a gatas se dirigió asía Gerardo, poco a poco se trepo encima de aquel chico y arrodillándose con una pierna a cada costado de él empezó su lento descenso hasta sentir como la cabeza de ese pene rosaba sus labios vaginales, mientras ella ponía sus manos en los hombros de Gerardo, este la sujetaba de las caderas y la jalaba hacia abajo para acelerar el momento de la penetración, poco a poco la chica sintió como nuevamente la verga de ese muchacho la llenaba una vez más, cuando al fin la tubo completamente penetrada Gerardo volteo a ver la cara de la chica, la cual tenía los ojos cerrados, solo sollozaba mientras de sus ojos escurrían lentamente unas lágrimas negras producto de haberse mesclado con su maquillaje, mientras ella estaba así, Gerardo no perdió tiempo y dirigiendo su boca hasta las tetas de la hembra empezó a chuparlas y mordisquearlas ferozmente sin dejar de bombearle la concha ni un solo instante. Yair veía con morbo como su primo empujaba una y otra vez su verga adentro de la chica y de esa forma como el culo de la hembra subía y bajaba, era hipnótico y a la vez hermoso tanto que no aguanto más y poniendo sus manos encima de los cachetes de la chica hizo que el movimiento cesara un poco, Gerardo se dio cuenta rápidamente de las intenciones de Yair, por eso abrazo de la cintura a la chica y clavándole toda su verga la dejo inmóvil, por su parte Pamela solo sentía como Yair le separaba las nalgas, seguramente dejándole el culito completamente a la vista hasta que sintió como la punta de un pene empezaba a presionar en su ojete, Yair la estaba empezando a culear nuevamente y poco a poco le enterró en su totalidad aquella pija. La chica ya estaba ensartada por sus dos orificios nuevamente y ahora le bombeaban aquellas vergas a un ritmo frenético, en la habitación solo se escuchaban los jadeos de la chica que por la forma en que estaba siendo cogida luchaba por jalar aire, ella solo se sostenía de los hombros de Gerardo y por momentos lo abrazaba tratando de aguantar el dolor que le ocasionaba la forma en la que se lo estaban metiendo por las dos vías, como podía entre jadeo y jadeo se le escuchaba decir a Pamela: -¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! Ya… Paren… Me Duele… ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh!. Pero como siempre no le hicieron caso, fue solo hasta que la chica sintió como Yair le llenaba el culo de leche que este se separó de ella dejándole el culo destrozado y rebosante de semen, mientras el que ya había Acabado en su ano se tiraba en la cama Claramente agitado y exhausto su primo tomaba a la chica por las piernas y cargándola sin sacarle la verga la tiro boca abajo con el encima para seguir cogiéndola, mientras Gerardo ya estaba fuera de sí le sobaba las nalgas, embarrando hasta las piernas de la chica el semen con el que su primo le había llenado el culo, pero sin dejar de clavársela, en un momento el obeso muchacho no aguanto más y se dejó venir adentro de su vagina de la chica, la cual solo sintió como la leche caliente de aquel cerdo inundaba su interior, sin poder hacer nada la chica solo dijo una vez más entre lágrimas: -¡Uhhhhhhh! Nooooo sácalo por favor, no Acabes adentro. Como si no hubiera dicho nada Gerardo ya había terminado de eyacular adentro de la chica pero no conforme seguía metiendo y sacando su nabo, como si tratara de retacarle el esperma en el interior, la chica con cara miserable solo observo como el que se la había cogido por la vagina al fin se separaba de ella sacándole el pene, solo para dar paso a la que al parecer de la chica era una horrible escena, pues de su vagina no escurría, chorreaban borbotones del esperma de aquel tipo, ella no podía creer como ese chico podía haber tenido tan enorme eyaculación, volteo a ver a los lados y vio como aquellos dos obesos muchachos estaba tirados en la cama y mientras Yair ya estaba profundamente dormido, Gerardo estaba apenas consiente, balbuceando: -Que Rico, Como Aprietas, Que Conchita Que Tenes. Como pudo Pamela se levantó, miro por la habitación y se percató de que ya era de día, habían estado cogiendo toda la noche, busco por el piso su tanga solo para encontrarla tirada a un lado de la cama completamente destrozada, recordó que Yair se la había arrancado bruscamente, se dirigió lentamente al baño de la habitación mientras sentía sus piernas pegajosas y como de sus orificios escurría el esperma de los dos machos, al entrar al sanitario pudo ver en el espejo como todo el maquillaje que se había puesto en la noche estaba corrido, se puso de puntillas y vio cómo su ano estaba extremadamente abierto y rojo, prefirió no seguir viendo, se lavó la cara y se aseo lo mejor que pudo, salió del W. C. Solo para ver que los dos muchachos seguían en la cama ahora los dos dormidos Claramente. Mientras tomaba su abrigo y se cubría como podía, la chica salió del cuarto y se dirigió a las escaleras, al llegar abajo vio en la mesa del recibidor un gran sobre de color amarillo, se dirigió a él y al abrirlo pudo leer lo que Don Armando le había escrito: -“Cuando encuentres esto seguramente ya habrás dejado satisfecho a mi muchacho, en el interior de este sobre te dejo un obsequio”. Al revisar más a fondo aquel sobre pudo ver que adentro se encontraba uno de los pagarés que había firmado y una generosa cantidad de dinero, la