En el interior
de la habitación del elegante Resort, el decente matrimonio libraba una
acalorada discusión por la situación que había acontecido solo hace unas
cuantas horas. -Eduardo! lo que has hecho es una total indiscreción!, Gritaba la rubia y hermosa mujer, que aun con todas
sus facciones contraídas por la ira, no dejaba de verse apetecible. -Lo siento
Andrea, contesto el marido, -La decisión ya está tomada y Karen se deberá casar
con el joven Ignacio, le guste o no. -Pero Eduardo! le volvía a gritar la
airada hembra, -No es justo que ni siquiera se lo hubiésemos preguntado. Una
pareja cuando se casa deben estar enamorados! , continuaba alegando Andrea,
intentando hacer recapacitar a su marido del error que estaba cometiendo,
-Además creo que Karen apenas conoce a ese muchacho… -Eso es solo un detalle,
tienen tres meses para conocerse y luego se casaran, es lo que acordamos con
don José y la decisión ya está tomada. -Tres meses! Tres meses!, se repetía
Andrea para sí misma, no daba crédito a lo que escuchaba, Karen nunca había
tenido novio, le preocupaba de sobre manera lo que podría pensar su hija con
respecto a lo de casarla sin habérselo consultado por lo menos y mas encima con
un hombre que apenas conocía. -Andrea! Te preocupas demasiado, ya verás que
Karen lo aceptara, continuo hablando Eduardo, -La familia Almarza es una de las
mas decentes de nuestra congregación, además don Urias dijo… -Don Urias!!, Don
Urias!!, le interrumpió Andrea, -Y que debe importarnos a nosotros lo que pueda
decir ese viejo raquítico!!, le contestaba a gritos la todavía apetecible y
joven madre, quien se encontraba totalmente salida de sus cavales. -Andrea!!,
grito el marido de la mujer, -Te prohíbo que te expreses de esa manera hacia la
honorable persona de don Urias, y esta conversación se termina aquí y ahora!!,
-Además aprovecho de recordarte que tu y ninguna mujer de nuestra congregación está
autorizada a opinar ni contradecir las decisiones que tomamos nosotros los
hombres que somos los jefes de hogar, le aclaraba su marido, -Así que por favor
te pido que asumas y te ubiques en tú triste condición de mujer, termino
diciendo Eduardo con su mirada perdida en el horizonte de los verdes paisajes
de la región, que daban desde los grandes ventanales de la elegante habitación.
Andrea se quedo muda con las fuertes aclaraciones de su esposo, pensaba que
ella desde que se casaron siempre lo había apoyado en todas sus decisiones, lo
mismo cuando ambos accedieron a participar en la decente y conservadora congregación.
Pero ella lo hacía porque lo amaba y desde que lo conoció y se enamoro, le
había prometido estar junto a él en los buenos y malos momentos, pero en ningún
caso por que existiera alguna diferencia de géneros entre él y ella. -Pero por
Dios!, pensaba la atribulada mujer, en que se estaba convirtiendo su marido?,
nunca le había hablado de esa forma, si bien ella aceptaba las normas
establecidas en la congregación, eso no significaba que el hombre estuviera en
una posición más elevada que el de la mujer, para sus adentros se decía que a
lo mejor Eduardo lo había dicho sin pensarlo producto de la inusual situación
en que ambos estaban viviendo. La voz de su marido la saco de sus pensamientos.
-Espero no tener que volver a repetirlo, le hablo Eduardo y para luego
continuar, -Te quedó claro Andrea?, termino diciendo con el tono de su voz un
poco mas elevado en la ultima frase. Andrea entendió que su marido no lo había
dicho por encontrarse acongojado por lo que sucedía. Ella lo amaba con todas
las fuerzas de su ser, pero él la había herido con estas descolocadas
aclaraciones que le había hecho, así que contesto: -Si Eduardo, me queda claro
cual es mi condición al lado de tu correcta persona, termino diciendo la rica
de Andrea, quien a pesar del gran amor que sentía por ese hombre, algo en su
corazón acababa de cambiar. Este fue el principio del fin, poco a poco se
vendrían las mas extrañas situaciones que cambiarían drásticamente el destino y
futuro de esta bella, recatada y
elegante mujer de 35 años, madre de Karen. -No iré a la cena, estoy cansado y
tomare una pastilla para dormir, hablaba Eduardo a su mujer, - Te solicito que
vayas tu y me excuses con don Urias, necesito descansar, si quieres duerme en
la habitación contigua, en la que solicite por si Karen se arrepentía y decidía
venir con nosotros, así puedes descansar hasta tarde mañana, creo que lo
necesitas. Andrea no le contesto nada y ya se aprontaba a salir de esa
habitación, cuando una delgada y alta figura masculina se alejaba rápidamente
de la puerta de la habitación en donde se había generado la discusión
matrimonial, don Urias había tomado cabal conocimiento del alegato entre
Eduardo y Andrea, una diabólica sonrisa se dibujaba en su esquelética y lúgubre
cara de huesudos pómulos sobresalientes. La rubia necesitaba tomar un poco de aire antes de ir
a cenar con las demás familias, estaba dolida, se sentía con su ego traicionado
y por los suelos, que a ella su propio marido la menospreciara como mujer, era
un mal agradecido pensaba, fue ella quien hablo con su tío favorito para que
Eduardo entrara en la poderosa Corporación que el dirigía, nunca había pensado
en esto y en un minuto se pregunto el porque lo hacia ahora y no lo había hecho
antes. Se ubico en la terraza que tenia
vista al gran lago, veía a casi todos los matrimonios de la congregación como
disfrutaban de las atenciones del personal del lujoso hotel, como algunos
paseaban por los hermosos senderos de verde vegetación, pensó que si ella no
hubiese discutido con su marido lo mas probable es que también estaría acostada
y ni siquiera con el, estaría sola en la pieza contigua. Poco a poco Andrea ya
comenzaba a ver las diferencias entre su marido y los demás hombres que
participaban con ellos en la conservadora congregación, en estos momentos era
Eduardo el único que no estaba… -Buenas noches Andrea, fue la grave voz que la
saludaba, y que la sacaba de sus tristes cavilaciones. -Don Urias, buenas
noches le saludo. -Donde se encuentra
Eduardo? Le he estado buscando
por todas partes. -Esta en la habitación se sentía cansado y me pidió que lo
excusara, no vendrá a la cena, dijo la exquisita mujer que en su rostro se
notaba lo apenada que se encontraba. -Mmm, en ese caso dejame acompañarte en la
cena, así no te sentirás sola. -No creo que pueda asistir a la cena , solo vine
para avisar, me retirare a mi habitación por que… -Andrea, creo que debemos
conversar, Eduardo se ha estado comportando un poco extraño últimamente y no
quiero que esa situación les pueda afectar a Uds. como pareja, dijo don Urias
para ver como reaccionaba la beldad. Andrea pensó al instante que don Urias
tenia razón, Eduardo se había comportado en forma extraña con ella, había sido
déspota y egoísta con su propia familia, y sin don Urias también lo notaba era
porque algo le sucedía a su marido. Miro al viejo flaco con sus hermosos ojos
verdes, quería conversar con él, que la aconsejara, o que hablara con Eduardo,
pero al momento de querer articular las palabras su hermosa voz se quebró y
solo pudo emitir unos dolorosos sollozos de hembra herida, por lo que don Urias
acudió atento a prestarle su mas Desinteresado consuelo a la hermosa mujer.
Andrea se hecho a llorar a los delgados brazos
de don Urias y este por su parte en forma paternal, por ahora, la abrazo
poniendo su huesuda mano en la esbelta cintura y con la otra le acariciaba el
rubio cabello que nacía desde sus sienes, al viejo le temblequeaban las
hilachas de piernas que poseía, por la sencilla razón de sentir el poderoso
cuerpo de esa Diosa a la cual amaba, y que en estos momentos y por primera vez
podía sentirlo y rozarlo con el suyo. (Unas horas antes en la casa Zabala) Karen se mantenía de rodillas junto al catre
de don Pricilo, aun sentía en su boca el amargo y dulzón sabor del semen que
acababan de darle a probar y que ella golosamente se lo había tragado todo,
hasta la última gota, tal cual le habían ordenado. -vamos puta! Largo de aquí!,
le ordeno el viejo, quien se daba cuenta que aun estaba en la misma posición en
la que él la había dejado, -Ya se, continuo hablando el vejete, -lo que tu
quieres es que te den otra ración de tu lechita, pero por ahora no hay, jejeje,
así que te quedaras con las ganas, tendrás que esperar a la noche y a lo mejor
te doy mas, y anda preparándome el ojete del culo, por que esta misma noche te
lo reviento, jejeje, reía el miserable dejándole ver toda la pudrición que este
tenia al interior de su boca. Karen se puso de pie dispuesta a irse de esa
sucia habitación en donde su cuerpo nuevamente había sido mancillado por un
asqueroso y caliente viejo, que se estaba dando el gusto de su vida con las
apetecidas formas y curvas de la inocente y dulce criatura que el destino le
había puesto a su disposición. La nena ya estaba por abrir la puerta con la
intención de retirarse, cuando el viejo le volvió a hablar. - Como es que no te
despides de tu marido perra caliente, le dijo don Pricilo, a la nuevamente
avergonzada chiquilla. Karen dio media vuelta y miro al viejo quien se
encontraba tirado desnudo en su catre con ambas manos puestas detrás de su
cabeza, no entendía muy bien lo que ahora quería este despreciable vejete. -Y
que estas esperando Putita mal educada?, ven a despedirte de tu hombre, del que
te culea, como te vas a ir así no mas después de la gran cogida que nos
acabamos de mandar, jejeje. Karen quien ya estaba semi entregada a las
calientes ocurrencias de ese viejo que la tenia en sus manos por las
degeneradas evidencias que el tenia en su poder y en que ella era la
protagonista principal, no le quedo más opción que ir a despedirse como él
quería.Una vez que llego a su lado inclino todas sus curvas sobre el obeso
cuerpo de don Pricilo para despedirse con un fresco beso con lengua, el viejo
la tomo de su cabeza, no con la rudeza de las ocasiones anteriores, pero la
nena se daba cuenta que este no la soltaba. Don Pricilo poso su otra
descascarada mano en el suave culo de la niña quien lo tenia bien inclinado
hacia arriba, ya que ella se encontraba de pie. El beso ya estaba siendo largo,
Karen ya comenzaba a enredar su lengua con la de su viejo amante y ya sentía
las tremendas ganas de acostarse junto a él, cuando este se separo de su boca y
le dijo: -Mira pendeja, la verdad es que Coges muy rico, jejeje, y quiero que
sepas que en realidad no me gusta pegarte, pero tu me obligas a ello con tus
estupideces, le decía don Pricilo buscando de alguna forma ser tal ves un poco
mas tierno con ella, -debes entender que desde que te enterré mi verga en tu cuerpo, tu pasaste a
ser mi mujer, jejeje, o sea soy tu marido, jejeje, así que de ahora en adelante
Cogeremos cuando yo te lo ordene, y te despedirás y me saludaras con un besito
en la boca, jejeje, e incluso cuando lleguen tus papis, continuaba diciendo don
Pricilo sus pervertidas ocurrencias, - y en los momentos que estemos solos los
aprovecharemos para ponernos al día, ya sea en tu camita o en mi catre, jejeje,
te quedo claro putita?, termino su perorata el despreciable sujeto quien a la
ves que le sobaba tiernamente el suave culo que se gastaba la nena de sus
amores. Karen totalmente confundida escucho todo lo que le había dicho don
Pricilo, pensaba que si ella había tenido relaciones sexuales con el, lo había
hecho solo porque él la estaba chantajeando. Como se le podía ocurrir que ella
lo viera como su marido?, se preguntaba la espantada criatura al imaginarse a
ella viviendo bajo un mismo techo y atendiéndolo como si este fuese su esposo. Plaff!!,
retumbo la sonora y fuerte nalgada que le asestaron a su redondo y hermoso
culo, haciéndola volver a su realidad. - Me escuchaste bien pendeja caliente!!,
le grito el vejete a quien ya le estaba cambiando la expresión de su cara. -
Si! Si! don Pricilo!…Ud. es mi maridoooh!!…, le contesto la asustada
muchachita. - Bien, ahora quiero que te vayas a descansar, le dijo mirándola a
sus azulados ojos, -Aun es temprano así que luego que estés repuesta, prepara
la comida que hoy cenaremos juntos, y te quiero bien arregladita, ya que como
te dije antes hoy nos acostaremos juntos en tu habitación, jejeje, y a parte de
romperte el orto veremos la posibilidad para que quedes preñada, jajaja, -
Ahora desaparece de mi vista puta!, que tengo que descansar, termino diciendo
el supuesto marido a su mujer. Nuevamente Karen se veía cruzando el patio de su
casa desnuda y con abundantes restos de semen seco de don Pricilo, esparcido
por distintas partes de su curvilíneo cuerpo, sobre todo en donde mas lo sentía
era alrededor de sus purpuraceos labios,
no pudo evitar la tentación de sacar su lengua y retirar una buena cantidad de
esta esencia y tragarla. Pero lo que mas le preocupaba por ahora a la nena era
lo ultimo que le había dicho el horripilante vejestorio, seria tan vil y
tendría realmente la intención de preñarla?, se preguntaba la contrariada
jovencita. Descanso en su habitación por un lapso de una hora aprox., y a pesar
de la refrescante ducha que en estos momentos se estaba dando, Karen no podía
dejar de pensar en lo de tener un hijo con don Pricilo, ese viejo estaba
loco!!, se decía, aun que también se recriminaba al recordar que una ves que el
vejete le metía su verga ella solita se movía y se meneaba acrecentando las
posibilidades para que esto sucediera, estaba totalmente confundida. Pero luego
se calmaba intentando auto convencerse de que ella solo se movía y meneaba
sobre la verga de don Pricilo, por que este la chantajeaba y no por querer
tener un hijo con el, pero si a pesar de todo esto igual sucedía? Se volvía a
preguntar y caía nuevamente en ese extraño estado de angustia que le producía
al solo imaginarse a ella con su cuerpo inflado y al interior de este
gestándose el hijo de ambos…Ohhh por Dios!!, se quejaba la rica criatura. Una
vez en su cuarto y un poco más tranquila Karen pensaba en la cena que tendría
con don Pricilo en un par de horas. También recordaba que el hombre le había
ordenado que tendría que esperarlo bien arregladita, a que se refería con ello
se preguntaba. Seco su cuerpo y cabello, no se vistió, se dio a ordenar la
casa, recogió los retazos de su rosada ropa interior que estaban desperdigados
por la sala de estar al igual que su
ropa que en algún momento llevo puesta, luego se dirigió a su habitación en
donde inconscientemente cambio toda la ropa de cama, quería que el vejete se
llevara una buena impresión de ella y su intimidad, pero por que hacia todo
esto?, se preguntaba en los momentos de lucidez, pero aun así seguía ordenando
y cambiando cosas de aquí para allá, tendría que ser todo perfecto pensaba
dejándose llevar por sus extrañas emociones. Karen continuaba realizando los
que haceres completamente desnuda, se daba cuenta de lo bien que se sentía en
andar por su casa sin nada de ropa, pensaba que nadie la vería, solo la podría
ver don Pricilo si es que a este se le ocurría llegar y entrar sin aviso, pero
que importaba se decía, si aquel hombre ya conocía casi todos los rincones de su
delineada figura. No se daba cuenta que lentamente iba perdiendo el pudor de
mostrar sus desnudeces ante la depravada mirada de ese viejo caliente que ya la
había poseído en dos ocasiones anteriores y hasta había tenido que comerse su
semen. Poso su figura al frente del espejo de su habitación y se dio a
contemplar su cuerpo por unos minutos, se miraba y se estudiaba, poniendo
especial atención a esa exquisita curva con finos, sedosos y escasos pelitos
negros que se formaba a la altura de su pelvis y que se perdía hacia el
interior de sus piernas. La nena estaba apunto de llevar una de sus manos a su
apetecible vagina, cuando sintió a lo lejos la apestosa voz del vejete, por lo
que corrió a su ventana y se dispuso a mirar con quien hablaba este. Lo vio parado
en la puerta de su cabaña hablando por teléfono móvil, vio que don Pricilo reía
y hablaba eufóricamente con alguien, este ya se había vestido, y fue cuando
cayo en cuenta que ella seguía desnuda, por lo que se dirigió a su armario para
ver que ropa se pondría, algo que le gustara al viejo pensaba. Eligio un conjunto
de ropa interior blanco, albo como la nieve, el calzoncito era de por si
pequeño, no tanto como la tanguita azul culpable de sus desgracias, pero esta
nueva y blanca prenda la hacia ver igual de apetecible para los ojos de quien
se diera el gusto de admirarla. Se vistió con un vestido de color blanco, si
