Esto le ocurrió a una joven chica llamada
Pamela, ella tendrá unos veinticinco años de edad, se había casado hacia algún tiempo,
quizás unos tres años, una chica común y corriente, salvo por su belleza, era
de piel Pamela, cara bonita, cabello lacio que llegaba hasta la mitad de su
delicada espalda y cuerpo bien formado, tenía unas tetas grandes y bien
paradas, una cintura pequeña, unas caderas pronunciadas que eran seguidas por
unas hermosas y carnosas piernas, solo eran opacadas por su buena repingona Cola
que formaban un enorme corazón en la retaguardia de la chica. No cabía duda la
chica tenía una belleza llamativa que no pasaba desapercibida para sus amigos,
vecinos y conocidos, estaba extremadamente buena, no era raro que cuando iba
sola por la calle la chica oyera alguna vulgaridad como: -¡Seguro que los que se hacen pajas pensando en ti, mueren de
sobredosis!. -¡Pamela!, ¡Qué necesitas señalización!, ¡Qué con tantas curvas,
uno se mata!. Eso ya era común para ella que hacia oídos sordos a la persona
que le faltara al respeto, ella sabía que la miraban desnudándola con la vista,
seguramente muchos de ellos pensando en que placentero seria meterle la verga,
imaginando que la chica chupara sus penes erectos, abrirle las piernas y
penetrarla por la concha clavándosela, pero todo eso no le importaba a la
chica, no le interesaba que miraran y seguramente imaginaran, aunque no dejaba
de incomodarle. Mientras tanto Jesús, su esposo un
hombre unos pocos años mayor a ella, se sentía el hombre más afortunado del
mundo, pues a pesar de no tener dinero y ser un simple trabajador estaba casado
con tan hermosa y suculenta hembra. El esposo de la chica trabajaba como
albañil y recientemente había sacado un crédito bancario para comprar una
modesta casa que pagaría con mucho esfuerzo, pero desafortunadamente para su
esposa, el muchacho tuvo un accidente al regresar del trabajo y quedo en coma,
al trabajar por su cuenta el joven no tenía ninguna clase de seguro médico, por
lo cual todos los gastos de hospitalización correrían por parte de su familia,
en este caso, de su esposa. La muchacha repentinamente se vio sola, pues no
tenía familia y su esposo estaba en el hospital, las cuentas del hospital
rápidamente empezaron a llegar y no había forma de pagarlas pues el que traía
el dinero a casa era su marido y por más que tenían dinero guardado este
rápidamente fue consumido por las cuentas, la chica inmediatamente pensó en una
forma de ganar dinero, pero desafortunadamente tendría que sacrificar el estar
al pendiente de su esposo el cual yacía en el hospital, y más para su pesar de
la chica, los trabajos que lograba encontrar no solventaba todas las cuentas,
de hecho al no tener grandes estudios tenía dificultades para encontrar
trabajo, afortunadamente vio en el periódico un anuncio de asistente en oficina
que ofrecía buenos ingresos, seguramente algo así como secretaria de alguien,
pensó. La joven mujer decidida fue a una entrevista de trabajo y para tratar de
resaltarse entre las demás aspirantes decidió vestirse de manera provocativa,
así que va a su armario y de ahí saca un vestido blanco sin espaldar, de
minifalda con un gran escote y que se amarraba por atrás del cuello además de
que se pondría unos tacones de punta de aguja blancos y muy altos, ella sabía
que se veía muy provocadora, tal vez hasta impúdica, pero haría todo para
quedarse con aquel trabajo, no era opción, el salario que habían publicado era
bueno y no pedían muchos requisitos así que tenía que ser suyo el puesto. Vestida
de esa forma la mujer salió de su casa para dirigirse a la dirección donde era
la entrevista, así que tomo el transporte público, no podía dejar de sentir las
miradas obscenas de todos los hombres que la veían pasar, y mientras se dirigía
al autobús escuchaba cualquier clase de tonterías, algunos se tocaban el
paquete que se les formaba al verla pasar, pero ella seguía su camino sin hacer
caso. Por todo el camino siguió escuchando chiflidos, majaderías e inclusive
cuando paso enfrente de una construcción por una calle solitaria, desde la
acera de enfrente uno de los obreros saco su pene erecto y la llamo para que
volteara a verle, gritándole: -!!!Hey Puta¡¡¡ mira como me has puesto, ¿acaso
no se te antoja?. Y ella ruborizada y atemorizada porque la siguieran e
intentaran hacerle algo, siguió su camino tratando de llegar lo más pronto
posible a su destino. Ya en la oficina donde serían las entrevistas y un poco
más tranquila, se sentó en la sala de espera hasta que le llamara por la
persona que iba a entrevistarla, mientras que las demás aspirantes al puesto
que ella pretendía la miraban y cuchichiaban entre ellas. Ella solo alcanzo a escuchar como una decía: -Seguro
esta puta ofrecerá la cola para quedarse con el trabajo la muy zorra. Pamela
solo pensaba en lo bajo que había caído, iba a intentar coquetearle a un
desconocido para obtener un empleo, pero no tenía otra opción, su esposo estaba
en el hospital y las cuentas tenían que pagarse así que decidida a conseguir
ese trabajo se quedó sentada hasta que escucho su nombre y se dirigió a la
oficina, al entrar vio a un hombre algo mayor, tendría unos 65 años era moreno,
muy moreno, el poco cabello que le quedaba a los costados de la cabeza ya era
blanco, estaba obviamente pasado de peso, tenía desalineada la barba, respiraba
por la boca y estaba sudando a pesar de que la habitación estaba climatizada,
obviamente por su obesidad, eso estaba pensando Pamela, hasta que esté hombre
la miro, aquel viejo la estaba viendo fijamente e inmediatamente le pidió a la
chica que se sentara. Pamela obedeció percatándose de como aquel hombre no le
quitaba la vista de encima, seguramente morboseando la figura de la chica, que
solo sentía como aquel hombre la miraba de arriba hacia abajo haciendo una
larga pausa en sus piernas. La entrevista fue breve, preguntas de rutina,
hablaron de su experiencia laboral y cosas propias de una entrevista de
trabajo, al final despidiéndose con un apretón de manos y el clásico “gracias
por venir, nosotros nos comunicaremos con usted”. Pamela pensó que de nada
había servido aquel viaje tan vergonzoso que había hecho, pero ahora tendría
que regresar a casa y una vez más tendría que pasar penurias, seguramente por
aquellos hombres mal educados que se toparía en el camino y le dirían
vulgaridades, así que resignada siguió su marcha a casa, triste y pensativa en
su situación, la chica tomo el autobús de vuelta a su hogar y no pudo dejar de
percatarse en como el chofer de aquel Micro no le quitaba la mirada de encima
mientras ella subía los escalones, muy probablemente para intentar verle la
tanguita cada vez que ella levantaba las piernas pues la falda de su vestido
era minúscula, pero la muchacha tenía otras cosas en que pensar y no le dio
importancia así que inmersa en sus pensamientos llego a su hogar, inmediatamente
entrando a su casa y solo después de cerrar la puerta se quitó toda la ropa y
se metió al baño para darse una larga y refrescante ducha , al salir no tenía
apetito así que se tumbó en la cama sin cenar y solo para dormir de una buena
vez pues esa noche no había podido ir a ver a su esposo. A la mañana siguiente
la chica estaba profundamente dormida, solo el ruido de su teléfono sonando la
despertó, así que se apresuró a contestar seguramente serán noticias de mi
marido pensó, pero no era así, la mujer no lo podía creerlo, era del trabajo
que había ido a solicitar el día anterior, le habían dicho que se presentara a
ser capacitada en la tarde, la chica entusiasmada y alegre, pues sería un gran
alivio a su situación económica, obedeció las instrucciones que le habían dado,
así que ahora ataviada con ropa provocadora pero mucho menos llamativa que el
día anterior, pues ahora iba vestida con unos jeans azules que le sellaban todo
el corazón que formaba su culo, unos tacones negros altos y una blusa de
tirantes negra ceñida al cuerpo que resaltaba sus enormes y bien paradas tetas,
se dirigió al que sería su lugar de trabajo. Al llegar a las oficinas que
estaban en el piso más alto de un edificio, fue recibida por la secretaria que
la capacitaría y de la cual ocuparía el lugar, era una mujer ya mayor que se
jubilaría prontamente y al verse con Pamela la señora se quedó sorprendida pues
su jefe no acostumbraba contratar chicas jóvenes, pero ya entrando en platica
Pamela le explico su situación y al parecer la capacitadora entendió un poco el
porqué de su contratación, la mujer no estaría mucho tiempo enseñándole a
Pamela. Prontamente dejaría la empresa para disfrutar su jubilación, era tan
poco el tiempo que le estaría enseñando que, Pamela solo tenía una semana para
aprender todo, así que más pronto que temprano la chica se puso a disposición
de su instructora y mostrando que era eficiente se ganó la confianza de esta, a
los dos días que había empezado a ser capacitada le toco a Pamela llevarle
algunos papeles a su jefe, la sorpresa fue grande cuando vio que el hombre que
era su jefe, era el mismo que la había entrevistado, aquel tipo moreno ya mayor
que le había causado tanta incomodidad en la entrevista, la chica le sonrió por
compromiso más que por otra cosa y dejándole los papeles en el escritorio se
marchó de la oficina, pero no sin dejar de sentir ni un solo segundo como aquel
tipo le clavaba la mirada en la cola cuando le dio la espalda. Al salir de esa
oficina le pregunto a la mujer que le estaba enseñando ¿cómo se llamaba su
jefe?. La mujer contesto, se llama Armando, Don Armando, así te dirigirás a él,
le dijo. Los días continuaron y ya casi para el final de la semana, era
viernes, Pamela estaba muy cansada pues al salir del trabajo solo iba a su casa
para bañarse, comer y dirigirse al hospital, por lo tanto dormía poco, se veía
muy agotada así que solo miro, como un muchacho, muy pasado de peso, con
grandes granos en la cara, lentes y extremadamente moreno y más bajo que ella
que, no era muy alta, se dirigía hacia ella preguntándole: -¿Está mi papa en su
oficina?. Pamela le llamo por interfono a Don Armando y le pregunto si podía
dejar pasar al que aparentemente era su hijo, Don Armando le respondió que sí,
así que lo dejo pasar, al poco rato Don Armando mando a llamar a Pamela, está
asustada pues pensaba que había hecho algo mal, se dirigió a la oficina de su
jefe y ya adentro Don Armando le hablo diciéndole: -Pamela este es mi hijo
Yair, te lo presento porque como trabajaras aquí, lo veras constantemente así
que trataras a menudo con él. La chica sin moverse de su lugar se hizo hacia
adelante inclinándose un poco y estirando su brazo para darle la mano al
muchacho, pero dejando ver por encima de su escote su bien formado par de
tetas, lo cual no paso desapercibido para el muchacho que rápidamente clavo su
vista en los enormes pechos de la mujer, la cual se percató de como aquel joven
la miraba lujuriosamente, Pamela pensó “no cabe duda es igual de morboso que el
padre”, pero no paso a más y rápidamente fue mandada nuevamente a su puesto de
trabajo haciendo que se retire de la oficina dejando a aquel par de lujuriosos
padre e hijo. Ya era viernes y ultimo día en el que Pamela compartiría labores
con Mari que era la mujer mayor que le había enseñado todo lo del trabajo,
desde cómo hacerle el café que le gusta a Don Armando hasta, como manejar a los
insistentes que querían una entrevista con él, en esa semana Pamela había
aprendido muchas cosas de su nuevo jefe, desde que había enviudado hacia un año
y que Yair era el hijo único de Don Armando, pero estaba extremadamente cansada,
pues toda la semana había estado de su trabajo a su casa y de ahí al hospital,
así que ese fin de semana se dedicaría exclusivamente a estar con su esposo y
así lo hizo. Al lunes siguiente estando ahora sola trabajando con Don Armando
todo transcurrió sin novedad hasta la noche en que Pamela regreso a casa, para
su sorpresa al entrar se topó con un sobre rojo en su buzón, era un sobre del
banco donde su esposo había sacado el crédito para la casa, ahora recordaba que
su esposo con tal de ahorrarse algunos pesos había denegado al seguro que le
habían ofrecido en el crédito, así que ahora el banco estaba exigiendo el pago
de la casa o cuando menos un abono, dinero que Pamela no tenía, la chica muy
preocupada fue a recostarse pues era tarde, y a esa hora poco y nada podía
hacer, al día siguiente la chica decidía y llena de temor pues tenía poco
tiempo en la empresa se dirigió a la oficina de Don Armando y completamente
temerosa le pidió hablar con él, respecto a lo que estaba atravesando, el viejo
escucho como Pamela le explicaba su situación y que necesitaba urgentemente un
préstamo para pagar algo al banco y quitárselos de encima un tiempo, además que
tenía a su esposo hospitalizado, la muchacha estaba desecha, y aquel hombre
solo escuchaba como ella entre sollozos le pedía un préstamo así que con voz
fría y firme Don Armando le dijo: -Niña estas empezando en este trabajo, pero
en esta empresa no se dan prestamos… Hubo un silencio largo mientras Pamela
agachaba la cabeza, pero pronto aquel momento incomodo fue interrumpido por las
palabras de Don Armando. -Sin embargo abría una forma, claro si tu aceptas. Pamela
entusiasmada reacciono diciendo -Claro, hare lo que sea. La chica había
contestado tan rápido que no se percató de que al decir “lo que sea” dejaba
abierto a interpretación pero eso era lo de menos para Don Armando que ya tenía
todo planeado así que le dijo a la chica: -Mira tú eres una mujer joven y
hermosa, mi hijo es un adolecente, por su aspecto sé que es difícil que las
chicas lo sigan pero al menos he notado que tú le has gustado bastante, así que
lo que quiero es que mi hijo debute contigo. La chica se quedó helada, por la
propuesta tan repugnante que le estaban haciendo por sorpresa y llena de rabia
pensando para sí misma “que ha creído este viejo que soy”. Así que rápidamente
se puso de pie miro con rabia a Don Armando y le dijo que eso no era posible
pues ella era casada y no estaba dispuesta, al escuchar esto aquel viejo le
contesto. -No te preocupes niña, puedes desocupar el escritorio y retirarte
pues no eres requerida más aquí, si cambias de parecer sabes dónde encontrarme.