chica con cara frívola tomo aquel sobre y al salir de la casa se encontró con el chófer que siempre le mandaba Don Armando, aquel hombre le abrió la puerta y le dijo: -El señor me ha dado instrucciones de que te lleve a tu casa. La chicas sin cruzar palabra con aquel tipo abordo el auto y una vez más se dirigió a su hogar, al llegar a su destino, solo entro y sin siquiera bañarse se tiro a la cama y se quedó profundamente dormida. Al día siguiente Pamela despertó solamente porque la deslumbraban los rayos del sol de mediodía que se filtraban por su ventana, ya algo repuesta de la noche previa, en la que había tenido que satisfacer los bajos deseos pasionales de dos mozalbetes, se sentía humillada, usada y por sobre todo sucia, pero aun cuando su estado era tan deplorable sentía que no tenía otra opción, desmotivada y aun algo fatigada la chica se levantó de la cama en la que había pasado la noche y parte del día, aun ataviada solamente con las prendas que llevaba la noche anterior, se dirigió al closet de su casa, se desvistió y tomo otras prendas para así poder salir de su hogar. Al salir lo primero que hizo fue dirigirse al hospital donde se encontraba su esposo, como todas las tardes de visita, se quedó a un lado de su marido viéndolo sin reacción alguna, los médicos no le daban esperanzas pero ella se resistía a la idea de que no despertaría, mientras ella estaba ahí sentada en la casa de Don Armando, este estaba llegando solo para llevarse una gran sorpresa pues se topó con noticia de que su hijo estaba recién levantándose de igual forma que su sobrino Gerardo, el cual había ido a pasar la noche a casa de su tío. Eran cerca de las 4 de la tarde y Don Armando llamo a Yair al comedor para preguntarle qué es lo que había sucedido la noche anterior, el hombre se quedó atento y sorprendido mientras su vástago le relataba cómo es que había hecho una apuesta con su primo y juntos se habían cogido a aquella desafortunada chica. Justo en ese momento por la puerta del comedor estaba entrando Gerardo que al escuchar la charla que se estaba suscitando entre su primo y su tío se acercó para ponerle su granito de arena, pues al pararse al lado de la mesa inmediatamente interrumpió la charla dirigiéndose a su tío, diciendo: -Tío es usted un gran padre, como me gustaría que mi padre me diera un regalo igual, mire que conseguirle a semejante potranca a mi primo, Don Armando se quedó atento escuchando como los dos muchachos le relataban la noche que habían pasado con la chica, mientras ellos seguían contando todo lo acontecido con lujo de detalle y sin omitir nada, aquel viejo solo podía recordar cómo iba vestida la chica el día que la entrevisto, y visualizaba en su mente todo lo que aquel par de pubertos le platicaban, involuntariamente aquel hombre empezó a tener una erección. Los muchachos sumamente alegres le dieron las gracias por las bondades que había tenido con ellos y mientras ellos se retiraban a cualquier parte para seguir pasando el rato, Don Armando se fue directo a su habitación donde rápidamente cerró la puerta con seguro y como si fuera un adolecente se desabrocho los pantalones de forma por demás desesperada, pues no aguantaba las ganas de hacerse una paja pensando en Pamela. Al tirarse en su cama rápidamente tomo entre sus manos su pene y empezó a jalársela, mientras en su mente imaginaba que la chica estaba en esa misma habitación completamente desnuda , con la concha depilada en su totalidad y completamente a disposición suya, el hombre fantaseaba en cómo le separaba las nalgas y sin previo aviso le enterraba su poronga en el ano haciendo que la chica grite y patalee de dolor, pero mientras el imaginaba como estaría de apretado aquel culito que le habían descrito por su hijo y su sobrino, algo en su interior le decía que ya no podía estar más tiempo sin cogerse a la chica. Ya después de haber apaciguado un poco sus ganas, Don Armando se levantó y se puso a pensar “¿por qué tengo que conformarme con tan solo jalármela pensando en ella?.”, se dirigió a su estudio y buscando en uno de los cajones de su escritorio saco las tres letras firmadas por Pamela que aún le quedaban, en su mente empezaba a maquilar la forma más placentera de Cogerse a la chica, sin importarle nada el viejo Don Armando había tomado una decisión, Pamela seria suya. Mientras tanto el domingo llegaba a su fin, Pamela había pasado una vez más toda la tarde con su esposo y no tenía ni idea de lo que le tenía preparado el destino, ella estaba inmersa en sus pensamientos de que en cualquier momento su esposo despertaría nuevamente. El lunes por la mañana Don Armando se despertó en su casa, de lo que fuese prácticamente una siesta, pues no había podido conciliar el sueño, las imágenes fantasiosas de cómo se cogería a la chica no se lo permitieron, se dio una ducha y se dispuso a irse a su oficina, en su maletín ya se encontraban los pagarés que le hacían acreedor a una sesión de sexo salvaje con la portentosa hembra. Al llegar a su oficina se dirigió rápidamente al teléfono, donde de inmediato se dispuso a llamar a Pamela, la chica sorprendida y al mismo tiempo aterrorizada vio que le estaban marcando desde las oficinas de Don Armando, inmediatamente pensó que solo podía ser para una más de las sucias peticiones de aquel hombre, resignada pues sabía que si no contestaba