bien este no era escandaloso, lo que se pusiera esta niña de 18 años recién
cumplidos, la hacían ver deliciosa. Karen ya se encontraba cocinando, faltaba
poco para la cena que tendría con don Pricilo, se sentía extraña al estar
cocinando para un hombre y mas se extrañaba al notar de como se concentraba y
esmeraba ella misma para que esta le quedara exquisita, para que quien la
degustara se deleitara hasta la saciedad, y ese alguien era nada mas ni nada
menos que don Pricilo, el viejo que esta misma noche se acostaría con ella en
su propia cama y con la insana intención de preñarla, la nena ya ni se acordaba
lo de su enculamiento, este había pasado a segundo plano. En el comedor de la
elegante casa ya estaba todo preparado, tal cual como había ordenado don
Pricilo, la cena lista para servir, la mesa preparada con la vajilla apropiada
para la situación, Karen había puesto una botella del mejor vino, propiedad de
la reserva especial de Eduardo, para las ocasiones en que recibía alguna visita
importante ya que el no bebía. La nena estaba nerviosa, había perfumado su
cuerpo, aliso su largo cabello peinándolo aun lado de su hermoso rostro, los
minutos pasaban y don Pricilo no se presentaba, ya habían transcurrido mas de
tres horas desde que se habían separado, tiempo suficiente para que el
descansara se decía la confundida jovenzuela que no entendía por que el viejo
se demoraba tanto, ella tenia mucho apetito, ya que ese día no había almorzado,
salvo su buena ración de semen recargado en proteínas, como le habían dicho. Karen
consulto la hora, eran casi las 10 de la noche, cuando sintió unos bocinazos
afuera de su casa, miro por la ventana y vio un furgón destartalado, no podía
ver a las gentes que lo abordaban, pero supuso que este estaba lleno de hombres
y mujeres por que oía perfectamente las risotadas que estos emitían. En eso
apareció don Pricilo por la puerta de la terraza, en su mano traía la bolsa con
el pequeño traje de baño azul de Karen, y le dijo: -Porque lo tiraste Putita?,
le pregunto, -Si te quedaba muy bien, y quiero que te lo vuelvas a poner en
otra ocasión, jejeje, así que guardalo y yo te diré cuando lo usaras, jejeje, a
la vez que saco una cajetilla de cigarros y encendió uno. Se sentó en uno de
los sillones. Karen se daba cuenta que don Pricilo estaba un poco nervioso y
que le quería decir algo, el viejo fumaba y jugaba con el paquete de
cigarrillos, lo vio como iba vestido, aunque su ropa era totalmente ordinaria y
de mal gusto pudo notar que el vejete iba saliendo, se fijo en como le
resaltaban unos brillosos zapatos de charol color blanco, era esta su tenida de
salida?, se preguntaba la niña. -Mira Putita, jejeje, le dijo don Pricilo poniéndose
de pie, -Tendrás que cenar solita por
que me acaban de llamar unos amigos y nos vamos a un funeral, jejeje, pero no
te preocupes por mi reinita, le decía, -mira que me llevan y me traen, jejejeje,
así que acuéstate sin nada de ropita, ya que apenas llegue me acuesto contigo y
te Cojo todo lo que quieras, jejeje, reía el miserable, -Así que tranquilita mi
putita, y asestándole un chorreante y baboso beso con harta lengua se despidió
y cerro la puerta de la casa por fuera. Karen se lanzo como flecha hacia la
ventana para poder ver quienes eran los amigos de don Pricilo que tan
voluntariosamente se ofrecían para llevarlo al funeral del amigo muerto. Vio
que cuando se abrió la puerta central del furgón, se bajo una señora gorda que
iba bien pintarrajeada y con minifalda. Karen se daba cuenta que el atuendo de
esta vieja chica, gorda y fea, no era para nada apropiado para concurrir a un
funeral, también se pudo fijar que una ves que don Pricilo se subió al vehículo
y se ubico en el asiento, lo secundo la vieja de la minifalda y se sentó en las
piernas del vejete, ya que este iba lleno de otras personas. Sus hermosos ojos
azules vieron como el vejete posaba sus manos en el gordo y amorfo culo de
aquella mujerzuela, y fue cuando la puerta del furgón se cerró y se puso en
marcha perdiéndose en la oscuridad de la noche. Ahí quedo Karen con todo listo
para la romántica cena que don Pricilo la había “obligado” a preparar para
ambos, pensaba el por que se había tenido que ir, si se suponía que cenarían y
luego se acostarían juntos para Coger como condenados por toda la noche y para
que la dejaran preñada…Pero por Dios!! En que estoy pensando se dijo la
escandalizada Karen por las ideas que acababan de pasar por su cabeza. Al mismo
tiempo asumía que el viejo la había dejado plantada, por su mente pasaba la
imagen de aquella mujer con pinta de prostituta y como esta se sentaba en el
regazo de su homb…, de don Pricilo( corrigió su mente). Sintió que su corazón
se apretaba, un fuerte nudo se formo en su estomago, le temblaban sus bellas y
bien formadas piernas, sus inocentes ojos azules se llenaron de lagrimas,
corrió a su habitación y cerro de golpe la puerta de esta. Quien hubiese estado
afuera escuchando habría escuchado perfectamente loa quejumbrosos: Sniff, Sniff,
Sniff, Sniff. (¿La niña estaba… celosa?) Lloraba por dos razones, se decía de
como pudo haber sido tan estúpida para caer en las garras de ese viejo caliente
y que mas encima era un autentico degenerado. Karen se sabia inteligente,
siempre se destaco en todo lo académico, en la enseñanza media siempre obtuvo
las mejores calificaciones, de todas sus compañeras de estudio era una de las
pocas que mostraba un real interés por llegar a ser una exitosa profesional, se
maldecía por haber sido tan ingenua, y la otra razón por la cual lloraba
prefería ni siquiera pensar en ello. Una ves mas tranquila salió de su
habitación, meditaba que si en algún momento pensó en llegar y acostarse con
don Pricilo solo por darle en el gusto a que el la preñara, ahora seria distinto,
si el viejo pretendía seguir violándola, tendría que tomarla por la fuerza. Karen
busco en internet toda la información que pudo sobre posibles embarazos, ella
estaba consiente de que el viejo había eyaculado en el interior de su cuerpo
solo hace un día atrás, por lo tanto habían posibilidades de quedar embarazada
, pero también había información de que las probabilidades eran bajas salvo que
las parejas que mantenían relaciones sexuales siguieran haciéndolo sin ningún
método anticonceptivo, por lo que determino que apenas pudiera compraría
pastillas anticonceptivas para evitar lo que el vejete quería conseguir con
ella y su cuerpo, y que se olvide de que ella lo andaría atendiendo como si el
fuese su marido, que se cree, pensaba la enardecida jovencita, quien a su ves
se dio a tirar a la basura toda la cena que había preparado para el, si quiere
comer algo que la vieja gorda le prepare, y se volvía a maldecir por haber sido
la reina de las estúpidas. Termino de lavar y ordenar todo, lo único que le
quedaba por hacer era irse a dormir, pero las imágenes de don Pricilo sentado
en el funeral junto a la gorda no la dejaban en paz, poco a poco se hiso la
idea de que ellos no habían ido a ningún funeral ni nada por el estilo, -este
se fue de parranda!!, se dijo la tierna adolescente y sintió que su ira
interior mas se incrementaba con el solo hecho de imaginar a su don Pricilo
bailando con esa asquerosa mujer. Decidió que lo iba esperar para ver a que
hora llegaba y en que condiciones se presentaría ese mequetrefe. La nena no era
consiente de la forma en que estaba pensando y actuando, se sentía ansiosa y decidió beber una copa de vino, fue a
buscar la botella la abrió y se sirvió, en la mesa de centro encontró los
cigarros del vejete que los había dejado olvidados, no lo pensó para encender
uno y ponerse a fumar como condenada, ya sus limpios pulmones resistían las
sucias sustancias nicotínicas, y pudo sentir lo agradable que era el placer del
cigarrillo. Las horas pasaban y cada vez que Karen sentía el motor de un
vehículo, con cigarrillo en mano se asomaba sigilosamente por la ventana, para
ver si era don Pricilo quien venia llegando, pero nada el hombre no aparecía y
mientras mas pasaba el tiempo, la niña mas fumaba y bebía totalmente enojada
con el. Ahora ya no eran imágenes de don Pricilo sentado o bailando junto a la
vieja horripilante, ahora se imaginaba que ambos quizás que tipo de
asquerosidades podrían estar haciendo. Karen se despertó cerca de las 11 de la
mañana, se vio tirada en el cómodo sofá de la sala de estar de su casa. En la
mesita de centro, la misma en la que el día anterior la habían tenido desnuda y
puesta en cuatro patas, aun estaba la botella de vino pero ahora estaba vaciá,
con una copa a medias y al lado un platillo lleno de colillas de los cigarros
que ella se había fumado en la larga y tortuosa espera de don Pricilo. A pesar
de esto, la nena apenas sentía un ligero dolor de cabeza, se estiro perezosa y
se dispuso a ordenar su desorden y a ventilar la casa, sus padres no debían encontrar
ni los más mínimos vestigios de los nuevos gustos que ahora ella estaba
aprendiendo a disfrutar. Pensaba en don Pricilo, a que hora abra llegado? Este
viejo vivo, quizás había entrado en silencio para que ella no se despertara y
no le pudieran decir nada. La nena no pensaba que tal ves a don Pricilo le
importaba una berenjena lo que pudiese pensar ella con respecto a sus salida, y
que era lo mas seguro. Se ordeno el cabello y estiro su vestido y camino
lentamente hacia su habitación para ver si el vejete se había acostado en su
cama, tal como lo había dicho el día anterior. Abrió lentamente la puerta y
pudo ver que su cama estaba perfectamente ordenada. Karen ya no estaba enojada
como lo había estado antes de caer rendida por el sueño y por los efectos del
alcohol que había bebido, pero sentía curiosidad, a lo mejor don Pricilo paso
directamente hacia la cabañita de madera, se decía. Entro a su habitación y se
quito toda su ropita, ya no le preocupaba si el viejo entraba o no entraba, le
daba lo mismo, de lo que si estaba segura era de que ahora no lo iba a secundar
en sus ocurrencias, si la quería usar, que la usara pero solo su cuerpo, ella
ya no pensaba en entregarse a esas exquisitas y ricas sensaciones que el vejete
la había enseñado a sentir, pensando en esto se fue a duchar, ahora la nena se
sentía mas tranquila y segura de si misma. Se vistió con un buzo deportivo y
zapatillas, se acordó del examen del día miércoles, recién era lunes, tenía
casi dos días para estudiar los contenidos. Así que una ves que se sirvió su
almuerzo el cual ahora si pudo paladear y devorar, se dio a estudiar, aun que
sabia que don Pricilo en cualquier momento aparecería para ordenarle quitarse
la ropa para el poder meterle su verga. Ella lo haría pero solo para que el no
hiciera públicos los videos y grabaciones que le había hecho a su cuerpo. Karen
estaba concentrada en sus estudios y la tarde pasó sin novedad, ya casi estaba
anocheciendo, había hasta hablado con su padre quien la había llamado para
saber como estaba. Decidió salir al patio trasero de su casa para tomarse un
pequeño descanso, pero ahora llevo un cigarrillo para disfrutar un poquito se
dijo, lo encendió y lo consumió, ahora en realidad ya le estaba encontrando el
gustillo a lo nicotínico. Muy disimuladamente se fue acercando a la puerta de
la cabaña, la ausencia de don Pricilo la inquietaba, ya le daba lo mismo lo que
don Pricilo pudiese haber hecho la noche anterior, pero ella quería saber si
realmente habría llegado o no. Cuando estuvo junto a la puerta la empujo solo
un poco con la intención de mirar hacia su interior y una ves que pudo hacerlo
se dio cuenta que el catre estaba vacío con todas las sabanas y frazadas
asquerosamente sucias y desordenadas. Karen no podía dejar de mirar el caliente
camastro en donde la habían convertido en mujer, y con el solo hecho de pensar
en esto un rico cosquilleo le recorrió por varios segundos toda la extensión de
su pequeño tajito sintiendo además una rica serie de aceleradas pulsaciones al
interior de su Conchita, por lo que Tuvo que cruzar una pierna sobre la otra,
antes de que se le empezara a afiebrar su Concha, pensó la rica adolescente. La
niña recorrió las tres habitaciones de la cabaña, ni luces de don Pricilo,
descubrió la puerta falsa que había confeccionado el vejete para poder salir a
escondidas, situación que extrañamente le causo un poco de gracia por la
astucia de aquel viejo caliente y aprovechador y que ahora se encontraba
desaparecido en acción. Intento buscar las copias de los Cd, pero no encontró
nada, en realidad se estaba empezando a preocupar. Ese día lunes ya casi
terminaba y el viejo no llegaba. Y si le había sucedido algo!!, se alarmo la
jovencita. Ay pobrecito de don Pricilo se decía, quizás tuvo un accidente.
Claro!!, eso podía haberle sucedido: el venia llegando con toda la intención de
acostarse con ella y preñarla y justo lo atropellaron y el mismo conductor lo
llevo a un hospital y ahora estaba gravemente herido y solo, sin que nadie vaya
a saber de él, pobrecito!, pobrecito!! Se repetía la preocupada Karen, -Y yo
pensando mal de él, que es tan buenito!. Para luego pensar que a lo mejor esas
gentes del furgón escandaloso lo odiaban y que todo lo del funeral fue un
pretexto para llevárselo y matarlo, y
quizás en que río estaría botado y muerto como un pajarito el pobrecito… Y tan
bonito que se veía con sus zapatitos blancos, Sniff, Sniff, Sniff, comenzaba a
llorar nuevamente la bella joven. Karen llamo por teléfono a todos los
hospitales de la capital, llamo también a la morgue, a las comisarias, cuerpos
de Policía etc. Y nadie sabia de un hombre gordo y corpulento, de casi 60 años
de edad, con una serie de verrugas en su cara y con problemas en su dentadura,
esa fue la descripción que había entregado la nena a los distintos agentes que
solicitaron las características físicas del desaparecido. Aunque preocupada y
apenada por la suerte del vejete, se sintió cansada por lo que decidió que se
iría a dormir, para mañana continuar con la búsqueda de don Pricilo y si podía
estudiaría en el transcurso de la tarde. Karen se encontraba vestida solo con
su pequeña ropa intima y cuando se proponía a ponerse uno de sus gruesos y
largos camisones de dormir recordó muy apenada lo ultimo que le dijo don
Pricilo antes de su desaparición: “ acuéstate sin nada de ropita, ya que apenas
llegue me acuesto contigo y te Cojo todo lo que quieras, jejeje”, a raíz de
estos recuerdos guardo su santurrón camisón y se quito su pequeña ropa interior
para acostarse totalmente desnuda, tal como se lo había ordenado aquel viejito
desaparecido hace casi ya dos días, intentando con esto una especie de cavala,
por si en una de esas este llegaba y se pegaban la gran culiada de bienvenida,
que la niña ya pensaba que ambos se merecían. Se acostó en un estado de
preocupación y calentura, le costaba conciliar el sueño, se sentía confundida,
por una parte deseaba que el vejete no llegara nunca mas y que desapareciera de
su vida, pero por otra también le hubiera gustado que ese día domingo, don
Pricilo se hubiese quedado a cenar con ella, para luego acostarse juntos y que
pase lo que pase, -pero si esto hubiese
sucedido, en estos momentos tal ves ella estaría preñada y con todo el orto
destrozado, pensaba, pero por muy contradictorias que fuesen sus cavilaciones,
no dejaba de sentirse caliente y deseosa de probar una buena verga, y en el
fondo de su ser reconocía que la tranca que ella tanto necesitaba era la de don
Pricilo, una verga por ahora desaparecida. Karen continuaba en su estado de
excitación, recordaba con nostalgia las dos ricas Cogidas que se había mandado
con el viejo, sentía las tremendas ganas de masturbarse y poco a poco fue
abriendo sus hermosas piernas de ensueño, las abrió lo que mas pudo, esto
ya le encantaba a ella. Llevo sus dedos
al nacimiento de su exquisito y perfumado monte de venus, y se dio a masturbar
por unos buenos minutos, y a pesar de lo rico que sentía, se daba cuenta que no
le bajaban esas tremendas ganas de menear su cintura, como lo había hecho al
comienzo de esta gran travesía en la cual se encontraba. Intento con sobarse
las tetas en forma alternada, pero aun así no se transportaba a ese estado
exquisito que ya había experimentado en anteriores situaciones. Ella lo sabia,
necesitaba algo mas grande, mas duro y mas firme para que la penetrara, sus
dedos por mas que se esforzaban en hacerla sentir, no lo lograban, por lo que Tuvo
que entender que después de haber probado esa gruesa y dura verga de don
Pricilo, difícilmente podría lograr algo con sus finos y delicados dedos.