La chica enfurecida salió de la oficina tomo su bolso y se dirigió a su casa,
pero al llegar ahí encontró otro sobre, ahora era rojo y venía con una orden de
desalojo, el banco estaba exigiendo la liquidación total de la casa o que la
desalojara a más tardar en tres días o tomarían medidas legales, la chica
estaba entre la espada y la pared así que tomo nuevamente su bolso y llorando
se fue al hospital donde al costado de la cama de su esposo meditaba en que es
lo que haría, entre lágrimas tomo una decisión así que a la mañana siguiente
vestida con la misma ropa del día anterior y Claramente desvelada se dirigió a
la oficina de Don Armando y viendo que su puesto ya había sido ocupado por otra
persona pidió verse con su “ex-jefe” el cual al escuchar que se trataba de
Pamela rápidamente la dejo pasar. Ya en la oficina del hombre, la chica que no
podía ni verle a los ojos le dijo: -¿Que pasara si acepto su propuesta? ¿Pagara
todas mis deudas?. El hombre le miro a la muchacha que estaba sentada enfrente
de él y frívolamente le contesto: -Depende, de ¿qué tan bien te portes?, de
¿cuánto es lo que pides? y de ¿cuánto tiempo me intereses?. La chica se sentía humillada
por la forma en la que se expresaba aquel viejo, como ¿Qué? “¿cuánto tiempo me
intereses?” acaso era un artículo que pasaría de moda, pensaba la chica, pero
no estaba en condiciones de replicar y mientras ella pensaba eso, aquel viejo
le hablo diciéndole: -¿Cuánto dinero es el que necesitas? Chiquilla. Pamela
temblorosa porque era una fuerte cantidad de dinero solo saco de su bolso el
sobre que le había llegado del banco y extendiendo la mano hacia Don Armando lo
puso en su escritorio, el viejo tomo el sobre lo abrió y leyó lo que había
escrito en el papel, miro a la chica por encima de sus lentes y le dijo: -dos
cientos mil pesos, ¿es eso lo que requieres?, ¿sabes que por ese precio le
puedo conseguirle a una vedet a mi hijo?. Pamela agacho la cabeza, apretó su
bulto y mientras sacaba fuerzas de flaqueza para no llorar escucho cuando el
viejo le dijo: -Bueno, pero desafortunadamente tú le has gustado al muchacho,
hagamos esto, te daré el dinero y tú me firmaras estas letras, y cada fin de
semana que estés con él te devolveré una. La chica solo veía como aquel viejo
sacaba de su cajón fajos y fajos de billetes, al final se los amontono a la
orilla del escritorio y le dio a firmar las letras, Pamela temblorosamente tomo
la pluma y firmo uno por uno cada papel, en total eran 5 letras, no cabía duda
inclusive así le estaban pagando muy buen dinero por entregarse a aquel
muchacho, Don Armando siendo un hombre de negocios y teniendo a su disposición
los medios y contactos sabía que la chica no tenía escapatoria al haber firmado
esas letras, ella tendría que cumplir con su parte del trato o él le quitaría
todo, así que ahora le dijo a la chica: -El fin de semana mi hijo no tendrá
clases y como es muy poco popular se la pasara él solo en la casa que tenemos en
la playa, toma este dinero “le arrojo una fajo de billetes” cómprate algo de
ropa, lencería, bikinis, ropa interior sexy y prendas muy provocadoras, quiero
que mi hijo se la pase espectacular, y por sobre todo será sorpresa, el jueves
por la noche te llamare y abra un auto esperándote para llevarte a la casa, mi
hijo llegara el viernes al medio día, quiero que hagas todo lo que él te pida. La
chica solo acertó a decir -Sí, señor. Tomo sus cosas y se fue, se dirigió
directo al banco, ya estando ahí realizo el pago de su casa, al salir de ahí la
chica estaba más aliviada y como todos los días que podía, se fue directo al
hospital donde se encontraba su esposo, estando ahí como todas las tardes se
sentó al costado de la cama, mientras por su cabeza solo giraban pensamientos
de que es lo que había hecho y ya entrada la noche se marchó a su casa para
ahora sí, descansar una noche en paz. A la mañana siguiente al despertar le
vinieron a la mente las palabras que le había dicho aquel viejo y ya habiendo
recibido instrucciones hizo lo que le habían ordenado, se marchó a las tiendas
de lencería y ropa, ahí la chica desganada, pues sabia en que situación usaría
esas prendas que compraba escogió los vestidos, shorts y lencería más
reveladora que encontraba justo como le había ordenado Don Armando. En la tarde
de ese mismo día recibió una llamada telefónica, era aquel viejo, le daría más
instrucciones, le había dicho que cuando se encontrara a solas en la casa de
playa se diera duchas vaginales y se hiciera enemas anales cuando se bañara,
Pamela entre ingenuidad y desconcierto no se imaginaba para que quería que
hiciera esas cosas así que sin objetar acepto. Ya en la noche y habiendo hecho
su equipaje la chica recibió otra llamada, era otra vez Don Armando que le
había mandado a alguien para que la llevara hasta la casa donde ella se
encontraría con Yair, la chica abordo el auto y fue llevada hasta la casa de
veraneo de Don Armando, era una casa grande y en una zona turística exclusiva,
tenía pisos, 6 habitaciones, 4 baños, alberca y estaba completamente amueblada,
no cavia duda aquel viejo estaba podrido en dinero, la chica se instaló en una
habitación dejo sus cosas y se dispuso a descansar. A la mañana siguiente
nuevamente recibió una llamada de Don Armando, le dijo: -Quiero que te prepares
al medio día llegara mi hijo, estate lista para lo que él disponga. Ella sabía
que lo inevitable llegaría y pensó para sí misma “Al mal paso darle prisa” se
armó de valor y se vistió con un diminuto bikini de dos piezas color amarillo,
aquella vestimenta era tan pequeña que era muy notorio cuando se le erizaban
los pezones y la tanga se le metía bien metida entre sus prominentes nalgas, no
cabía duda, aquel bikini dejaba muy poco a la imaginación, vestida con tan solo
eso se tumbó boca abajo a tomar el sol a la orilla de la piscina. En tanto, al
llegar Yair a la casa y entrar a la misma se encontró con un sobre pegado en la
puerta, al tomarlo y abrirlo leyó como en la nota decía: -“Adentro te tengo una
sorpresa, esperó la disfrutes, puedes hacerle lo que te plazca, Ella está a tu
completa y total disposición”. Yair se quedó extrañado, -“¿ella? A que se
referirá mi papá” pensó el regordete adolecente, y mientras entraba y dejaba
sus maletas en la sala, se encamina a donde se encontraba la puerta que daba
hacía la piscina, solo para encontrarse con la chica acostada encima de una
toalla en el piso y la exuberante Cola con la tanga del bikini bien enterrada
en medio de esta al sol, rápidamente comprendió lo que su padre había querido
decirle, lleno de ganas por tocarla, le hablo titubeante a la chica diciéndole:
-¿Pamela eres tú?. La chica solo voltio a ver al muchacho y quedo petrificada,
mientras Yair no perdía de vista del culo de Pamela, inmediatamente el chico se
sentó a un lado de la hembra y le puso una mano en una de sus nalgas, mientras
le decía: -Harás todo lo que te pida ¿no?. La chica sin decir nada solo asintió
con la cabeza, dándole a entender que así era, con la respuesta afirmativa Yair
sin perder tiempo metió su mano entre las piernas de la chica, y torpemente
dirigió sus dedos debajo del bikini para sentir lo cerrado que estaban los
labios vaginales de la hembra, la cual solo apretaba fuertemente los ojos
cerrándolos tratando de escapar a su realidad, mientras Yair le rosaba su raja
con un dedo, pero era imposible escapar a lo que sucedía. Yair ahora sabedor de
que tenía la situación en sus manos, le ordeno a la chica que se pusiera de pie
y se parara enfrente de donde él estaba sentado, Pamela lo hizo sumisamente,
sabía que el padre de ese repugnante muchachito no tendría piedad de ella si
este se quejaba o no quedaba completamente complacido. La chica espero
instrucciones solo para escuchar como Yair le ordenaba con voz recia: -Quítate El
Bikini, Quiero Verte Las Tetas, Quiero Verte La Concha, Quiero Verte El Culo,
Quiero Verte Toda. Pamela se quedó helada, pero sabía que no tenía otra opción
más que obedecer, así que resignándose a su futuro saciando los deseos de ese
regordete chico, hizo lo que le habían ordenado y lentamente empezó a quitarse
la parte de arriba del bikini dejando al descubierto sus grandes tetas, que a
pesar del tamaño estaban paradas y firmes con redondas y amplias aureolas con
pezones bien definidos de color rosados, la chica solo miro como en la
entrepierna de chiquillo se empezaba a formar un gran bulto, pero rápidamente
Yair le dio una nueva orden: -Ahora, quiero que te quites la tanga, quiero
verte la concha y saber si esta tan cerrada a como se sentía cuando te metí el
dedo. La chica abochornada por el comentario tomo por cada uno de los costados
la parte inferior del bikini e inclinándose, la llevo hacia abajo dejando al
descubierto su sexo y quedando completamente desnuda, solo con unos tacones
blancos que Don Armando le había ordenado llevar siempre puestos, al
incorporarse dejo ver como su concha no estaba completamente depilada, pero si
con el vello púbico Claramente delineado en forma de un pequeño triangulo que
apuntaba con el lado más estrecho justo a donde se separaban sus labios, Pamela
levanto la mirada solo para ver que Yair ya tenía el miembro de fuera de la
bermuda. La chica solo miraba como aquel muchacho acariciaba el pene que se
cargaba y que empezaba a escurrir fluidos por la excitación que tenía, en tanto
ella pensaba “como puede ser que alguien como él tenga semejante verga tan
grande y tan gorda” pues para un chico de esas características, gordo, petiso,
negro y feo, se cargaba un buen paquete, la chica lo observaba y veía con
asombro que aun cuando Yair sostenía con sus dos manos aquel pene gordo,
sobresalía la cabeza Claramente hinchada. El muchacho vio que Pamela le miraba,
así que le dijo: -¿Te gusta lo que ves?, pues ven aquí, arrodíllate y
demuéstrale tu cariño con unos buenos besos. Pamela temblando al oír lo que el
mocoso le había pedido, tomo valor y lentamente camino hacia donde estaba el
sentado, arrodillándose mientras Yair abría sus piernas y alejaba las manos de
su pene para dejarle el camino libre a la hembra, la chica se quedó ahí quieta
hasta que aquel gordo le decía: -Ahora que lo vez más de cerca, ¡dale algo de
amor!. Pamela miraba aquel miembro mientras lo tomaba entre sus delicadas
manos, era mucho más grueso que el de su esposo, el único hombre con el que
había estado hasta entonces, acercándose a aquel falo veía como el glande
estaba extremadamente hinchado y parecía iba a estallarle en la cara, con
inexperiencia la chica abrió la boca para meterse aquella verga y empezar a
chuparla, mientras los labios de Pamela cubrían aquel pene, el muchacho no
cabía en sí de felicidad, solo sentía como la chica empezaba a lamerle el nabo
teniéndolo tragado, era tanta la excitación que tenía que tomo a la chica por el
cabello y la empujo hacia abajo clavándole toda su poronga en la boca, mientras
esta forcejaba como podía, pues sentía que le llegaba muy al fondo y le impedía
respirar, durante algunos minutos Yair tubo en esa situación a Pamela la cual
dejaba salir lágrimas de los ojos, por la forma en la que le Cogían la boca y
por lo humillante que le resultaba esa situación. Yair al ser inexperto en el
ámbito sexual, no tuvo mucho aguante lo que ocasiono que al poco rato, “que a
la chica le pareció una eternidad” termino derramando todo su Semen en el
interior de la boca de la hembra, a la cual soltó después de haber tenido su
primera Eyaculación derivada de una buena mamada. Pamela se arrastró a gatas a
un lado mientras tocia y escupía el poco semen que no se había tragado,
mientras ella chillaba ahí tirada en el suelo, Yair se recuperaba de su venida,
y miraba a la chica ahí tirada a sus pies completamente desnuda, lo cual hizo
que el muchacho se empalmara nuevamente y mirando a su alrededor vio por las
puertas de cristal un sofá enorme, lo cual le dio una idea, poniéndose de pie
sujeto de un brazo a la chica y prácticamente arrastrándola hasta adentro de la
casa mientras ella seguía gimoteando, la arrojándola al sofá dejándole boca
arriba y le dijo: -Ahora abre las piernas que quiero romperte la concha. La
chica replico -No, por favor, ya no, te lo ruego. Pero Yair estaba decidido a
poseerla, así que tomándola de los tobillos le obligo a abrir bien las piernas,
Pamela a pesar de no querer, estaba consciente de la situación, solo por eso se
quedó en la posición en la que la habían puesto pero sin dejar de llorar,
mientras tanto Yair acariciaba con una mano la entrepierna de la chica y con la
otra sostenía su miembro erecto apuntándolo a la entrada de la vagina y acercándose
poco a poco hasta que empezó a presionar contra ella con su glande, Pamela le
hablo nuevamente, suplicándole: -No por favor, no lo hagas, pero si lo haces,
por favor usa condón, no quiero quedar embarazada. Pero Yair hizo caso omiso a
las suplicas y presiono con más fuerza logrando su cometido y metiendo su
poronga en la vagina de la chica, la cual al sentir como esa enorme verga
invadía su Vagina sin ser lubricada antes, dejo salir un grito: -Aaaahhhhhhhhhhhhhhh!
Aaaahhhhhhhhhhhhhhh! Ahhhhhhhhhhhhhhh! Ahhhhhhhhhhhhhhh! Ahhhhhhhhhhhhhhh!