le iría peor, respondió a la llamada que llegaba a su celular, al contestar inmediatamente reconoció la voz de Don Armando: -Nuerita, ¿qué tal haz estado?. La chica irritada pues no le parecía que le hablara con tanta confianza contesto tratando de contenerse: -¿Qué necesita Don Armando?. El viejo percatándose de que la chica estaba irritada fue directo al grano: -Dale Nena que no tienes por qué estar de mal humor, pero me gusta que quieras ir directo al punto, “Quiero Cogerte”, he escuchado como has disfrutado cuando te la metieron por los dos agujeros… Mientras el viejo seguía hablando, Pamela había quedado helada, retumbaban en su cabeza las palabras de aquel hombre “Quiero Cogerte” horrorizada le venían a la mente los recuerdo de cómo era doblemente penetrada, pero de inmediato reacciono justo al momento de que aquel viejo le decía: -Mañana iré a una casa que tengo en la playa, te mandare al chofer y te estaré esperando en la noche, justo después de atender a un socio mío, quiero que vallas vestida muy sensualmente Así como repentinamente fue el llamado de aquel viejo fue que termino, Pamela había quedado aturdida por la petición que le había hecho aquel hombre, no solo había sido obligada a estar con él asqueroso hijo de aquel viejo, sino que también la habían violado entre su hijo y su sobrino conjuntamente, ahora él también quería poseerla, mientras ella estaba sola en su casa no podía encontrar alguna forma de librarse de esa situación, y no solo eso, cada encuentro que había tenido le habían devuelto uno de aquellos pagares, aun le quedaban tres a aquel hombre. Pamela no dejaba de pensar en la situación en la que estaba metida, pero no encontraba salida alguna, así que temerosa pues sabia del poderío con el que contaba Don Armando, no tuvo más opción que seguir las instrucciones que este le había ordenado, por tal motivo, termino su día como era costumbre en ella yendo a visitar a su marido en el hospital, para posteriormente retirarse a su casa a descansar, cabe mencionar que casi no pudo dormir pues le aterraban las ideas que le cruzaban por la mente” ¿Qué es lo que le deparaba el futuro?. ¿Qué es lo que se le ocurriría a Don Armando?. ¿Cómo es que la Cogería aquel hombre?”. Todo esto se le ocurría a la chica hasta que pudo conciliar el sueño, por tal motivo no despertó hasta ya entrada la tarde, para su desfortuna ya casi eran las 4:00Pm. Y por tal motivo no podría ir a ver a su esposo ese día, por un lado se sentía aliviada, no podía seguir viendo a su marido en ese estado y además la culpa la carcomía por dentro. La chica solamente comió algo, se dio una ducha y se dispuso a escoger la vestimenta que llevaría, Don Armando le había dado instrucciones, el chofer pasaría por ella a las 5 pm y la llevaría hasta donde se encontraría con él, seguramente otra de sus lujosas propiedades, lo que ella no sabía es que en ese preciso momento Don Armando estaba en una junta de negocios con uno de sus mejores socios, y que la recibiría poco después de hablar con él. La hora había llegado, ella estaba preparada y a la puerta de su domicilio ya la esperaba el auto que le había enviado su jefe, Pamela salió de su casa de una forma por demás desganada, era obvio, no tenía ánimos de ir y menos sabiendo lo que le esperaba, pero eso no evitaba que la chica estuviera vestida de forma sensual pues sabía que tenía que dejar sumamente complacido a aquel hombre, llevaba puesto unos tacones corridos altos de color beige y un vestido Strapless de minifalda color azul, a pesar de ser una vestimenta sencilla la belleza de la mujer resaltaba y se le veía espectacular pues las piernas se le miraban bien formadas y el culo bien parado. La chica abordo el auto que inmediatamente se puso en marcha, tardo casi hora y media en llegar a su destino, era una casa a la orilla de la playa, mientras ella permanecía en silencio, el chofer le comentaba que en esa casa Don Armando acostumbraba cerrar tratos pues no había nadie ni nada a sus alrededores y por tal motivo nadie le molestaría en ese sitio. Sin prestarle mucha importancia a las palabras del chofer, bajo del auto y se dirigió a la entrada de la casa, era una pasillo de unos cinco metros adornado con palmeras a los costados y hasta la puerta, cabizbaja la chica empezó a caminar pero mientras ella se acercaba cada vez más vio como la puerta empezó a abrirse y de ella salía un hombre ya mayor, era de piel Clara y completamente calvo, la chica no le dio importancia, solo cruzaron caminos mientras ella se dirigía a la entrada y aquel hombre se alejaba de la misma, ella ni si quiera se percató de cuando le rebaso a aquel viejo se dio la vuelta descaradamente para poder verle su cola bien formada, era tal el desinterés de la hembra que solo llego a la puerta la abrió y entro a la casa sin más ni más. Al estar adentro la chica vio como Don Armando bajaba las escaleras mientras le decía: -Nuerita, te he estado esperando, hoy descubrirás lo que es un hombre de verdad, te Hare gritar como la puta que eres. Pamela solo miro a aquel hombre con rabia, no solo le bastaba con que prácticamente la violaría, sino que también tenía que humillarla de esa forma, a aquel viejo no le importaba lo que pensaran de él, sin miramientos termino de bajar las escaleras y se acercó a ella, sin tocarla empezó a rodearla para verla