Cansada de masturbarse y sin lograr su objetivo se durmió con su rostro marcado
por el semblante de sentirse hembra frustrada e insatisfecha. Llego el día
martes el cual transcurrió igual que el día anterior. Karen realizo algunas
llamadas para ver si se enteraba de algo, vio y escucho todos los noticieros,
para saber si salía alguna noticia de algún hombre muerto, pero nada, parecía que al vejete se lo había tragado la
tierra. Pensó que a lo mejor don Pricilo se aburrió de ella y sus alaraqueos y
prefirió irse con la vieja gorda del furgón. Anocheció y dejo todo preparado para el tan esperado día
miércoles, una de las exigencias que hacia la tan honorable facultad era que
debía ir a rendir su examen con ropa formal,
una ves terminados estos preparativos se fue a la cocina a prepararse
algo rápido para cenar, solo andaba vestida con un ligero vestido tipo solera
muy cómodo para ella. Abrió el refrigerador para ver que es lo que se podría
preparar y fue cuando su azulada mirada se cruzo con tres gruesos, fuertes y verdosos pepinos, Karen sintió que se le
derretían las piernas al notar el extraordinario parecido que estos tenían con
su verga desaparecida. Sin pensarlo llevo su blanca manita a uno de ellos, pero
antes miro en todas direcciones, como si hubiese alguien que pudiera observar
la pequeña travesura que ya se estaba apoderando de su mente. Muy segura de
saberse no observada, los tanteo uno por uno. Por cada manoseada que les pegaba
a cada uno de estos magníficos frutos vergales su Concha le otorgaba una serie
de tres a cuatro exquisitas punzadas al interior de esta. Se concentro en el
mas grande y grueso, cerro sus ojos y se lo imagino como si este fuese una
verga, llevo instintivamente su otra manita al sector de su vagina y comenzó a
sobarse por encima de sus ropas, era tan rico lo que estaba empezando a sentir
que se decidió a ir un poco mas allá y se las arreglo para subir su vestido y
deslizar su mano por entre medio de sus pequeñas pantaletas color blanca
haciendo contacto con la suavidad de su piel hasta llegar a sus sedosos pelitos
íntimos, momento en el cual los corrientazos de placer llegaron en forma casi
automática, sintió que su cuerpo quería guerra. Abrió sus ojos y se dio a
contemplar ese magnánimo y nudoso pepino que ya la tenia en extremo estado de
excitación, pensó que lo quería para ella sola, por lo que no se dio cuenta
cuando ya iba rápidamente caminando y con pepino en mano en dirección hacia su
cama. Cuando ya estuvo en su habitación se quito el vestido con verdadera desesperación,
al igual que el resto de sus prendas intimas y una ves que estuvo totalmente
encuerada se arrojó de espaldas en su cama para abrirse de patas lo que
mas pudo, la idea ya la tenia formada en
su cabeza, la nerviosa sensación que se había apoderado de su persona era como
si ella se estuviera aprontando para tener relaciones sexuales con un hombre
desconocido. Primero se dio a tocarlo y palparlo, reconocía las dimensiones y
longitud, calculaba que el fruto por lo menos debería medir unos 30 centímetros
y que su grosor era muy parecido al de la única verga que hasta estos momentos
había probado en su vida. Le temblaba todo su curvilíneo cuerpo por la ansiedad
que le causaba el pensar en probar lo más rápido posible ese tieso y duro fruto
de la naturaleza al que ella estaba dispuesta a entregarse. Si! estaba
dispuesta a tragarse por su Concha ese grueso y largo pepino lo que mas le
permitiera su cuerpo, lo necesitaba se decía para sí misma, la nuevamente
caliente muchachita. Lo ubico en la
entrada de su vagina y fue presionando hacia su interior, el pepino entraba
lento pero con la seguridad de Karen de que este la recorrería por completo en
su intimidad vaginal. Las placenteras sensaciones no tardaron en atacar el
ardiente temperamento de la niña. Su verga natural todavía no entraba hasta le
mitad cuando ya se encontraba meneando su cintura con calientes movimientos de
caderas, como si alguien se la estuviera Cogiendo en forma real. La nena se
daba cuenta que este no le alcanzaba a entrar ni siquiera hasta la mitad de su
longitud, pero ella quería mas, las sensaciones que ese simpático pepino le
estaba otorgando a su cuerpo eran indescriptiblemente placenteras y ella notaba
que estas iban en aumento, por lo que se dio a sentir y gozar metiendo y sacando rápidamente de su cuerpo aquel
bendito fruto de forma avergada que la naturaleza le había concedido para uso
exclusivo de su propio placer. Karen se sacudía y contorsionaba en rápidos
movimientos coitales, era asombroso ver como se meneaba con sus bellas piernas
abiertas y con un enorme pepino incrustado hasta la mitad en su pequeña rendija
íntima, lo único importante para ella en estos calientes momentos era disfrutar
al máximo de todo el placer que su cuerpo le
estaba otorgando. Debido al extremo estado de calentura en el cual se
encontraba la nena, por su mente muy lejanamente paso su propia imagen de ella
estando en cuatro patas, tal cual como la habían tenido en la sala de estar de
su casa, solo hace tres días atrás, imágenes que la llevaron rápidamente a
cambiar de posición, por lo que giro su cuerpo en forma desesperada para quedar
en la caliente postura que su acalorado temperamento le había ordenado adoptar.
Estando ya en cuatro patas con el culo bien levantado y con su cara entre medio
de sus almohadas, cruzo una de sus manos por debajo de su plano vientre y
continuo con su intima ceremonia masturbatoria,
metiéndose el pepino ahora hasta mas de la mitad al interior de su bien
formado cuerpo. Karen gozaba como endemoniada, pero por cada minuto que pasaba
las curvas de su cuerpo le exigían aun mas, sabia que estaba disfrutando como
una enajenada mental, pero se daba cuenta que faltaba algo y ella sabia muy
bien lo que era, mantuvo su mano con la cual movía su verga frutal, tenia sus
magnificas tetas aplastadas contra la cama producto de su propio peso y por la
animal posición a la que ella solita había decidido en ponerse, llevo su otra
mano hacia atrás para comenzar a sobarse una nalga, tomando un poco de aire y
muy concentrada en la suave fricción del pepino sobre sus pliegues vaginales,
levanto su mano sobadora y la dejo caer, dándose ella misma una sonora nalgada,
que a pesar de no ser tan fuerte y ruda como las que ya le habían asestado en
otras ocasiones, aun así pudo aumentar
el placer que su cuerpo le demandaba. -Ohhh!! Por Dios!!, pero que ricooo!!,
exclamaba la perturbada criatura en la soledad de su habitación y perdida en
las rojas nebulosas de la lujuria. Karen se nalgueaba y se masturbaba. Plash!
Plash! Plash! Plash!, retumbaban los sonoros golpes que la niña le asestaba a
su propio cuerpo. En un momento la enajenada mujer se metió el pepino lo que
mas pudo al interior de su Concha, y tal cual como si ella fuese una perra,
bajo de su cama avanzando siempre en cuatro patas y con su natural consolador
ensartado en su Concha, su destino era llagar al espejo de cuerpo entero que se
encontraba en uno de los muro de la habitación, su deseo ahora era ver y
contemplar los momentos en que ella misma se pensaba culear al pepino, quería
deleitarse con la visión de ver con sus propios ojos la irrupción de este, y de como le flagelaba y violaba su estrecha
entrada intima. Karen se puso de pie con la mirada fija en su pequeño triangulo
de escasos bellitos negros y sedosos, llevo su verga verdosa hasta la entrada
de su delicada hendidura haciendo un leve contacto con los pliegues de esta,
separo sus blancos y potentes muslos flexionándolos al mismo tiempo que
comenzaba a metérsela, la niña no perdía detalle de como ese grueso instrumento
se iba perdiendo en el interior de sus tiernas carnes, le temblaban sus
hermosas piernas semiflexionadas y
amenazaban con acalambrarse en cualquier momento, por lo que nuestra dulce
jovencita tuvo que buscar una forma más cómoda para continuar con su exquisita
sesión masturbatoria. Ya estaba cansada su cuerpo sudaba, pero ella lo estaba
disfrutando a mil, además aun le faltaba llegar al orgasmo, esa exquisita
sensación en la cual ella sentía que su cuerpo explotaba y se desintegraba, o
algo así se decía para sí misma, por lo que su desequilibrado carácter la llevo
a ponerse en cuclillas y abierta de patas, puso el tieso fruto en el piso y
apuntando hacia el techo, se aferro a la base de este con sus dos blancas
manitas, ubico su cuerpo y la entrada de su Concha sobre la punta de este y
siempre mirando su propia imagen reflejada en el espejo, se lo ensarto de un
solo golpe de caderas, sintió toda su tiesa extensión al interior de ella, se
dio cuenta que lo único que quedaba a la vista era la parte de que ella lo tenía
tomado y que era mínima, esto fue su perdición, la nena comenzó a cabalgar el
pepino como si este fuese una verdadera verga de macho… -Ahhhh!!
Siiiiiiiiiiii!! Ahhhhhhhh!! Que Ricoooo!! -Ahhh!! Ahhh!! Ahhh!! -Ricoooo!!
Ricooo!!, eran los desesperados gritos de calentura que salían de los
purpuraceos labios de Karen. La cabalgada
y la serie de jadeos iban en aumento, la niña se concentraba solamente
en el placentero goce sexual que estaba sintiendo aunque este fuese solo con un
pobre e inocente pepino, su cuerpo brillaba por la transpiración, las facciones
de su angelical carita estaban contraídas dándole el aspecto como si ella fuese
una de la mas experimentadas putas de la ciudad. Sus caderas se meneaban
rítmicamente sobre el garrote que ella misma se clavaba, lo galopaba en forma
exquisitamente deliciosa combinando con movimientos de exprimicion, tal como si
este fuese una verga humana lista para derramarse en el interior de su cuerpo,
y la verdad de todo era que ella deseaba que ese grueso pepino en estos momentos
se transformara en una verga real, pero de quien!!, se preguntaba la caliente
muchachita que aunque pensara en esto continuaba moviendo el culo rápidamente
tragándose casi por completo el rico consolador que inocentemente se había
encontrado. Karen no quería reconocerlo, ella sabia muy bien que deseaba y
rogaba al altísimo que esta verga artificial se transformara en la de don
Pricilo, y no aguantando mas se dejo llevar por sus acaloradas emociones. -Ahhhh,
don Priciloooh, Siiiiii!! Métamela bien adentroooo!! -Ahhhh!! Masssss!! Massss
adentrooooo!! Más Adentroooo!! La nena estaba como poseída, ahora si reconocía
que lo que realmente necesitaba era la verga de ese viejo aborrecible que la
había tomado como su mujer bajo amenazas y chantajes, y lo más raro de todo era
que el solo hecho de ser chantajeada más la calentaba!!. Esta niña estaba al
borde de la locura… -Siiii!! Don Pricilooooh!! Sigameee Cogiendoooo!! Ahhhh!!
Ricooo!! -Y porrrr favooorrrr nooo meee acuseeee!! Ahhhhh!!, bufaba Karen quien
había aumentado la velocidad en que subía y bajaba sus caderas, deslizando su
jugosa Concha por aquel casi varonil mástil que tan rico se estaba ensartando. -Yoooo
Cogereeeee connn ustedddd paraaa siempreeeee!!! Peroooo porrrr favorrrr Noooo
meee acuseeeee!!!, seguía gritando la desaforada e insana mujer que en estos
momentos estaba perdida en un mar de ideas lascivamente fantasmales, producto
de la agresiva calentura que le producía el saberse tomada y violada por tan
despreciable y asqueroso hombre. Karen mantenía sus acelerados movimientos de
sube y baja, haciendo que sus caderas y Concha se tragaran casi en su totalidad
ese grandioso palo artificial que tan gratificantemente la estaba haciendo
sentir. -Asiii!! Asiiii!! Pricilooohh!!, toma mi cuerpooo!! Tomaaaa miii
Cuerpooo!!! Que ess solooo paraaa ustedddd!!! -Ricoooohhh!! Tomameee mi
vidaaaaa!! Ohhh!! Tomameeee y Cogemeeeee miii amoooorrrr!! Siiii!!! -Siiiiiii!! Soy
suyaaaaaa ,soloooo paraaaa tiiii Mi amooooooorrrrrrrrr!!! Ahhhhhhhhhh!!,
gritaba Karen estas extrañas aclaraciones que le nacían desde lo más profundo
de su ser, a la vez que su cuerpo se congraciaba con un placentero y esplendido
orgasmo. Se dejo caer al piso con el pepino ensartado casi en su totalidad en
el interior de su Concha, su cuerpo continuaba
siendo atacado por oleadas de gozadoras convulsiones que la hacían retorcer y
contorsionar la totalidad de los músculos de su curvilíneo cuerpo, intentaba
juntar sus apetecibles muslos pero le costaba, sus articulaciones y
extremidades estaban siendo dominadas por las extrañas fuerzas del placer, pero
una vez que pudo juntar sus hermosas piernas deseaba con plena convicción que
ese duro palo que tenia ensartado en su interior no se le saliera para nunca
jamás. Por las continuadas series de violentos y placenteros espasmos que
estaba siendo atacado el delineado cuerpo de la joven, daban la impresión de
que ella fuera un pez recién sacado del agua. Lentamente se fue tranquilizando
hasta que todo termino, Karen quedo toda despaturrada y tirada en el piso de su
habitación, su cuerpo se encontraba muy
adolorido por todos los azotes que se dio contra el duro suelo en el momento en
que ella vivió el momento de la gloria. No sentía ganas de moverse, estaba
agotada pensaba en lo que había hecho, se acababa de entregar a un pepino,
había sido su mujer!!, pero lo disfruto!! Se dijo a sí misma, como pudo se fue
arrastrando hacia su cama, pero sus fuerzas no la acompañaron poco a poco fue
deteniendo sus movimientos, hasta que se entrego a los brazos de Morfeo, desnuda,
en el piso de su habitación, y con el fruto aun ensartado en su Concha
–Priciloooh, fue lo último que dejaron salir sus labios antes de caer en un
profundo sueño. Karen se despertó cerca de las 02.00 de la madrugada, su cuerpo
sentía frio, y cayó en cuenta que todavía estaba tirada en el piso, sintió
también una fuerte molestia en su bajo vientre, llevo una de sus manos hasta
esa zona y se percato que aun estaba ensartada por el natural consolador, pero
en vez de espantarse o recriminarse como seguramente lo hubiera hecho solo hace
una semana atrás, solo se sonrió, lo tomo por su grosor y lo retiro de su
todavía encharcada vagina para lanzarlo en cualquier dirección de su
habitación. Al sentirse desnuda y maltratada se subió a su camita y se tapo con
sus rosadas cobijas de “frutillita”, ahora si se sentía plena y feliz, pensaba
en lo que había hecho y no sentía remordimientos de ningún tipo, pero se
preguntaba el por qué había expresado lo último, eso de tratar de” mi amor” a
don Pricilo. Esta situación la confundía, eso lo dicen solo las personas que
estaban enamoradas, buscaba una explicación lógica para ello, a lo mejor ella
lo estaba empezando a am… Karen se sintió aterrada con estas últimas
reflexiones y prefirió no seguir pensando en ello, recordó que el viejo estaba
perdido quizás donde, y las dos veces que en que se acostaron, ella lo había
hecho solo por haber sido chantajeada, además don Pricilo era asquerosamente
feo y por ultimo ella se prometió no entregarse más a él y a sus calientes
caprichos, -pero se la habían Cogido tan
Ricooo… -Pero por Dios!!, por que pienso
en eso y en él?, se preguntaba, además todo indicaba que el vejete se había
largado y que por fin la dejaría tranquila. En esto estaba nuestra dulce Karen
cuando sintió ruidos extraños en la parte delantera de la casa. En un principio
se asusto, pero al sentir un conjunto de risotadas, se dio cuenta que no había
nada que temer, el perdido acababa de aparecer. Se levanto y envolvió sus
curvas en una bata de descanso, corrió a pie descalzo a los ventanales que
daban al antejardín y protegida por la oscuridad pudo ver perfectamente como
dos hombres que estaban acompañados por la gorda cochina, intentaban bajar un
gran bulto desde el destartalado furgón. Karen agudizo el sentido de la visión
hasta que pudo ver claramente que el gran bulto que intentaban bajar era el
cuerpo de don Pricilo quien venía en total estado de borrachera, y en el
momento en que lo pudieron bajar del vehículo este se desplomo como un saco de
papas, para quedar tirado en el suelo dando la impresión que estaba muerto y
sin vida, la niña se volvió a preocupar. Ahora escuchaba claramente lo que
hablaban esos dos tipejos y la gorda. -Este Pricilo toma vino como si el mundo
se fuera a acabar, -Jajajajajajajaja, eran las risotadas de los acompañantes de
don Prici, mientras lo miraban como este estaba tirado en el piso. -Y hasta
medio mentiroso se está poniendo ahora que está más viejo, dijo uno de ellos,
-Eso que conto que se estaba Cogiendo a una pendeja de 18 años, hija de su
jefe. - Karen escuchaba atenta, --Jajajajajaja, solo en sus sueños se la podría
Coger este viejo macuquero!, opinaba el otro, -Jajajajajaja, continuaban las
risotadas. -Si muchachos, dijo la vieja gorda, chica y fea, -pero recuerden que
el pidió que lo dejásemos por la puerta principal y no por la de atrás, además
hay algo que no me cuadra, dijo la mujerzuela. -Pero cuenta Chabela, que fue lo
que nos perdimos, pregunto uno de ellos. Chabela que así se llamaba la viejuja,
continuo con sus apreciaciones. -Lo que no me cuadra es que este viejo califa,
en otras ocasiones no perdía la oportunidad para Cogerme a mí, o a la Maryori,
o a cualquiera de las otras muchachas, pero ahora andaba esquivo y solamente
hablaba lo de su nueva y joven mujer y de lo perra y buena que era a la hora de
Coger. Karen se debatía en contrariados sentimientos por lo que sus oídos
escuchaban, por una parte sintió alegría, ya que al parecer el vejestorio no
había mantenido relaciones sexuales con la Chabela (ahora ya sabia como se
llamaba la vieja gorda), pero también sintió rabia cuando se dio cuenta que la
perra buena para Coger… era ella!! -Además, continuo hablando la Chabela, -el
Prici me conto que ella estaba tan enamorada de él que hasta ya habían convenido en tener tres
hijos… La nena no lo podía creer, la ira se iba apoderando de su persona a la
misma medida que ella escuchaba los
pormenores que había andado hablando por ahí este viejo mentiroso, indiscreto y
mal educado. -Pero la Maryori, conto que paso la noche con el, que sabes tu de
eso, le consulto a la gorda uno de los hombres. -Si es verdad, confirma la
Chabela, -Yo los vi, además escuche todos las asquerosidades que estuvieron
haciendo, si en vez de Cogerla parecía que la estaban matando a la pobrecita… -Jajajajajaja,
seguían riendo a coro este extraño trió de personajes. –Y el muy cínico,
después andaba haciéndose el sentido y hablando que le había sido infiel a su
perrita, termino diciendo la gorda mujer… Karen estaba al borde del llanto por
lo que acababa de escuchar, don Pricilo le había sido infiel!!... –No, no ,no,
esto no es así corrigió Karen al instante después de haber pensado en lo
anterior, ella había sido violada!, violada!, se lo repetía, lo que hiciera don
Pricilo con otras mujeres o con quien se acostara era asunto solo de él, a ella
no debía importarle. Ella solo se había entregado a él, porque la estaban
chantajeando!, se volvía a repetir para si misma la dolida jovencita. -Y ahora
que hacemos con el?, pregunto uno de los hombres. -Busquemos la llave de la
reja que la debe tener el, y llevémoslo a su rancha, no podemos dejarle aquí
tirado, y así aprovechamos de echar una miradita a la casa, para ver si nos
podemos llevar algo para vender y nos pegamos otra fiestecita, dijo la Chabela.