Aaaayyyyyyyyyyyyy! Aaaayyyyyyyyyyyyy! Aaaayyyyyyyyyyyyy! Aaaayyyyyyyyyyyyy!. Y
justo en ese momento mientras la chica trataba de separar con las manos al
macho que la tenía clavada, Yair se aferró a las caderas de la chica para tener
más apoyo al embestirla y así lograr clavarle el nabo lo más profundo posible,
Pamela le empujaba en el pecho al muchacho y movía las piernas pero, solo
sentía como aquella verga gorda entraba y salía de ella, mientras sentía la
enorme pansa del muchacho chocando con su exquisito vientre plano, ella solo
gritaba de dolor y humillación a cada embestida que le daban. De repente la
chica solo sintió como el muchacho se dejaba caer encima de ella y veía
horrorizada como este trataba de alcanzar sus pechos y más específicamente sus
pezones con la boca, Pamela solo chillaba y por sus mejillas caían sendas
lágrimas, mientras Yair al fin había logrado su objetivo y ahora lamia,
chupaba, mordisqueaba y succionaba con fuerza los erizados pezones de la hembra
que en ningún momento mientras se la estaban cogiendo había dejado de llorar. Yair
sin sacarle la verga, metió las manos debajo de la chica la agarro de las
nalgas apretándolas fuertemente la cargo y se giró para ahora él sentarse en el
sofá mientras la chica se arrodillaba en el mismo sin dejar de estar clavada,
Pamela solo sentía como los inquietos dedos del regordete muchacho hurgaban en
sus cachetes tratando de encontrar su ano, por lo cual la chica suplico
nuevamente: -¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! ¡¡¡¡Ya basta, te lo ruego,
por favor ¡¡¡Para!!! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh!. Pero nuevamente
Yair la ignoro y apretándola contra él sujetado de las nalgas de la chica, le clavo
en las entrañas lo más profundo que pudo su verga, provocando que de la hembra
nuevamente se desprendieran gritos de dolor -¡Uyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyyyyyy! Diooos Es Enormeeee y Muuuy Gordaaaa ¡Ayyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyyyyyy!, fue solo hasta que Yair se detuvo que le dijo a Pamela: -Quiero
que ahora tú me saques la Leche, cabalga puta y haz que esa conchita tuya se
tome toda mi leche. El muchacho ya sabía que aunque ella suplicara de nada le iba
a servir, por eso Pamela se resignó, puso sus manos encima de los hombros de
Yair y apoyando sus rodillas en el sofá ahora ella era la que con el movimiento
de sus torneadas caderas subía y bajaba de la gruesa verga del muchacho,
mientras ella hacia esto Yair no había soltado las nalgas de la chica seguía
sobándolas de forma feroz pero torpe. Sin percatarse Pamela empezó a dejar
salir pequeños gemidos -¡Uhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! Diooos
¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh!, y su vagina ahora estaba rebosantes de jugos, no
cavia duda su cuerpo la estaba traicionando, inconscientemente le había
empezado a gustar el sentirse tan llena de esa gorda y venosa verga y mientras
ella seguía en su idilio subiendo y bajando de aquel pene, fue interrumpida
bruscamente pues Yair le agarro fuertemente las nalgas y la inmovilizo
apretándola contra él, metiéndole hasta el fondo su nabo, la chica rápidamente
se dio cuenta de lo que sucedía “el chico Acabaría adentro de ella”, pero era
inevitable, pues justo en ese momento sintió como su interior se llenaba de la
leche caliente de ese según ella “chiquillo”. La chica solo sentía como cada
vez estaba más llena de la Leche de Yair, así que pasando por encima de él una
de sus piernas se puso de pie, zafándose al fin de ese pene que la había
llenado, mientras el muchacho se encontraba en el sofá, prácticamente ido, sin
pantalones y con la verga ya algo flácida después de haber Acabado adentro de
la chica, la cual mientras caminaba hacia el baño para asearse un poco sentía
como por sus muslos escurrían hilos de esperma y como de su vagina salían
borbotones de leche de aquel muchacho. Al salir del baño, Pamela miro hacia el
sofá y ya no vio a Yair ahí, miro hacía la ventana y pudo ver que ya era de
noche, habían estado cogiendo un largo rato, así que pensando que todo había
terminado por ese día la chica se dispuso a ir a su habitación, pero de la
cocina la voz de Yair le hablo diciéndole: -Báñate, y quiero que te pongas solo
una blusa pequeña sin nada más que tus tacones, te espero en mi habitación,
quiero que me despiertes con una rica mamada en la madrugada y no quiero volver
a ver que llores, sé que lo disfrutas igual o más que yo. Pamela bajo la cabeza
y se fue a su cuarto el cual contaba con baño, ahí se dio una ducha mientras
lloraba en silencio y pensaba en lo bajo que había caído “ser la puta de un
chiquillo” sin embargo de nada le servía llorar, termino de bañarse y espero
pacientemente hasta que fueron cerca de la 1:00 am, no había podido conciliar
el sueño, la sola idea de “que se le ocurriría a Yair ahora” no se lo permitió,
cuando miro el reloj se dispuso a seguir ordenes, busco entre sus ropas y
encontró una pequeña blusa morada que tenía como espaldar adornos de encaje
calados permitiendo verle toda su torneada espalada, era de tirantes y con un
pronunciado escote, además de que con la temperatura de la madrugada sus
pezones estaban erizados lo cual se le notaba a leguas, ataviada con solo esa
blusa y sus tacones, la chica cruzo la casa hasta llegar a la habitación de
Yair, la cual era la única que tenía encendida la luz, al entrar pudo ver que
la luz que veía provenía del televisor encendido y que Yair estaba en la cama
acostado, profundamente dormido, sin pantalones y con la pija al aire. Pamela
se acercó a la orilla de la cama, miro al chico ahí tumbado y mientras se
detenía a contemplar esa regordeta verga, inconscientemente empezó a mojarse,
la chica puso una rodilla encima de la cama y acercándose cuidadosamente para
no despertar al macho, tomo con suavidad la poronga en una mano, mientras que
con la otra empezaba a sobarle los testículos, cuando hizo esto la chica, aquel
pene reacciono inmediatamente empezando a ponerse firme y justo en ese momento
Pamela sin que nadie le dijese nada se abalanzo sobre aquella verga y empezó a
chuparla mientras no dejaba de masajear los huevos del chico y con la otra mano
apretaba la base del pene que no había logrado cubrir con su boca, de Yair se
desprendían gemidos de placer pero permanecía dormido, y la chica seguía
prendida a esa verga, cual niño a una paleta. Repentinamente Pamela reacciono y
se dio cuenta de que había empezado a agárrele el gusto a eso de chuparle la
verga a Yair, justo cuando reacciono y quiso detenerse, sintió como una mano la
sujetaba del cabello y le hacía tragarse hasta el fondo aquel pene que tenía en
la boca, la brusquedad con la que le enterraban la verga en la garganta
empezaba a causarle arcadas hasta que sintió que aflojaban un poco, rápidamente
pensó “No, otra vez se vendrá en mi boca, no quiero volver a tragarme su
asquerosa Leche”. Pero nada más alejado de la verdad, Yair le había soltado del
cabello y cuando ella lo miro pudo ver como este tenía una sonrisa de oreja a
oreja, la chica no sabía que era lo que seguía pues Yair aún tenía la verga bien
erecta y apuntando al cielo, pero este solo le ordeno que se trepara a la cama
y se pusiera de pie en esta, la chica obedeció aunque el estar de pie ahí le
causaba problemas por los tacones que traía puesto, así que con algo de
dificultad y mucho esfuerzo logro quedarse de pie en la cama, mientras Yair
estaba de rodillas en la misma y estando de frente con ella empezaba a jugarle
las nalgas y a chuparle torpemente la concha, solo para girar alrededor de la
hembra y besarle cada centímetro de sus caderas, hasta llegar a sus
pronunciadas nalgas las cuales también beso y que en dado momento separo con
las manos dejando al descubierto el pequeño ano de la chica, la cual solo dejo
escapar de entre sus labios un pequeño y casi insonoro -¡Uhhhh! “No”, mientras
Yair enterraba su cara entre los cachetes de la chica y con la lengua empezaba
a chuparle el pequeño agujero, Pamela hasta ese momento pensó que sabía el
porqué de la orden que le dio Don Armando de hacerse enemas anales. Yair ya
estaba a cien así que no aguanto más e intentando ponerse de pie tomando a
Pamela por las caderas y la derribo dejándola en cuatro encima de la cama, la
chica pensaba que Yair nuevamente la iba a Coger y no estaba tan lejos de la
verdad, pero fue solo hasta que sintió como el muchacho empezaba a presionar
con la cabeza de la verga en la entrada de su ano que se dio cuenta de sus
intenciones, estaba intentando Cogerla analmente, Pamela rápidamente trato de
arrebatarse haciéndose hacia adelante y alejando su precioso culito de aquella
verga que intentaba encajarse en ella, mientras gritaba horrorizada. -No, por
ahí no, eso no, me dolerá, nunca me lo han hecho por ahí. Soy Virgen Por Atrás.
Esas palabras prendieron más al chico, que la tenía sujetado con un brazo por
la cadera y con su otra mano estaba guiando su pene al virginal culo de la
chica, la cual no paraba de chillar y de pedir piedad, pero Yair no iba a echar
marcha atrás y menos cuando había escuchado que tenía la oportunidad cogerse el
culito virgen de la que era sin duda la mujer que más le había gustado hasta
ese entonces, así que tomándola con más fuerza empujo su pene a la entrada del
ano, por su inexperiencia lo intento varias veces sin lograr su cometido, hasta
que con la fortuna de un principiante en una de sus embestidas logro enterrar
el glande en el ano de la chica, provocando que de esta se desprendiera un
fuete grito de dolor -¡Uyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! Diooos
Noooo ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy!, mientras sus ojos empezaban a
llenarse de lágrimas las cuales empezaban a escurrir por sus mejillas. Yair ya
teniendo la cabeza de su pene enterrada en el culo de la hembra, empujo fuerte
haciendo que un pedazo más de su verga entrara en el culo de la chica y
provocando que esta soltara otro grito desgarrador -¡Uyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyyy! Diooos Mioooo Noooo Pooor Favooor Noooo Maaas Noooo ¡Ayyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyyy!, mientras apretaba con todas sus fuerzas las sabanas de la cama,
el chico nuevamente empujo ahora con todas sus fuerzas logrando que ahora si
todo su miembro entrara en el ahora estrenado ano de la chica y causando que
está ahora para aguantar el dolor mordiera las sabanas, pero dejando salir aun
así un gemido de dolor -¡Uhhhhhh! ¡Ohhhhhhh! ¡Ohhhhhhh! ¡Ohhhhhhh! ¡Ahhhhhhh! ¡Ahhhhhhh!
¡Ahhhhhhh!, mientras Yair se inclinaba encima de la espalda de la chica,
dirigía la mano que antes había guiado su verga hacía debajo de la blusa que
traía puesto la chica para poder alcanzar uno de los senos, mientras le decía
al oído. -Que rico aprietas con el culo, tendré que darte por atrás más
constantemente, no como tu marido. Pamela tenia mordido las sabanas así que no le
contesto nada, pero sus ojos se llenaron aún más de lágrimas al escuchar esas
palabras y recordar a su esposo en coma, pero nuevamente sus pensamientos
fueron interrumpidos por el dolor, pues Yair había empezado a bombearle el
culo, lo cual le causaba un gran ardor en sus paredes anales, y mientras él
seguía embistiendo se escuchaba como gemía y por momentos le decía improperios,
la chica no aguanta más y dejando de morder las sabanas grito nuevamente: -¡Ayyyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! Para, Me Duele, No, Por Favor Para, Me Haces Daño
¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy!. Pero Yair nunca le hizo caso y
siguió con su faena Cogiendo a la voluptuosa Pamela, hasta esta sintió como su
adolorido ano era bañado por la el semen de aquel desgraciado, pero grande fue
su sorpresa pues aun sintiendo que este acababa de correrse adentro de su
culito, el chico seguía con la verga firme y caliente, así que siguió
embistiendo a la hembra y esta seguía gritando pues le dolía horriblemente la
forma en la que estaba siendo penetrada hasta que de repente Yair se dio cuenta
que la chica había dejado de gritar. A la mañana siguiente Pamela recobro la
conciencia, con el culo destrozado y chorreando leche, trato de ponerse de pie
pero el dolor hacia qué le temblaran las piernas, miro la ventana y se percató
que ya era de día, unas horas después, el sonido del teléfono en la mesita de
noche rompió el silencio existente, ella contesto, era Don Armando, este le
dijo: -Niña, lo has hecho bien, mi hijo está más que feliz, tanto que ha
aceptado la invitación que le ha hecho su tía y te ha dejado para que
descanses, mañana a medio día pasara mi chofer por ti, él te dará un sobre,
adentro esta la primera letra que me firmaste, ahora descansa que pronto serás
requerida nuevamente. Después de esas palabras, Don Armando corto la llamada,
Pamela se tiro en la cama a llorar todo el resto del día hasta quedarse profundamente
dormida, al día siguiente se despertó muy temprano se dio un baño que tardo un
buen rato y al salir se puso la ropa más holgadas que tenía, hizo sus maletas y
espero a que llegara el chofer que le había mandado Don Armando, al subir al
auto el sujeto le dio un sobre, efectivamente ahí estaba uno de los pagarés que
había firmado la chica y unos cuantos billetes más en conjunto con una carta. La
carta decía: -“Toma este dinero, es una gratificación por lo bien que se la
paso mi muchacho, te mando también una membrecía pagada de un gimnasio, no
quiero que pierdas la forma, mientras mejor te portes con el chico mejor te ira
a ti, hasta pronto PD. Me ha llamado mucho la atención lo feliz que quedo el
chico, abra que probarte alguna vez”. Después de leer eso Pamela rompió con
rabia la carta y fue todo el camino hasta su hogar sin decir ni una sola
palabra, pero haciendo gestos de dolor cada vez que pasaban algún bache,
seguramente aun le dolía el culito. Después de llegar a su casa por la tarde,
Pamela solo dejo sus cosas y se dirigió al
hospital para ver a su esposo, al llegar lo vio en la cama, tumbado y sin
moverse, justo como estaba cuando ella se había ido, la chica tuvo sentimientos
encontrados, por un lado estaba triste porque su esposo aún estaba en ese
estado, por otra parte estaba aliviada de que estuviera así, porque de esa
manera no sospecharía nada de lo que había hecho y por último se sintió
culpable porque ya no le pertenecía solo a él. Esa noche se quedó a dormir en
el hospital justo al lado de su esposo conDaleciente, después de un rato Pamela
cayo dormida, mientras soñaba que estaba chupando una pija grande y gorda y la
devoraba con devoción y se la metia hasta el fondo de su garganta y luego la
sacaba de su boca para empezar a pajearla apuntándola a su boca que la tenia