desde todos los ángulos posibles, deteniendo su andar justo cuando estuvo a espaldas de la chica viendo su bien parado y redondo culo, sin perder oportunidad le dio una fuerte nalgada mientras exclamaba: -A ver si están tan duras como me aparentan. Fue tan fuerte la nalgada que le propino Don Armando que hizo que de la chica se desprendiera un grito de dolor, aquel viejo empezó a reír mientras decía: -No me has decepcionado, tienes el culo duro y bien parado, justo como me han dicho, no cabe duda disfrutare meter mi verga en tu culo, espero este tan apretado como me han comentado La chica solo miraba a Don Armando con impotencia, mientras este volvía a posar una de sus manos encima de las nalgas de la chica, acariciándolas y por momentos apretándolas, incluso bajando un poco hasta la orilla de la falda y metiéndola por debajo de esta para poder sentir esas nalgas que eran separadas solamente por su hilo dental, mientras la chica trataba de alejarse de él tímidamente pues sabía que no debía hacerlo enojar, fue hasta que hábilmente Don Armando hizo a un lado aquel diminuto hilo y logro introducir uno de sus dedos en el apretado ano de la chica, que no aguanto más he involuntariamente se arrebató de aquel hombre. Pamela volteo a ver a Don Armando, estaba horrorizada, no sabía cómo reaccionaría aquel viejo asqueroso, grande fue su sorpresa al ver que aquel viejo no se había molestado y seguía con una sonrisa en la cara, durante un instante hubo silencio absoluto hasta fue interrumpido bruscamente por las palabras de Don Armando: -Todavía tienes el culo apretado, tu reacción te delata, es más mira como me has puesto. Justo en el momento en el que bajaba el cierre de su pantalón y sacaba su miembro erecto para que la chica pudiera verlo, Pamela que estaba aparragada contra un sofá, se quedó impresionada pero al mismo tiempo intimidada, pues el pene de aquel viejo era enorme, la chica veía como aquella verga no solo era gruesa y venosa, sino que también era bastante larga, además de tener una cabeza por demás gorda, todo eso en conjunto aterrorizaba a la chica pues sabía que las intenciones de Don Armando eran Cogérsela lo más que pudiera hasta descargarse completamente adentro de ella. Don Armando la tomo de la mano y mientras la jalaba, la chica oponía resistencia arrebatándose y gritando -“No Don Armando, a donde me lleva, por favor no” tratando de que no la llevara a quien sabe dónde, pero sus esfuerzos eran inútiles, poco a poco y contra su voluntad Don Armando logro subir por las escaleras a la infortunada mujer, para sorpresa de propios y extraños la chica de tanto forcejear logro zafarse de aquel viejo e inmediatamente tratando de escapar de él, pero estaba Claramente desubicada y se introdujo en la primera puerta que vio, para su mala suerte esa habitación no era otra más que el lujoso estudio de Don Armando, la chica viendo que no había salida en ese cuarto trato de regresar por la puerta de donde había entrado pero justo al voltearse se encontró con Don Armando que le estaba cerrando el paso. Pamela le miraba fijamente hasta que aquel viejo le soltó una enorme bófeta a mano cambiada, tumbando de un solo manotazo a la chica, esto ocasiono que derramara sus primeras lágrimas de esa noche, Don Armando ahora bruscamente, tomo a la chica que estaba tirada en el piso y jalándola sin ninguna consideración la llevo hasta el escritorio donde la tumbo boca arriba, mientras la chica no dejaba de llorar y permanecía en forma fetal, aquel viejo la tomo nuevamente pero ahora por las piernas y las separo haciendo uso de su mayor fuerza, logrando que a su vista quedara la diminuta Tanga de hilo dental que tenía la chica, mientras ella seguía llorando y suplicando, Don Armando ya Claramente enfurecido le dijo: -Cállate puta, que no te pago para esto, maldita perra culo caliente, te callas o te muelo a bofetadas y disfrútalo que te aseguro tu marido es un maldito picha corta que jamás te cogerá como yo lo haré hoy. Habiendo dicho esto Don Armando soltó las piernas de la chica, la cual ya no hizo por volver a juntarlas en Pamela muestra de sumisión, el viejo que no dejaba de escuchar como de la chica se desprendían sollozos, hizo caso nulo a lo que Claramente eran suplicas de la chica porque parara, y tomando la diminuta tanga de la chica con sus dos manos la rompió por la parte inferior dejando al descubierto la ahora Vagina desnuda de la chica, sin miramientos el viejo poso su mirada en la vagina desnuda de chica y estando Claramente excitado puso una de sus manos en la entrepierna de la hembra y empezó a acariciarla, mientras con el pulgar empezaba a jugarle levemente los labios vaginales haciéndolos poco a poco a un lado para tener acceso a su clítoris, mientras que con la otra mano se jalaba la verga violentamente, Pamela por otro lado se cubría la boca tratando de no gritar pues sabía que si lo hacía muy seguramente Don Armando le reventaría nuevamente una bofetada causándole mucho daño. En otro lugar no muy lejos de ahí el socio de Don Armando, que estaba en su auto seguramente dirigiéndose a su hogar, no podía sacarse de la mente aquel hermoso ejemplar de yegua con él se había cruzado hacía ya un rato, justo cuando recordó que se había olvidado la copia del contrato que había estado discutiendo con su socio, por tal motivo decidió regresar por