-O si tenemos suerte nos encontramos a la hembrita del Prici , y si esta tan
buena como dijo él, nos la llevamos por unos días, jajaja, le pegamos una
probadita y la hacemos saber lo que es bueno a la putita, termino diciendo uno
de los tipejos. Karen ya no quiso seguir escuchando las atrocidades que
hablaban los amigos de don Pricilo, y asustándose por las desequilibradas ideas
que ellos estaban urdiendo, corrió hasta donde estaba el interruptor automático
de las luces del sistema de emergencia que contaba la casa, y lo acciono,
quedando todo el frontis del jardín y de la calle iluminados por potentes focos
alógenos de alto alcance. -Pero que mierdaaa!!, grito la Chabela, quien quedo
encandilada, al igual que sus dos compañeros de juerga. -Nos pillaron!!, grito
uno de ellos… -Viene la policía!!, grito el otro… -Arranquemos chiquillos!!,
volvió a gritar la gorda mujerzuela, por lo cual como si estos hubiesen visto
al mismísimo demonio en persona, abordaron el destartalado furgón para
desaparecer en las oscuridades de la noche. Karen al comprobar que los tres
malvividos habían desaparecido, dejo pasar unos minutos y apago las luces de
emergencia que la habían salvado de quizás que cosa. No sabia si salir y ella
misma entrar a don Pricilo o dejarlo ahí tirado para que aprendiera a ser mas
cuidadoso a la hora de elegir a sus amistades, pensaba la rica muchachita. Vio
la hora, ya eran casi las tres de la madrugada, no podía dejarlo tirado en la
calle, si bien el viejo era aprovechador y chantajista, tampoco era un animal.
La nena estuvo a punto de ir a vestirse para salir a buscarlo, cuando vio que
este se movía pesadamente, Karen lo miraba atenta para ver si este lograba
ponerse de pie. Don Pricilo al recuperar el conocimiento no sabia donde estaba,
le costaron varios minutos para dimensionar que estaba tirado en la calle y al
frente de la casa de los Zabala, no tenia idea de como había llegado hasta
allí, lo ultimo que recordaba era que estaba tomando ponche y bailando
reggaetón con la Maryori, y fue cuando todo se le apago. Como pudo saco las
llaves de la casa y a hasta que logro abrir y entrar, le dolía la cabeza como
si le hubieran puesto unos tres fierrazos en la nuca, claro si estuvo bebiendo
casi por tres días. Tuvo la intención de dirigirse a ver como estaba esa putita
a la cual tanto había extrañado, sentía las tremendas ganas de golpearla por un
rato para después meterle su verga, pero la resaca lo tenia superado, una ves
que dejo la reja bien cerrada con llave se fue rodeando la casa con destino
único hacia la cabañita de madera que estaba justo al fondo del patio… Karen
observaba atenta todos los movimientos del vejete, la tranquilidad y alivio que
sintió al darse cuenta que don Pricilo estaba vivo fue aplacando la rabia que
había sentido al enterarse que este se había estado revolcando con una tal
Maryori, que se la imaginaba tan fea y vulgar como lo era la tal Chabela.
Siguió toda la trayectoria del vejete, parapetada y escondida tras las cortinas
de las ventanas de la casa, se extrañaba de ver como este se tambaleaba y de
como se apoyaba en todo lo que se encontraba en su recorrido y puso especial
atención cuando don Pricilo desvió su trayecto para ir a apoyarse a uno de los
hermosos arboles que adornaban el elegante jardín trasero, y una ves apoyado en
este, vio cuando este detestable ser, alzo ambos brazos hacia los cielos y
escucho algo parecido a un bramido, pero mucho mas grave y diabólico: -Guajjjjjjj!
-Guajjjjjjjjjjjjrrrr!! -Guajjjjjjjjjjjjjjjjjjrrrrrrrr!!! A Karen le dio la
impresión que el viejo era un grifo humano anta la magistral vomitada que se
estaba pegando, vio también cuando don Pricilo una ves que ya estuvo mas
repuesto de esa situación, a duras penas retomo el camino hacia su catre, y en
su dificultoso caminar se le enredaron las piernas por lo que volvió a caer al
piso, al vejete todo le daba vueltas en su cabeza, así que no Tuvo más opción
que continuar su trayecto gateando. La nena miraba la escena que se vivía en el
patio de su casa media asqueada, pero aun así no pudo evitar dejar salir de su
boca una sonora carcajada cuando vio que el viejo no podía pararse y Tuvo que
ingresar a su cabaña gateando: -En cuatro patas!… como las perras!! Jijiji,
reía la niña, -Eso le pasa por tontito, pensó ahora ya más tranquila, por lo
que se propuso a descansar, faltaban pocas horas para el amanecer y ella debía
levantarse temprano para ir a rendir su tan esperado examen de ingreso a la Universidad.
Eran las 7.30 am, Karen ya estaba saliendo de la ducha, para luego ubicarse a
secar su cabello al frente del espejo, mientras hacía esto miraba su cuerpo
desnudo y se preguntaba el por qué ahora le gustaba tanto mirar sus exquisitas
formas y curvas, antes nunca le había sucedido, en realidad estaría tan buena
como le había contado don Pricilo a sus amigos?. Prefirió pensar en otro
asunto, ya que recordó que esas cosas a ella no debían importarle, por lo que
se dispuso a vestirse. Se calzo una pequeña tanga de encaje color negro bien
entre sus nalgas al igual que el Corpiño tambien era Negro haciendo juego,
siguieron las medias de una tonalidad un poco mas oscura al color natural de
sus bien formadas piernas, las cuales aumentaron la hermosura de estas. Quien
hubiese estado en esa habitación no hubiera dudado en arrojarse a lamerlas y
besarlas. Siguieron la blusa color crema y un elegante y fino conjunto de
chaqueta y falda negras, esta ultima le quedaba precisa, se ajustaba
perfectamente en la esbeltez de su cuerpo remarcándole exquisitamente las bien
pronunciadas curvas que nacían desde su estrecha cintura hacia la amplitud de
sus caderas, no dejaba ver mucho de esos bien contorneados y potentes muslos,
pero si permitía dejar mucho para la imaginación, y para terminar saco de su
escritorio unos pequeños lentes ópticos de finos y delgados cristales, que en
ves de afearla le daban un pequeño toque de
prestancia y seducción. (No era que Karen tuviera problemas a la vista,
solo eran lentes de descanso, especiales para leer o en este caso rendir una
prueba). Con este atuendo se apreciaba sencillamente fascinante, dando la
impresión que ella tuviera quizás unos tres o cuatro años más de edad. Mas que
una principiante niña de estudios, parecía ser una elegante y experimentada
mujer de negocios o una ejecutiva, la cosa era que se veía toda una hembra, ese
traje supuestamente formal la transformaban en una mujer hecha y derecha, en
otras palabras Karen se veía seductora e infernalmente exquisita. Ya eran las 08.15
am y aunque la hora estimada para el examen era a las 11.00 am, Karen decidió
irse mas temprano, no fuera que se despertara ese viejo caliente y le empezara
a dar problemas, por lo que tomo su porta documentos y se dispuso a salir para
poder tomar un Taxi en el camino principal, el único problema que se le
presento fue que no encontraba por ningún lado su juego de llaves. Busco en los
cajones, en su dormitorio, recorrió toda la casa incluyendo el dormitorio de
sus padres hasta que se convenció que estas no estaban. Karen ya sospechaba
quien era el responsable de esto: don Pricilo!! La nena se empezó a desesperar,
ya eran casi las 9.00 am, si contaba una hora de viaje, le quedaba solamente
una hora para seguir buscando por la casa o de ir derechamente a convencer a
don Pricilo para que se las devolviera, pero recordó que este asqueroso hombre
le había prohibido ir a rendir su tan esperada prueba. Tomo su teléfono celular
y llamo a la central de taxis, para solicitar que la pasaran a buscar a las
10.00 am, si este llegaba puntual y si llegaba a lograr convencer a don Pricilo
para que la dejase ir o de hacerse nuevamente con sus llaves, alcanzaría a
llegar a la hora estimada. Los minutos pasaban, no le quedaba mas opción
tendría que ir a convencer a don Pricilo para que la dejara salir de la casa.
Karen se dirigió nerviosa hasta la cabaña del vejete, no sabia como abordarlo
ni que decirle, pero tenía que convencerlo, sus padres se extrañarían de que
ella no se presentara en la Universidad, sabían que sus sueños eran los
estudios superiores ya que en el último año todas sus conversaciones eran
referente al mismo tema. Una ves que llego a la puerta de la lujuriosa
cabañita, la misma en donde a ella la habían convertido en mujer, se detuvo
para intentar escuchar si habían señales de que don Pricilo ya se hubiera
despertado, pero lo único que pudo escuchar fueron los fuerte y graves
ronquidos de este. Ingreso muy despacito intentando no hacer ruido, pensó que a
lo mejor el viejo había dejado las llaves al alcance y ella podría tomarlas,
pero el fuerte y nauseabundo olor a
alcohol rancio mesclado con los fuertes hedores a vómitos y otros gases que
emanaban desde el mismo cuerpo de don Pricilo, casi la hacen desmayarse del
puro asco que sintió. Ahora era ella la que estaba a punto de vomitar, se le
había revuelto el estomago y cuando sintió una fuerte y compulsiva arcada y
llevo sus dos manos en forma rápida hacia su dulce boquita paso a golpear la
puerta la cual se cerro de golpe haciendo retumbar las secas maderas de esta.
Don Pricilo al sentir el fuerte golpe se despertó alterado, abrió sus
enrojecidos ojos con hinchados parpados, que la daban un aspecto de ser alguna
clase de reptil en mayor escala, quería saber quien osaba a molestarlo cuando
el dormía tan apaciblemente y a pesar del enojo que sintió, el viejo quedo
boquiabierto con la celestial imagen de aquella apetecible hembra que se
presentaba ante su asquerosa mirada. -Y tu quien eres mamitaaa?, jejeje,
pregunto, que a pesar de la gran resaca que sentía, igual intentaba hacerse el
simpático. La imagen de aquella exquisita mujer de lentes seductores lo
hicieron recuperar la conciencia casi al instante, le miraba sus ampulosas
caderas, esas portentosas piernas de ensueño que se dibujaban a través de la
ajustada falda, su esbelta y estrecha cintura, para luego subir por ese vientre
de diosa que aunque ajustado por aquel elegante traje, se notaba que en él no
había nada que sobrara, hasta llegar a la altura donde se pronunciaban
apetitosamente un exquisito par de tetas, dignas para ser liberadas y sobadas
por el suertudo que tuviera la oportunidad de hacerlo. Era tal el grado de
exaltación en el cual se encontraba don Pricilo, que no caía en cuenta de quien era esa extraña mujer de tan sugerentes
y seductoras características físicas. –Pero que pedazo de hembrotaaaa!! Se
decía para sus adentros. -Don Pricilo, hablo por fin la nena, -Necesito que por
favor me devuelva mis llaves, necesito ir a rendir mi examen. Al escuchar la
dulce vos de Karen, el vejete por fin pudo ver y darse cuenta de quien era en
realidad aquel pedazo de mujer que se encontraba parada ante su repugnante
mirada reptilesca. -No mameess!! Putita!! Eres tuu!! Eres mi Karenn!! Exclamaba
el viejo aun incrédulo e impresionado al máximo. -Necesito que me devuelva las
llaves de la casa, en 45 minutos me pasara a buscar un taxi para llevarme a la
ciudad, le decía con voz suplicante y para luego continuar, -por favor don
Pricilo, en realidad quiero ir a dar ese examen, necesito que Ud. me de su
permiso, termino diciendo Karen con sus ojos llenos de lagrimas. -En realidad
que me sorprendes mamasota, pero lamentablemente, yo ya te dije que esas cosas
a mi no me gustan, jejeje, además que te ves muy buenota así como andas
vestidita, y ya me están bajando las ganas de pegarte una buena Cogida, jejeje.
-Don Pricilo… por favor, continuaba rogando la rica de Karen, - si no me
presento a rendir el examen, lo mas seguro es que tendré problemas con mis
padres, y eso también a lo mejor podría repercutir en usted, decía la nenita
intentando buscar una estrategia para convencerlo. -Mmm, no lo se. Tal ves
tengas razón, pero a mi poco me importa eso, jejeje. La verdad era que al viejo
si le importaba y mucho. Reconocía que Karen tenia razón, si algo resultaba
mal: adiós Karen y adiós Andrea, pero la niña se veía tan buena!, tan hembra!,
tan rica!, tan Putaaa!!, que ya quería arrancarle todas sus ropas y montarse
sobre su cuerpo lo mas rápido posible. -Mira te propongo un trato, le dijo el
vejete quien su mente ya había tramado algo para no quedarse con las ganas. A
Karen se le ilumino todo su lindo rostro que con esos lentes de intelectual la
hacían ver aun más apetecible para los ojos de cualquiera. -Si por favor don
Pricilito, dígame no mas cual es el trato!, inquirió la rica jovencita de ojos
azules y lentes seductores. -El trato es este, jejeje, yo te autorizo para que
te vayas a rendir tu estúpido examen, pero primero me chupas la verga hasta que
me corra en tu boquita!, jejeje, siempre mirándome a los ojos y sin quitarte tus
lentes, jejeje, que además están muy bonitos, jejeje. -Pero don Pricilo, solo
me quedan como 40 minutos, por fav… -O me chupas el pico con las condiciones
que te dije o no hay trato!!, grito el viejo eufórico, -además que si yo quiero
te puedo agarrar ahora mismo y abrirte de patas para mandártelo a guardar hasta
el fondo de tu Conchaaaa!!, eligeee!!, fue todo lo que el vejete le dio a
escoger a la nena. -Esta bien dijo Karen, con su voz muy bajita y quien ya
nuevamente le habían venido las ganas de llorar, por lo que estaba a punto de
sucederle El viejo se levanto de su asqueroso catre y avanzo hacia donde estaba
la hembra, Karen lo vio venir, ahora que ella se encontraba al frente de él y
calzada con zapatos con tacos, ambos quedaban a la misma altura, el vejete
media casi el metro 75 y Karen promediaba el metro 70, don Pricilo al verla
casi de su misma estatura no aguanto para lanzarse a darle un chorreante beso
con lengua metiendo esta ultima hasta casi las mismas amígdalas de la nena
quien lo recibía con profundo asco y rechazo. Una ves que el viejo la soltó de
su pestilente ósculo le ordeno: -Vamos Putita has tú trabajo, sacame la verga y
chupala, y apurate que los minutos corren, jejeje, y recuerda que si no haces
que me corra en tu boquita no hay trato, jejeje, además te lo debes tragarte
todito, jejeje. Karen dándose cuenta que ya no tenia mas opción que comerse el
semen de don Pricilo, asumió su tarea, tomo una de las sucias sabanas y la
ubico a los pies del vejete, y una ves hincada y con sus hermosas rodillas
posadas en el piso , llevo sus blancas mamitas a la altura del gran paquete que
se encontraba al frente de su preciosa mirada y procedió a desabrochar el
pantalón para luego bajar el cierre de este. Karen no queriendo perder más
tiempo, tomo con ambas manitas pantalón y calzoncillo y los bajo de un solo
movimiento. El fuerte olor que desprendía de ese asqueroso colgajo de fláccidas
carnes, era totalmente fétido, olía a pescado podrido, lo que la llevo a
recordar que este horripilante sujeto había tenido relaciones sexuales con otra
mujer y quizás tan horripilante y fea como el, por lo que ya se estaba
arrepintiendo del trato que había hecho. -Don Pricilo por que no lo dejamos
para otra ocasión, mire que ya me tengo que ir, le decía intento ver si de
alguna forma podría hacer que el viejo por lo menos se lavara. -Mira putonaaa,
le contesto, a la ves que la tomaba rudamente del cabello, -ya me estas
cansando con tus estúpidas bobadas, yo soy bueno contigo y te doy una opción
para que vayas a dar tu ridículo examen y tu solo me das problemas, le decía
todo esto muy cerca de su rostro, Karen podía sentir todas las hediondeces que
salían del interior de su asquerosa boca, -o me la chupas al instante o te
rompo toda tu elegante ropa hasta dejarte encuerada para luego pelarte el culo
a correazos… quieres eso puta?, seguía diciendo a la ves que le jalaba aun mas
fuerte sus cabellos causándole un poco de daño, -Así que comienza ahora mismo a
chupar, haces que me corra, te tragas mi leche y te largas de aquí maldita Conchaaa!!