bien abierta y con su delicada lengüita afuera y de pronto un abundante y
espeso chorro de semen llenaba su boca como también bañaba todo su rostro
mientras ella gozaba y gemia de puro placer mientras esa enorme verga no paraba
de regarle la cara con espeso semen caliente, ese intenso placer vivido en el
sueño ocasiono que despertara abruptamente y viera que ya era de mañana, volvió
a mirar a su esposo y nostálgicamente le dio un beso él sus labios resecos, se
puso de pie, tomo su bolso y se dirigió a su casa, mientras caminaba solo
meditaba en ¿qué es lo que haría?, ahora era nuevamente desempleada, pero
podría pasarla y hasta pagar alguna de las cuentas del hospital con el dinero
que le había mandado el cerdo de Don Armando. Mientras tanto en el colegio,
Yair platicaba con su primo Gerardo, el cual le cuestionaba ¿porque estaba tan
contento? , Yair no pudo aguantar las ganas de contar su gran hazaña de haberse
cogido a tan suculenta hembra que era Pamela, así que llevo a su primo a un
lugar solitario y le dijo en absoluto secreto, lo que había vivido unos días
antes, el chico se explayo en su explicación y no dejo fuera ningún detalle, le
conto todo, desde como encontró a la chica cuando llego, hasta como se la
siguió Cogiendo cuando ella ya hacia inconsciente en la cama y no escatimo en
adjetivos para describir a la hermosa mujer. Gerardo que era extremadamente
similar en físico a su primo, escuchaba incrédulo todo lo que le contaba Yair y
esperando pacientemente hasta que este hubiese terminado le dijo: -Aja, y ¿qué
dedo me chupo yo?, acaso crees que soy idiota o estoy pendejo, para creerme que
te has cogido el fin de semana a una según tu tan buenísima Mina. Yair se quedó
estupefacto, su primo, el único al que había decidido contarle, no le creía,
así que sacando su Smartphone, busco en Facebook el perfil de la chica y
dirigiendo la pantalla hacía la cara de su primo dijo: -Ahí está cabron, es
ella, es real y esta buenísima. Gerardo tomo el celular entre sus manos y
buscando adentro de los álbumes de la página pudo ver varias fotos de cuerpo
completo de Pamela, deteniéndose en las que más le gustaban, luego extendió su
brazo devolviéndole el teléfono a su primo y le dijo: -Y ¿qué tiene?, es una Mina
sabrosa, pero eso no quiere decir que te la hayas montado ni mucho menos, solo habría
una forma en la que te crea, y es si me dejaras cogérmela a mí también. La idea
no le agradaba a Yair, no quería compartir a su yegua, así que le dijo que “no”
a su primo, lo cual le causó un gran enojo a Gerardo el cual solo le contesto a
su primo: -Pues no te creo, y ahí muere, eres un mentiroso y te aseguro que no
conoces a esa que me mostraste o solo te haces pajas viendo sus fotos. Después
de esas palabras Gerardo se marchó dejando solo a su primo, el cual estaba muy
cabreado pues no había podido convencer a su primo de que lo que contaba era
verdad. Los días iban pasando y ya era viernes, Pamela no había tenido noticias
ni de Yair ni de Don Armando, así que ella vivía con el temor de que en
cualquier momento sonara su teléfono y fuera Don Armando para citarla en algún
lugar con su hijo, mientras tanto ella había decidido usar la membrecía que le
había mandado el padre del muchacho y por las mañanas iba a hacer ejercicio y
mantenerse en forma, pero más que nada a tratar de distraerse un poco de su
situación, por las tardes era seguro que estaría en el hospital al lado de su
marido y ya por las noches regresaba a su casa para descansar tranquilamente,
la chica había vuelto esa, su rutina diaria, el viernes por la mañana la chica
realizo sus actividades con normalidad, pero cuando había emprendido el viaje
al hospital donde se encontraba su esposo, sus temores se hicieron realidad, su
celular sonó, era el timbre que le había asignado a Don Armando, temerosa la
chica contesto y del otro lado alguien contesto: -Hola nuerita, espero que
estés lista para este fin de semana, yo saldré de viaje y les dejare la casa
sola a ustedes dos, espero la pases genial, mientras te ensartan, Jajaja, te
,mandare un vehículo mañana por la noche, le deje una carta a Yair en tu nombre
avisándole que irías así que te estará esperando. Pamela estaba furiosa por
cómo le habían llamado Don Armando “nuerita”, pero trato de contenerse y solo le
contesto: -Ok, ya estoy enterada. Yair al llegar a su casa del colegio encontró
en su cama una carta, estaba hecha por computadora y dirigida a él, hecha como
si Pamela la hubiera escrito: -“Cari, quiero verte, ya supe que tu papá saldrá
de viaje y podremos estar solos, no salgas el sábado por la noche que quiero ir
a verte”. Yair no era estúpido y sabía que esa nota no la había hecho Pamela,
pero poco y nada le importaba, pues nuevamente tendría la oportunidad de
montarse a esa hembra, sin embargo por su cabeza giraba la idea de que aunque
pudiera cogérsela a su gusto y voluntad, nadie le creería cuando tratara de
alardear sobre el tema, muy a su pesar Yair tenía que conseguir pruebas de que
hubiera estado con ella, decidido le marco a su primo y le dijo: -Toda la
semana me has estado jodiendo con eso de que no me he cogido a esa Mina, pues
el lunes te llevare un video como prueba, para que se te quite lo hablador. Su
primo rápidamente contesto: -Eso no es prueba de nada, pondrás las cámaras
donde no se le pueda ver la cara a la chica, podría ser hasta una peli que te
has descargado, ya te dije, solo hay una forma de que yo crea que en realidad
te has tronchado a una hembra así y esa es ¡Que Yo También Me La Cogiera!. Yair
estuvo en silencio por un momento, se resistía a compartir a Pamela, pero eran
más sus ganas de presumir que se la había cogido, que su deseo de tenerla para
él solo, diciendo solamente “te vuelvo a marcar” colgó el teléfono y marco de
nueva cuenta, ahora a la oficina de su padre, le contesto la nueva secretaria a
la cual imperativamente le ordeno que buscara en los archivos del personal y le
diera el número telefónico de la que había sido su predecesora, la nueva
secretaria con descontento hizo lo que le habían ordenado por el hijo de su
jefe y no tardó en encontrar lo que le habían solicitado, le dictó el numero al muchacho, el cual
sin dar las gracias corto la llamada y marco una vez más. El celular de Pamela
timbro y al ver quien le llamaba no reconoció el número, extrañada contesto
solo para llevarse una desagradable sorpresa al escuchar la voz de Yair
diciéndole: -Hola preciosa, me han dado tu número, para que pueda darte algunas
instrucciones, ya sé que vendrás mañana por la noche, así que quiero que vengas
vestida de muy puta, quiero que traigas tacones, medias y lencería quiero verte
muy sexi, y quiero que solo lleves puesto eso, si te da pena que te vea la
gente ponte un abrigo encima que te tape todo, te espero con ansias puta.
Pamela no contesto nada y después de escuchar todo lo que le había dicho Yair,
solo contesto con un -“está bien”. Y corto la llamada, sabía lo que le
esperaba, pero ya estaba embarcada en esa situación, sin mucho que hacer se fue
hasta el hospital y como todos los días se quedó con su esposo hasta que ya era
de noche. Por otro lado al terminar de hablar con Pamela, Yair de inmediato
volvió a marcarle a su primo Gerardo e iniciaron un dialogo: -Gerardo, el
sábado me troncho a la Pamela. -Ya te dije que no te creo. -Me creerías
si te permito observar. -No lo harás, no puedes, ni siquiera la conoces. -Veras
como te cayo la boca cuando la veas bien ensartada en mi verga y escuches como
gime cada vez que se la entierro hasta el fondo. -Si eres tan macizo como
dices, pues deja que la pruebe. -No, eso no pasara. -Tienes miedo a que
me la coja mejor que tú y que ya no se conforme con tu verguita y escoja la
mía. Sin darse cuenta Yair había caído en el juego de su primo, el cual lo
provocaba para hacer que dijera lo que él quería y logrando su cometido hizo
que Yair dijera: -Maldito, veras como ella me prefiere a mí, y si después de Cogérnosla
ella me escoge tu tendrás que admitir que tengo la verga más grande que tu.
Gerardo maliciosamente había guiado a su primo hasta donde él quería y había
logrado que este accediera a que entre los dos se cogieran a la chica la cual
hasta ese momento no sabía nada. El tiempo siguió su marcha y el sábado por la
tarde había llegado, eran ya las 6:38 Pm. Y el sol empezaba ocultarse en el
horizonte, a sabiendas de lo que le esperaba, Pamela fue hasta su armario, lo
abrió y se dispuso a escoger el atuendo que llevaría esa noche, entre, corpiño,
tangas, medias, tacones, corsés, no se desidia y la hora seguía pasando, no
podía concentrarse, la sola idea de ser sometida otra vez por Yair le
enfermaba, y por lo tanto no se sentía con ánimos de escoger ropa sensual, así
que prácticamente a las malas tomo lo primero que encontró y lo tiro en la cama
para que estuviera listo cuando terminara de bañarse. Ella no sabía que lo que
le esperaba sería mucho peor de lo que pensaba, pues en casa de Yair a la misma
hora ya se encontraba su primo Gerardo el cual al llegar a la casa lo primero
que hizo es preguntar jocosamente: -¿Ya llego la Puta?. Yair solo miraba como
su primo sonreía sin parar, no cabía duda estaba extasiado con la idea de
clavarse a la chica, pero Yair sabía que Pamela se negaría, por eso después de
contarle la verdadera historia de cómo es que había sucedió todo, le explico a
su primo cómo es que lograrían Coger a la hembra entre los dos. Unas horas
después, en su casa Pamela ya estaba lista cuando sonó el claxon de un auto a
las puertas de su hogar, la chica salió enfundada en un abrigo que le cubría
todo el cuerpo hasta un poco arriba de las rodillas, dejando ver que tenía
puesto unas medias de red negras, y unos tacones altos del mismo color, solo
ella sabía lo que cubría el abrigo, dejando en intriga al chofer abordo el auto
sin decir ni una sola palabra y mirando por la ventana del auto las calles, los
minutos que tardaron en llegar a la casa de Don Armando se volvieron segundos
para la chica. El reloj marco las 11:27 Pm. Cuando alguien toco a la puerta
que, a sabiendas de que la chica llegaría la habían dejado abierta para que
ella pudiera pasar, había poca iluminación “seguramente Yair lo hizo adrede”
pensó la chica, y no estaba equivocada, dirigiéndose a la sala pudo ver cómo
como encima de la mesa había una nota hecha en una de papel tamaño carta, la tomo
entre sus manos y leyó como decía: -“te espero en mi habitación, primera puerta
a la izquierda”. Al leer eso la chica emprendió la marcha a su desgracia, subió
las escaleras y al llegar a la puerta de la habitación toco, del otro lado
alguien respondió “pasa” la chica con temor giro la perilla y empujo la puerta,
en frente de esta estaba la cama y ahí estaba Yair tumbado boca arriba,
completamente desnudo, con la pija erecta y bien parada apuntando al techo, la
chica entre penumbras pues al igual que toda la casa estaba con la luz baja, se
dispuso a acercarse así a la cama pero al dar algunos pasos Yair le dijo: -Antes
de que te acerques más, quítate el abrigo, quiero ver que escogiste para
excitarme esta noche. La chica seso su andar y quedándose firme donde estaba,
guio sus manos hacía el abrigo para tomarlo de sus orillas y quitárselo, poco a
poco, dejando ver lo que traía puesto abajo, unos tacones altos que le
torneaban aún más sus piernas, medias de red que hacían resaltar el color de su
piel, una diminuta tanga de hilo dental que desaparecía en medio de sus dos
enormes y bien paradas nalgas y un corsé con liguero pero sin copa que dejaba
al descubierto sus pechos permitiendo contemplarlos en todo su esplendor, todo
en color negro. Yair la veía de pies a cabeza, mientras ella trataba de
cubrirse con las manos pero era inútil, la vestimenta era demasiada pequeña
como para dejar algo a la imaginación, Yair nuevamente se dirigió hacía Pamela
diciéndole: -Me gusta, me gusta tanto que mi verga se ha puesto más dura,
tendrás que hacer algo al respecto, ven aquí y recuérdame como te la comiste la
última vez. La chica cerró los ojos y apretó los dientes de rabia, no le
bastaba a Yair que ella estuviera a su merced, tenía que humillarla
recordándole como había hecho que le chuparan la verga, pero sin decir nada la
chica se movió nuevamente acercándose a la orilla de la cama, al llegar ahí se
trepo a gatas en ella así logrando llegar hasta donde estaba tumbado el chico,
mientras él la miraba con lujuria, Pamela tomo el gordo pene con una mano y se
lo introdujo en la boca haciendo que de Yair se empezaran a desprender gemidos
de placer. Encerrado en el armario y con la puerta de este entreabierta, estaba
Gerardo el cual con una vista perfecta de lo que estaba pasando en la cama, no
perdía detalle alguno de como la chica se comía la verga de su primo, miraba
con todo lujo como de la boca de la chica aparecía y desaparecía aquella verga
casi en su totalidad, hasta que Yair sujeto a la chica del cabello y ahora él
con su movimiento de piernas le enterraba el nabo entero en la boca, mientras
la chica sujeta de las entrepiernas de Yair y trataba de frenar las embestidas
tan salvajes que le estaba dando el muchacho pero sin resultado alguno. Gerardo
veía y como de los ojos de Pamela empezaban a brotar lágrimas y escuchaba como
tenía arcadas además de un sonido acuoso que seguro era el resultado de la
forma tan feroz en la que Yair se estaba cogiendo la boca de la chica, hasta
que finalmente este ultimo la soltó del cabello, Pamela al poder separarse de
la verga que le estaba bombeando previamente en la boca, empezó a toser y jalar
aire como podía mientras de sus labios escurrían hilos de su saliva entremezclados
con los jugos preseminales de Yair. Mientras ella recuperaba el aliento Yair le
miraba lujuriosamente, pensando que como gozaría Cogiéndosela nuevamente, en el
closet Gerardo ya estaba más que excitado, había sacado su pene erecto de los
pantalones y empezaba a sobarse la poronga mientras no perdía detalle de como en
la cama su primo ya se había sentado y ahora a arrodillado se acercaba a la
chica que todavía no recuperaba el aliento en su totalidad. Yair se bajó de la
cama y camino alrededor, se detuvo justamente detrás de la chica que permanecía
en cuatro encima del colchón, con brusquedad sujeto la diminuta tanga y la
arranco de un tirón destrozando la diminuta prenda para posteriormente agarrar
a la hembra por los tobillos y jalando de ella, le hizo darse la vuelta sobre
la cama, haciéndola quedar boca arriba, con las manos le separo las piernas y
dirigió su miembro a la vagina de la chica la cual chillo: -No por favor, no
estoy lubricada, me dolerá. -¡Uyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyyyy! Dioooos Mioooo Nooooo ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyy!.