la copia de este y así tener una excusa para poder ver a la preciosa hembra, ya con todo pensado dio vuelta y sin perder tiempo se dirigió de nueva cuenta a donde la casa de su socio. Sin embargo Don Armando no había perdido el tiempo y sin saber que su socio se dirigía un vez más a donde él se encontraba, este ya había bajado la parte superior del vestido de Pamela dejando al descubierto su redondas tetas en las cuales resaltaba sus preciosos pezones que en contra de su voluntad ya había empezado a quedar duros, la chica solo apretaba los ojos para no ver mientras dejaba salir de su boca leves sollozos diciendo “Noooooo”, Pamela trataba de cubrir sus senos con las manos mientras Don Armando, ahora prácticamente la estaba dedeando con una mano y con la otra seguía masturbándose, pero el viejo solo seso en sus movimientos para separar las piernas de la chica un poco más, enterrar su rostro en la vagina y empezar a chuparla como si de un suculento manjar se tratara, Pamela solo trataba de separarlo empujando disimuladamente la cabeza del viejo con sus manos, pero aquel hombre estaba prendido en la entrepierna de la chica. Pamela sentía como Don Armando por momentos introducía la lengua adentro de su vagina, inconscientemente el cuerpo de la chica empezó a lubricar y dejar salir jugos, mientras ella sentía como aquel viejo le mordisqueaba el clítoris haciendo que ella sintiera gran placer, no cabía duda alguna aquel hombre sabía lo que hacía pero ella no podía permitir que el viejo lo supiera, por tal motivo apretaba con todas sus fuerzas los dientes tratando de impedir que involuntariamente dejara salir algún gemido. Todo se detuvo de un momento a otro, Pamela quien hasta ese momento había tenido los ojos cerrados, los abrió solo para ver lo que para ella era una aterrorizante escena, Don Armando había dejado de comerle la Concha y ahora estaba de pie sujetando con una mano su gorda verga y apuntando directo a la entrada de su Conchita, mientras la chica trataba de enderezarse en el escritorio apoyándose en sus manos, pero aquel viejo seguramente ya era muy experimentado así que de una sola embestida le enterró su pene en la vagina, Pamela grito: -¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! Dioooos Mioooo Pooor Diooos ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!. Mientras Don Armando la sujetaba por las caderas y empezaba su mete y saca, la chica se sostenía de los brazos del hombre quien en cada embestida trataba de hacer llegar más al fondo su gorda verga, aquel pene era muy gordo y largo para la chica que a pesar de estar completamente mojada sentía como ese pene le entraba y salía una y otra vez cada vez causándole más daño, ella solo decía: -¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! Pare, Espere Un Poco Por Favor, Me Duele, Deténgase ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!. Pero Don Armando estaba perdido, la concha de Pamela era la más estrecha que había probado en toda su vida, y por tal motivo le estaba dando un enorme placer, mientras él seguía su mete sus ojos ya estaban en blanco, seguramente por el placer que le causaba estarse cogiendo a la chica y el solo decía cosas como: -Que rico aprietas niña, que buena estas, que rico tienes la concha. Mientras tomaba entre sus manos los pechos de la chica y se tiraba encima de ella para así poder chuparlos, así estuvieron un rato el cual le pareció una eternidad a Pamela, pero de repente Don Armando dejo de bombearle su verga en la concha y se separó de ella, ingenuamente Pamela pensó “al fin todo ha terminado” pero nada más alejado de la verdad pues aquel viejo la volvió a tomar del brazo y la jalo haciendo que bajara del escritorio donde la tenía tumbado, con su pija aun erecta Don Armando hizo que la chica se arrodillara frente a él dejando su miembro a la altura de su cara, Pamela rápidamente intuyo lo que venía a continuación, Don Armando no la hizo esperar mucho para que supiera sus intenciones pues casi de inmediato le dijo: -Quiero que te la comas toda puta, chúpate hasta mis huevos y cuidado con los dientes Pamela sin opción alguna acerco sus labios hasta el glande de Don Armando, y delicadamente empezó a tener contacto con él, muy lentamente abrió la boca y poco a poco empezó a introducirse el pene hasta donde pudo, pero eso no era suficiente para el viejo quien la sujeto del cabello y jalo de ella mientras le empujaba la verga hasta el fondo de su garganta, la chica solo tomo con fuerza las pantorrillas del viejo y sacando fuerzas de flaqueza aguanto que aquel hombre le embistiera una y otra y otra y otra vez hasta que estuviera satisfecho, lo cual tardo varios minutos en los que la chica sentía como por momentos se asfixiaba por los jugos que derramaba el viejo adentro de su boca y por ella misma sentía arcadas e inclusive que casi vomitaría del asco que le provocaba estársela chupando a aquel hombre, pero tan intempestivamente como inicio esa posición fue que Don Armando le saco el pene de la boca, la chica en tanto respiraba agitada, mientras por sus mejillas caían lágrimas, nuevamente el viejo la tomo del brazo y la aparrago contra el escritorio ahora boca abajo y con las piernas apoyadas al piso, dejando su majestuoso culo en pompa. Pamela en esa posición aparragada en el escritorio y con la cara contra el mismo, su