-Si si don Pricilo…yooo…yo se la chupareee, contesto la asustada joven quien ya
estaba horrorizada con el solo hecho de ver la siniestra forma en que se le
trasformaba la cara a ese hombre cuando estaba enojado, además se daba cuenta que
la opción del examen estaba en pie, por lo menos era de palabra se decía para
ella misma. Tímidamente llevo una de sus manos a ese gran trozo de carne blanda
que caía pesadamente al frente de su rostro, lo levanto para apuntar el
fláccido instrumento carnoso en dirección hacia su boca y a pesar de la
hediondez de este se lo comió hasta la mitad de un puro tarascón, levantando su
mirada para que el horrendo hombre pudiera ver como ella le practicaba la
asquerosa felación solicitada. Karen empezó a chupar verga no muy convencida,
se sentía tremendamente vejada por tener en el interior de su boca una tranca
de carne que ya había sido ocupada por otra mujer(y que clase de mujer
pensaba), pero todo valía con tal de concurrir a rendir su examen, por lo que
la niña se aplica aun mas en la chupada, para que el viejo descargara lo antes
posible el inmundo liquido blanco que ella tendría que tragar y ella poder
retirarse lo antes posible. Don Pricilo la miraba con sus ojos inyectados en
sangre, sentía que su verga ya se comenzaba a endurecer producto de la tibia
lengua que en estos momentos envolvía y rodeaba la mitad de su tranca en una
serie de movimientos circulares como si se la estuvieran limpiando, sensaciones
que lo llevaron a tomar con ambas manos la cabeza de Karen y empezó a moverla
en rítmica forma, haciendo que la nena se la comiera toda, en este momento sus
hediondas bolas ya chocaban con la barbilla de la nena. Karen sintió que ese
tronco de carne ya había entrado en forma, se impresiono al notar como le
resaltaban hinchadas una gran cantidad de gruesas venas de indeterminados
colores, sentía además como se iba acumulando en el interior de su boca una
gran cantidad de saliva mesclada con las impurezas que ella había tenido que
asear con su boca y lengua, no quería tragar, pero si no lo hacia y las dejaba
caer por las comisuras de sus labios, ensuciaría su impecable vestimenta y ya
casi no tenia tiempo para cambiarse, así que se decidió por lo primero, trago
todo lo que pudo de esa asquerosa conjunción de jugos blasfemos, y se extraño
que a esta altura ya no sentía asco, al contrario quería que esa verga que
deliciosamente le taladraba la boca, la proveyera de mas líquidos pre seminales
para ella poder saborear. La bella joven sabia que tenia que apurarse en hacer
que el vejete se corriera, pero también se daba cuenta que aun le quedaban como
20 minutos para disfrutar de lo que estaba haciendo. Ella ya no se acordaba de
la promesa que se había hecho de no disfrutar, ahora ya deseaba sentir la
caliente esencia masculina en el interior de su boca y que esta recorriera todo
el conducto de su garganta en dirección hacia el interior de su cuerpo y para
sentir como esta se iba a ir a depositar en algún lugar de su exquisito
vientre. Karen nuevamente chupaba verga como endemoniada, la mamaba y la
ensalivaba, le encantaba observar como ese tronco lleno de nervios brillaba
orgulloso y erecto, solido, duro, sentía su grosor en su manita, como este
palpitaba como si en cualquier momento fuese a estallar como la dinamita, le
olía y le lamia los testículos, le encantaban se los quería comer uno por uno,
como si estos fuesen dos frutos en almíbar, para luego volver a encajarse
oralmente ese terrible aparato que ya la tenia seducida, no supo cual fue el
momento en que gruesos goterones de saliva mesclada con líquidos pre seminales
habían escurrido de su boca para deslizarse por su barbilla y caer en su ropa,
tenia gran parte de su vestimenta mojada y manchada con ellos, pero no le importo,
pensó que bastaría con limpiarla con papel desechable y asunto arreglado, aun
le quedaban como 10 o 15 minutos para que la pasaran a buscar. -Aaahhhhhh que
rico chupas el pico putita miaaa ahhh!, eres la mejor de las perraaas!! Te daré
todos mis mocos que son solo para ti mi reinaaa!!, la animaba don Pricilo quien
ya tenia los ojos blancos con todo el placer que le otorgaba la nena con su
boca, a la ves que ya le estaba sobando una teta por debajo de la blusa, ella
por su parte solo se dedicaba a mamar. -Srrrrpp, Srrrrpp, Srrrrpp!!, hacia sonar
Karen sus eróticos chupetones vergales en forma de agradecimiento por el tierno
cumplido que le hacia el vejete., a la ves que con una de sus manitas sujetaba
sus pequeños lentes que en algunos momentos amenazaban con caerse debido a los
rápidos movimientos de chupeteo que hacia la joven. Don Pricilo hiso que Karen
se pusiera de pie, quería besarla antes de que ella se fuera, sentía la
imperiosa necesidad de palpar sus curvas y formas, aun que estuviera con ropa,
el escultural cuerpo de la mocosa lo volvían loco. -Ven culoncita rica!, dame
unos besitos, jejeje, le dijo a la ves que la atraía hacia su obesa anatomía.
-Ahh, pero don Prici, todavía me falta tragarme todos sus mocos! para que me
deje ir a dar mi examennn! -Te esperare mi tetoncitaaah!, y Cogeremos de lo mas
rico cuando ya estés de vuelta, por ahora dame unos besitosss!! Karen se abrazó
al cuerpo de don Pricilo y se entrego al fogoso beso con lengua que ambos ya se
propinaban, con sus finas y delicadas manos recorría las gruesas y corpulentas formas
del vejete, que a pesar de verse fofo y obeso la nena sentía en sus propias
manos ciertas durezas musculares en las anchas espaldas de este, situación que
la enardecieron aun mas. Don Pricilo la recorría con desesperación, ambos
intercambiaban salivas y babas, para tragarse uno las del otro, Karen sabía que
le quedaban como 5 minutos y tendría que separarse de él, pero por ahora se
entregaba en cuerpo y alma a ese caliente atracón que se estaba mandando con su
macho. El viejo sentía en sus propias manos las suavidades y durezas de las tiernas carnes de la
chiquilla, a la ves que le sobaba ese sabroso trasero subiendo y bajando, desde
su esbelta cintura, sus marcadas caderas, sus ancas, hasta las redondeces del
culo. Sabía que en cualquier momento ella se retiraba pero igual se aventuro a
subir su ajustada falda hasta la altura de su plano vientre posando sus
mugrientas manos en las tersas nalgas de ella, para sentir la delgada tela de las medias separándolo de la tibieza de su
piel. -Ahhh, don Pricilooo, no me arrugue la faldaaa, le pedía Karen, ya que
sabia que el tiempo apremiaba y no alcanzaría a cambiarse. -Es que eres tan
buenotaaa!, tan putaaa!, tan yeguaaa!, que no me aguanto le decía el viejo,
-pero no te preocupes es solo para sentir un poquito masss. Seguían besándose
en forma desaforada. Karen quien era guiada por su instinto de hembra en estado
de celo, tomo la verga de don Pricilo y comenzó a masturbarlo con
desesperación, a la ves que este envalentonado por lo que le hacían tomo las
medias dela niña por ambos lados de sus caderas y comenzó a bajárselas
lentamente incluidas sus pequeñas pantaletas de encaje negro, deslizándolas
hasta la mitad de los hermosos y blancos
muslos, quedando los pelitos de su Concha al aire y desprotegidos. Karen se dio
cuenta de esta situación pero ya estaba caliente y no sentía ganas de
resistirse, lo seguía masturbando más rápidamente, haber si lograba que el
viejo se corriera y ella se pudiera largar lo más pronto posible, aun así le
hablo: -Don priciloooh nooo por favorrr, me tengo que irrr! -Ahhh Putitaaa,
solo quiero tocar tu Conchitaaa, solo un ratitoooo, después te puedes largarrr!
-Mmmm, buenooo pero solooo un ratitoooo masss y me voyyy, ahhhh, le autorizo la
acalorada Karen. El viejo puso unas de sus manos en toda la pequeña extensión
de la vagina y al mismo tiempo metió todo el dedo medio al interior de esta.
Karen quien nuevamente ya era víctima de su caliente cuerpo solo atino a empezar a menear
ondulatoriamente su cintura, al mismo ritmo que el vejete metía y sacaba su
dedo desde el apretado interior de su intimidad. Después de un rato de
calientes movimientos por parte de ambos, don Pricilo sintió su mano bañada en
los jugos vaginales de Karen quien seguía contoneándose en forma deliciosamente
exquisita, por lo que decidió retirar su dedo de ese apretado tajito y lo
acerco a los purpuraceos labios de la caliente jovencita, con la intención de
que ella degustara de su propia esencia natural ya que el sabia que a ella le
encantaba probarlos, así lo había visto
el mismo en una ocasión. Karen abrió su boquita y se dio a probar lo que don
Pricilo le ofrecía, a la vez que ella misma poso la cabeza de ese mástil de
carne en la entrada de su delicada intimidad, sentía unas tremendas ganas de
que se la metieran, que se la clavaran hasta el fondo, pero sabía que ya no
había tiempo para ello, por lo que opto en comenzar a refregársela solo por
fuera de su Concha, don Pricilo se dejaba querer encantado por lo que le
hacían, se mantenía quieto y levemente inclinado hacia adelante, ya que era
Karen quien hacia los desquiciantes movimientos coitales pero solo por fuera.
Así estaba nuestra dulce Karen, al interior de la cabañita de madera a solo
escasos minutos de tener que retirarse para ir a rendir su tan esperado examen.
Con su elegante falda negra subida más arriba de su cintura, sus medias y
pantaletas bajadas hasta la mitad de sus torneados muslos; firmemente agarrada
con sus dos manos a la gruesa tranca de un viejo de más de 60 años ; moviéndose
en infernales arremetidas de atrás hacia adelante y como si ella se lo
estuviera Cogiendo a él. Pensaba que esa verga que tan rico la apuntalaba era
lo mejor que le había ocurrido en su vida, como la había extrañado esos días en
que estuvo desaparecida, la necesitaba… Estaba Karen en esos pensamientos
cuando sintió los bocinazos del Taxi, el cual la venia a recoger para llevarla
a la ciudad y ella pudiera rendir su examen. Don Pricilo al sentir los
insistentes bocinazos pensó: -Hasta aquí no más me llego la función, jejeje, y
esperaba que Karen lo soltara y se subiera sus medias y pantaletas, pero eso no
ocurría, la niña seguía meneándose y
recorriendo con su pequeño tajito toda la extensión de su gruesa y y tiesa
verga. -Que pasa putonaaa!, te tienes que ir!, ya llego tu auto!, o estas
sorda?, le avisaba el viejo. Karen quien tenía sus ojos cerrados y que
únicamente se concentraba en seguir moviendo sus caderas contra el grueso
miembro de don Pricilo, solo consiguió decir: -Que see vayaaa, tomaree unn
taxiii en la calleee!, a la vez que se mordía el labio inferior de pura
calentura que sentía por tal osadía que estaba cometiendo, pensaba que podía
estar unos 10 minutos más sintiendo eso tan rico que experimentaba su cuerpo y
si tenía suerte logrando tomar un taxi apenas saliera de su casa, lograría
llegar a la facultad a tiempo y daría su examen sin ningún tipo de problemas.
Continuaban los bocinazos de aviso. En la habitación solo se sentía el
chapoteante y acuoso sonido que hacia la encharcada Concha de Karen contra el
portentoso palo de don Pricilo, ya no se escuchaban los insistentes bocinazos.
El viejo por su parte ya se sentía mas seguro, desabrocho todos los botones de
la blusa de Karen, le subió el negro Corpiño y se dispuso a chuparle las tetas
ya liberadas en forma irritada y exasperada, las chupaba y succionaba como si
con esto le fuera a sacar leche a la pobre niña, que por su parte sentía puro
placer y mientras se restregaba la verga del vejete en su Concha, con su otra
mano atraía y presionaba con fuerzas la cabeza de don Pricilo ofreciéndole sus
tetas para que él se las comiera a su regalado antojo, como si este fuera un
verdadero crío y ella lo estuviera amamantando. Mientras don Pricilo seguía
chupando y mordiendo las tetas de Karen sintió que esta había soltado su
verga, y que comenzaba a hacer unos
movimientos un poco extraños, por lo que se separo para ver que es lo que
sucedía, y grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta que Karen se estaba
bajando aun mas sus pantaletas con la insana y caliente intención de
quitárselas de una buena ves, pero por lo pequeñas que eran y lo enrollada que
se encontraban en sus blancos muslos, le hacían dificultosa la tarea a la pobre
niña. -Pero que haces Putita, jejeje, no me vas a decir que te quieres sacar
tus calzoncitos… -Ahh don Pricilooo, suspiraba Karen, - Es que con ellos
puestos no me puedo menearrr biennn! -Pero ya casi te tienes que ir ricura, si
te los quitas te tendrás que ir con tu Concha al aire, jejeje, reía el
aborrecible sujeto, -o sea me los vas a tener
que dejar en prenda y te irás a dar tu examen a Concha pelada, jejeje…
Karen pensaba en la ocurrencia de don Pricilo, ”iras a dar tu examen a Concha
pelada”, está sola idea en vez de espantarla la prendieron aun mas. -Siii don
Priciloooo! Lo que Usted diga, me presentare a dar mi examen a Conchaaa
peladaaa!! Una ves que Karen termino de pronunciar en las condiciones en que
pensaba presentarse en la facultad, el asqueroso vejete flexiono uno de sus
pies y lo poso a la altura de las hermosas rodillas de la joven y lo fue
bajando a la ves que arrastraba con el las medias y pantaletas de Karen, quien
ya descalza termino de quitárselas, primero de una pierna y luego de la otra,
haciéndolas a un lado con uno de sus pequeños piececitos. Ahora si la tierna
niña pudo separar sus muslos todo lo que quería, y tomando nuevamente el tronco
venoso de don Pricilo, semi flexiono sus hermosas piernas y se dio a sentir en
plenitud la exquisita y suave fricción de esa gran estaca nerviuda, moviéndose
y meneándose ya mas libremente y como ella tanto lo había estado deseando. Don
Pricilo al darse cuenta de este nuevo paso que dio la jovencita por si sola,
deslizo la fina blusa hacia atrás de sus hombros despojándola de su cuerpo y
para luego con la misma cooperación de ella, destrabar y continuar con el Corpiño,
dejando completamente libres las grandes, voluptuosas y duras tetas de ese
demonio con cara de niña y curvas infernales. Karen no sabia si tendría tiempo
para vestirse, de lo que si estaba segura es que estaba en total estado de
calentura, aun pensaba en su examen, pero si se retiraba dejaría de sentir esa
rica comezón que le prodigaba ese exquisito instrumento de carne que tenia don
Pricilo y que estaba a punto de enloquecerla, aunque ella quería parar, su
curvilíneo cuerpo no se lo permitía, estaba sintiendo muy rico, esto era
sensacional. Los minutos pasaron y pasaron, Karen estaba casi desnuda, solo le
quedaba puesta su falda negra la cual estaba toda enrollada a la altura de su
cintura, ella seguía agarrada a la tranca del viejo y se la refregaba como
desesperada por su Concha, su respiración era agitada, el vejete por su parte
la sobaba y la chupaba lo que mas podía por distintos sectores de su cuerpo,
ambos se besaban en forma apasionada. Karen soltó la verga y se separo del
caliente beso, dio tres pasos hacia atrás alejándose del corpulento y rollizo
cuerpo del hombre y recompuso su falda, comenzando a estirarla como si quisiera
quitarles las arrugas con las que había quedado después de haber estado tantos
minutos enrollada, para luego mirar fijamente a don Pricilo, con su azulada y
seductora mirada que se reflejaban tras los finos cristales de los pequeños
lentes que aun tenia puestos, el vejete por un momento se sintió intimidado por
la extraña mirada de aquella hembra con lentes, hasta que por fin le pudo
decir: -Don Pricilo, lo siento pero me tengo que ir, dijo como sintiendo en el
alma el hecho de retirarse a rendir su examen y no poder quedarse con ese viejo
horripilante y seguir haciendo las asquerosidades que su mente ya le había
empezado a ordenar a su cuerpo. Don Pricilo la recorría de pies a cabeza
sobándose la verga, el viejo sentía que en cualquier momento el corazón le
estallaría de tan rápido que le palpitaba y con verga incluida ya que ambos
latían al mismo ritmo, y fue cuando este se decidió y le importo un rábano lo
que pudiera pasar a futuro, la Cogeria y lo haría ahora. -Lo siento pendeja,
jejeje, pero acabo de cambiar de opinión, y tú tienes la culpa, jejeje, desde
que ser fueron tus papis te has empeñado a andar calentándome, jejejje, mírate
tu misma, estas casi en pelotas y ahora me sales con la mamada que te tienes
que ir... -Don Pricilo por favooor… déjeme ir le prometo que a mi regreso hare
lo que Ud. quiera!, pero déjeme irrr!, solicito la dulce criatura con sus ojos
que destellaban mezcla de decepción y calentura. -Nooo!!, no iras!, ya lo he
decidido, ahora quiero que te quites la falda, y me enseñes todo lo que tienes,
y luego nos vamos a tu habitación a acostarnos, jejeje. -Don Pricilo en
realidad mi sueño es ingresar a esa Univers... -Mira inmunda perra asquerosa!!,
le grito el vejete, -Aquí el que manda soy yooo!! y si te digo que te quiero
encuerada tu vas y te empelotaaaasss!! Si te digo que culies! tu vas y Cogessss!!