Pero como siempre a Yair no le importo y mientras ella soltaba un sonoro grito
de dolor el chico enterraba su zanahoria en la delicada pero suculenta Concha
de la chica, la cual por la humillación de verse nuevamente sometida por aquel
muchacho empezaba a derramar lagrima de impotencia. Yair por su parte estaba
embistiendo cada vez más fuerte y tenía los ojos ya completamente en blanco, no
cabía duda alguna lo estaba disfrutando de sobre manera, la chica por otro lado
le empujaba con sus manos y movía sus piernas tratando de separarlo, pero sus
esfuerzos eran inútiles, Yair seguía embistiendo más y más fuerte, cada vez
hacia llegar más al fondo de las entrañas de la chica su gordo miembro erecto
mientras le decía: -Que rico aprietas Pamela, que sabroso te la meto. Y la
chica seguía con su infructífero intento de separar al macho de ella sin dejar
de chillar pidiéndole que cesara, todo esto lo observaba Gerardo desde su
posición privilegiada, así pudo ver como su primo de un momento a otro se
detuvo y tomando nuevamente a Pamela de los tobillos junto los pies de la chica
y los dirigió hacía una misma dirección, dejándola con las piernas juntas y con
una verga enterrada en la concha, haciendo que Yair sintiera como el estrecho
agujero de la chica apretara aún más su pija. Pamela sin otra opción apretaba
los dientes mientras sentía como aquel pene invasor irrumpía una y otra vez en
sus entrañas, mientras miraba en la cara del muchacho como la disfrutaba con
gran placer, ella solo sollozaba y por momentos se le escuchaba decir: -¡Ayyyyyyy!
¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! Por Favor Ya No, Para, Te Lo Ruego ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy!.
Pero era más que obvio que Yair no le haría caso, así que mientras ella
apretaba con todas sus fuerzas las sabanas y cerraba los ojos el regordete
muchacho se daba un festín Cogiéndosela, sujetándola de las caderas y
enterrándole una y otra vez su pene desfrutando la posición en la que había
puesto a la chica, hasta el punto en el que el chico se separó de ella, se
tumbó nuevamente en la cama y diciéndole: -Ven Aquí Pamelita, Quiero Probar Una
Vez Más Tu Culito, Pero Ahora En Una Nueva Posición. La chica veía con rabia
como el miembro de Yair aún estaba erecto e inclusive parecía más gordo que la
ocasión anterior, en un intento burdo de zafar de la situación Pamela le dijo
que “no estaba lubricada” y que la última vez le había hecho daño, pero no
contaba con que Yair ya estaba preparado y estirando su mano hacía la mesa de
noche tomo una pequeña botella, abriéndola y derramando un líquido translucido
y aparentemente un poco espeso encima de su pene le dijo a la fémina: -Vez que
yo cuido tu culito, por eso compre este lubricante, para que con él te pueda
meter la verga más al fondo y así darte más placer. La chica miraba incrédula y
pensaba en que tan mala suerte tenia, sin opción aparente se puso de pie en la
cama y poniendo un pie a cada costado del muchacho se dispuso a inclinarse para
ser penetrada, pero Yair la detuvo y le dijo: -No, Así No, Quiero Que Estés De
Espaldas A Mí, Quiero Ver Como Mi Verga Desaparece Entre Tus Dos Preciosas
Nalgas. La chica se incorporó nuevamente, y dándose la vuelta, le dio la
espalda al chico, solo para agacharse lentamente mientras el muchacho apuntaba
a la entrada de ese delicado culito. Pamela solo sentía como aquel hinchado
glande rosaba con su ano, mientras ella bajaba poco a poco y empezaba a sentir
como aquel miembro empezaba a hacer presión contra ella, pero repentinamente
cuando la cabeza del pene ya había logrado introducirse en el esfínter de la
chica, Yair la tomo de las caderas con las dos manos y jalándola hacia abajo le
enterró toda su poronga en el culo, esto ocasiono que la chica gritara una vez
más: -¡Uyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!
Diooooos Miooooo Meeee Rompeees Todaaaaaa Eees Enormeeeee ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!. Mientras tanto en el
armario donde estaba oculto, Gerardo se estaba masturbando furiosamente
mientras observaba como la chica que se encontraba agachada encima de su primo
trataba con las manos de apoyarse en las piernas de Yair y así evitar que la
verga le llegara tan al fondo, en la habitación solo se escuchaba un “Splahs, Splash”
cada vez que Yair jalaba hacia abajo a la hembra enterrándole su miembro,
seguramente por la abundante cantidad de lubricante que se había tirado encima
el obeso muchacho. Yair quito sus manos de la cadera de la chica y las estiro
hasta tomar las tetas de la chica, jalándola hacía él y haciendo que ella se
recostara encima suyo mientras no dejaba de embestirle una y otra vez,
teniéndola en esta posición la chica volvió a apretar las sabanas, mientras una
mano del chico le jugaba el clítoris y la otra le apretaba el cuello para así
tenerla cerca de él y besarle el cuello, a la chica le parecía asqueroso, era
humillante la forma en la que el muchacho la estaba Cogiendo y lo pero era que
ella sentía como su cuerpo había empezado a lubricar involuntariamente.
Mientras Gerardo miraba la morbosa imagen, ya estaba más que excitado y justo
cuando sentía que no aguantaría más y tendría que salir a enterrarle la verga a
la chica, vio como Yair dejaba de estimular el clítoris de Pamela y con la mano
le hacia una seña de que fuera con ellos en ese preciso instante, sin pensarlo
dos veces Gerardo salió silenciosamente del armario, ya sin pantalones y con el
pene erecto, se dirigió a donde estaba la pareja de amantes, al llegar a la
orilla de la cama se detuvo para admirar a la hembra que estaba siendo Cogida
Analmente, con ímpetu empezó a subirse en la cama y arrodillándose entre las
piernas de la chica, tomo su pene erecto y lo dirigió a la entrada de la vagina
de Pamela. La chica se percató de la presencia del otro muchacho demasiado
tarde y empezó a gritar: -¿Que pasa aquí? ¿Quién es él? No, esto no, por favor
Yair te lo ruego, esto no, es enfermizo. Pero era demasiado tarde Yair la tenía
sujetado del cuello y empezaba a asfixiarla, mientras que Gerardo le sujetaba
las piernas separándolas para que así tuviera el camino libre a su concha, la
chica como podía miraba horrorizada como entre sus piernas Gerardo se
posicionaba para enterrarle la verga, en su vagina Pamela solo sentía como el
pene de aquel muchacho que ella no conocía empezaba a hacerse un espacio
irrumpiendo en su interior, como podía la chica empezó a manotear, pero con una
mano Yair sujeto su brazo para que no se moviera mientras el otro brazo de la
chica era inmovilizado por Gerardo quien ya había logrado enterrar la cabeza de
su miembro en la vagina de la chica , haciendo que esta se sintiera sumamente
humillada. De un solo empujón Gerardo enterró todo su pene en la chica la cual
dejo salir un en grito –¡Uyyyyyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! Ayyyyyyy! Ayyyyyyy! Diooos
Nooo Pooor Favooor Noooo Ayyyyyyy! Ayyyyyyy! Ayyyyyyy!, mientras por sus
mejillas caían enormes lágrimas, la chica solo sentía como en su interior los
dos penes prácticamente se unían y le daba la sensación de que palpitaban haciendo
que le doliera enormidades pues nunca había ejercido esa posición, pero ellos
ya habiendo ensartado a la chica por los dos agujeros empezaron a bombear
violentamente sus vergas adentro de la hembra, de la cual se desprendían gritos
pues seguramente los miembros le llegaban muy hondo haciéndole daño, pero la
chica seguía llorando y forcejeando hasta que Yair se detuvo un momento la jalo
del cuello y acercándola a su cara le dijo al oído: -Deja de llorar puta, tu
estas aquí para hacer lo que yo quiero, y esto es lo que yo quiero, así que
mejor empieza a moverte porque sé que te gusta o mi padre se enterara de esto y
te ira muy mal. Pamela a sabiendas de que las amenazas de Yair eran más que ciertas,
no tuvo otra opción más que acatar las órdenes de estos dos mozalbetes,
mientras ella solo trataba de dejar de llorar, aquel par de regordetes
muchachos habían iniciado nuevamente su sesión de mete y saca, solo que ahora
ni Yair ni Gerardo le sostenían las manos para que no se moviera, Pamela
maniatada por las amenazas de Yair ya no metía sus manos tratando de separarlos
y ahora ella se abrazaba a Gerardo tratando de no ver, pero Gerardo la separaba
continuamente pues no solo quería ver las tetas de la chica si no que de un
momento a otro el chico se prendía con la boca de aquel par de tetazas que se
cargaba la hembra, la cual solo sentía como le mordisqueaban los pezones y como
sus piernas, caderas y nalgas eran acariciadas por las manos de Yair. Gerardo
quien ya había empezado a masturbarse viendo como Pamela era cogida por su
primo no aguantaba más así que acelero el bombeo que le estaba dando a la
chica, esto alerto a Pamela quien rápidamente se dio cuenta de que aquel
muchacho quería Acabar dentro de ella, pero aun sabiendo que no le harían caso
la chica suplico: -¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! Échalo Fuera Por Favor,
Adentro No ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh!. Pero esta vez sus
suplicas fueron escuchadas así que Gerardo se separó de ella y conteniendo su
eyaculación le dijo: -No quieres que Acabe adentro tuyo, entonces hagamos un
trato, Acabaré en tu boca y si te tomas toda mi leche, sin derramar ni una sola
gota, te dejare tranquila. Pamela con la cara llena de sorpresa y mientras por
sus mejillas aun caían las lágrimas, solo acertó a decir “si” con el movimiento
de su cabeza, así que sin perder tiempo se separó de Yair quien quedo ahí
tirado en la cama expectante de ¿qué es lo que sucedería ahora?, fue cuando vio
como la hembra se bajaba de la cama y se arrodillaba a los pies de Gerardo
quien tenía su pene erecto sujeto entre las manos, Pamela acerco su boca
abierta a aquella pija tiesa y mientras Gerardo se masturbaba violentamente
enfrente de la chica, esta tomo entre sus manos los testículos del macho para
empezar a masajearlos y así acelerar la eyaculación, cuando vio como Gerardo
ponía los ojos en blanco se dio cuenta de que era el momento, así que ahora no
solo acercaba la boca a la pija y en lugar de eso engullo aquella poronga con
la boca y llevándola hasta el fondo de la garganta se puso a estimular la verga
y masajeaba los testículos de Gerardo el cual estaba dejando salir su leche
adentro de ella. Como pudo la chica mantenía el pene adentro de su boca y
cerraba sus labios aprisionando aquel miembro, poco a poco Pamela sintió como
el semen de aquel muchacho inundaba su interior, como podía tragaba los
borbotones de leche que derramaba aquel hombre adentro de ella pero era tan
abundante y tan asquerosa la cantidad de semen, que en dado momento la chica
tuvo que abrir la boca para jalar algo de aire pues se estaba asfixiando y
provocando al mismo tiempo, ocasionando que parte del semen que Gerardo le
había puesto en la boca callera al piso, temerosa vio como en el suelo habían
caído grandes gotas de semen y sentía como de su boca chorreaban parte de la
Leche del muchacho y por su barbilla goteaban hilos de semen que se depositaban
en sus pechos y seguían escurriendo hasta su abdomen por debajo de su corsé.
Yair solo veía aquella escena en la que la chica estaba arrodillada y
prácticamente bañada en semen de su primo hasta que escucho como la hembra
decía: -Por favor dame otra oportunidad, me estaba asfixiando entiende, por eso
no Pue... Pero fue interrumpida bruscamente por Gerardo quien le hizo ver la
realidad: -¿Otra oportunidad?, ¿por qué?, hicimos un trato, o acaso ¿tú me
hubieras dado otra oportunidad si te hubieras tragado todo mi esperma?. La
chica se quedó viendo a Gerardo fijamente, ella sabía que lo que decía aquel
muchacho era cierto, de sorpresa sintió como jalaban de su brazo, al voltear a
ver qué era lo que sucedía, miro como Yair le había sujetado el brazo y jalaba
de ella llevándola nuevamente a la cama, la chica estaba agotada y respiraba
agitadamente pues seguramente todavía no se había repuesto por completo, por
tal motivo Yair no tuvo muchos problemas para llevar nuevamente a la cama y
tirándola boca abajo la hizo ponerse con el culo en pompa de esa forma él
tendría todo ese hermoso culito a su disposición así tomando su aun erecto pene
lo volvió a dirigir a la entrada del ano apoyando en el nuevamente logro
sodomizar una vez más a la chica la cual enterraba la cara en el colchón para
no darles el gusto a esos dos de escucharla gritar, pero era inútil pues aun
con la cara apoyada contra aquel colchón se escuchaba aunque fueran bastante
disminuidos los gritos de la chica, la cual no dejaba de decir: -¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy!
¡Ayyyyyyy! Paren, Me Duele, Por Favor Paren ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy! ¡Ayyyyyyy!.
En tanto Yair seguía con su mete y saca del adolorido culito de la hembra, que
a pesar de ya haber sido Cogida Analmente antes aún no se adecuaba por completo
a la verga que le estaban enterrando en el ano, de repente la chica sintió como
le jalaban la cabellera haciendo que levantara la cabeza solo para toparse con
el miembro erguido de Gerardo quien le decía: -No has terminado de chupar puta,
ahora sigue. Con el maquillaje corrido y una cara miserable la chica
sumisamente obedeció las ordenes de Gerardo y engullo nuevamente aquel pene y
mientras ella estaba chupando la poronga que tenía enfrente, por atrás Yair
seguían embistiéndole una y otra vez a un ritmo frenético haciendo que en cada
embestida la chica dejara salir un grito de dolor que era ahogado por la pija
que estaba chupando –¡Mmmmmmmmmm! ¡Mmmmmmmmmm! ¡Mmmmmmmmmmmm!. En dado momento
Gerardo quien no solo ya había vuelto a empalmarse se separó de la hembra y se
sentó en la cama, con el pene duro y apuntando al techo, le hizo una señal a la
chica una seña indicándole que se siente encima de él para así poder penetrarla
nuevamente, la chica volteo a ver a Yair quien había dejado de bombearle el
culo momentáneamente, ella como pidiendo autorización o tal vez piedad miro al
Yair y este con una sonrisa solo le dijo: -Has lo que te piden puta, que estás
aquí para darnos placer. Pamela no opuso resistencia, se zafo de Yair que la
estaba enculando, sintió un inmenso vacío pues su ano había quedado libre
momentáneamente y a gatas se dirigió asía Gerardo, poco a poco se trepo encima
de aquel chico y arrodillándose con una pierna a cada costado de él empezó su
lento descenso hasta sentir como la cabeza de ese pene rosaba sus labios
vaginales, mientras ella ponía sus manos en los hombros de Gerardo, este la
sujetaba de las caderas y la jalaba hacia abajo para acelerar el momento de la
penetración, poco a poco la chica sintió como nuevamente la verga de ese
muchacho la llenaba una vez más, cuando al fin la tubo completamente penetrada
Gerardo volteo a ver la cara de la chica, la cual tenía los ojos cerrados, solo
sollozaba mientras de sus ojos escurrían lentamente unas lágrimas negras
producto de haberse mesclado con su maquillaje, mientras ella estaba así,
Gerardo no perdió tiempo y dirigiendo su boca hasta las tetas de la hembra
empezó a chuparlas y mordisquearlas ferozmente sin dejar de bombearle la concha
ni un solo instante. Yair veía con morbo como su primo empujaba una y otra vez
su verga adentro de la chica y de esa forma como el culo de la hembra subía y
bajaba, era hipnótico y a la vez hermoso tanto que no aguanto más y poniendo
sus manos encima de los cachetes de la chica hizo que el movimiento cesara un
poco, Gerardo se dio cuenta rápidamente de las intenciones de Yair, por eso
abrazo de la cintura a la chica y clavándole toda su verga la dejo inmóvil, por
su parte Pamela solo sentía como Yair le separaba las nalgas, seguramente
dejándole el culito completamente a la vista hasta que sintió como la punta de
un pene empezaba a presionar en su ojete, Yair la estaba empezando a culear
nuevamente y poco a poco le enterró en su totalidad aquella pija. La chica ya
estaba ensartada por sus dos orificios nuevamente y ahora le bombeaban aquellas
vergas a un ritmo frenético, en la habitación solo se escuchaban los jadeos de
la chica que por la forma en que estaba siendo cogida luchaba por jalar aire,
ella solo se sostenía de los hombros de Gerardo y por momentos lo abrazaba
tratando de aguantar el dolor que le ocasionaba la forma en la que se lo
estaban metiendo por las dos vías, como podía entre jadeo y jadeo se le
escuchaba decir a Pamela: -¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! Ya… Paren… Me Duele…
¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh!. Pero como siempre no le hicieron caso, fue solo
hasta que la chica sintió como Yair le llenaba el culo de leche que este se
separó de ella dejándole el culo destrozado y rebosante de semen, mientras el
que ya había Acabado en su ano se tiraba en la cama Claramente agitado y
exhausto su primo tomaba a la chica por las piernas y cargándola sin sacarle la
verga la tiro boca abajo con el encima para seguir cogiéndola, mientras Gerardo
ya estaba fuera de sí le sobaba las nalgas, embarrando hasta las piernas de la
chica el semen con el que su primo le había llenado el culo, pero sin dejar de
clavársela, en un momento el obeso muchacho no aguanto más y se dejó venir
adentro de su vagina de la chica, la cual solo sintió como la leche caliente de
aquel cerdo inundaba su interior, sin poder hacer nada la chica solo dijo una
vez más entre lágrimas: -¡Uhhhhhhh! Nooooo sácalo por favor, no Acabes adentro.
Como si no hubiera dicho nada Gerardo ya había terminado de eyacular adentro de
la chica pero no conforme seguía metiendo y sacando su nabo, como si tratara de
retacarle el esperma en el interior, la chica con cara miserable solo observo
como el que se la había cogido por la vagina al fin se separaba de ella
sacándole el pene, solo para dar paso a la que al parecer de la chica era una
horrible escena, pues de su vagina no escurría, chorreaban borbotones del
esperma de aquel tipo, ella no podía creer como ese chico podía haber tenido
tan enorme eyaculación, volteo a ver a los lados y vio como aquellos dos obesos
muchachos estaba tirados en la cama y mientras Yair ya estaba profundamente
dormido, Gerardo estaba apenas consiente, balbuceando: -Que Rico, Como
Aprietas, Que Conchita Que Tenes. Como pudo Pamela se levantó, miro por la
habitación y se percató de que ya era de día, habían estado cogiendo toda la
noche, busco por el piso su tanga solo para encontrarla tirada a un lado de la
cama completamente destrozada, recordó que Yair se la había arrancado
bruscamente, se dirigió lentamente al baño de la habitación mientras sentía sus
piernas pegajosas y como de sus orificios escurría el esperma de los dos
machos, al entrar al sanitario pudo ver en el espejo como todo el maquillaje
que se había puesto en la noche estaba corrido, se puso de puntillas y vio cómo
su ano estaba extremadamente abierto y rojo, prefirió no seguir viendo, se lavó
la cara y se aseo lo mejor que pudo, salió del W. C. Solo para ver que los dos
muchachos seguían en la cama ahora los dos dormidos Claramente. Mientras tomaba
su abrigo y se cubría como podía, la chica salió del cuarto y se dirigió a las
escaleras, al llegar abajo vio en la mesa del recibidor un gran sobre de color
amarillo, se dirigió a él y al abrirlo pudo leer lo que Don Armando le había
escrito: -“Cuando encuentres esto seguramente ya habrás dejado satisfecho a mi
muchacho, en el interior de este sobre te dejo un obsequio”. Al revisar más a
fondo aquel sobre pudo ver que adentro se encontraba uno de los pagarés que
había firmado y una generosa cantidad de dinero, la chica con cara frívola tomo
aquel sobre y al salir de la casa se encontró con el chófer que siempre le
mandaba Don Armando, aquel hombre le abrió la puerta y le dijo: -El señor me ha
dado instrucciones de que te lleve a tu casa. La chicas sin cruzar palabra con
aquel tipo abordo el auto y una vez más se dirigió a su hogar, al llegar a su
destino, solo entro y sin siquiera bañarse se tiro a la cama y se quedó
profundamente dormida. Al día siguiente Pamela despertó
solamente porque la deslumbraban los rayos del sol de mediodía que se filtraban
por su ventana, ya algo repuesta de la noche previa, en la que había tenido que
satisfacer los bajos deseos pasionales de dos mozalbetes, se sentía humillada, usada
y por sobre todo sucia, pero aun cuando su estado era tan deplorable sentía que
no tenía otra opción, desmotivada y aun algo fatigada la chica se levantó de la
cama en la que había pasado la noche y parte del día, aun ataviada solamente
con las prendas que llevaba la noche anterior, se dirigió al closet de su casa,
se desvistió y tomo otras prendas para así poder salir de su hogar. Al salir lo
primero que hizo fue dirigirse al hospital donde se encontraba su esposo, como
todas las tardes de visita, se quedó a un lado de su marido viéndolo sin
reacción alguna, los médicos no le daban esperanzas pero ella se resistía a la
idea de que no despertaría, mientras ella estaba ahí sentada en la casa de Don
Armando, este estaba llegando solo para llevarse una gran sorpresa pues se topó
con noticia de que su hijo estaba recién levantándose de igual forma que su
sobrino Gerardo, el cual había ido a pasar la noche a casa de su tío. Eran
cerca de las 4 de la tarde y Don Armando llamo a Yair al comedor para
preguntarle qué es lo que había sucedido la noche anterior, el hombre se quedó
atento y sorprendido mientras su vástago le relataba cómo es que había hecho
una apuesta con su primo y juntos se habían cogido a aquella desafortunada
chica. Justo en ese momento por la puerta del comedor estaba entrando Gerardo
que al escuchar la charla que se estaba suscitando entre su primo y su tío se
acercó para ponerle su granito de arena, pues al pararse al lado de la mesa
inmediatamente interrumpió la charla dirigiéndose a su tío, diciendo: -Tío es usted un gran padre, como me gustaría
que mi padre me diera un regalo igual, mire que conseguirle a semejante
potranca a mi primo, Don Armando se quedó atento escuchando como los dos
muchachos le relataban la noche que habían pasado con la chica, mientras ellos
seguían contando todo lo acontecido con lujo de detalle y sin omitir nada, aquel
viejo solo podía recordar cómo iba vestida la chica el día que la entrevisto, y
visualizaba en su mente todo lo que aquel par de pubertos le platicaban, involuntariamente
aquel hombre empezó a tener una erección. Los muchachos sumamente alegres le
dieron las gracias por las bondades que había tenido con ellos y mientras ellos
se retiraban a cualquier parte para seguir pasando el rato, Don Armando se fue
directo a su habitación donde rápidamente cerró la puerta con seguro y como si
fuera un adolecente se desabrocho los pantalones de forma por demás
desesperada, pues no aguantaba las ganas de hacerse una paja pensando en
Pamela. Al tirarse en su cama rápidamente tomo entre sus manos su pene y empezó
a jalársela, mientras en su mente imaginaba que la chica estaba en esa misma
habitación completamente desnuda , con la concha depilada en su totalidad y
completamente a disposición suya, el hombre fantaseaba en cómo le separaba las
nalgas y sin previo aviso le enterraba su poronga en el ano haciendo que la
chica grite y patalee de dolor, pero mientras el imaginaba como estaría de
apretado aquel culito que le habían descrito por su hijo y su sobrino, algo en
su interior le decía que ya no podía estar más tiempo sin cogerse a la chica.
Ya después de haber apaciguado un poco sus ganas, Don Armando se levantó y se
puso a pensar “¿por qué tengo que conformarme con tan solo jalármela pensando
en ella?.”, se dirigió a su estudio y buscando en uno de los cajones de su
escritorio saco las tres letras firmadas por Pamela que aún le quedaban, en su
mente empezaba a maquilar la forma más placentera de Cogerse a la chica, sin
importarle nada el viejo Don Armando había tomado una decisión, Pamela seria
suya. Mientras tanto el domingo llegaba a su fin, Pamela había pasado una vez
más toda la tarde con su esposo y no tenía ni idea de lo que le tenía preparado
el destino, ella estaba inmersa en sus pensamientos de que en cualquier momento
su esposo despertaría nuevamente. El lunes por la mañana Don Armando se despertó
en su casa, de lo que fuese prácticamente una siesta, pues no había podido
conciliar el sueño, las imágenes fantasiosas de cómo se cogería a la chica no
se lo permitieron, se dio una ducha y se dispuso a irse a su oficina, en su
maletín ya se encontraban los pagarés que le hacían acreedor a una sesión de
sexo salvaje con la portentosa hembra. Al llegar a su oficina se dirigió
rápidamente al teléfono, donde de inmediato se dispuso a llamar a Pamela, la
chica sorprendida y al mismo tiempo aterrorizada vio que le estaban marcando
desde las oficinas de Don Armando, inmediatamente pensó que solo podía ser para
una más de las sucias peticiones de aquel hombre, resignada pues sabía que si
no contestaba le iría peor, respondió a la llamada que llegaba a su celular, al
contestar inmediatamente reconoció la voz de Don Armando: -Nuerita, ¿qué tal
haz estado?. La chica irritada pues no le parecía que le hablara con tanta
confianza contesto tratando de contenerse: -¿Qué necesita Don Armando?. El
viejo percatándose de que la chica estaba irritada fue directo al grano: -Dale Nena
que no tienes por qué estar de mal humor, pero me gusta que quieras ir directo
al punto, “Quiero Cogerte”, he escuchado como has disfrutado cuando te la
metieron por los dos agujeros… Mientras el viejo seguía hablando, Pamela había
quedado helada, retumbaban en su cabeza las palabras de aquel hombre “Quiero
Cogerte” horrorizada le venían a la mente los recuerdo de cómo era doblemente
penetrada, pero de inmediato reacciono justo al momento de que aquel viejo le
decía: -Mañana iré a una casa que tengo en la playa, te mandare al chofer y te
estaré esperando en la noche, justo después de atender a un socio mío, quiero
que vallas vestida muy sensualmente Así como repentinamente fue el llamado de
aquel viejo fue que termino, Pamela había quedado aturdida por la petición que
le había hecho aquel hombre, no solo había sido obligada a estar con él
asqueroso hijo de aquel viejo, sino que también la habían violado entre su hijo
y su sobrino conjuntamente, ahora él también quería poseerla, mientras ella
estaba sola en su casa no podía encontrar alguna forma de librarse de esa
situación, y no solo eso, cada encuentro que había tenido le habían devuelto
uno de aquellos pagares, aun le quedaban tres a aquel hombre. Pamela no dejaba
de pensar en la situación en la que estaba metida, pero no encontraba salida
alguna, así que temerosa pues sabia del poderío con el que contaba Don Armando,
no tuvo más opción que seguir las instrucciones que este le había ordenado, por
tal motivo, termino su día como era costumbre en ella yendo a visitar a su
marido en el hospital, para posteriormente retirarse a su casa a descansar, cabe
mencionar que casi no pudo dormir pues le aterraban las ideas que le cruzaban
por la mente” ¿Qué es lo que le deparaba el futuro?. ¿Qué es lo que se le
ocurriría a Don Armando?. ¿Cómo es que la Cogería aquel hombre?”. Todo esto se
le ocurría a la chica hasta que pudo conciliar el sueño, por tal motivo no
despertó hasta ya entrada la tarde, para su desfortuna ya casi eran las 4:00Pm.
Y por tal motivo no podría ir a ver a su esposo ese día, por un lado se sentía
aliviada, no podía seguir viendo a su marido en ese estado y además la culpa la
carcomía por dentro. La chica solamente comió algo, se dio una ducha y se
dispuso a escoger la vestimenta que llevaría, Don Armando le había dado
instrucciones, el chofer pasaría por ella a las 5 pm y la llevaría hasta donde
se encontraría con él, seguramente otra de sus lujosas propiedades, lo que ella
no sabía es que en ese preciso momento Don Armando estaba en una junta de
negocios con uno de sus mejores socios, y que la recibiría poco después de
hablar con él. La hora había llegado, ella estaba preparada y a la puerta de su
domicilio ya la esperaba el auto que le había enviado su jefe, Pamela salió de
su casa de una forma por demás desganada, era obvio, no tenía ánimos de ir y
menos sabiendo lo que le esperaba, pero eso no evitaba que la chica estuviera
vestida de forma sensual pues sabía que tenía que dejar sumamente complacido a
aquel hombre, llevaba puesto unos tacones corridos altos de color beige y un
vestido Strapless de minifalda color azul, a pesar de ser una vestimenta
sencilla la belleza de la mujer resaltaba y se le veía espectacular pues las
piernas se le miraban bien formadas y el culo bien parado. La chica abordo el
auto que inmediatamente se puso en marcha, tardo casi hora y media en llegar a
su destino, era una casa a la orilla de la playa, mientras ella permanecía en
silencio, el chofer le comentaba que en esa casa Don Armando acostumbraba
cerrar tratos pues no había nadie ni nada a sus alrededores y por tal motivo
nadie le molestaría en ese sitio. Sin prestarle mucha importancia a las
palabras del chofer, bajo del auto y se dirigió a la entrada de la casa, era
una pasillo de unos cinco metros adornado con palmeras a los costados y hasta
la puerta, cabizbaja la chica empezó a caminar pero mientras ella se acercaba
cada vez más vio como la puerta empezó a abrirse y de ella salía un hombre ya
mayor, era de piel Clara y completamente calvo, la chica no le dio importancia,
solo cruzaron caminos mientras ella se dirigía a la entrada y aquel hombre se
alejaba de la misma, ella ni si quiera se percató de cuando le rebaso a aquel
viejo se dio la vuelta descaradamente para poder verle su cola bien formada, era
tal el desinterés de la hembra que solo llego a la puerta la abrió y entro a la
casa sin más ni más. Al estar adentro la chica vio como Don Armando bajaba las
escaleras mientras le decía: -Nuerita, te he estado esperando, hoy descubrirás
lo que es un hombre de verdad, te Hare gritar como la puta que eres. Pamela
solo miro a aquel hombre con rabia, no solo le bastaba con que prácticamente la
violaría, sino que también tenía que humillarla de esa forma, a aquel viejo no
le importaba lo que pensaran de él, sin miramientos termino de bajar las
escaleras y se acercó a ella, sin tocarla empezó a rodearla para verla desde
todos los ángulos posibles, deteniendo su andar justo cuando estuvo a espaldas
de la chica viendo su bien parado y redondo culo, sin perder oportunidad le dio
una fuerte nalgada mientras exclamaba: -A ver si están tan duras como me
aparentan. Fue tan fuerte la nalgada que le propino Don Armando que hizo que de
la chica se desprendiera un grito de dolor, aquel viejo empezó a reír mientras decía:
-No me has decepcionado, tienes el culo duro y bien parado, justo como me han
dicho, no cabe duda disfrutare meter mi verga en tu culo, espero este tan
apretado como me han comentado La chica solo miraba a Don Armando con
impotencia, mientras este volvía a posar una de sus manos encima de las nalgas
de la chica, acariciándolas y por momentos apretándolas, incluso bajando un
poco hasta la orilla de la falda y metiéndola por debajo de esta para poder
sentir esas nalgas que eran separadas solamente por su hilo dental, mientras la
chica trataba de alejarse de él tímidamente pues sabía que no debía hacerlo
enojar, fue hasta que hábilmente Don Armando hizo a un lado aquel diminuto hilo
y logro introducir uno de sus dedos en el apretado ano de la chica, que no
aguanto más he involuntariamente se arrebató de aquel hombre. Pamela volteo a
ver a Don Armando, estaba horrorizada, no sabía cómo reaccionaría aquel viejo
asqueroso, grande fue su sorpresa al ver que aquel viejo no se había molestado
y seguía con una sonrisa en la cara, durante un instante hubo silencio absoluto
hasta fue interrumpido bruscamente por las palabras de Don Armando: -Todavía
tienes el culo apretado, tu reacción te delata, es más mira como me has puesto.
Justo en el momento en el que bajaba el cierre de su pantalón y sacaba su
miembro erecto para que la chica pudiera verlo, Pamela que estaba aparragada
contra un sofá, se quedó impresionada pero al mismo tiempo intimidada, pues el
pene de aquel viejo era enorme, la chica veía como aquella verga no solo era
gruesa y venosa, sino que también era bastante larga, además de tener una
cabeza por demás gorda, todo eso en conjunto aterrorizaba a la chica pues sabía
que las intenciones de Don Armando eran Cogérsela lo más que pudiera hasta
descargarse completamente adentro de ella. Don Armando la tomo de la mano y
mientras la jalaba, la chica oponía resistencia arrebatándose y gritando -“No
Don Armando, a donde me lleva, por favor no” tratando de que no la llevara a
quien sabe dónde, pero sus esfuerzos eran inútiles, poco a poco y contra su
voluntad Don Armando logro subir por las escaleras a la infortunada mujer, para
sorpresa de propios y extraños la chica de tanto forcejear logro zafarse de
aquel viejo e inmediatamente tratando de escapar de él, pero estaba Claramente
desubicada y se introdujo en la primera puerta que vio, para su mala suerte esa
habitación no era otra más que el lujoso estudio de Don Armando, la chica
viendo que no había salida en ese cuarto trato de regresar por la puerta de
donde había entrado pero justo al voltearse se encontró con Don Armando que le
estaba cerrando el paso. Pamela le miraba fijamente hasta que aquel viejo le
soltó una enorme bófeta a mano cambiada, tumbando de un solo manotazo a la
chica, esto ocasiono que derramara sus primeras lágrimas de esa noche, Don
Armando ahora bruscamente, tomo a la chica que estaba tirada en el piso y
jalándola sin ninguna consideración la llevo hasta el escritorio donde la tumbo
boca arriba, mientras la chica no dejaba de llorar y permanecía en forma fetal,
aquel viejo la tomo nuevamente pero ahora por las piernas y las separo haciendo
uso de su mayor fuerza, logrando que a su vista quedara la diminuta Tanga de
hilo dental que tenía la chica, mientras ella seguía llorando y suplicando, Don
Armando ya Claramente enfurecido le dijo: -Cállate puta, que no te pago para
esto, maldita perra culo caliente, te callas o te muelo a bofetadas y
disfrútalo que te aseguro tu marido es un maldito picha corta que jamás te
cogerá como yo lo haré hoy. Habiendo dicho esto Don Armando soltó las piernas
de la chica, la cual ya no hizo por volver a juntarlas en Pamela muestra de
sumisión, el viejo que no dejaba de escuchar como de la chica se desprendían sollozos,
hizo caso nulo a lo que Claramente eran suplicas de la chica porque parara, y
tomando la diminuta tanga de la chica con sus dos manos la rompió por la parte
inferior dejando al descubierto la ahora Vagina desnuda de la chica, sin
miramientos el viejo poso su mirada en la vagina desnuda de chica y estando Claramente
excitado puso una de sus manos en la entrepierna de la hembra y empezó a
acariciarla, mientras con el pulgar empezaba a jugarle levemente los labios
vaginales haciéndolos poco a poco a un lado para tener acceso a su clítoris, mientras
que con la otra mano se jalaba la verga violentamente, Pamela por otro lado se
cubría la boca tratando de no gritar pues sabía que si lo hacía muy seguramente
Don Armando le reventaría nuevamente una bofetada causándole mucho daño. En
otro lugar no muy lejos de ahí el socio de Don Armando, que estaba en su auto
seguramente dirigiéndose a su hogar, no podía sacarse de la mente aquel hermoso
ejemplar de yegua con él se había cruzado hacía ya un rato, justo cuando
recordó que se había olvidado la copia del contrato que había estado
discutiendo con su socio, por tal motivo decidió regresar por la copia de este
y así tener una excusa para poder ver a la preciosa hembra, ya con todo pensado
dio vuelta y sin perder tiempo se dirigió de nueva cuenta a donde la casa de su
socio. Sin embargo Don Armando no había perdido el tiempo y sin saber que su
socio se dirigía un vez más a donde él se encontraba, este ya había bajado la
parte superior del vestido de Pamela dejando al descubierto su redondas tetas
en las cuales resaltaba sus preciosos pezones que en contra de su voluntad ya
había empezado a quedar duros, la chica solo apretaba los ojos para no ver
mientras dejaba salir de su boca leves sollozos diciendo “Noooooo”, Pamela
trataba de cubrir sus senos con las manos mientras Don Armando, ahora
prácticamente la estaba dedeando con una mano y con la otra seguía
masturbándose, pero el viejo solo seso en sus movimientos para separar las
piernas de la chica un poco más, enterrar su rostro en la vagina y empezar a
chuparla como si de un suculento manjar se tratara, Pamela solo trataba de
separarlo empujando disimuladamente la cabeza del viejo con sus manos, pero
aquel hombre estaba prendido en la entrepierna de la chica. Pamela sentía como
Don Armando por momentos introducía la lengua adentro de su vagina, inconscientemente
el cuerpo de la chica empezó a lubricar y dejar salir jugos, mientras ella
sentía como aquel viejo le mordisqueaba el clítoris haciendo que ella sintiera
gran placer, no cabía duda alguna aquel hombre sabía lo que hacía pero ella no
podía permitir que el viejo lo supiera, por tal motivo apretaba con todas sus
fuerzas los dientes tratando de impedir que involuntariamente dejara salir
algún gemido. Todo se detuvo de un momento a otro, Pamela quien hasta ese momento había tenido los
ojos cerrados, los abrió solo para ver lo que para ella era una aterrorizante
escena, Don Armando había dejado de comerle la Concha y ahora estaba de pie
sujetando con una mano su gorda verga y apuntando directo a la entrada de su
Conchita, mientras la chica trataba de enderezarse en el escritorio apoyándose
en sus manos, pero aquel viejo seguramente ya era muy experimentado así que de
una sola embestida le enterró su pene en la vagina, Pamela grito: -¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! Dioooos Mioooo Pooor Diooos ¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!. Mientras Don Armando la sujetaba
por las caderas y empezaba su mete y saca, la chica se sostenía de los brazos
del hombre quien en cada embestida trataba de hacer llegar más al fondo su
gorda verga, aquel pene era muy gordo y largo para la chica que a pesar de
estar completamente mojada sentía como ese pene le entraba y salía una y otra
vez cada vez causándole más daño, ella solo decía: -¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! Pare, Espere Un Poco Por Favor, Me
Duele, Deténgase ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!.
Pero Don Armando estaba perdido, la concha de Pamela era la más estrecha que
había probado en toda su vida, y por tal motivo le estaba dando un enorme
placer, mientras él seguía su mete sus ojos ya estaban en blanco, seguramente
por el placer que le causaba estarse cogiendo a la chica y el solo decía cosas
como: -Que rico aprietas niña, que buena estas, que rico tienes la concha.
Mientras tomaba entre sus manos los pechos de la chica y se tiraba encima de
ella para así poder chuparlos, así estuvieron un rato el cual le pareció una
eternidad a Pamela, pero de repente Don Armando dejo de bombearle su verga en
la concha y se separó de ella, ingenuamente Pamela pensó “al fin todo ha
terminado” pero nada más alejado de la verdad pues aquel viejo la volvió a
tomar del brazo y la jalo haciendo que bajara del escritorio donde la tenía
tumbado, con su pija aun erecta Don Armando hizo que la chica se arrodillara
frente a él dejando su miembro a la altura de su cara, Pamela rápidamente
intuyo lo que venía a continuación, Don Armando no la hizo esperar mucho para
que supiera sus intenciones pues casi de inmediato le dijo: -Quiero que te la
comas toda puta, chúpate hasta mis huevos y cuidado con los dientes Pamela sin
opción alguna acerco sus labios hasta el glande de Don Armando, y delicadamente
empezó a tener contacto con él, muy lentamente abrió la boca y poco a poco
empezó a introducirse el pene hasta donde pudo, pero eso no era suficiente para
el viejo quien la sujeto del cabello y jalo de ella mientras le empujaba la
verga hasta el fondo de su garganta, la chica solo tomo con fuerza las
pantorrillas del viejo y sacando fuerzas de flaqueza aguanto que aquel hombre
le embistiera una y otra y otra y otra vez hasta que estuviera satisfecho, lo
cual tardo varios minutos en los que la chica sentía como por momentos se
asfixiaba por los jugos que derramaba el viejo adentro de su boca y por ella
misma sentía arcadas e inclusive que casi vomitaría del asco que le provocaba
estársela chupando a aquel hombre, pero tan intempestivamente como inicio esa
posición fue que Don Armando le saco el pene de la boca, la chica en tanto
respiraba agitada, mientras por sus mejillas caían lágrimas, nuevamente el
viejo la tomo del brazo y la aparrago contra el escritorio ahora boca abajo y
con las piernas apoyadas al piso, dejando su majestuoso culo en pompa. Pamela
en esa posición aparragada en el escritorio y con la cara contra el mismo, su
vestido estaba todo enrollado en su cintura dejando al descubierto sus tetas, su
sexo completamente depilado y su bien formado culo al aire, como si aún fuera
necesario, Don Armando escupió una gran cantidad de saliva en su mano y la paso
en el sexo desnudo de la chica como si tratara de lubricarlo, tomo con su mano
su pene que aún estaba erecto y lo dirigió nuevamente a la entrada de su
vagina, de una sola arremetida el macho le metió todo su nabo a la hembra, que
empezó a gritar como si la estuviesen matando: -¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Ahhhhhhhhhhh!, Para, Me Duele, Me Vas A Partir En Dos, Por Favor Para ¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhh!,. Pero como en cada ocasión nadie le hizo caso y
Don Amando siguió con su mete y saca, mientras ella se aferraba a los bordes de
aquel escritorio de madera, el viejo la tenía bien sujeto por la cadera para
así controlar la velocidad con la que le bombeaba el nabo. Por otro lado el
socio de Don Armando ya había llegado a la casa, incluso había entrado pues la
puerta estaba abierta y el chofer de Don Armando se había retirado con el auto,
así que ya al haberse hecho noche aquel viejo socio había decidió entrar a la
casa de su colega, lo cual no le causo ninguna dificultad, al entrar solo
escucho el grito desgarrador de una mujer, y sin decir nada pensó “que buena
revolcada le deben estar dando a esa puta” pero en ningún momento imagino que
la mujer a la que se encontraría seria el soberbio culo con el que se había
cruzado, mientras subía las escaleras la idea atravesó su mente “¿y si de esa Pamela
se tratara?”.Pero rápidamente descarto la idea. Al haber llegado a la plata
alta, donde estaba el estudio de su socio, pudo ver que la puerta de este
estaba abierta de par en par y era la única habitación que en la casa que
estaba iluminada, silenciosamente se acercó a la puerta, solo para toparse con
la sorpresa de ver a su socio de espaldas, sin pantalón y clavándose a una
chica, sin pudor o pena alguna de que le dijeran algo por estar ahí decidió
entrar mientras veía como su socio prácticamente se arrodillaba en el
escritorio sin sacarle la verga a la hembra haciendo que el que estaba mirando
tuviera una vista esplendida de de cómo le enterraban la verga a Pamela, mientras
tanto él seguía caminando hasta el sofá, al sentarse en el sillón, el socio de
Don Armando pudo ver de perfil a la pareja de amantes que seguía en su frenesí
de placer, en toda la casa el único ruido que se escuchaba, eran los gritos de
la chica que no paraba de decir: -Pare, Me Duele, Me Duele Mucho, Se Lo Suplico
Pare. El socio de Don Armando por otro lado se ponía cada vez más cómodo pues
junto a donde estaba sentado se encontraba un pequeño bar en donde él se
dispuso a servirse una copa de whisky para acompañarla morbosa escena que
estaba viendo, pues era más que claro que su socio estaba violando a la fémina,
mientras tanto Don Armando seguía Cogiéndose a la chica la cual tenía cerrados
los ojos y seguía gimoteando. En dado momento Don Armando volteo a ver y se
encontró con su inesperado espectador, el cual solamente le saludo levantando
la copa y diciendo “sigan, por mí no se detengan”, Don Armando sonrió y mientras
la chica seguía diciendo: -Pare, Ya Basta, Por Favor. Don Armando siguió con su
mete y saca, mientras su socio desabrocho su pantalón y de inmediato permitió
salir a su pene erecto para empezar a hacerse una paja, Pamela seguía con los
ojos cerrados por lo tanto no se había percatado de que en la habitación no
estaban solos. Al darse cuenta Don Amando que su socio se la estaba jalando
decidió humillar un poco más a la chica, por eso le hizo una seña con la mano a
su socio dándole a entender que se pusiera del otro lado del escritorio y
quedando de frente a Pamela, el socio ni tardo ni perezoso y con unas ganas
enorme de pasarse a la chica por las armas se puso de pie y fue a donde le
había indicado Don Armando, se puso de frente a la chica que estaba siendo
clavada por Don Armando y a punto su pena a la boca. Don Armando al ver que
todo estaba listo hablo a la chica, quedándose quieto pero sin sacarle ni un
solo instante la poronga y le dijo: -Niña, tenemos visitas, no seas mal educada
y salúdalo, de beso preferentemente. Pamela no entendía de lo que estaba
hablando aquel viejo, fue solo hasta que abrió los ojos y vio horrorizada que
había un pene erecto enfrente de ella y se disponía a ser mamado que todo tuvo
sentido, Don Armando hablo nuevamente: -Te presento a mi socio “Walter” es un
gran empresario Argentino y un muy querido amigo mío, quiero que lo trates como
si de mí se tratase. Walter como se lo habían presentado a Pamela era un hombre
mayor de unos 50 y tantos años, de piel Pamela y completamente calvo, mientras
la chica le miraba con lágrimas en los ojos aquel hombre se desvestía hasta
quedar completamente desnudo, así la chica pudo ver a aquel viejo
completamente, era gordo y extremadamente peludo, su inmundo pene sobresalía de
entre todo el vello púbico pero para sorpresa de la chica o más bien horror de
la misma aquella verga era aún más grande que la de Don Armando, la chica veía
horrorizada cada detalle de aquella pija, era grande, gorda, larga, áspera y de
sobre manera venosa, su glande era enorme y los testículos parecían pelotas de
softball cubiertas de pelo gris. Mientras la chica miraba con detenimiento
aquel pene Walter que ya estaba impaciente por empezar, exclamo: -Vamos pequeña, no tengas pena puedes
comértela toda, no me voy a molestar. A sabiendas que Walter era
amigo de Don Armando la chica no tuvo otra opción y lentamente estiro su mano
hasta sujetar esa gorda polla, la cual no podía rodear en su totalidad con una
sola mano, de esa forma ella misma empezó a guiar aquel descomunal miembro
hasta su boca, mientras sentía como Walter le acariciaba la cabellera, pero
antes de que ella hubiese podido meterse por sí misma aquel pene, Don Armando
saco casi en su totalidad su miembro de la vagina y de un solo empujón se lo
volvió a clavar haciendo que Pamela gritara nuevamente, esta aprovecho Walter
para meterle toda su descomunal polla en la boca. Mientras Pamela estaba
completamente tumbada en el escritorio, ensartada por su boca y su vagina, sentía
como sus pechos se lastimaban contra la madera pues los estaba aplastando, pero
el mayor dolor que sentía era cada vez que Don Armando le hacía lo mismo para
que gritara, sacando su pene casi en totalidad y enterrándoselo de una sola
embestida, mientras que Walter le sujetaba fuertemente de su cabellera para que
no se escapara, así estuvieron un buen rato en el que la chica dejaba escapar
de su boca cada vez que podía grandes cantidades de fluido entre, saliva, esperma
y cualquier otra secreción que se entremezclara, hasta que los dos machos
cesaron sus bombeos, Don Armando al fin saco su pene del maltrecho conejo de la
chica mientras que Walter hacia lo miso pero seguía masajeándose la poronga, Pamela
por su parte tosía y escupía los fluidos que no había logrado tragar, mientras
todos se reponían un poco de la ardua labor física Walter interrogo a Don
Armando: -¿Cómo es que te has
animado a violar a esta putita?. . -No la he violado, bueno no del
todo. - No entiendo, como que no del
todo. -Bueno ella necesitaba dinero, mi dinero y como yo soy muy generoso
se lo he dado, pero también soy empresario y de alguna manera ella ha tenido
que pagarme, por eso es que estamos aquí. -Entonces ¿tú le das dinero a cambio de sexo?. -No
necesariamente, ella me ha firmado unas letras y cada vez que yo quiero que
ella me haga un favor le devuelvo una letra. -¿Pero si ella te liquidara?. -Podría ser, pero eso no va a
pasar, no tiene lo suficiente para pagarme ninguno de los pagares. Mientras los
dos hombres de negocios estaban hablando Pamela ya se había repuesto un poco, Don
Armando que fue el que se dio cuenta que la chica ya estaba lista para seguir
con la acción, le ordeno a esta que se pusiera de pie para que Walter pudiera
verla, la chica así lo hizo, al ponerse de pie Walter al fin pudo ver todo lo
que no le permitió ver el vestido en la tarde, mientras ella permanecía
estática, el argentino parecía niño en dulcería, pues no paraba de girar
alrededor de la chica viéndola de pies a cabeza pues ella estaba con el vestido
completamente enrollado en la cintura, la tanga que había llevado puesta ya
hacía rato la había terminado de arrebatar Don Armando de su cuerpo, por tal
motivo su sexo estaba completamente desnudo y de esa forma Walter pudo apreciar
las preciosas nalgas de la hembra. Don Armando que al igual que Walter estaba
observando a la chica en todo su esplendor se sentó en el sofá y con la verga
bien parada le dijo a la chica: -Ven aquí preciosa. Pamela se acercó
temerosamente y al estar cerca de aquel viejo, este la tomo por la cintura e
hizo que se diera vuelta quedando ella de espaldas a él, Don Armando
rápidamente enterró su cara entre las nalgas de la chica y empezó a lamer el
apretado agujerito, Pamela estaba aterrada, sabía lo que seguía, seguramente
aquel hombre querría romperle el culito de una vez por todas, pero ella no
tenía escapatoria, mientras pensaba esto aquel viejo ya había dejado de
chuparle el ano y ahora sostenía su pene con una mano y con la otra agarraba a
la chica de la cadera y la guiaba poco a poco hasta abajo, ella solo sentía
como aquel pene empezaba a entrar entre sus nalgas y el glande empezaba a hacer
presión en su ano, poco a poco sintió como empezaba a arderle el culo pues no
estaba a acostumbrado a ser tan forzado por algo tan grande, se aferraba a lo
que podía y apretaba los dientes, le dolía enormidades, y solamente había
entrado la cabeza del pene, ella trataba de resistirse un poco poniendo fuerza
en sus piernas y así evitando que bajara a la velocidad que deseaba aquel
viejo, pero Don Armando ya estaba impaciente así que tomo con las dos manos a
la chica por las caderas y jalo bruscamente hacia abajo forzando el pobre culo
de la chica a recibir de una sola embestida aquella gorda verga, eso ocasiono
que la chica gritara una vez más pero ahora mucho más fuerte y miserablemente: -¡Ayyyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyy!, Me Duele, Me Duele Sácalo, Me Duele ¡Ayyyyyyyyyy!
¡Ayyyyyyyy! ¡Ayyyyyyyyyyyyy!. Gritaba desesperada mientras pataleaba y trataba
de enderezarse, pero aquel viejo la tenía bien sujeta por la cintura impidiendo
que ella pudiera escaparse, como podía Don Armando le bombeaba una y otra vez
el nabo en el culo, haciendo que la chica no dejara de gritar y llorar, era tan
morbosa la imagen que Walter quien lo estaba presenciando todo no aguanto y se
abalanzo encima de la hembra, la sujeto de las piernas y separándolas apunto su
pija bien erecta a la entrada de la vagina, la chica veía horrorizada que aquel
hombre también la iba a penetrar, pero como ella no se quedaba quieta mientras
la estaban Cogiendo, Walter no había podido lograr su cometido y ahora estando
él entre las piernas de la chica, puso una mano encima de su abdomen y con la
otra sujeto su pene y apunto nuevamente a la entrada de la chica, ahora le dijo
a su socio: -Agárrala duro pendejo, que
me la voy a clavar. Don Armando que ya estaba perdido le enterró una
vez más el pene a la chica y con una mano le tapó la boca, con la otra la
seguía abrazando por la cadera para tenerla inmovilizada, esto aprovecho aquel
viejo argentino para ahora si lograr clavarle la zanahoria en la concha de la
chica, la cual trataba de gritar pero no podía pues le tenían tapado la boca y
solos se escuchaba un desesperado y desconsolador: -Mmmmmuuummmmmgggghhhhhh
Mmmmmm. Pero ya teniéndola ensartado los dos hombres empezaron a bombearle una
y otra vez, era tanto el placer que sentían los machos que a Don Armando le dio
igual que la chica siguiera gritando y le soltó la boca para que pudiera
jugarle una teta pues la otra estaba siendo chupada por Walter quien con una
mano le acariciaba las piernas y con la otra le apretaba las nalgas, aquel trio
estaba tan fundido que no se sabía dónde empezaba un cuerpo y terminaba el
otro, la chica no dejaba de gritar desesperadamente: -Deténganse, Por Favor, Me
Duele, Sáquenlos, Sáquenlos, Déjenme, Me Hacen Daño. Pero aquellos viejos
estaba en el cielo destrozando a aquella mujer, desafortunadamente para Don
Armando su sobre peso le estaba haciendo una mala pasada y prácticamente
empujando a la chica desbarato aquel sándwich de placer que habían formado, Walter
quien vio que su socio había empujado a la hembra por que se estaba asfixiando
se separó y así al fin Pamela pudo descansar un instante de la brutal forma en
la que la estaban penetrando. Don Armando estaba agitado pero aún tenía la
verga erecta y estaba muy excitado, por tal motivo le ordeno a la chica que se
tumbara boca arriba en el escritorio, pero ella ente lágrimas empezó a suplicar:
-Noooo, Por favor ya no, se lo ruego. Pero antes de que la chica dijera algo
más Walter la tomo del cuello y asfixiándola prácticamente al cargo hasta el
escritorio donde hizo que se pusiera boca arriba mientras él no dejaba de
estrangularla, ahora mientras ella forcejeaba para jalar aire, Don Armando
rápidamente se puso entre sus piernas y colocando su glande entre los labiosa
vaginales de la chica, solo tuvo que empujar un poco para lograr penetrarla, de
esa forma mientras la chica luchaba para que Walter no le apretara tanto del
cuello, Don Armando había empezado su mete y saca, pero como ya hacía bastante
que habían estado cogiendo aquel viejo, ya estaba a punto de venirse y por tal
motivo acelero sus embestidas, Pamela a quien ya no le estaban apretando tan
fuerte el cuello se dio cuenta de que Don Armando se vendría adentro de ella, por
tal motivo empezó a llorar y a suplicar una vez más: -No lo eche adentro, sácalo
por favor, se lo suplico. Pero era demasiado tarde Don armando se aferró a las
nalgas de la chica y le clavo la verga lo más profundo que pudo mientras sentía
como se corría y le llenaba la concha de leche, después de eso el viejo
exhausto se hecho una vez más en el sofá mientras su pene bajaba de tamaño y se
tornaba flácido. Pamela estaba ahí encima del escritorio con las piernas
abiertas mientras de su panocha escurría el semen que le había depositado Don
Armando, Walter quien no se había venido estaba como burro en primavera y no
aguantaba más así que rápidamente fue al otro extremo del escritorio y le dijo
a la chica: -Bueno nena, ya te han
llenado la concha de leche ahora es el turno de tu estrecho orto.
Don Armando que estaba sentado en el sofá inmediatamente replico. -De eso nada
Walter, ese culito es solo mío. -no
seas así Armandito, con ese culito seguramente aprieta muy rico y yo no quiero
perdérmelo. -he dicho que no Walter. -Dejemos que la putita decida, Pamelita me harías el honor de permitirme
romperte el culito. -por favor no, se lo ruego. “mientras encogía
las piernas” -vez Walter, solo quiere mi verga en su culo. El viejo argentino
no aceptaría un no como respuesta y le hizo una propuesta a la chica: -Si me dejas culearte yo liquidare uno de los
pagarés que le tienes firmando a Armando. Pamela rápidamente pensó, aunque
me niega este viejo terminara violándome por atrás, es mejor que cuando menos
mi cuenta disminuya un poco, mientras ella pensaba eso Don Armando ya se había
molestado por lo que estaba sugiriendo su socio y dijo: -No Walter ese culito
es mío y no lo comparto. El argentino por otro lado no dejaría pasar la
oportunidad de culearse a la chica, pero no tuvo que volver a insistir pues
antes de que se dijera algo Pamela rápidamente contesto: -¿Si le permito que me
coja por el culo usted pagara una de las letras y yo ya no deberé esa?. . El
argentino sorprendido le contesto afirmativamente moviendo la cabeza, mientras
Don Armando estaba simplemente ahí sentado estupefacto pues la chica había
aceptado las condiciones que le había planteado Walter, pero aun así Don
Armando trato de impedirlo diciendo:
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