vestido estaba todo enrollado en su cintura dejando al descubierto sus tetas, su sexo completamente depilado y su bien formado culo al aire, como si aún fuera necesario, Don Armando escupió una gran cantidad de saliva en su mano y la paso en el sexo desnudo de la chica como si tratara de lubricarlo, tomo con su mano su pene que aún estaba erecto y lo dirigió nuevamente a la entrada de su vagina, de una sola arremetida el macho le metió todo su nabo a la hembra, que empezó a gritar como si la estuviesen matando: -¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!, Para, Me Duele, Me Vas A Partir En Dos, Por Favor Para ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!,. Pero como en cada ocasión nadie le hizo caso y Don Amando siguió con su mete y saca, mientras ella se aferraba a los bordes de aquel escritorio de madera, el viejo la tenía bien sujeto por la cadera para así controlar la velocidad con la que le bombeaba el nabo. Por otro lado el socio de Don Armando ya había llegado a la casa, incluso había entrado pues la puerta estaba abierta y el chofer de Don Armando se había retirado con el auto, así que ya al haberse hecho noche aquel viejo socio había decidió entrar a la casa de su colega, lo cual no le causo ninguna dificultad, al entrar solo escucho el grito desgarrador de una mujer, y sin decir nada pensó “que buena revolcada le deben estar dando a esa puta” pero en ningún momento imagino que la mujer a la que se encontraría seria el soberbio culo con el que se había cruzado, mientras subía las escaleras la idea atravesó su mente “¿y si de esa Pamela se tratara?”.Pero rápidamente descarto la idea. Al haber llegado a la plata alta, donde estaba el estudio de su socio, pudo ver que la puerta de este estaba abierta de par en par y era la única habitación que en la casa que estaba iluminada, silenciosamente se acercó a la puerta, solo para toparse con la sorpresa de ver a su socio de espaldas, sin pantalón y clavándose a una chica, sin pudor o pena alguna de que le dijeran algo por estar ahí decidió entrar mientras veía como su socio prácticamente se arrodillaba en el escritorio sin sacarle la verga a la hembra haciendo que el que estaba mirando tuviera una vista esplendida de de cómo le enterraban la verga a Pamela, mientras tanto él seguía caminando hasta el sofá, al sentarse en el sillón, el socio de Don Armando pudo ver de perfil a la pareja de amantes que seguía en su frenesí de placer, en toda la casa el único ruido que se escuchaba, eran los gritos de la chica que no paraba de decir: -Pare, Me Duele, Me Duele Mucho, Se Lo Suplico Pare. El socio de Don Armando por otro lado se ponía cada vez más cómodo pues junto a donde estaba sentado se encontraba un pequeño bar en donde él se dispuso a servirse una copa de whisky para acompañarla morbosa escena que estaba viendo, pues era más que claro que su socio estaba violando a la fémina, mientras tanto Don Armando seguía Cogiéndose a la chica la cual tenía cerrados los ojos y seguía gimoteando. En dado momento Don Armando volteo a ver y se encontró con su inesperado espectador, el cual solamente le saludo levantando la copa y diciendo “sigan, por mí no se detengan”, Don Armando sonrió y mientras la chica seguía diciendo: -Pare, Ya Basta, Por Favor. Don Armando siguió con su mete y saca, mientras su socio desabrocho su pantalón y de inmediato permitió salir a su pene erecto para empezar a hacerse una paja, Pamela seguía con los ojos cerrados por lo tanto no se había percatado de que en la habitación no estaban solos. Al darse cuenta Don Amando que su socio se la estaba jalando decidió humillar un poco más a la chica, por eso le hizo una seña con la mano a su socio dándole a entender que se pusiera del otro lado del escritorio y quedando de frente a Pamela, el socio ni tardo ni perezoso y con unas ganas enorme de pasarse a la chica por las armas se puso de pie y fue a donde le había indicado Don Armando, se puso de frente a la chica que estaba siendo clavada por Don Armando y a punto su pena a la boca. Don Armando al ver que todo estaba listo hablo a la chica, quedándose quieto pero sin sacarle ni un solo instante la poronga y le dijo: -Niña, tenemos visitas, no seas mal educada y salúdalo, de beso preferentemente. Pamela no entendía de lo que estaba hablando aquel viejo, fue solo hasta que abrió los ojos y vio horrorizada que había un pene erecto enfrente de ella y se disponía a ser mamado que todo tuvo sentido, Don Armando hablo nuevamente: -Te presento a mi socio “Walter” es un gran empresario Argentino y un muy querido amigo mío, quiero que lo trates como si de mí se tratase. Walter como se lo habían presentado a Pamela era un hombre mayor de unos 50 y tantos años, de piel Pamela y completamente calvo, mientras la chica le miraba con lágrimas en los ojos aquel hombre se desvestía hasta quedar completamente desnudo, así la chica pudo ver a aquel viejo completamente, era gordo y extremadamente peludo, su inmundo pene sobresalía de entre todo el vello púbico pero para sorpresa de la chica o más bien horror de la misma aquella verga era aún más grande que la de Don Armando, la chica veía horrorizada cada detalle de aquella pija, era grande, gorda, larga, áspera y de sobre manera venosa, su glande era enorme y los testículos parecían pelotas de softball cubiertas de pelo gris. Mientras