Además a mi me interesan una verga tú y tus estúpidos sueños, tu eres mi
putaaaa!! y con eso te tiene que bastar, ya que desde ahora en adelante será
para lo único que servirás!!. Diciendo esto último se abalanzo sobre el cuerpo
de la ya asustada Karen para tomarle con sus dos manos desde la falda y
rajársela por la mitad, despojándola de su ultima prenda de ropa que hasta ese
momento le quedaba puesta, para luego asestarle una fuerte bofetada en el lindo
rostro, a la vez que la tomaba fuertemente por el cuello quitándole un poco la
respiración para hablarle muy cerca de su oído -Ahora quiero escuchar que tú
misma digas que quieres que te la meta!!, vamos dilo perraaa!!. Karen quien ya
de calentura no le quedaba nada y con el miedo de que don Pricilo en cualquier
momento le volviera a pegar, no le quedo más que aceptar su desventurada
situación, y muy triste Tuvo que nuevamente darle en el gusto ese maldito viejo
que la estaba utilizando a su antojo. -Lo único que deseo en este momento… es que usted me la metaaaa!, dijo Karen quien
ya estaba entregada a ese vejestorio abusador y con verga descomunal. -Y tu
examennn Putitaaa!!, le decía el insistente viejo, como ordenándole que ella
misma le diera una solución a sus bajos y viles requerimientos, Karen de lo
asustada que estaba, capto de inmediato para donde iba aquel odioso hombre. -No
iree… solo quiero quedarme para que usted me lo haga… -Así me gusta, jejeje,
pero que te haga queee?, si se podría saber perraaa!! -Quiero que Usted me la
metaaa… que me haga su mujerrr, le dijo la niña cruzando una pierna sobre la
otra, mientras ahora le sobaban ferozmente una de sus tetas y con la otra mano
le estiraban los pelitos de su Concha, y quien a pesar de estar siendo forzada
a repetir las leperadas que se le ocurrían a don Pricilo, ya se estaba
empezando a calentar nuevamente con el solo hecho de sentirse un objeto de
disfrute para aquel sátiro. Don Pricilo por algunos momentos quedo como en
estado de catalepsia, esto no se lo esperaba, se preguntaba hasta donde podría
llegar el estado de calentura y sumisión de aquella perra, él pensaba en seguir
poseyéndola, violándola, forzándola, chantajeándola, pero esto le estaba
resultando muy fácil, incluso ya estaba casi por abofetearla nuevamente, para
obligarla a pedir verga por sí sola, por lo que se dio a agradecer a todos los
dioses habidos y por haber por concederle para el solo este endemoniado pedazo
de mujeron que recién contaba con tan solo dieciocho añitos de edad, jejeje,
reía el vil y horrendo hombre. Hasta que
pudo reaccionar y regreso del fugas estado de ensoñación que le producían las
desnudeces de aquella suculenta niña-hembra de ojos azules que se le estaba
ofreciendo, claro que bajo sus intimidantes aclaraciones, y que él jamás había
ni siquiera soñado en tener la posibilidad de poseer y que esto mas encima
sucediera casi por las buenas. -Mira pendeja, me tienes mas que caliente,
jejeje, y con gusto te montare en este mismo momento y también te destrozare la Concha a vergazos, pero te
vas a quedar como si esto fuese tu decisión, le advirtió don Pricilo, -Yo no
quiero problemas con tus padres y además que pienso en seguir Cogiendote cuando
ellos ya estén en casa, jejeje, además abran noches en que te deberás venir a
acostar aquí a mi cabaña o bien pasaremos la noche acostados en tu habitación,
jejejje, y tu vas a tener que cooperar, te quedo claro pendeja calienteeee!!
-Siii…me queda clarooo… contesto Karen con su vocecita muy quedita, estaba tan
apenada por la situación en la cual se encontraba, y además adiós examen, adiós
Universidad, y todo por culpa de su caliente cuerpo que no la dejaba tranquila
cuando tenia cerca esa verga sucia y hedionda que tan rico la seducía, pensaba
la criatura. Al viejo se le dibujo una diabólica sonrisa en su feas facciones
de la cara, que fácil fue domar a esta potranca pensaba, ahora solo le quedaba
convertirla en su verdadera yegua, en su puta personal y sabia que estaba a
solo un paso para que esto sucediera. -Y tendrás que darle una explicación a
tus padres, jejeje, para que yo no tenga problemas, le dijo el vejete, así que
anda pensando en algo rápido mira que te recuerdo que ellos llegan mañana,
jejeje, le decía esto mientras él se quitaba sus mugrientas ropas Karen pensó por
unos momentos y respondió: -Les mentiré, les inventare algo para que usted y yo
no tengamos problemas, decía ahora muy arrepentida de haberse dejado llevar por
la calentura que le hiso sentir su cuerpo solo hace algunos minutos atrás, pero
aun en estado medio de excitación del solo pensar en lo que ya le estaba a
punto de suceder. Don Pricilo sabia que tendría un día totalmente agitado, aun
que su verga estaba que reventaba y sin que Karen se diera cuenta volvió a
ingerir dos pastillas azules, ahora si que le reventaría el culo a la bella
jovencita pensaba el degenerado. -Ok pendeja ahora estoy listo, el vejete
estaba completamente en pelotas, -Siempre supe lo puta y perra que eras y hoy
me lo has confirmado, jejeje, así que he decidido en premiarte con tu enculamiento,
jejeje, a la ves que la tomaba por la esbeltez de su cintura y la arrimaba con
fuerzas hacia su peludo y canoso pecho, para comenzar a darle un chorreante
beso con lengua al cual Karen correspondió encantada, pero a la ves se sentía
contrariada por lo de su enculamiento. -Don Prici…yo no quiero que me enculeee,
le solicito Karen, hare todo lo que Usted me pida pero eso nooo por favooor, le
solicitaba Karen quien por cada minuto que pasaba se iba arrepintiendo mas de
haber accedido a las extrañas ocurrencias de don Pricilo. -Eso lo conversaremos
en tu habitación preciosa, jejeje, creo que tengo una interesante propuesta que
hacerte, la cual nos conviene a los dos, jejeje, aceptas?, termino diciendo,
mientras introducía unas cuantas latas de cerveza, cigarrillos y otros
artilugios en un bolsito, como si fuese a salir a un día de pesca. Karen quien
ya no tenía mucho de donde escoger y pensando en lo que él dijo y que hacia
referencia en que les convendría a ambos no le quedo más que responder: -Acepto…,
dijo un poco mas tranquila, -entonces me
lo hará en mi habitación?, consulto ya
media ansiosa de que le ensartaran lo mas pronto posible esa majestuosa verga
maloliente. -Si culona, te montare en nuestra habitación, hoy es la gran
inauguración, jejeje, vamos? La niña solo asintió moviendo su cabeza
afirmativamente, don Pricilo con bolso en mano y como si ambos fueran novios,
la abrazo por las suaves carnes de sus caderas y se encaminaron en dirección a
la habitación de Karen. Esta era la tercera vez que la dulce criatura de 18
años cruzaba el patio de su casa completamente desnuda, pero con la diferencia
que ahora lo hacia acompañada de un hombre de 63 años y con la seguridad de que
nuevamente tendría que revolcarse con aquel horrendo hombre que ya casi era su
dueño, y lo más extraño de todo era que
ella misma se daba cuenta que su Concha ya estaba mas que humeda por el
solo hecho de ver al vejete con su descomunal miembro al aire y en total estado
de erección. Ingresaron a la casa como si fuesen una pareja de recién casados,
besándose contra las paredes a la medida que iban avanzando hacia la habitación
que haría el papel de suite nupcial o bien como una sucia alcoba de motel
parejero, el asunto era que Karen ya había asumido a las demandas del vejete,
el sentirse usada, el que le ordenaran, que la humillaran y de que la
maltrataran no hacían mas que prenderla y calentarla, ambos cuerpos ya se
deseaban, urgían por acoplarse y complementarse de cualquier manera sexualmente
posible. El obeso cuerpo de don Pricilo punteaba al esbelto cuerpo de Karen, y
ella correspondía a los punteos en cadenciosas meneadas de caderas, la nena
deseaba llegar a la cama y que de una buena ves se la metieran y le pegaran la
culiada de su vida, mientras más avanzaban hacia la cama , ella mas se
calentaba. Entraron en la habitación en la cual se vivirían las mas depravadas
sesiones de fornicación y apareamiento
en las cuales participarían las hembras Zavala, pero ahora era Karen la protagonista
principal quien le daría el vamos a tan eróticas galas de sexo puro y
lujurioso. Los amantes se besaban en forma abusivamente caliente, más que
besarse se estaban comiendo sus bocas, avanzaban hacia la cama en firmes
apuntalamientos de verga y vagina, hasta que al llegar a destino fue Karen
quien se arrojó de espaldas en la cama y una ves acomodada abrió en su
totalidad sus dos poderosas piernas para mostrarle a don Pricilo el tesoro que
poseía justo al medio de ellas y dándole a entender de que ella se lo ofrecía,
que él era el único con derecho a probarlo, y para hacérselo aun mas apetecible
para el vejete no encontró nada mejor que llevar hasta su codiciada ranura una
de sus delicadas manitas y con dos de sus dedos abrió los apretados pliegues
para exhibirle a su macho la rosada flor que ella le tenia reservada para uso
exclusivo de él y su portentosa verga de burro. Don Pricilo capto en forma casi
automática la apetitosa invitación que le hacia aquella ninfa, este sin ningún
tipo de preámbulo se monto sobre el frágil y curvilíneo cuerpo de ella y una
ves que la cabeza de su ariete se poso en los perfumados labios vaginales se lo
fue ensartando en forma gradual, no brutal pero tampoco suave, solamente se lo
estaba metiendo, y ella por ahora debía disfrutarlo ya que desde hoy pasaba a
ser su mujer, su amante, su puta, su perra y su yegua, ahora si estaba
convencido la fácil que era dominar a la putita, solo había que asustarla o
darle una zamarreada para que ella se entregara a cualquier situación que se le
solicitara y sabia también que bastaba con sobajearla un poco en cualquier
parte de su caliente cuerpo y la linda niña empezaba a actuar como la más vil
de las rameras, mientras no le diera problemas él se la podría Coger todas las
veces que ella quisiera. -Hummmmmmm, fue el gemido de placer de la rica Karen,
al sentir la solida irrupción de ese grueso palo que le estaban metiendo hasta
el fondo de su estomago. -Ahhh, mamitaaa, estar dentro de tu Conchaaa, es como
estar en el cielo putitaaa!!, bufaba el vejete quien se mantenía incrustado
dentro de su hermoso cuerpo juntando y enredando sus gruesos y tiesos pendejos
con los escasos pero sedosos pelitos íntimos de la bella jovencita que no supo
en que momento ni donde se le habían caído sus seductores lentes de
intelectual. Don Pricilo se sentía en el paraíso, que bella amante se había
encontrado, y ahora se dejaba ensartar casi por voluntad propia de ella, estaba
montado sobre su curvilíneo cuerpo, la tenia completamente abierta de patas y
empalada en la forma del misionero, por lo que se propuso a disfrutar de tan
exquisito y fino manjar que el destino le había puesto a su disposición. Las
primeras aserruchadas del macho fueron lentas, sacaba y metía su verga muy
despacio, quería sentir en plenitud el placentero calor que le brindaba el
interior del vientre de Karen, quien lo recibía gustosa y caliente, totalmente
entregada y abierta solo para el. El vejete sentía en su verga la forma
exquisita en que la niña movía su vagina ondulatoriamente cada ves que él se la
tenía enterrada en su totalidad. Se daba cuenta además de que ella era
participativa a la hora de Coger, por lo tanto eso lo hacia suponer que a lo
mejor la situación no seria tan terrible para ella en el momento que él le
estuviera partiendo el culo, por lo tanto ya sentía ganas de comprobar por el
mismo, si su teoría estaba en lo correcto. Ambos cuerpos se movían y frotaban
en forma acompasada y lenta, solo se concentraban en el placentero disfrute que
se auto proporcionaban, casi sin darse cuenta la pareja iba acelerando el
rítmico y cadencioso ritual copulatorio. La cama ya había comenzado a rechinar
en forma placenteramente exquisita, situación que pudo notar Karen, quien
recordó los cochinos crujidos del catre del vejete, pero ahora era su propia
camita la que se cimbraba y chirriaba en forma tan indecente y provocadora,
producto de los ardientes movimientos que hacia ella con el afán de un certero
acoplamiento con el viejo cuerpo del jardinero de su casa, y por dios!, como la
calentaba estar en esta situación. En la blanca habitación solo se escuchaban
los gemidos de placer de ambos amantes, los cuales se combinaban en forma
deliciosa con los desquiciantes sonidos que emitían sus cuerpos al chocar uno
contra el otro, o cuando estos intencionalmente se friccionaban con el
propósito de mantenerse por unos buenos segundos en un perfecto estado
ensamblamiento mutuo para el cual ellos habían nacido. Gradualmente fueron
cambiando de posición, para que Karen quedara montada sobre el grueso y
voluminoso cuerpo de don Pricilo, quien en ningún momento saco su terrible
herramienta sexual del interior de la delineada figura de la bella jovencita
que en este momento ya lo empezaba a cabalgar guiada solo por sus calientes
instintos femeninos. Subía y bajaba con sus ancas y caderas en forma
compulsivamente rápida, como si estuviera corriendo su última carrera para
adjudicarse el gran Copón de Oro. Karen mantenía su cabeza enterrada entre el
hombro y el cuello del viejo, su culo se deslizaba a una velocidad
impresionante subiendo y bajando por la gruesa estaca que la empalaba, él por
su parte solo disfrutaba con los
perturbadores jadeos de la niña, deseaba que esto no se terminara nunca, nunca!!
-Para un poco pendajaaa!! Que tengo que hablar contigo!! Acaso me quieres
mataaar!! Bufo el vejete, Karen obedeció en el acto la orden de su hombre, por
lo que aminoro los movimientos de caderas y levanto su cuerpo para ver que
sucedía, aunque le faltaba un poco para llegar al orgasmo se lo estaba pasando
muy bien metiéndose esa tranca hasta la misma altura de su ombligo. La nena
enderezo su cuerpo quedándose totalmente ensartada y moviéndose suavemente en
forma ondulatoria, no se separaba ni siquiera un milímetro de la pelvis de
aquel horroroso hombre que en estos momentos solo sus grandes bolas eran las
que estaban afuera del cuerpo de la linda muchachita. -Digameee don
Pricilooo…acaso quiereee descansarrr un ratitoooo? Pregunto la acalorada
chiquilla. -Escuchame bien Putitaaa, realmente Coges exquisito, le dijo don
Pricilo quien hacia grandes esfuerzos por no derramarse, estaba todo sudado al
igual que la niña, y sentía que en cualquier momento descargaba todo su semen
en el interior de ella, -Pero tenemos que hacer un trato, jejeje, considerando
que aun nos queda casi todo el día y la noche para seguir Cogiendo, lo más
probable es que después de este día te dejare bien preñada, jejeje, pero tengo
una interesante idea que ofrecerte para que eso no ocurra, jejeje, salvo que tu
lo desees mi amor, jejeje… Karen quedo estupefacta, don Pricilo seguía con la
insana idea de preñarla y por muy contradictoria que fuera la situación, ella
no quería que eso sucediera, el viejo era extremadamente feo para ella y no
estaba dispuesta a darle un hijo, pensaba en esto moviéndose seductoramente
exquisito sobre el grueso órgano reproductor sexual masculino, la muy sin
vergüenza y descarada. Para luego caer en la realidad, eso era exactamente lo
que ella estaba haciendo con él!! Ella se estaba reproduciendo sexualmente!!
Estaba apareándose con don Pricilo!!, y pensó que por cada movimiento, meneada
y arremetida que ella hacía era como estar pidiendo a gritos que eso sucediera,
que la preñaran!! Y aun que esta idea le resultaba tremendamente horrorosa, su
cuerpo no podía dejar de menearse, es mas la pregunta y proposición la estaban
calentando hasta más no poder!! Me van a dejar preñadaaaa!!, era la idea que
por ahora pasaba por su mente, y antes de que su cuerpo se dejara llevar por la
insania que ya estaba a punto de instalarse en su mente pregunto: -Ahhh don
Pricilo y cual seria la otra opciónnn!! Pregunto mientras sus hermosas y
blancas tetas subían y bajaban al ritmo de su acelerada respiración… -Jejeje,
que te dejes encular por las buenas putita, jejeje, o sea yo te rompo el orto y
te lo abro y tu te dejas encular por las buenas, cooperando y sin reclamar
nada, jajjaja, claro que puedes llorar todo lo que quieras, pero veras que al
final te va a terminar por gustar tanto que después tu solita me andarás
pidiendo que te parta el culo, jejeje. Karen ya casi no se movía sobre la gran
verga que la mantenía empalada, las ideas eran difusas, el solo imaginar la
cabeza de esa tranca intentando perforarle su diminuto orificio posterior, y el
daño y dolor que este le causarían casi la hacen escoger en que la preñaran,
pero al pensar en lo que esto podría repercutir en su vida la hicieron desistir
ante tal enajenada idea, ya bastaba con tener que inventar algo para justificar
el no haber ido a rendir el examen, pero también pensaba que no quería que le
partieran el culo… -Elige perraaa!!, le grito el vejete que ya no le estaba
gustando que la niña se tomara tanto tiempo en decidir algo que era tan
sencillo, -Enculamiento por las buenas o ahora mismo te preño para que me críes
a Pricilito!! Escoge!! -Ehhh don Priciloooh…yoooo..Noooo..seeeehhheeenculamientooooo!!,
eligió por fin la candorosa muchachita , con sus ojos azules al borde del llanto,
por que ya sabia lo que le iba a suceder. -Jejeje, será un honor mi reina…en
cuatro patassss!! Ahoraaa!! Le ordeno el viejo miserable a quien se le habían
hinchado las venas de sus sienes con el solo hecho de pensar en el disfrute que
le otorgaría el pequeño puntito que poseía Karen justo al medio de sus
preciosas y suaves nalgotas. Karen se desensarto ella sola del gran mástil de
carne que tan rico la habia estado apuntalando, y con su cuerpo temblando de
pavor, tomo ubicación al centro de la cama adoptando la degenerada y animal
posición la cual le habían ordenado. Don Pricilo sentía como le pulsaba
rápidamente la verga, ante la fuerte ansiedad de partirle el culo a esa perra
con cara de ángel y que en este momento ya estaba lista para ser enculada.
-Bien Perrita, ahora quietecita que Pricilo te abrirá el culo, jejeje, y no
quiero problemas, escuchaste bien!! -Sin si don Pricilo, no le daré problemas,
pero hágalo despacito, sniff, sniff, volvía a llorar Karen por su desventurada
situación. -Nooo!! Te la meterá de una, para que de ahora en adelante tengas
bien claro que soy yo el único con derecho a Cogerte y usarte cuando a mi se me
ocurra, jajaja, te queda claro Conchaaa!!. Don Pricilo al notar que la nena no
contestaba y el al estar ya ubicado con su verga al medio de las nalgas de su
victima, estiro una de sus manos y jalándola violentamente de su alisado
cabello, la haciéndola levantar su cabeza. -No te escuche puta mal nacida,
quiero que me digas tu misma quien es tu dueño y quien será el único con
derecho a usarte y montar tu cuerpo! Dilooo!! -Usteddd don Pricilo!! Sniff
Sniff…Usted es mi dueño, Sniff Sniff, y el único que podrá montar mi cuerpo con
todo derecho…, Sniff Sniff… -Jejeje, así me gusta Putita, que tengas bien claro
quien es tu machooo! Plaff, Plaff, Plaff, Plaff, Plaff, Plaff, fueron las 6 sonoras nalgadas que don Pricilo le
asesto al asustado culo de Karen -Jejeje, eso fue para que te relajes pendeja…
Karen solo sollozaba, no tenia ganas de hablar nada, esperaba aterrada la
irrupción de don Pricilo por su virgen conducto anal. Don Pricilo tomo su tiesa
verga desde la misma base y apoyo la cabeza de esta en aquel diminuto puntito
anal, sabia que seria un trabajo titánico el hacer que su aparato se
introdujera al interior de este, pero tenia que aprovechar ya que no sabia muy
bien como le irían las cosas una vez que el decente matrimonio llagara de su
viaje y para esto solo faltaba un solo día. Karen sintió la cabeza que se
apoyaba a la entrada del agujerito, la sentía como un pomo de puerta o una bola
de billar, al primer contacto de esta sobre su trasera piel, sintió esa rica erización
de todos los pelos de su cuerpo, sus carnes se pusieron como piel de gallina,
pero aun así no dejaba de sentirse aterrada. Don Pricilo quien estaba bien
ubicado detrás del cuerpo de Karen y con la cabeza de su miembro haciendo
contacto el la entrada del ano, empezó a presionar hacia el interior del cuerpo
de la nena, el bravo puntito resistía, se negaba a recibir a tan cabezón
visitante. Karen al estar sintiendo las viriles y fuertes arremetidas por parte
de su contrincante sexual, solo atinaba a morderse los labios , con sus ojos
bien cerrados y empuñando las sabanas, contrayendo todos los músculos de su
cuerpo, especialmente los de sus hermosas nalgas. Pasaban los minutos y la
tarea se presentaba dificultosa, pero el vejete no estaba dispuesto a dejar
pasar esta celestial oportunidad, tenia que encularla si o si, sabia que el ya
no estaba en edad para volver a encontrarse con tan buen ejemplar femenino,
además que ya tenia casi la mitad de su sueño cumplido, ahora solo le faltaba
ingeniárselas para hacer caer a la madre, y ya se estaba imaginando el día en
que las Cogeria a ambas mujeres en la misma cama y de que ellas lo hicieran por
voluntad propia, y si no le resultaba, pensaba en violar a Andrea y darse a la
fuga, eso si que se llevaría a Karen pensaba este abusador y miserable
vejestorio. Estaba en estos pensamientos cuando la cabeza de su grueso
instrumento avanzo y se alojó solo en la entrada de aquella erótica y apretada
guarida anal. -Ahhh!! Nooo!! Don Priciloooo!! Saquelooooo!!, fueron los
asustados gritos de Karen, cuando sintió el ingreso de aquella enorme pelota
que le estaba abriendo el culete y se alojaba en la misma entrada de este.
-Quieta putaaa!!...quietecita!!, ordenaba don Pricilo a la ves que que con una
mano le separaba una nalga y con la otra la tomaba y abrazaba fuertemente por
debajo de su vientre, ya que sintió que la primera reacción de la nena fue la
de arrancar. Ambos respiraban agitadamente, una por el dolor, Karen tenia la
mitad de sus hermosos ojos azules salidos hacia afuera de su orbita, y el otro
por la adrenalina concentrada en su pecho, mente y verga. Cuando Karen sintió
que el viejo volvía a presionar hacia adentro, ella intentaba cerrar sus
nalgas, pero él se las arreglaba para volverlas a separar una de la otra. -Don
Pricilo no lo haga por favor!!, si quiere pégueme todo lo que Ud. quiera pero
no me la meta por el culoooo!!, era la que ofrecía la nenita en su afán de
evitar el enculamiento, ala ves que volteaba su lindo rostro para ver si el
viejo cambiaba de opinión, pero lo único que recibió como respuesta por parte
de él fue un chorreante escupo en la cara que impacto certeramente chorreando
sus ojos, narices y boca. -Ahora vas a ver perra caliente!! Te dije que no
quería problemas, Plaff, Plaff, Plaff…, fue una indeterminada secuencia de
feroces nalgadas al que fue sometido el adolorido culo de Karen, y una ves
terminados, el viejo comenzó a presionar con todas sus fuerzas en contra del
bello cuerpo de la muchacha, pero la verga no avanzaba ni siquiera un milímetro,
que cerrada estaba la pendeja, pensaba don Pricilo. Karen no no importándole
las consecuencias a posterior , comenzó una débil retirada, ante las dolorosas
punteadas que recibía en el mismo centro de su apetecible trasero, el vejete la
seguía él tampoco estaba dispuesto retirarse, además sentía como el esfínter de
la niña le apretaba la cabeza de su verga como no queriendo dejársela salir. La
nena llego gateando hasta el borde de su camita, le daba la impresión que hasta
ahí llegaba su existencia, si el viejo se la llegaba a meter entera la podría
hasta matar, por lo que decidió lanzarse al precipicio, como pudo bajo sus
brazos al piso de su habitación, don Pricilo al sentite como el cuerpo de la
nena iba en franca huida, se agarró como pudo a las caderas de su yegua, ambos
cayeron al suelo quedando con sus cuerpos de costado y con verga y culo en las
mismas condiciones que antes. -Entregate perraaa!! Le decía el asqueroso hombre
al lado de su perfumada oreja, a la ves que le despejaba su lindo rostro de sus
desordenados cabellos, -Aunque lleguemos a la mitad de la calle no te salvaras
de que te reviente el ortooo, y no me vuelvas a pedir que te golpee, por que o
si no te arrepentirás, jejeje, el viejo seguía presionando con demenciales
acometidas, pero el apretado conducto anal de Karen continuaba rechazándolo.
-Noooo…don Priciloooooh!! Por favoooooo!! Noooooooo!!, ahora Karen lloraba
desconsoladamente. El vejete como pudo la volvió a poner en cuatro patas, ahora
en el piso de la habitación, se acomodó y se concentro, para luego de un
momento decirle -Ahí te voy Putita, recuerda bien este diaaa!, y haciendo
fuerzas descomunales empujo, presiono, perforo y se lo metió en su totalidad,
hasta las mismas bolas, toda la extensión de su gruesa verga en el apretado
conducto anal de la pobre niña. Karen había sido enculada, sintió que la
partían en dos, el grueso palo que estaba haciendo ingreso por su culo la
dañaba, a la ves que le iba rasgando todas sus carnes interiores, quiso
arrancar pero su agresor la tenia bien sujetada de sus caderas y cintura con
ambas manos, sentía que esa portentosa vara carnal se adentraba al interior de
sus entrañas como si esta no tuviera un final, produciéndole un innombrable
dolor animalesco y fue cuando todo se oscureció y por fin pudo dejar de sentir
el suplicio al cual estaba siendo sometida. Karen se había desmayado. De la
barbilla de don Pricilo caían en abundancia gruesas gotas sudor mesclada con
babas que salían de su boca, producto de sentirse totalmente ensartado en esa
hermoso blanco y endemoniado cuerpo, le agradecía a todos los dioses por
semejante culiada que le estaba pegando a la mas hermosas de sus ángeles
enviado a la tierra., este no se daba cuenta que la nena había perdido el
conocimiento ante la bestial arremetida con cual la había empalado, y pensando
que ella se estaba dejando sumisamente comenzó a meter y sacar su verga que por
lo erecta y parada que se encontraba le hacia mas fácil la tarea de
flagelar aquel curvilíneo y suave cuerpo
el cual estaba violando. La culiada que le estaban pegando al hermoso cuerpo de
Karen era brutal, el vejete se echaba hacia atrás casi sacándola por completo,
para luego incrustársela con todo lo que le permitían sus fuerzas. El
enculamiento de Karen se desarrollaba en forma exitosa, el grueso instrumento
de don Pricilo perforaba y taladreaba sin compasión aquel delicado conducto
anal que tanto había resistido. Plaf, plaf, plaf, plaf, sonaban los cuerpos al
chocar uno contra el otro, claro que era don Pricilo quien estaba haciendo todo
el trabajo, que a parte de mantener apuntalada a la mocosa, también la tenia
que mantener bien asida ya que notaba la pesadez de su cuerpo, y como no iba a
ser así, si la pobre aun se mantenía inconsciente. Karen poco a poco recobro el
conocimiento y de la misma forma comenzó a sentir el mismo dolor animal que
había sentido cuando la encularon en su totalidad. Tuvo que resistir el salvaje
ataque al cual estaba siendo sometida, nunca en su vida había sentido algo tan
horroroso y espeluznante, ella ya no lloraba, asumía sumisamente su brutal
padecimiento, la estaban torturando por el culo, y lo único que deseaba la nena
era que ese viejo caliente y torturador de don Pricilo, se derramara lo mas
pronto posible para así terminar con el suplicio. El viejo por su parte se
deleita mirando el espectacular cuerpo el cual esta gozando, a la ves que
escucha muy levemente los gemidos salían de aquellos purpuraceos labios de
ensueño, este piensa en forma errónea que estos son de placer y que ella ya
estaba gozando, por lo que decide en recompensarla aumentando la velocidad y
fuerzas de sus brutales embestidas. Karen sentía que la estaban descuartizando,
fue tanto su padecimiento, que toda la zona de su hermoso culo perdió total
sensibilidad, como si le hubiesen puesto una anestesia local en ese rico sector
de su cuerpo. Pasados unos minutos de esta extraña situación para su rica
anatomía, lentamente comenzó a sentir una rica agüita que le corría por el culo
haciéndole cosquillas en este, y que esta rica agüita la recorría por todo su
conducto adentrándose y devolviéndose, luego ya no era un agüita, ahora esta se
había ido transformando y pasando de un estado liquido a solido, ahora sentía
que lo que la recorría era una cosquillosa masa que le producía unos ricos
escalofríos que nacían desde la mas
profundo de su culo, para luego esta rica masita pasar a un estado de dureza
absoluto que por cada avance le prodigaba los mas grandiosos escalofríos que
había sentido jamás en su cuerpo, por lo que decidió solo en concentrarse en
estas nuevas y bestialmente placenteras sensaciones de satisfacción para su
endemoniado cuerpo. Prefería esto que a ese inmenso dolor que sintió al
principio, pensaba su debilucha mente en cuestiones de índole sexual, a la ves
que sentía que por cada movimiento que ella hacia las ricas sensaciones que le
estaba regalando su propio trasero y esa dura estaca que la seguía perforando
sin compasión, se multiplicaban y se ramificaban en todas direcciones por
dentro y por fuera de su cuerpo. Como ya había pasado lo peor, lo mejor ahora
era moverse pensaba la angelical criatura, quien ya estaba lista y dispuesta a
entregarse a esas salvajes y nuevas emociones placenteras de las cuales ella ya
quería ser participe. Karen ya estaba entregada, ahora era ella quien movía
deliciosamente su cintura y culo, en eróticos desplazamientos de retroceso y avance con la intransigente
decisión de comerse `por el orto toda la longitud y grosor de la gran verga de
su nuevamente macho cabrío. Ahora gemía de placer autentico, esto era nuevo
para ella, nunca se imagino que hacerlo por el culo le resultaría tan
gratificantemente placentero para su cuerpo y mente. Don Pricilo que estaba en
total estado de excitación y calentura con esa perra que ahora aullaba de puro
placer, le pregunto: -Te gusta putaaa!! -Siiii, dijo Karen muy segura de su
respuesta. -Te duele algooo!! -Nooo don Pricilooo… esto es ricooooo!! -Jajaja,
reía el vejete, -Sabia que eras puta y perra a la hora de Coger jajaja, pero
nunca me imagine que tantooo!!, realmente me sorprendes pendajaaa!! Karen no lo
escuchaba, lo único que le importaba por ahora era que ese viejo con verga
descomunal no dejara de perforarla, que se la metiera por el culo sin compasión
ni miramientos de ningún tipo, esto era genial!!. Pensaba en el excelente trato había hecho con el, la hacían
gozar como animal y sin riego de que la preñasen, que mejor se decía para si
misma. El enculamiento iba para largo, ambos cuerpos se buscaban para
fusionarse uno con el otro, verga y culo eran uno solo, se separaban solo por
pocos centímetros, para luego juntarse y unirse, hacían pequeños intervalos
para mantenerse pegados, donde don Pricilo aprovechaba para besarla en la boca,
y la hembra ya lo recibía gustosa, feliz y complaciente. Como le gustaba a
Karen que la tuvieran en cuatro patas, se sentía puramente animal, una perra
caliente, una yegua en estado de celo y complaciente para su potro, y le
agradaba que usaran su cuerpo de cualquier forma sexualmente posible, que se la
cogieran, que se la Cogieran y que la encularannn!! Esos eran los pensamientos
de Karen cuando sintió cuando sintió una fuerte corriente eléctrica al interior
del culo y que rápidamente aumento para apoderarse de todo su cuerpo y total
integridad que la hiso explotar en el más genial y místico orgasmo, muy
distinto a los que ya había sentido en circunstancias anteriores. (Un minuto
antes) El viejo al ver que los movimientos y meneos que hacia Karen iban en
aumento le ordena: -Vamos Putaaa!! Demuéstrame lo yegua que eressss!!, palabras
que se unificaron con los últimos pensamientos de la niña y que fueron loa
quela hicieron alcanzar la gloria. -Siiii, Siiiiiii, Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii, don