la chica miraba con detenimiento aquel pene Walter que ya estaba impaciente por empezar, exclamo: -Vamos pequeña, no tengas pena puedes comértela toda, no me voy a molestar. A sabiendas que Walter era amigo de Don Armando la chica no tuvo otra opción y lentamente estiro su mano hasta sujetar esa gorda polla, la cual no podía rodear en su totalidad con una sola mano, de esa forma ella misma empezó a guiar aquel descomunal miembro hasta su boca, mientras sentía como Walter le acariciaba la cabellera, pero antes de que ella hubiese podido meterse por sí misma aquel pene, Don Armando saco casi en su totalidad su miembro de la vagina y de un solo empujón se lo volvió a clavar haciendo que Pamela gritara nuevamente, esta aprovecho Walter para meterle toda su descomunal polla en la boca. Mientras Pamela estaba completamente tumbada en el escritorio, ensartada por su boca y su vagina, sentía como sus pechos se lastimaban contra la madera pues los estaba aplastando, pero el mayor dolor que sentía era cada vez que Don Armando le hacía lo mismo para que gritara, sacando su pene casi en totalidad y enterrándoselo de una sola embestida, mientras que Walter le sujetaba fuertemente de su cabellera para que no se escapara, así estuvieron un buen rato en el que la chica dejaba escapar de su boca cada vez que podía grandes cantidades de fluido entre, saliva, esperma y cualquier otra secreción que se entremezclara, hasta que los dos machos cesaron sus bombeos, Don Armando al fin saco su pene del maltrecho conejo de la chica mientras que Walter hacia lo miso pero seguía masajeándose la poronga, Pamela por su parte tosía y escupía los fluidos que no había logrado tragar, mientras todos se reponían un poco de la ardua labor física Walter interrogo a Don Armando: -¿Cómo es que te has animado a violar a esta putita?. . -No la he violado, bueno no del todo. - No entiendo, como que no del todo. -Bueno ella necesitaba dinero, mi dinero y como yo soy muy generoso se lo he dado, pero también soy empresario y de alguna manera ella ha tenido que pagarme, por eso es que estamos aquí. -Entonces ¿tú le das dinero a cambio de sexo?. -No necesariamente, ella me ha firmado unas letras y cada vez que yo quiero que ella me haga un favor le devuelvo una letra. -¿Pero si ella te liquidara?. -Podría ser, pero eso no va a pasar, no tiene lo suficiente para pagarme ninguno de los pagares. Mientras los dos hombres de negocios estaban hablando Pamela ya se había repuesto un poco, Don Armando que fue el que se dio cuenta que la chica ya estaba lista para seguir con la acción, le ordeno a esta que se pusiera de pie para que Walter pudiera verla, la chica así lo hizo, al ponerse de pie Walter al fin pudo ver todo lo que no le permitió ver el vestido en la tarde, mientras ella permanecía estática, el argentino parecía niño en dulcería, pues no paraba de girar alrededor de la chica viéndola de pies a cabeza pues ella estaba con el vestido completamente enrollado en la cintura, la tanga que había llevado puesta ya hacía rato la había terminado de arrebatar Don Armando de su cuerpo, por tal motivo su sexo estaba completamente desnudo y de esa forma Walter pudo apreciar las preciosas nalgas de la hembra. Don Armando que al igual que Walter estaba observando a la chica en todo su esplendor se sentó en el sofá y con la verga bien parada le dijo a la chica: -Ven aquí preciosa. Pamela se acercó temerosamente y al estar cerca de aquel viejo, este la tomo por la cintura e hizo que se diera vuelta quedando ella de espaldas a él, Don Armando rápidamente enterró su cara entre las nalgas de la chica y empezó a lamer el apretado agujerito, Pamela estaba aterrada, sabía lo que seguía, seguramente aquel hombre querría romperle el culito de una vez por todas, pero ella no tenía escapatoria, mientras pensaba esto aquel viejo ya había dejado de chuparle el ano y ahora sostenía su pene con una mano y con la otra agarraba a la chica de la cadera y la guiaba poco a poco hasta abajo, ella solo sentía como aquel pene empezaba a entrar entre sus nalgas y el glande empezaba a hacer presión en su ano, poco a poco sintió como empezaba a arderle el culo pues no estaba a acostumbrado a ser tan forzado por algo tan grande, se aferraba a lo que podía y apretaba los dientes, le dolía enormidades, y solamente había entrado la cabeza del pene, ella trataba de resistirse un poco poniendo fuerza en sus piernas y así evitando que bajara a la velocidad que deseaba aquel viejo, pero Don Armando ya estaba impaciente así que tomo con las dos manos a la chica por las caderas y jalo bruscamente hacia abajo forzando el pobre culo de la chica a recibir de una sola embestida aquella gorda verga, eso ocasiono que la chica gritara una vez más pero ahora mucho más fuerte y miserablemente: -¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyy!, Me Duele, Me Duele Sácalo, Me Duele ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyy!. Gritaba desesperada mientras pataleaba y trataba de enderezarse, pero aquel viejo la tenía bien sujeta por la cintura impidiendo que ella pudiera escaparse, como podía Don Armando le bombeaba una y otra vez el nabo en el culo, haciendo que la chica no dejara de gritar y llorar, era tan morbosa la imagen que Walter quien lo estaba presenciando todo no aguanto y se abalanzo encima de la hembra, la sujeto de las piernas y separándolas apunto su pija bien erecta a la entrada de la vagina, la chica veía horrorizada que aquel hombre también la iba a penetrar, pero como ella no se quedaba quieta mientras la estaban Cogiendo, Walter no había podido lograr su cometido y ahora estando él entre las piernas de la chica, puso una mano encima de su abdomen y con la otra sujeto su pene y apunto nuevamente a la entrada de la chica, ahora le dijo a su socio: -Agárrala duro pendejo, que me la voy a clavar. Don Armando que ya estaba perdido le enterró una vez más el pene a la chica y con una mano le tapó la boca, con la otra la seguía abrazando por la cadera para tenerla inmovilizada, esto aprovecho aquel viejo argentino para ahora si lograr clavarle la zanahoria en la concha de la chica, la cual trataba de gritar pero no podía pues le tenían tapado la boca y solos se escuchaba un desesperado y desconsolador: -Mmmmmuuummmmmgggghhhhhh Mmmmmm. Pero ya teniéndola ensartado los dos hombres empezaron a bombearle una y otra vez, era tanto el placer que sentían los machos que a Don Armando le dio igual que la chica siguiera gritando y le soltó la boca para que pudiera jugarle una teta pues la otra estaba siendo chupada por Walter quien con una mano le acariciaba las piernas y con la otra le apretaba las nalgas, aquel trio estaba tan fundido que no se sabía dónde empezaba un cuerpo y terminaba el otro, la chica no dejaba de gritar desesperadamente: -Deténganse, Por Favor, Me Duele, Sáquenlos, Sáquenlos, Déjenme, Me Hacen Daño. Pero aquellos viejos estaba en el cielo destrozando a aquella mujer, desafortunadamente para Don Armando su sobre peso le estaba haciendo una mala pasada y prácticamente empujando a la chica desbarato aquel sándwich de placer que habían formado, Walter quien vio que su socio había empujado a la hembra por que se estaba asfixiando se separó y así al fin Pamela pudo descansar un instante de la brutal forma en la que la estaban penetrando. Don Armando estaba agitado pero aún tenía la verga erecta y estaba muy excitado, por tal motivo le ordeno a la chica que se tumbara boca arriba en el escritorio, pero ella ente lágrimas empezó a suplicar: -Noooo, Por favor ya no, se lo ruego. Pero antes de que la chica dijera algo más Walter la tomo del cuello y asfixiándola prácticamente al cargo hasta el escritorio donde hizo que se pusiera boca arriba mientras él no dejaba de estrangularla, ahora mientras ella forcejeaba para jalar aire, Don Armando rápidamente se puso entre sus piernas y colocando su glande entre los labiosa vaginales de la chica, solo tuvo que empujar un poco para lograr penetrarla, de esa forma mientras la chica luchaba para que Walter no le apretara tanto del cuello, Don Armando había empezado su mete y saca, pero como ya hacía bastante que habían estado cogiendo aquel viejo, ya estaba a punto de venirse y por tal motivo acelero sus embestidas, Pamela a quien ya no le estaban apretando tan fuerte el cuello se dio cuenta de que Don Armando se vendría adentro de ella, por tal motivo empezó a llorar y a suplicar una vez más: -No lo eche adentro, sácalo por favor, se lo suplico. Pero era demasiado tarde Don armando se aferró a las nalgas de la chica y le clavo la verga lo más profundo que pudo mientras sentía como se corría y le llenaba la concha de leche, después de eso el viejo exhausto se hecho una vez más en el sofá mientras su pene bajaba de tamaño y se tornaba flácido. Pamela estaba ahí encima del escritorio con las piernas abiertas mientras de su panocha escurría el semen que le había depositado Don Armando, Walter quien no se había venido estaba como burro en primavera y no aguantaba más así que rápidamente fue al otro extremo del escritorio y le dijo a la chica: -Bueno nena, ya te han llenado la concha de leche ahora es el turno de tu estrecho orto. Don Armando que estaba sentado en el sofá inmediatamente replico. -De eso nada Walter, ese culito es solo mío. -no seas así Armandito, con ese culito seguramente aprieta muy rico y yo no quiero perdérmelo. -he dicho que no Walter. -Dejemos que la putita decida, Pamelita me harías el honor de permitirme romperte el culito. -por favor no, se lo ruego. “mientras encogía las piernas” -vez Walter, solo quiere mi verga en su culo. El viejo argentino no aceptaría un no como respuesta y le hizo una propuesta a la chica: -Si me dejas culearte yo liquidare uno de los pagarés que le tienes firmando a Armando. Pamela rápidamente pensó, aunque me niega este viejo terminara violándome por atrás, es mejor que cuando menos mi cuenta disminuya un poco, mientras ella pensaba eso Don Armando ya se había molestado por lo que estaba sugiriendo su socio y dijo: -No Walter ese culito es mío y no lo comparto. El argentino por otro lado no dejaría pasar la oportunidad de culearse a la chica, pero no tuvo que volver a insistir pues antes de que se dijera algo Pamela rápidamente contesto: -¿Si le permito que me coja por el culo usted pagara una de las letras y yo ya no deberé esa?. . El argentino sorprendido le contesto afirmativamente moviendo la cabeza, mientras Don Armando estaba simplemente ahí sentado estupefacto pues la chica había aceptado las condiciones que le había planteado Walter, pero aun así Don Armando trato de impedirlo diciendo:

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