Priciloooooh, soy una yeguaaaaaaaaa!!!,… Soy una gran yeguaaaaa!!... Soy Suuuuu
Yeguaaaaaaa!!, fue lo último que pudo gritar Karen antes de dejarse caer al
piso con severas convulsiones de placer, con todo el agujero del culo
totalmente abierto y dejando ver a quien quisiera hacia sus eróticos
interiores, don Pricilo miraba encantado el perfecto circulo rosado que se le
veía a la niña al tener su esfínter completamente dilatado y con las gruesas medidas
diametrales del gran tronco que solo hace algunos segundos había tenido
ensartado. Don Pricilo estaba
complacido, la había enculado y gozado a la perfección, se extraño que la nena no
sangrara por el culo, le hubiera encantado que esto hubiese ocurrido, como la
ves en que le partió la Concha, pero en fin pensó, no todo tiene que ser como
uno quiere se dijo para el mismo. Karen ya mas tranquila y aun con cara de
perra en leva, se quedo tirada en el piso, le ardía su culito el cual ya estaba
completamente cerradito y apretado, pero lo que sintió al ultimo fue tan rico
que aquellos escozores que ahora sentía era la nada misma, pensaba y además se
daba cuenta en que el vejete aun no se había corrido y ella estaba dispuesta a dejarse
encular nuevamente para que él también lo disfrutara, era lo decidía la tierna
jovencita. Don Pricilo estaba en el piso junto a su hembra, saco una botella de
cerveza y se la ofreció a la nena quien por lo acalorada que estaba la acepto
sin ningún tipo de reclamos, ambos bebían cada uno de su propia botella y fue
Karen quien estiro su delineado brazo hasta el bolso del vejete para sacar de
este una cajetilla de cigarros y proceder a encender uno para el y luego uno
para ella, la niña fumaba en silencio disfrutaba del placer de la nicotina ensuciando sus pulmones y
cuerpo. Una ves que terminaron su cigarrillo y de que vaciaran ambos sus
propias botellas de cerveza, fue el viejo quien volvió a dar ordenes a la joven
manceba. -Súbete a la cama Putita, jejeje, te quiero de espaldas y abierta de
patas, jejeje que voy a terminar con lo que hoy comenzamos, jejeje… Karen pensó
en lo que ahora le solicitaban, que bravo era don Pricilo para Coger, ahora se
la iba acoger exquisitamente por el culo y con ella tirada de espaldas , con
estos pensamientos y a la ves impulsada por la calentura de la ramera que
llevaba por dentro, gateo felinamente y en cuatro patas en dirección hacia su
cama, lo hacia en forma cadenciosa y sugerentemente provocadora, la idea era
que su macho mirara bien la exquisitas curvas y formas que ella nuevamente le
ofrecería para el uso absoluto de él y solo para el. Karen cuando estaba
caliente realmente no era ella. Una ves de espaldas y ya acomodada en su camita
da blancas sabanas y cobijas , abrió sus piernas y vio como ese majestuoso
instrumento vergal se acercaba con la segura intención de tomar posesión
nuevamente de su curvilíneo y frágil
cuerpo. Don Pricilo tomo ubicación sobre el esbelto cuerpo que nuevamente en
forma dócil y congraciada le estaban ofreciendo, Karen por su parte ya estaba
lista y dispuesta para que le volvieran a reventar su sabroso culote, pero
grande fue su sorpresa cuando sintió que se le volvían a ensartar en su
totalidad pero esta ves por su Concha, esta situación confundió a Karen, este
no era el tarto, ahora ella ya dimensionaba que si el vejete volvía a verter y
depositar su semilla al interior de su vagina y cuerpo, las probabilidades de
que la preñasen eran muy altas, pero ellos tenían un acuerdo, a lo mejor después
de un rato de disfrute por ese sector se la sacarían y la encularian como era
lo estipulado, estos pensamientos la dejaron un poco mas tranquila, por lo que
se dedico a Coger y corresponder a las aserruchadas con exquisitos meneos
ondulatorios. Pasaban los minutos y a pesar que Karen lo estaba pasando
extraordinariamente delicioso, con aquella verga la cual que por cada estocada
que le pegaban, sentía que esta le llegaba hasta mas arriba de su cintura, aun
así esperaba el momento en que don Pricilo cambiara de con ducto, y fue cuando
sintió que gruesas gotas de saliva caían sobre su cara, el viejo acelero sus
embistes y ella ya sabia lo que estaba a punto de ocurrir, estaba por
derramarse en su interior, la podría preñar!!, se escandalizaba, y aun así no
podía dejar de mover su cuerpo, como si este estuviese rogando para que lo
embaracen! Por fin pudo articular algo: -Noooo donnn Pricilooooo, acuerdeseeeee
del tratooooooo…, intentaba suplicar la jovencita El viejo no contestaba, solo
se dedicaba a besar y lengüetear las perfumadas carnes dela niña a la altura de
su cuello y cara, y a ensartarla con furiosas estocadas con el insano afán de
fertilizarla en estos mismos momentos. En un momento dado don Pricilo se la
clavo hasta las mismas bolas y solo se dedico a restregar lentamente su falo en
el interior del femenino cuerpo, el vejete ya casi estaba listo para descargar.
-Noooo don Priciloooo, me puede dejar
embarazadaaaaa!!, decía la nena refregándose ella misma con el pene que
tenia ensartado hasta la altura del mismo hígado. -Ahhhh, gruño el vejete quien
acelero aun mas sus bestiales arremetidas en aquel hermoso y joven cuerpo, para
un momento detenerse y mantenerse totalmente ensartado al interior de este y
bramar, -Tomaaa pendejaaaa del demonioooo, ahí tienes mis mocoooossss!! Eressss
mia putaaaaaa!!, gritaba mientras seguía descargando abundantes cantidades de
semen en las profundidades del cuerpo de Karen. Ella en algún momento pensó en
las posibles consecuencias de lo que estaba sucediéndole, la podría embarazar
,no, no, no, dictaminaba su mente, pero era tan rico como se la estaban Cogiendo
que su cuerpo no le respondía a lo que ella realmente quería, ella no quería
que don Pricilo la preñara, pero esas inyecciones de liquido caliente que le
estaban administrando en su interior ya la superaban y fue cuando empezó a
menear como poseída sus caderas como aceptando cualquier cosa que pudiera venir
después del coito. –Noooooo Aaaaaaaahhhhhhhhhh Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii….Ricooooooh…!!
Fue lo ultimo que pudo gritar Karen, a la vez que se entregaba a las
placenteras sensaciones de aquel exquisito orgasmo no deseado, moviéndose y
restregándose en forma copulatoria y de apareamiento, su subconsciente le
ordenaba que ninguna gota de ese espeso liquido blanco debía perderse afuera de
su delineado cuerpo, para así aumentar las posibilidades fecundadoras, correr
ese riesgo a ella la prendían y la calentaban. A partir de este momento solo la
madre naturaleza, la creación, el universo y sus distintos elementos se
encargarían de darnos la respuesta, si que de la unión de ese macho y esa
hembra, fue o no perfecta llegando a la consumación de procrear una nueva vida
en este podrido mundo en el que vivimos. Karen se sentía en deplorables
condiciones psíquicas , lo que acababa de consumar era una aberración, ella no
quería darle un hijo a don Pricilo, que seria de su vida si esto ocurría, el
placer ya se había esfumado, ahora solo eran sentimientos contradictorios y de
incertidumbre los que atacaban la mente de nuestra hermosa y dulce Karen, por
que no se fue se preguntaba, si el viejo le había dado chance, ahora se lo
tenia que explicar a sus padres, les tendría que mentir y luego a esperar para
ver si este asqueroso hombre la había dejado embarazada, mantenía sus ojitos
cerrados no quería ver a ese miserable, sintió que don Pricilo se paraba y que
buscaba algo en su bolso, a lo mejor quiere seguir bebiendo cerveza pensó y fue
cuando escucho la grave voz del vejete… -En cuatro patassss!! Putaaa!!! Le
ordenaba nuevamente don Pricilo. Karen lo miro extrañada, por lo que había
ocurrido hace pocos minutos ella ya no estaba dispuesta para seguir copulando
con el, y su espanto fue mayor cuando miro que el vejete continuaba con su
verga totalmente parada y apuntando hacia el techo, y que en su mano tenia el
grueso y ancho cinturón de cuero, con el cual ya una ves había amenazado con
golpearla. -Jejeje, te dije que el enculamiento tenia que ser por las buenas
putita, jejeje, pero tu siempre con tus estupideces y haciéndome problemas,
jejeje, ahora tendré que aplicarte un castigo ejemplerizador, para que esto no
vuelva a ocurrir, jejeje, además que vas a mentirles a tus padres para tapar lo
Concha que eres, jejeje, y como yo ahora soy tu marido hare que no te queden
ganas ni de pensar en mentirme alguna ves , jejejeje, ya veras que después de
tu correctivo aprenderás a comportarte como una verdadera yegua que se debe
solamente a su dueñooo!!, -Ultima ves que lo repito en cuatro patas perraaaa!!
Le grito con su cara desfigurada dándole un aspecto demoniaco. La niña
totalmente horrorizada y con su cuerpo temblando por el miedo, se puso
nuevamente en la degenerada posición la cual le ordenaban y entregada al
desventurado destino que tendría al lado de don Pricilo, lo miro con esos hermosos
ojos azules y lo ultimo que se escucho en aquella habitación fue: Sniff, sniff,
sniff. Andrea Rojas de Zavala, era la única sobrina de un
acaudalado empresario del área comunicaciones. Su madre había muerto al darla a
luz y su padre falleció en un trágico accidente automovilístico cuando Andrea
aun era solo una bebita de 2 años de edad, quedando huérfana y
desamparada. Fue su tío paterno Eulogio, hermano del difunto quien se
hiso cargo de la nena e hiso de padre y madre a la vez, asumió su formación y
fue quien la vio crecer además de ser el quien fue el primero en vislumbrar las
marcadas curvas que poco a poco se empezaban a formar en el tierno cuerpo de su
adorada hija-sobrina. Tenía apenas poco más de catorce años cuando se
ganó la admiración de la sociedad en la cual se desenvolvía la joven y también
de su escasa parentela, debido a su exuberante y deleitosa belleza más el
exquisito encanto de su manera de ser. La formación académica de Andrea había
sido más de excelencia y profunda de lo habitual en una joven, era
extremadamente estudiosa, desde sus primeros años tubo clases particulares en
su mismo hogar, en donde le enseñaron a dominar distintos idiomas como el
alemán, francés e inglés, le habían dado las herramientas para expresarse
fluidamente, y ya en plena adolescencia era un incuestionable ejemplo
femenino de prestancia y distinción. El tío Eulogio desde que la tomo como su
tutor la convirtió en la niña de sus ojos, y el hecho de carecer de
descendientes, veía en Andrea a su única heredera y sabia que el día en que el
ya no estuviera seria ella quien se haría cargo de todas sus posesiones las
cuales incluían una treintena de propiedades, un sinnúmero de acciones en
distintas Corporaciones comerciales y además de suculentas y millonarias
cuentas bancarias en los más distinguidos bancos internacionales. (Esta
información la manejaba muy bien el calaverico de don Urias) Debido a lo
anterior es evidente llegar a la conclusión de que, en semejante sociedad en la
cual vivimos a cualquier joven muchacha que viva sola con un hombre y que
debido a su innata distinción, sumada a su exótica y extraordinaria belleza, no
tardaron en atraer sobre ella las más bajas y humillantes murmuraciones llenas
de envidia y desprestigio hacia su persona, ya que todas ellas hacían
referencia a la extraña cercanía y convivencia entre tío y sobrina,
murmuraciones odiosas que nunca llegaron a oídos de ambos, ya que el tío
Eulogio por su lado, la mayor parte de su tiempo estaba inmerso en sus
obligaciones que le demandaban sus negocios y trabajo. El caso de Andrea
era similar ya que ella solo vivía para congraciarse con su tío- padre, se
sabía que era una joven privilegiada por las grandilocuentes comodidades que la
rodeaban y en el medio en el cual se desenvolvía, hasta que todo este mundo
casi de fantasía se acabó para ella cuando las fuerzas del amor tocaron las
puertas de su corazón a sus tiernos y candorosos 16 años. En esa época de su
vida fue cuando conoció al joven Eduardo Zabala un tímido estudiante de
Ingeniería hijo de un humilde pero trabajador matrimonio, su padre obrero
y su madre dedicada a las labores del hogar y de extrañas inclinaciones
religiosas las cuales fueron heredadas en una forma extremadamente
fundamentalista por el joven e inexperto Eduardo. Los sucesos se dieron en
forma rápida porque debido a la inexperiencia de ambos jóvenes, sumado a
los sinceros sentimientos de amor que ambos se profesaban, no tardaron a
consumar lo que cualquier pareja de enamorados llega a hacer cuando sus jóvenes
cuerpos dan rienda suelta a todos esos extraños pero exquisitos impulsos que
los llevan a querer conocer y disfrutar de aquellas nuevas y extrañas
sensaciones de placer y felicidad. Una vez que la joven pareja de
enamorados consumaron el acto sexual Andrea se sintió la mujer más enamorada
del mundo, ya que en forma innata se dio cuenta de la nueva vida que se comenzaba
a formar en sus entrañas y así se lo hiso saber a su novio, pero el joven
Eduardo una vez repuesto de ese arranque de arrebato pecaminoso que no pudo
controlar, se sintió el mas blasfemo y vil de los hombres que pisan esta
tierra, y en vez de pensar en su amada, lo que más le preocupaba a él era lo
que pensarían sus padres de esta situación, serian burla por parte de la
comunidad religiosa en la cual participaban, por lo que se auto desterró de su
medio social y familiar y se dedico a sus estudios y a buscar una forma de
expiar su pecado. Con esto la joven e inexperta Andrea quedo encinta,
ella con mas preparación que Eduardo, no se desespero y fue ella misma quien le
comunico la noticia al tío Eulogio, quien a pesar de la profunda pena que
sintió en un principio por ver alterado el bienestar y futuro de su bella
sobrina, no tardo en aceptar la situación y fue el mismo quien al ver los
verdaderos esfuerzos que hacia su futuro sobrino-yerno por surgir, y también
por habérselo solicitado su sobrina le ofreció un puesto en una de las solidas
empresas de las cuales el dirigía, con la condición de que terminase sus
estudios profesionales. La joven pareja se caso en una ceremonia austera y
sencilla, el tío Eulogio se contentaba con ver feliz a Andrea pero
aun así veía algo raro en es joven, además de sentir por primera vez en su vida
celos!! y reconocía que estos no eran muy filiales que digamos ya que hacía
solo un par de años se había percatado de las endemoniadas formas y curvas que
había adquirido el joven cuerpo de su rubia sobrina, pero a pesar de ello nunca
tuvo la mala intención de sobrepasarse con ella, se conformaba con admirarla,
hubieron muchas noches en que fantaseaba en ardientes y largas
masturbaciones en donde él y su sobrina solo eran macho y hembra, por lo que la
situación del embarazo fue un golpe bajo para él, pero era un hombre sensato
sabía que su sobrina era hija de su hermano y por lo mismo nunca podría tener
algún otro tipo de trato con ella. Dos años más tarde Eduardo conoció a don
Urias y con esto se sucedió el inminente ingreso a la Decente Congregación la
cual este ultimo dirigía, no sin antes por parte del mismo Urias verificar los
estados financieros del hombre y la mujer, en donde se percato que Eduardo a
pesar de su solido puesto en una de las más prestigiosas empresas del país, no
se comparaba y no le llegaba ni a los talones a lo que heredaría su mujer y que
prácticamente ya era dueña ya que se preocupo también de investigar la
descendencia familiar de Eulogio Rojas, y esto sumado a la esplendorosa imagen
de aquella extraña y joven mujer rubia, de la cual quedo prendado desde el
primer día en que la conoció. “Andrea pensó al instante que don Urias tenía
razón, Eduardo se había comportado en forma extraña con ella, había sido
déspota y egoísta con su propia familia, y si don Urias también lo notaba era
porque algo le sucedía a su marido. Miro al viejo flaco con sus hermosos ojos
verdes, quería conversar con él, que la aconsejara, o que hablara con Eduardo,
pero al momento de querer articular las palabras su hermosa voz se quebró y
solo pudo emitir unos dolorosos sollozos de hembra herida, por lo que don Urias
acudió atento a prestarle su más DESINTERESADO consuelo a la hermosa mujer.
Andrea se echó a llorar a los delgados brazos de don Urias y este por su
parte en forma paternal, por ahora, la abrazo poniendo su huesuda mano en la
esbelta cintura y con la otra le acariciaba el rubio cabello que nacía desde
sus sienes, al viejo le temblequeaban las hilachas de piernas que poseía, por
la sencilla razón de sentir el poderoso cuerpo de esa Diosa a la cual amaba, ya
que en estos momentos y por primera vez podía sentirlo y rozarlo con el suyo.”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario