Karen se duchaba en el baño
del sucio motel, en su mente las ideas bailaban al ritmo de los acontecimientos
que se sucedían, había dejado a su nuevo aprovechador amante acostado después
de la gran Cogida que se habían pegado ambos. A la nena ya la habían abandonado
las ricas sensaciones de tranquilidad post coito, ahora lloraba amargamente y
en silencio bajo el agua. Se maldecía por haberse entregado a tan horrible
viejo, por haber disfrutado de las delicias del acto sexual y de cómo su
calentura había aumentado una vez que el viejo se había desprovisto de su
dentadura postiza a solo centímetros de sus ojos, pero ahora con el solo hecho
de recordar aquella imagen sentía las tremendas ganas de vomitar. Sabía que el
viejo degenerado de Don Urias la estaba utilizando, también entendía que si no
se dejaba Coger por él, los acontecimientos que afectarían a su familia serian
de nefastas consecuencias. Faltaba casi toda la noche en la cual tendría que
comportarse generosamente con su cuerpo y complacerlo sexualmente hasta la
saciedad, según era el trato en que ella forzosamente había aceptado con tal de
saldar de alguna forma el silencio de Don Urias, pero lo que
asustaba de sobre manera y la mantenían aterrada, eran las grandes
posibilidades de salir preñada de toda esta situación, y la más terrible de
todas sus desgracias era que quien sería el padre!!, además que si esto sucedía
no sabría cuál de los dos seria el verdadero progenitor de su hijo, si Don
Urias o Don Pricilo, aunque este último era el que más posibilidades tenia, por
los seguidos encuentros amatorios que había sostenido con él. La niña de 18
años recién cumplidos ya se había terminado de duchar, ahora que ya estaba más
serenada, se sentía muy avergonzada de volver a tener que acostarse desnuda con
Don Urias en la cama con forma de corazón, estaba envuelta en una toalla al
interior del baño se miraba al espejo sin atreverse de volver al lado del calvo
y desdentado hombre, quien ya la esperaba ansioso para continuar con la
ardiente sesión de sexo que se estaba pegando con la hija de su Andrea y de
Eduardo Zabala, su enemigo. Ahora Karen recordaba que solo hace minutos le
había pedido y hasta casi rogado a Don Urias, que la preñara, no se explicaba
el porqué de su reacción, lo último que esperaría que le sucediera era de que
la preñasen, y más encima los dos postulantes que ella tenía para hacer de la
paternidad de su futuro hijo, eran dos viejos asquerosamente feos, y en solo
pensar en la gran fealdad de ambos no sabía por qué su cuerpo empezaba a sentir
gratificantes estremecimientos, los cuales provocaban en su tajito unas
eróticas y ricas pulsaciones que la humedecían casi al instante, reacciones que
contradecían lo que ella estaba pensando. Muy a su pesar tuvo que volver
al lado de aquel viejo largo y deforme, que aunque este mantuviera un cuerpo
casi normal, la delgadez de sus ante brazos y manos, sumado a la esquelética
cara, lo hacían ver como si este fuese una aberrante criatura mutante o en pleno
estado de metamorfosis. Mientras caminaba en dirección a la cama pensaba que en
lo ya ocurrido entre ellos, el haberse estado ambos apareando como animales y
el haberse movido y meneado de la forma en que lo había hecho, esto ya la había
convertido en su mujer, y lo que más la entristecía era seguir siéndolo por el
resto de la noche… lo tenía asumido. Don Urias la vio salir del baño envuelta
en una diminuta toalla blanca, admiraba la angelical palidez de su cuerpo, el
negro brilloso y casi azulado de su cabello, la sensual tonalidad amoratada de
los labios, las perfectas formas de su figura que se adivinaban bajo el género
que escasamente la protegían de su hundida mirada y que el mismo ya había
comprobado. La observo caminar y como se contoneaban sus ampulosas
caderas hasta que llego a la cama, en Donde muy tímidamente se despojó de
lo que la cubría, quedando ante él completamente desnuda y en todo su
esplendor. El viejo con cara de muerto al verla parada junto a él y vestida en
traje de Eva, se levantó del lecho en forma desesperada para abrazarla,
adosándose a las suavidades de sus curvas y sintiendo la frescura de su piel
recién lavada, sentía como se juntaba y apretaba aquel cuerpo de Diosa con los
gruesos y canoso pelos de su pecho. Karen le llegaba solo hasta la altura
de sus pectorales, ella aun un poco confundida correspondió el abrazo sin saber
qué hacer, pero su instintivo temperamento de hembra complaciente la llevo a
apegarse al cuerpo de aquel deformado capricho de la naturaleza. La nena se
preguntaba el por qué su mente no quería estar al lado del horrendo hombre,
pero sin embargo su cuerpo reaccionaba solo, como si este tomara sus propias
determinaciones sin ni siquiera preguntárselo a ella. La niña subió su azulada
mirada a los hundidos ojos del maduro hombre, no se explicaba el por qué le
llamaba tanto la atención estudiar la fealdad de aquel vejestorio , si no tenía
nada de atrayente, pero ella se sabía desnuda junto a él a la vez que sentía
como se le aceleraban los latidos de su corazón por estar en tales
circunstancias con Don Urias, el amigo de su padre, el consejero familiar, su
formador espiritual, y el hecho de ya asumir que luego se venía una nueva
contienda amatoria entre ambos le hacía estremecer casi toda su esbelta figura,
ya casi se quería entregar a las abominaciones que ese hombre le quisiera hacer
a su cuerpo y persona. Karen le miraba sus remarcados pómulos que sobresalían
de su cara, estudiaba aquella maquiavélica sonrisa carente de dientes, las
rosadas encías desdentadas del hombre invitaban a su lengua a recorrerlas
y probarlas; su conciencia le decía que no, pero su lengua le exigía meterse en
esa hedionda boca de viejo, por ultimo pensaba, que sea el vejete quien tomara
la iniciativa, pero las ordenes venían desde su bajo estomago cuyo centro de
operaciones se encontraba al interior de su ranura intima, y ya no aguantando
más y como si ella fuese la más disciplinada de las reclutas cumplió con las
ordenes de su cuerpo, con sus dos manitas tomo al hombre de su cara e hiso que
este se encorvara para ella comenzar a besarlo en forma apasionada. A la nena
ya se le habían olvidado las inmensas emociones de asco y rechazo que solo hace
minutos había sentido en el baño. Por su parte Don Urias al sentir la
fresca boca de su amante ya quería ensartarla nuevamente, esto del
embarazo que pedía la niña lo había entusiasmado y calentado aún más y pensaba
que para él seria todo un honor preñar a tan suculenta y juvenil hembra, esta
era la mejor forma de vengarse de Eduardo y del desaire sufrido con Andrea, ya
estaba decidido por su parte, la nena tendría que quedar preñada por él o por
Pricilo, no le importaba quien fuese el que lo lograra primero, total Ignacio
tendría que asumir la paternidad de su hijo, si es que la lograba fecundar y
fertilizar a la hija de su amada. La nena ya sentía en su estómago como se
clavaba la herramienta carnal de Don Urias, nunca se imaginó que este horrible
vejestorio con cara de muerto viviente y de suaves encías, la iban a enardecer
tanto como lo había estado en otras circunstancias con Don Pricilo. Estaba
confundida, no sabía con cuál de los dos hombres se sentía más mujer, más
hembra, más putaaa!! Ambos la chantajeaban para usarla, cuál de los dos era más
feo?, pensaba la dulce criatura, por un momento se acordó de Ignacio su novio,
que hasta este momento ni siquiera se habían besado, y ella la novia de él, su
prometida, se encontraba toda llena de semen en su vientre, quizás ya
embarazada por Don Pricilo o por Don Urias, esto no lo sabía, pero el solo
hecho de pensarlo más se calentaba y la ponían a full!! Le renacían las ganas
de abrirse de piernas, de exponerse ante aquel asqueroso hombre para que le
metiera verga hasta preñarla si es que ya no lo estaba; y claro ella también
decidía que si esto sucedía era Ignacio su novio, el hombre indicado para
cargar con la paternidad del hijo que no sabría cuál de sus dos machos sería
capaz de preñar a su hermoso cuerpo. En estos pensamientos estaba la nena
cuando sintió que mientras se besaban, una de sus blancas manitas era guiada
por el hombre hasta llegar al endurecido palo que tenía por verga, la calentura
que sentía el viejo Urias ya casi llegaba a la insania y para darle el vamos a
este segundo round de la noche, se separó del ardiente ósculo y le solicito… -
¡Quiero que la mames preciosa!, quiero que la coloques en tu dulce boca, la
acomodes en tus labios y me la chupes como la más grandes de las putas
que han existido en la historia… Karen quien ya se encontraba en sumo
estado de calentura por todas las desvergonzadas depravaciones que escuchaba y
de las que ella misma imaginaba al estar con un hombre tan feo, como lo era su
otro amante, quiso agregarle más condimento a la morbosa situación en que se
encontraba con su mentor espiritual, por lo que se atrevió a preguntar… -Don
Uriasss!! Y después me volverá a Cogerrr??... plisss!!, Don Urias al escuchar a
Karen y ver con la inocencia que le pedía tan infame solicitud, quedo en un
estado como su hubiese sido tocado por el mismísimo espíritu santo, le
encantaba como se empezaba a comportar tan exquisita joven, que ya se asemejaba
a una vulgar ramera, y para mejor, pensaba el degenerado hombre, esta
principiante de puta no cobraba absolutamente nada, sabía muy bien que
una buena puta profesional le hubiese cobrado una fuerte suma de dinero para
comportarse como lo estaba haciendo la nena… -Vamos a ver si es posible
lindura, primero te tendrás que comer todos mis mocos, sería injusto que a
estas alturas ya te hayas comido los de Pricilo, y que aún no pruebes los míos,
le notificaba Don Urias y para luego continuar, -Cuando acabe deberás
recibirlos bien adentro de tu boca, lo más profundo que puedas para que nada de
lo que salga de mi verga se pueda perder…. Karen media caliente y media
preocupada encontró que Don Urias tenía razón, por lo que se arrodillo ante él,
quedando frente a la pardusca y nerviuda verga que tendría que meterse en la
boca, además que ya se entretenía con el elevado tono de aquella erótica y mal
sana conversación… -¿y me los tendré que tragar todooosss?, le consultaba a su
consejero y maestro en asuntos angélicos, recordando todo el placer que aquella
verga que se encontraba ante su azulada mirada, le había brindado a su
curvilíneo y endemoniado cuerpo solo hace un rato. - ¡Todos putita mía, Todooos!,
esa será la mejor forma en que me agradecerás todos estos años formación y
enseñanzas!!, le recalcaba el viejo pelado preso por la excitación, - Hasta la
última gota!!, termino diciendo Don Urias a quien le temblaba hasta el tuétano
por la caliente sesión de sexo que ya se acercaba a pasos agigantados.
Sintiéndose obligada de tener que agradecer lo que Don Urias había dicho, y
también en deuda por el éxtasis y placer casi paradisíaco e infernal y por el
inmenso estado de calentura al que había sido sometida solo hace casi una hora,
comprendió que debía devolver el favor, con la misma moneda, ardiente pasión y
lascivia con el que a ella también se lo habían hecho. Karen como si hubiese
caído en un estado de hipnosis dirigió sus dos manitas hacia el tronco lleno de
venas para sentirlo, lentamente lo comenzó a frotar, la tranca de Don Urias
dejaba salir un fuerte y erótico aroma que la enloquecían y la excitaban, esta
verga no era tan gruesa como la de Don Pricilo, pero sí muy larga e igualmente
de deleitosa y mística. Lo único que impedía que de una buena vez se lo
comiera, era la terrorífica cara de muerto que tenía Don Urias, que de vez en
cuando la sacaban de su impaciente estado de calentura y le hacían ver las
imperfecciones de aquel vetusto hombre viejo y sin dientes. Pero su nueva y
ardiente naturaleza de hembra otra vez le jugaba una mala pasada, lentamente lo
acercó a su cara, y se lo apegó a su mejilla para comenzar a frotarlo en
esta, pasados unos minutos los líquidos pre seminales de Don Urias ya tenían
encharcada sus finas facciones, la verga ya se deslizaba y resbalaba
bruscamente en su carita la cual se encontraba toda engominada por los líquidos
desparramados por el viejo. Luego de varias indecisiones logró dominar
el rechazo y las sensaciones repulsivas que a ratos sentía, depositó sus
finos y sensuales labios sobre el extremo superior, que ella lo asemejaba a un
pequeño casco de soldado y lo cubrió en su totalidad con su adorable boca,
luego besó ardientemente al reluciente miembro por todos sus lados, tras
comprobar que las gotas que salían del acerado pomo eran tan viscosas y
pegajosas como la de Don Pricilo, pero estas tenían otro sabor, tan exquisito
como las de su primer amante, de las cuales ya se había tenido que tragar. Excitado
por las suaves y placenteras fricciones que le practicaba su joven y bella
discípula, Don Urias se adentró por su cuenta en la boca de Karen, pero luego
de unas deleitosas succiones por parte de ella, y con el pretexto de hacer otra
pregunta la nena con gran delicadeza movió su cabeza hacía un lado para irse
librando poco a poco de aquella invasión vergal hacia su boca, esta salía de
sus labios como en cámara lenta; al hacerlo su boca y la verga hicieron un
erótico sonido de: Plupp!! -¿Don Urias, le gustaaa como se la chupoooo?... Luego
de esta erótica pregunta, Karen poniéndole su mejor carita de perra en leva, lo
quedo mirando con sus penetrantes ojos azules a los hundidos ojos del
monstruoso viejo que ya no aguantaba más… Sin mediar palabras y a forma de
respuesta positiva, Don Urias volvió a introducir bruscamente su largo miembro
en la boca de la tierna adolescente, esta vez tan adentro que presionaba contra
su fina garganta, para en seguida conseguir metérselo hasta las mismas bolas
que quedaron ubicadas justo debajo de la barbilla de Karen, quien solo atinaba
a mirar a Don Urias con sus ojos bañados en lágrimas, producto del
atragantamiento forzado en que la mantenían. Luego tomándola por sus cabellos,
comenzó en forma violenta y acelerada, a meter y sacar toda la extensión de su
verga en la ajustada cavidad oral de la niña con la intención de que ella
supiera que prácticamente se la estaban Cogiendo por la boca. El pelado Urias
metía y sacaba su verga con total enajenación no importándole las seguidas
secuencias de arcadas, atoramientos y ahogos con las cuales estaba humillando a
su joven amante. Karen aguantaba con entereza los ataques vergales hacia su
boca, llevaban como 15 minutos de sexo oral con ella puesta de rodillas, sus
hermosos muslos abiertos y con ambas palmas de sus manos apoyadas en el piso de
la habitación, un gran charco de salivas y babas mescladas con los líquidos
interiores de Don Urias se desparramaban por todo el sector de sus duras y
grandes tetas que bajaban lentamente por su cuerpo e iban a caer al piso
formando un gran charco semi transparente alrededor de sus hermosas rodillas
dobladas, la calentura ya la tenían dominada, la niña inconscientemente se
seguía abriendo de muslos e intentaba restregar su Perra contra el suelo no
importándole que allí no hubiese nada para meterse, solo sentía la imperiosa
necesidad de sentir algo con que frotarse en su tierna Concha que ya pedía a
gritos que le metieran algo duro y sólido. Don Urias atento a esta situación,
le dijo: - ¡Lo vez pequeña Perraaaa!… Así es como se chupa el picoooo!!, le
decía a la vez que no la soltaba de su cabello manteniendo el agitado ritmo de
meter y sacar. Karen ya no quería hablar, solo se dejaba que le Cogeran
la boca y ella intentar chupar y degustar aquella nueva y exquisita barra
de carne caliente que le estaban ensartando en la garganta, y ahora estaba tan
ansiosa como el mismo viejo por llevar a cabo el atrevido y lujurioso final de
ese acto cuyo desenlace ella ya muy bien conocía. Era hora de la cena, pensaba.
Excitada y muy caliente por la tranca que tenía asida con verdadero deleite en
su boca, la joven se dedicó a chupar, succionar, frotar y exprimir con sus
labios el endurecido y tieso miembro viril, por la urgente desesperación que
sentía por probar lo antes posible el sabor que tendría esa nueva ración de
semen espeso y caliente que ella se encargaría de tragar y comer. No contenta
con chuparlo con sus delicados labios y acariciárselo con su fresca lengua con
cual lo envolvía deliciosamente, Karen dejaba escapar suspiros de devoción y
satisfacción, para que su viejo preceptor notara que ella también disfrutaba
con la brutal felación. Por su parte Don Urias quien ya no aguantaba más al ver
los eróticos movimientos de coito que hacia el desnudo y poderoso cuerpo de su
joven y gratuita ramera, ya se disponía a inundar su boca y garganta para que
ella cumpliera con su palabra y se comiera todos los abundantes chorros de
semen que ya estaba a punto de desparramarle al interior de su boca. Pero Don
Urias aguantaba, quería alargar un poco más el momento del éxtasis lo que más
le permitieran sus sentidos, Karen por su parte se lo estaba pasando muy bien
con ese taladro vergal ensartado en su vía oral, sentía las seguidas
expulsiones de líquidos pre seminales mezclados con semen que ella ya juntaba
en su boca. Pero su cuerpo le exigía mayores placeres, su Concha ya reclamaba
lo que era de ella, se sentía lista y dispuesta para que aquel sátiro se la
volviera a Coger como corresponde, su mente le decía que tenía que volver a ser
su mujer, por lo que aduras penas intento hacérselo saber a su hombre… -¡Aghhh
!! Exclamó la joven en un momento que pudo sacarse la verga de su boca… -Ya no,
Don Urias… por favor Ahoraaa Cojamossss!!, exclamaba Karen dejando
ver viscosas muestras de semen y líquidos pre seminales entre sus labios y su
lengua. Pero el caliente viejo de Don Urias al ver de que esa pendeja caliente
se comportaba como una verdadera fulana, la afianzo bruscamente de sus cabellos
y Plafff!!, le asesto una fuerte y sonora cachetada en el hermoso rostro de la
niña, la volvió a tomar bruscamente de la cabeza e introdujo su erecto
miembro hasta lo más profundo de su boca y garganta, en una clara
demostración de querer hacer ver que ella no era la que mandaba en aquella sesión
amatoria, forzándola a que siguiera chupándole la verga, amaestrándola como a
una perra, domándola como a una joven potranca… Don Urias ya sabía que a esta
puta primeriza la tenía en sus manos, ahora mientras le chupaba la verga, él le
asestaba sonoras cachetadas en su rostro. Plaff!!, plafff!!, plaff!!...retumbaban
y se entre mezclaban con los sonidos de lengua y saliva que salían desde la
boca de Karen que alteraban el silencio de la habitación. Ella no se defendía
ni reclamaba nada, solo se esmeraba con seguir cumpliendo con la misión
encomendada, por momentos se asustaba, pero también le gustaba de que la
abofetearan sin misericordia, ahora chupaba y succionaba con más aplicación, al
notar que nuevamente tenía un macho que mandaba, y además gratamente para ella,
la violaba y la sometía. El viejo Urias la veía perdida en los laberintos de la
lujuria, también tenía claro que a Karen, desde ahora en adelante con solo
aplicarle un poco de agresión, miedo y humillación extrema, terminarían por
rendirla a sus pies y ella presa de esa extraña mezcla de calentura, miedo y
sumisión, se abandonaría en cuerpo y alma a las aberrantes solicitudes
que desde ahora le serian exigidas. El caliente y desequilibrado director
siempre había tenido que pagar por esto, pero ahora y a futuro, lo tendría en
forma real y gratuita, gracias al total estado de morbosidad interna que
atacaban a la bella joven y que claramente la mantenían lascivamente caliente
en su propia naturaleza femenina; y que la hacían disfrutar y gozar hasta lo
innombrable con tal de estar dominada por su desquiciado y horrendo agresor. El
largo miembro de Don Urias engrosaba y se enardecía cada vez más, a medida que
los excitantes labios de Karen apresaban su ancha cabeza y con su lengua
jugueteaba en torno al pequeño orificio del glande, provocando en el endurecido
miembro una excitación que se traducía en una continua expulsión de líquidos
provenientes de los testículos de Don Urias, y que la nena tenía que conducir
hacía su garganta, hasta que el continuo goteo de semen que se acumulaba en esa
zona era tragado por ella disfrutando y casi adivinado las chorreadas que se ya
se aproximaban. Varias veces Karen retiró su cabeza para tomar un poco de aire
y limpiarse las babas y mocos de su carita, apartándose de esa tranca que no
paraba de expulsar secreciones, sin embargo Don Urias volvía a someterla
metiéndosela brutalmente en los finos y rosados labios de la joven, esa enorme,
brillosa y reluciente verga obligándola a que ella continuara chupándola, hasta
que incapaz ya de aguantar los deseos de correrse en su boca, Don Urias colocó
sus manos tras la cabeza de Karen asegurándose para que no se le fuera a
arrancar al momento de la eyaculación, entonces y para su sorpresa sintió como
la joven succionaba con mayor energía y morbosidad que antes el duro palo de
carne, haciendo con su cabeza cortos movimientos de avance y retroceso, por lo
que el enloquecido hombre proyectó su tranca hacía adelante presionando con
todas sus fuerzas en la boca de su joven prostituta, que en ese momento estaba
tirada en el suelo y con su cabeza apoyada en la cama, debido a los empujes
vergales del hombre hacia su boca, ella mantenía sus mandíbulas lo más abiertas
posible para recibir lo que su macho ya se aprestaba a suministrarle, las manos
del enajenado y abusivo hombre se afianzaron aún más de su cabeza
haciendo y coaccionando con su verga hacia lo más profundo de la garganta… -Ohhhhgg!!
Maldita Perraaaa como me haces Acabaarrr pedazo de Putaaaaa!!! bufaba Don Urias
al mismo tiempo que con su boca desdentada y en forma de “o” y con su hundida mirada
puesta en el techo de la habitación comenzó a dejar salir desde su tranca
torrentes de un espeso y caliente semen que resbalaban por la garganta de Karen
para ir a depositarse al fondo de su estómago, la jovencita siguió succionando,
chupando y tragando hasta que llena de las descargas de caliente simiente, y
semi asfixiada por las espesas y abundantes cantidades, se vio obligada a
comenzar a tragar más glotonamente, con la intención de no desperdiciar nada de
lo que tan buenamente le estaban dando a probar. En un momento ya casi ahogada
por las cuantiosas emanaciones de líquidos que le administraban, Karen ya no
aguanto más y comenzó a toser, saliendo la verga de Don Urias expulsada
con fuerza de su boca, como un verdadero resorte y lanzando potentes
chorros de blanco semen que fueron a dar a su cara y pelo quedando la joven
casi embalsamada con las masculinas emisiones que expulsaba su macho…Karen
estaba encantada. -Ahhh que rico fue Don Uriasss !!, me encantooo su saborrrr
!!, exclamaba la ardorosa joven, quien siguió tosiendo varias veces, tenía el
cabello y la cara inundados de los calientes y viscosos espermios desparramados
por Don Urias. -¡Qué cantidad me dio a probar, Dios Mioooo, quiero
masssss, por favorrr deme massss! Le decía la enajenada niña, con un ojo
emblanquecido ya que este se encontraba totalmente tapado por una gruesa
capa de semen espeso y condensado…-¡Creo que me tragué más de la mitaddd!,
-¡Qué moqueada más rica me ha mandadooo por Diosss !! Volvía a exclamar en
forma eufórica, nunca en su vida había visto como una verga expulsaba tantos
mocos y tan cerca de su cara… Don Urias con su corazón latiendo a cien por hora
la vio toda embardunada con su propio simiente, separando su cabeza del
borde de la cama para atraparle nuevamente la verga y deslizar sus labios por
todo el largo de ese endurecido miembro, lamiendo y relamiendo incansablemente
esa endurecida erección hasta dejarla completamente libre del pegajoso y, no se
la soltaba. Karen una vez que escasamente pudo limpiar sus ojos del viscoso
líquido, se apoderó de la verga de Don Urias, como quien se posesiona a como dé
lugar de un objeto de inmenso valor, y que para ella ya no era de ninguna
manera desconocido, sus delicadas manos seguían masturbando rápidamente la
enhiesta tranca que constituía aquel tieso y nervudo músculo de carne, mientras
con los ojos lo devoraban en toda su extensión con sus hinchadas venas
multicolores. -Don Uriasss, por favorrr metamelaaaa!!, pedía le nena, temiendo
que por la abundante corrida que había sufrido el cadavérico hombre , ahora no
tuviera las fuerzas necesarias para cumplir con lo solicitado… El viejo al
escuchar los calientes requerimientos que le hacia la joven y gratuita
prostituta, supuso que a lo mejor al Pricilo no le había costado mucho trabajo
encamársela, estaba claro que a lo mejor ella solita había entregado su cuerpo
por la calentura misma de su persona, que ahora el comprobaba al notar la forma
en que la nena pedía verga como la más vil de las rameras ninfómanas, se daba
cuenta que la muy puta con su carita de niña buena los tenía engañados a todos,
pensaba el viejo con cara de muerto, y el muy estúpido poniéndola como ejemplo
ante las demás familias de su decente congregación, pero ahora se las pagaría… -Así
que quieres que te meta la Vergaaaa!!, le gritaba a la vez que la tomo
fuertemente de sus cabellos obligándola a ponerse de pie frente a él, -Vamos
pidelooo putaaa barataaaa!! -Siiii!! Le confirmaba Karen un poco adolorida por
el abusivo trato que le daba el deforme hombre. Don Urias enceguecido por la
ira de ver el comportamiento desalmado y de puta en la candorosa muchacha, y
con todo el odio del mundo acumulado por culpa de su padre, tomo impulso con
una de sus huesudas manos y con la otra sujetándola por el pelo y Plafff !!,
Plafff !! Retumbaron las dos certeras bofetadas de ida y vuelta que recibió en
pleno rostro, que la hicieron retroceder unos pasos hacia atrás de Donde
estaba, los fuertes manotazos en su cara la tomaron por sorpresa y una vez
recibidos la pobre joven quedo como atontada, se sentía mareada y veía a Don
Urias en tres imágenes que se separaban y que se volvían a unificar… -Vamoss
pídelo por fovorrrr, Perra asquerosa, y te daré la Cogida de tu vidaaa!!, pero
tienes que aplicar lo que te he enseñado en todos estos años…Plafff!! Plafff!!,
retumbaban las cachetadas en el rostro…-Pídelo como se debe putaaa…plafff!!
Pídelo por favorrr!!...Plaff!!...vamos quiero escucharteee!! Plafff!! Plaff!!,
continuaban los golpes… A raíz de los continuos y fuertes cachuchazos que Karen
estaba recibiendo en su cara, ella iba retrocediendo, con la intención de
proteger su violada y desnuda integridad , lo que resultaba inútil para sus
propósitos ya que a medida que ella retrocedía el viejo Urias avanzaba en su
misma dirección asestándole golpes con un odio mal sano en cualquier parte de
su cuerpo, hasta que la nena ya no tubo escapatoria, había llegado a la pared
de al fondo de la habitación. -Así que la muy putaaa quiere que se la
culiennn?, le decía el vejete con su boca carente de dientes y muy cerca de sus
ojos… -Snifff, Snifff, Snifff…lloraba totalmente aterrorizada la pobre Karen ya
que nunca en su vida le habían pegado tanto, ni siquiera Don Pricilo lo había
hecho… -Vamos perra mal paridaaa!!, sigue pidiendo verga que es lo único para
que sirvesss!!, vamos pide que te partan la conchaaa!! -Snifff, Snifff, Snifff,
paaar…ta…meee…la…Pe…rraaa…a ver…ga…zosss…Snifff…Snifff…Snifff, -No escuchooo!!,
Pide por favorrr perraaaa!! Plafff, plafff, plafff!!, seguían los rudos y
violentos golpes… -Por Favooor…Snifff…Snifff…Donnn…Uritassss!!, metameee Snifff…Snifff…su
ver…gaaaaa…snif…sniff… Los ojos de Don Urias centelleaban en su hundida mirada,
al verla desnuda y suplicando, por lo que en su tiesa tranca se produjo un
latido espasmódico que hubiera podido matar a la pobre de Karen si hubiese
querido atravesarla con esta. Luego de esto la tomo fuertemente de sus cabellos
y la arrastro hacia la cama con forma de corazón, Karen fue impulsada y lanzada
con fuerzas hacia el lecho amatorio, al verlo venir hacia su cuerpo
automáticamente se abrió de piernas para que le metieran cualquier cosa por su
intimidad, ya que no quería que aquel lujurioso y agresivo hombre le
siguiera pegando. Don Urias aproximándose a ella observo justo al medio de sus
hermosos muslos abiertos en toda majestuosidad, los rosados labios de una
deliciosa vagina escasamente sombreada de pelitos que la adornaban
apeteciblemente. El vejestorio al estar ante tan loable espectáculo y producto
de la magnánima excitación y calentura por haberla estado golpeando a sus
anchas, sentía su tranca lista para entrar nuevamente a la batalla… No
esperó mayores incentivos, tomo el tembloroso y asustado cuerpo de la joven Doncella
y la dio vuelta para poner su cuerpo nuevamente en cuatro patas, como se lo
hacen a las perras, colocó la húmeda cabeza de su tranca entre los húmedos
labios vaginales y después, tras muchas embestidas y esfuerzos, consiguió
hacerlo entrar hasta la mitad. Luego empuje tras empuje, se adentró más... y
más.., y más, hasta que dio la impresión de que la hermosa y blanca vagina no
podría admitir más sin rajársela o de sufrir algún tipo de daño en sus vísceras
interiores, a todo esto el rostro de Karen mezcla de miedo, calentura y
humillación, reflejaba el extraordinario placer que le provocaba el ser
ensartada y Cogida tan salvajemente y por tan macabro adefesio de la
naturaleza. De pronto Don Urias se detuvo, estaba dentro hasta los testículos,
sus pendejos canosos y crispados se apegaban a las suaves y tibias nalgas de la
niña. Karen nuevamente había albergado en el interior de su cuerpo y en toda su
longitud, la tranca de su mentor espiritual y amigo de su padre… como la
calentaba la situación!!… A partir de ese momento comenzó un encuentro que
sacudía la cama y todos los muebles de la lujuriosa habitación de motel, los
espejos tiritaban dando la impresión que en cualquier momento se trizarían o
quebrarían. Aferrándose con ambas flacuchentas manos en torno a la suavidad de
sus marcadas y presuntuosas caderas, el horrendo hombre con cara de muerto se
tiraba a fondo en cada embestida, llegando a levantar unos buenos centímetros
del nivel de la cama al poderoso cuerpo de su mujer quien le rendía un sumiso y
sexual tributo a sus fieras embestidas. Sin retirar más que la mitad de la
longitud de su tranca, se adentraba lo mejor que podía en cada furiosa
arremetida que le propinaba a la perra que en estos mismos momentos se la
culeaba a cuatro patas. Karen por su parte correspondía enérgicamente empujando
su cuerpo en retroceso para facilitar los adentramientos de verga lo que más
pudieran permitirles las delineadas formas de su grácil anatomía, plafff!,
plafff!, plafff!, plafff!, sonaban los salvajes azotes que se propinaban ambos
cuerpos totalmente afiebrados por la calentura. En un momento Don Urias entre
medio de sus salvajes movimientos y muy envalentonado por la mansa y domada
actitud de su puta, hiso que Karen apoyara su cara sobre la explanada de la
cama, quedando con todo su cuerpo inclinado y con su hermoso culo bien empinado
para que el pudiera profundizar aún más al interior de su jugoso Concha , a la
vez que posaba uno de sus pies sobre una de las suaves mejillas ejerciendo
presión sobre ella, su intención era de que ella viera y dimensionara hasta qué
punto él la podía doblegar y someter, hasta que la nena estando perdida en este
nuevo mar de nuevas sensaciones para ella y al estar en el placentero y
gratificante estado de sumisión absoluta, comenzó a estremecerse por efecto de
las exquisitas descargas adrenalinicas que le proporcionaban a su cuerpo un
asalto de tal naturaleza. Poco a poco sentía como se acercaba el momento del
clímax, con los ojos cerrados y la cabeza aplastada por el pie de Don Urias, y
ya no aguantando más ante un firme apuntalamiento, derramo sus placenteros
líquidos vaginales sobre el largo palo invasor que gratamente perforaba las
profundidades de su estómago. La cálida y femenina esencia de su naturaleza
bañaban la verga de Don Urias lubricándola y excitándola aún más. El iracundo
hombre seguía entretanto ensartándose en el interior de la caliente rendija, y
a cada momento su verga se endurecía más. Gradualmente fueron cambiando de
posición, ahora Karen yacía sobre su espalda y totalmente abierta de patas, su
feo violador se lanzaba salvajemente sobre ella clavando y dando brutales
estocadas al joven cuerpo de su víctima, haciendo con esto que se
juntaron los pelos íntimos de ambos, cada vez que sentía las sedosidades de su
femenino pubis, el hombre se echaba hacia atrás y repetía la operación para
volver a frotarlos, en Donde aumentaba las fuerzas de sus empujes, Karen lo
secundaba en los salvajes movimientos meneándole las caderas y el culo de la
mejor forma posible, demostrándole la buena hembra que era ella a la hora de
Coger, su casi depilada vagina daba el aspecto de estar aceitada por tan
lubricada que se la tenían, producto del caliente acto de apareamiento que
macho y hembra consumaban. Pero todo tiene su fin y también lo tuvo el
placer de ambos amantes, ya que después de que ellos se habían besado, movido,
empujado, luchado, apretado y batido con furia, sus órganos sexuales no
pudieron resistir más, y sintieron que ambos alcanzaban juntos el punto insuperable
y celestial en que hombre y mujer, macho y hembra pueden llegar a sentir una
ves de haber disfrutado de las delicias del acto sexual al cual se habían
entregado. Don Urias se concentró en las perfectas curvas en las cuales estaba
ensartado, la descarga de su sabia llegaba, entrelazo sus esqueléticos dedos
con los delicados y femeninos dedos de Karen, junto su desdentada boca en los
finos labios semi abiertos de la ninfa, hundió hasta la raíz su miembro en el
interior del acalorado cuerpo de la nena, para luego separase de aquel
improvisado beso y dejar escapar un fuerte bramido de macho desesperado, muy
similar al que daba Tarzan cuando llamaba a los animales de la selva, a la vez
que soltaba en los profundos interiores de aquella apretada y joven vagina,
otros siete chorros de semen caliente y espeso que se mesclaron con las
femeninas expulsiones de líquidos vaginales en que la niña aportaba para hacer
ver a su compañero de coito, que ella también era participe de tan gratificante
sesión de pro creación mutua, quedándose ambos enterrados uno en el cuerpo del
otro, hasta que sintieron que ya había pasado el último de sus
espasmos de placer y felicidad carnal. Ambos se desclavaron y quedaron tirados
como muertos, todo había acabado, Karen bien Cogida y el viejo Urias con un
rictus de felicidad morbosa y apaciguada, ambos se durmieron desnudos y
satisfechos. Los sucesos que se vinieron, una vez terminada la primera sesión
de sexo entre Karen y Don Urias, llegaron de una forma extrañamente apresurada
a la casa de la decente familia. Una vez que fue a dejar a Karen a su casa el
viejo director de la congregación tras darle muchas vueltas al asunto poco a
poco fue formando las ideas para poder humillar en público a Eduardo Zavala. No
se conformaba con haber casi violado a la encantadora joven, se propuso a
utilizar la información que ya poseía sobre los encuentros íntimos de la
jovencita con el jardinero que trabajaba en su casa, para urdir un plan con el
pleno objetivo de poder ofender el buen apellido del hombre culpable de
sus derrotas amorosas, y tal vez si le iba bien con esto, vería la probabilidad
de volver a intentar concretar con Andrea, por lo tanto debía hacerlo rápido. Realizaría
un chantaje a gran escala. Pasaron tres días en que este calculador hombre
trazo y planeo su plan, además sabía que todo esto le otorgarían placenteras
dadivas sexuales con el uso del joven cuerpo de la hija de Eduardo, pero aparte
de esto él quería destruir a esa familia. Estuvo haciendo las ultimas
elucubraciones por todo el transcurso de aquel día jueves, pretendía también el
muy sinvergüenza de dejarse a Karen para uso exclusivo de él solo, pero tuvo
que desechar esta idea ya que necesitaba ayuda de alguien para que la
humillación fuese total y todo un éxito, ya estaba decidido tendría que hablar
con Pricilo, no le importaba que tuviese que compartir sexualmente a la
pendeja, aunque sabía muy bien que no podía confiarse del todo de su antiguo
amigo, pero estaba seguro que usando aquello que más le gustaba al vejete
no le costaría mucho trabajo para convencerlo, su majestad …el dinero!!. Y así,
ya una vez con todo planeado marco el número telefónico del Sr. Zavala… Eduardo
estaba concentrado en su importante trabajo cuando le trasfirieron una llamada
a su anexo… -Hola…, contesto sin muchas ganas,… -Hola Eduardo… que tal amigo
mío… -Don Urias!!, que tal como está usted, no me diga que tenemos alguna
reunión de último minuto, contestaba Eduardo, intentando dar muestras de
interés a los importantes requerimientos del director de su congregación… -La
verdad mi muy estimado amigo, es que necesito reunirme contigo y tu familia,
tenemos problemas graves, termino diciendo Don Urias poniendo atención a
la reacción del padre de su joven amante… -No le entiendo Don Urias que
problemas podría tener yo con mi familia, en mi hogar todo anda bien, mis
Donaciones están al día, no entiendo que es lo que podría estar pasando… -Reunámonos
esta noche en tu casa, pero no le digas nada a nadie y veremos qué solución
podremos buscar, la verdad amigo mío, Don Urias tomo aire con la intención de
preocupar aún más al inocentón de Eduardo…, -La situación se ve bastante mal y
es muy comprometedora, espero que no lo comentes con nadie hasta que yo llegue…
-Pero Don Urias de verdad que ya me está preocupando lo que usted dice!…por lo
menos adelánteme algo… -No puedo Eduardo, la situación es gravísima, pero ten
en claro que yo siempre he sido tu amigo y quiero lo mejor para ti y tu
familia… así que confía en mi… -Lo sé! …lo sé!! Don Urias, y no se preocupe no
lo comentare con nadie, tiene mi palabra… -Eso es amigo, nos vemos entonces en
la noche estaré por ahí como a las 21.00 hrs… -Está bien lo esperare…Adiós. Eduardo
Zabala se quedó muy preocupado, no entendía que podría estar afectándole
a él o a su familia. A Don Urias en cambio se le dibujo una horrenda
sonrisa con sus dientes postizos. La tarde paso lenta para Eduardo, al llegar a
su casa todo se veía normal, Andrea ya tenía varias opciones de empresas que
podrían hacerse cargo de la boda de su hija. Karen por su parte se encontraba
preocupadísima por todo lo que le estaba sucediendo y lo que más la aterraba
era el eventual embarazo no deseado, la situación ya estaba descontrolada, solo
en la semana recién pasada se la habían cogido dos hombres distintos y en
varias oportunidades y a pesar de la férrea oposición que en un principio
demostraba ella, terminaba cogiendo como una perra en leva, esta situación la
confundían aún más, pero ahora quería hasta adelantar el matrimonio con Ignacio
para acostarse con él lo más pronto posible y con ello hacerlo responsable del
posible hijo que quizás ya podría llevar en sus entrañas. Pasó esos tres días
leyendo un libro de Puericultura, situación que la tranquilizo un poco ya que
al leer y conocer los síntomas que presentaba la mujer al principio del
embarazo como asco, mareos y nauseas, a ella todavía no se le presentaban, por
lo que pudo sentirse un poco más relajada. Ni por nada del mundo quería
encontrarse con Don Pricilo, lo había estado evitando ya que ella sabía muy
bien de lo que era capaz de sentir su cuerpo con la sola presencia de un hombre
tan viejo y feo como lo era él, ya que ahora tenía muy claro cuál era el estilo
de hombres que a ella la atraían, con Ignacio no sentía nada de nada… Llegó
la noche a la casa de los Zavala, y con ella la oscura visita que traía las novedades
al jefe de familia, Karen estaba entretenida releyendo el libro que
secretamente había sacado de la biblioteca, escucho sonar el timbre de la casa,
miro cuando su padre fue a abrir la puerta y se quedó casi congelada cuando vio
ingresar la alta y maquiavélica figura de Don Urias con un semblante muy serio.
Andrea que miraba televisión se recompuso en forma casi inmediata, odiaba a ese
hombre asquerosamente feo y sepulcral que aprovechándose de que ella se había
tomado algunas copas se había propasado con ella y que más encima había faltado
muy poco para que ambos se hubiesen acostado para revolcarse uno junto con el
otro. Luego de un frio saludo hecho por Don Urias, el cual no fue contestado
por ninguna de las dos mujeres, los dos hombres se encerraron en el despacho de
Eduardo, por lo que medre e hija quedaron en un estado de preocupación extrema
ya que las dos apetecibles hembras y sin saberlo, tenían enredos casi de la
misma índole con aquel tenebroso personaje. Una vez que se cerró la puerta del
despacho las dos encamables mujeres se quedaron mirando, Karen le hiso señas a
su madre como consultándole si sabía algo de aquella visita, pero Andrea le
respondió de la misma forma negativamente. Se quedaron pensativas, era extraño
que Don Urias visitara a Eduardo a estas horas de la noche, por lo general
cuando sucedía algo en la congregación Eduardo era citado a reunión con
antelación, pero al correr de los minutos se fueron tranquilizando, nada grave
podría ser ya que notaban que la conversación entre ellos iba para largo. Los
hombres una vez solos se dedicaron a conversar trivialidades del día a día,
hasta que Eduardo ya no aguanto más y fue él quien abordo a Don Urias… -Don
Urias, hoy al medio día me dejo preocupado quisiera saber qué es lo que me
quiso decir cuando me anuncio su visita… El viejo con cara de esqueleto se dio
a buscar las mejores palabras para que su plan surtiera efecto y encomendándose
al omnipotente se dio a poner en conocimiento a Eduardo la lamentable situación
en que se veía afectada su familia… -Eduardo, lamento decirte que Karen ya no
se podrá casar con el joven Ignacio… -Pero porque!! Exclamo Eduardo
escandalizado y muy enojado con la noticia, -Es que acaso ese mocoso ya se
arrepintió?, porque ahora mismo me dirijo a su casa a hablar con Don José y de
paso le parto la cara!!, bufaba el sentido padre, por el desaire del muchacho
hacia su hija… -Eduardo tranquilízate ese joven no tiene culpa de nada , es más
todavía no sabe la noticia… -Entonces qué es lo que pasa?, preguntaba un
eufórico Eduardo Zavala … -Se trata de Karen, dijo por fin Don Urias quien a la
vez miraba fijamente a Eduardo con su hundida mirada… -Y que pasa con mi hija?,
le consulto el hombre de familia, más tranquilo pero aun un poco preocupado… -Recuerdas
que ella fue en busca de consejo el domingo pasado a la congregación, y de que
yo le ordené asistir a la actividad benéfica? -Sí, lo recuerdo y que hay con
eso… -Por favor Eduardo no quiero que te alteres con lo que te voy a decir, ya
que la situación es muy delicada y comprometedora, Eduardo escuchaba
atentamente,-Pues bien ella me ha confesado que tuvo relaciones sexuales con
otro hombre… Eduardo se quedó boquiabierto, pero que clase de estupidez le
estaba diciendo este hombre, como osaba a desprestigiar de aquella forma a su
hija… -No puede ser…balbuceo Edu, mientras se desplomaba en su sillón de jefe,
(uno de esos que son caros) -Sé que es increíble, pero es verdad, ella me lo
conto todo, diciendo esto último Don Urias servía dos vasos de whisky y le
ofrecía a un conmocionado Eduardo que aún se negaba a creer lo que le estaban
diciendo… -Y con quien se supone que lo ha hecho, pregunto Eduardo empinándose
el vaso y sirviéndose otra ración doble, olvidándose por completo de que el no
bebía, pero por ahora lo necesitaba… -Te lo diré pero necesito que te calmes un
poco… -Necesito saberlo dígamelo!!, Eduardo inconscientemente comenzaba a alzar
la voz… -Ella lo ha hecho con Pricilo …tu jardinero!…, Don Urias lo miraba
atentamente estudiando todas las reacciones del dolido padre… -Noooo!! No le
creo…de Donde ha sacado Ud. semejante blasfemia… -De Donde lo saque?...pues
ella misma me lo dijo y más encima quería que no te lo contara y la solapara en
su transgresión…eso lo puedes creer?, si quieres llámala y pregúntale tú mismo,
el caso es que ya no se puede casar con Ignacio, yo no me prestare para esa
farsa… -Y cuando se supone que sucedió eso, le preguntaba Eduardo aun incrédulo…
-Los días en que todos nosotros estábamos en nuestra reunión de congregados, no
te has preguntado por qué tal vez no quiso ir con ustedes,?, que inocente eres
Eduardo!!…, mientras nosotros estábamos ayudando a gente necesitada tu hija se
revolcaba con tu jardinero quizás hasta en tu misma cama, __y cuando Don Urias
se aprestaba a continuar con sus aclaraciones fue interrumpido por el dueño de
casa, que se paró de su asiento y se dirigió hacia la puerta de su despacho, y
una vez que abrió la puerta… Karennn!! Andreaaa!! Las necesito aquí Ahoraaa!!,
les grito como un energúmeno… Las dos
mujeres, madre e hija se pararon al instante cada una de su ubicación y como
flechas entraron a la oficina del jefe de hogar… Eduardo ya no tuvo necesidad
de cerrar la puerta, ahí estaban los cuatro, las dos mujeres haciéndose las que
no sabían de que se podría tratar esa extraña reunión, con un maquiavélico Don
Urias que se servía otro trago de whisky para disfrutar del show y Eduardo que
se paseaba por la habitación como león enjaulado… -De que se trata todo esto
Eduardo, para que nos traes a tu oficina, consultaba la apetecible de Andrea,
sentando femeninamente su despampanante cuerpo en uno de los sillones y
queriendo demostrar serenidad, pero por dentro rogándole a todos los dioses que
a Don Urias no se le hubiese ocurrido abrir la boca y haberle contado a su
marido lo sucedido entre ellos en el retiro espiritual de la congregación, este
por su parte le devoraba las curvas con su sepulcral mirada. -Lo que pasa mi
vida, es que Don Urias me ha venido a contar que nuestra querida hija aquí
presente se ha acostado con el jardinero, que me dices mi amor?, preguntaba
Eduardo con sarcasmo y casi enceguecido por la ira—Tu sabes algo de eso?,
termino preguntándole a su esposa. Andrea quedo estupefacta con lo que
escuchaba decir a su marido, solo atino a taparse la boca en señal de sorpresa
y quedar mirando a su hija que ya en este momento solo reacciono a mirar hacia
el suelo y a morderse fuertemente su exquisito labio inferior. Eduardo se paró
imponente al frente del cuerpo de su hija, con ambas manos le levanto el rostro
para mirarla a sus azulados ojos, y le pregunto… -Karen!, …es verdad lo que me
ha contado Don Urias?, quiero escuchar de tus propios labios que Don Urias se
ha equivocado y que no fue eso lo que tú le contaste… La nena quería negar
todo, pero las palabras no le salían solo atinaba a mirar a su padre, como a la
vez quería pedirle perdón por las cochinadas que había hecho, pero estaba
bloqueada, no sabía qué hacer ni que decir, luego de un rato de silencio por
parte de todos los presentes Eduardo fue el que hablo, -Está bien hija! no
digas nada!, esto lo aclararemos al instante, diciendo esto último saco su
móvil y marco un número. Mientras Edu marcaba en su teléfono celular, en
aquella habitación solo se respiraba nerviosismo… -Alooo!!, Don Pricilo…si
estoy bien…Usted sería tan amable de venir a mi oficina, Ok lo espero. Una vez
que termino de hablar por teléfono le hablo a su mujer—Andrea ve por favor a
abrir la puerta de la terraza, miren que Don Pricilo nos vendrá a aclarar la
situación. Don Urias se sentó a esperar el desenlace de su plan, le quería ver
la acara a Pricilo cuando este se diera cuenta de que se trataba todo esto… Andrea
y Don Pricilo ya hacían ingreso al despacho de Eduardo, el vejete quien no se
había preocupado en imaginar de que se podría tratar esta extraña reunión solo
venía detrás de la mujer preocupado de dimensionar las perfectas formas del
culo de la señora Andrea, pero también cayó en un estado de conmoción al ver a
toda la familia reunida y con Don Urias haciéndola de ministro de fe. Karen
estaba que se orinaba por todo lo que se veía venir. Cuando Don Pricilo se
proponía a consultar del por qué era requerida su presencia en asuntos
familiares tan íntimos y que a él no le incumbían, fue silenciado por Eduardo
quien le hiso señas de que no hablara, el vejete comenzó a transpirar helado… -Te
lo preguntare de nuevo hija, y mirando a la cara de Don Pricilo repitió la
pregunta,-Es verdad hija que te acostaste con Don Pricilo en nuestra ausencia,
el vejete con solo haber escuchado esto último ya estaba a punto de cagarse en
los pantalones… Karen apenas pudo balbucear algo, pero aun así todos los
presentes escucharon la respuesta… -Ehhh…yo…no!…el me violooó!!, dijo
finalmente la nena…. El matrimonio se quedó mirando con cara de asombro y asco,
con el solo hecho de imaginarse a su propia hija siendo violada por tan
horrendo hombre. Don Pricilo al escuchar que le estaban “calumniando”, solo
atino a defenderse… -Queeeeeee? Como se te puede ocurrir decir eso de mí,
muchacha del demonio!!, ofenderme y humillarme de esta forma?? A miiii!!,
mientras decía esto último se pegaba fuertemente en el pecho,- Si fuiste tú
quien me provocooo, al ponerte esa diminuta tanga color azul !!, al escuchar
esto todos los presentes se miraban sorprendidos por las atrocidades que
estaban saliendo a la luz, - Imagínense todos ustedes!!, decía el vejete
apuntando con sus gruesos dedos a todos los presentes, -Que como yo podría
haberla violado!!, si desde que se fueron a su retiro la cuide como si fuese mi
propia hijaaaa!!, bufaba tapándose la cara con sus dos manos, -Y ahora me sales
con estoooo!! A miiiiiiiiii!! Que te miraba como si fuese tu propio padreeeee!!
…Si fuiste tú la que empezaste con puterías y me pediste a que te diera a
probar de mi Vergaaaa, cosa que yo no queriaaaaa, pero usando tácticas
mundanasss y de meretrices baratas me hiciste caer en el pecadoooo, y ahora me
dices que yo te violeeeeee!!, imagínense todos Uds., a miii!! Y viene la muy Perraaaa
y tan suelta de cuerpo a levantarme calumnias de esta formaaa?? Noooooooo, Nooo,
no señor, llamare a mis abogadossss y los meteré presos a todos ustedesssss!!
Me querían hacer una encerronaaa, pues no lo lograrannnnn, ya verannn, ya
verannn!!, decía desesperado y apuntando a cada uno de los presentes… -Don
Pricilo, intercedió Don Urias, -No se preocupe, Karen ya me dijo la verdad y es
exactamente como Ud. lo describe, es solo que está asustada y no sabe qué
decir, así que no hay motivo para que llame a sus abogados, la nena levanto su
llorosa mirada hacia Don Urias, no entendía que es lo que pretendía el viejo
acusete y cadavérico al decir esto, Don Urias continuo,-Además estoy muy seguro
de que ella lo admitirá para que la situación no empeore y salga a la luz de
toda la congregación esta lamentable situación… y quizás otras que aún no
sabemos, diciendo esto último con sus flacos dedos levanto el suave mentón de
la asustada chiquilla, para que entendiera bien a qué se refería, y para luego
continuar, - Que no harían más que complicar la actual y comprometedora
situación en que se encuentra la familia a causa de su propia culpa. -Andrea!
por favor llévate a esta criatura a la sala y no la dejes sola que podría cometer
alguna estupidez, y si te cuenta alguna barbaridad no le creas, en esta
situación inventara cualquier cosa para expiar su culpa… Andrea totalmente
espantada por todas las cosas que le había tocado escuchar sobre su hija con
aquel asqueroso hombre, solo atino a obedecer a Don Urias y sacar a Karen de
aquella habitación para que la cosa se arreglara entre hombres. Sniff!!...Snifff!!...Snifff
iba llorando la nena, mientras su exquisita madre la sacaba de la oficina de su
padre. Una vez que se quedaron a solas Eduardo en un arrebato de furia
incontenida quiso abalanzarse sobre el cuerpo de Don Pricilo, quien ya se había
puesto en posición de pelea, pero fue detenido por Don Urias quien le decía
para tranquilizarlo… -Quieto hombre!, esto lo arreglaremos como personas
civilizadas!, no sacas nada con culpar a este pobre viejo por los impulsos
lujuriosos del cuerpo de tu propia hija, quizás debiste educarla de una mejor
forma…recuerda que ella me lo conto todo, y tomándolo de los hombros lo condujo
a la pequeña terraza que había tras los ventanales del despacho de
Eduardo…-Toma un poco de aire, eso te calmara un poco y podrás pensar mejor las
cosas, mientras tanto yo hablare con Don Pricilo para buscar una forma de
arreglar toda esta situación… Una vez que Don Urias junto los ventanales y
dejando a un lloroso y desesperado Eduardo en la pequeña terraza, se llevó a Don
Pricilo a un rincón de la habitación, por unos momentos recordó las noches de
farra que ambos se habían pegado juntos desde la ves que por pura casualidad
coincidieron en un cabaret, uno casado con una de las viejas más mojigatas de
la congregación y el otro director de la misma. La sorpresa en aquella ocasión
fue total, pero desde esa ves y por muchos años fueron amigos y confidentes
inseparables, hasta que Pricilo sumido en el mundo de los juegos de azar
se fue alejando poco a poco del mundo de las putas, no porque no le llamase la
atención, si no que ya el dinero no le alcanzaba, en un principio Don Urias
invitaba, pero luego lo empezó a evitar ya que Don Pricilo cada vez hacia menos
esfuerzos para aparentar de los extravagantes gustos personales que era asiduo.
Luego se vinieron una seguidilla de préstamos solicitados por Don Pricilo a su
presidente; lo del dinero adeudado era lo menos que le preocupaba por esos
tiempos a Don Urias, pero sabía muy bien que un hombre apurado de efectivo
podía a lo mejor hablar cosas indebidas y esto a él no le convenía, tenía que
cuidar su imagen ya que su negocio de vendedor de moralidad le era muy
rentable. En esto fue sacado de sus nostálgicas evocaciones, por la porcina voz
de su ex compañero de putas… -Yo no le hice nada…la muy putita se abrió de
patas ella solita, jejeje, le aclaraba Don Pricilo a Don Urias ya un poco más
tranquilo, al verse a solas con el director de la congregación… -En realidad no
me interesa para nada a como se sucedieron las cosas, pero esta vez estuviste a
punto de cagarla Pricilo!, que pasa si te hubieran acusado de violación, y yo
no hubiese tomado cartas en el asunto… Don Pricilo lo pensó un poco para luego
responder… -Y que te metes tu flacuchento de mierda!! …Si yo sé arreglármelas
solo!!..Lo hubiera negado todo y punto!!, la pendeja ya es mayor de edad, si
solo hace un mes cumplió los 18 años, y además que la muy puta se calienta solo
con mencionarle la palabra verga!!, jejeje, y por ultimo poseo un video en Donde
ella sale solita pidiendo que le den hasta matarla!, jejeje. -No te creo!, algo
tienes que haberle inventado… -Bueno, la verdad es que igual tuve que domarla
un poquito, jejeje, no sabes lo apretadita que estaba la primera vez que le
revente la Concha, jejeje, deberías probarla Uritas, al principio se te mueve
despacito, pero cuando se calienta se menea como una verdadera ninfómana,
jejeje, a lo mejor yo puedo hacer algo por ti para que la disfrutes, y si
quieres te doy una copia del video y así quedaríamos pagados del dinerito que
te debo, jejeje, la hembrita bien lo vale, jejeje…. -Tal vez!,… a lo mejor más
adelante te cobrare la palabra, le respondió el director quien prefirió no
hacerle saber que el ya también había gozado del cuerpo de la niña, - Pero por
ahora necesito que me des una copia de ese video y que hablemos de negocios… -De
negocios?, pero si yo no tengo nada de dinero!!, justo estaba trabajando en
esta casa para reunir lo que te adeudo, jejeje, y luego me entretuve con esta
pend… -Habla más bajo y déjate de estupideces, le interrumpió, -Ambos sabemos
que no pensabas pagarme nada, le decía a la vez que miraba hacia la terraza en Donde
se encontraba Edu aun en estado de shock y pensativo…-Además que si hubiese
querido hacerte pagar solo me bastaba con hablar con algunos de mis
congregados, para que te manden a despachar, pero siempre me caíste bien y yo
no soy de los que se olvidan de los amigos, pero por ahora necesito pedirte un
favor y que creo que te vendrá muy bien… -Jejeje, siempre fuiste bueno para
negociar flacuchento, jejeje, dime para que te puedo servir y cuanto ganare yo
con esto, jejeje… -Escúchame bien viejo de mierda caliente,… y mirando hacia la
terraza para asegurarse de que Eduardo no escuchase la conversación, le soltó
su plan a un boquiabierto de Don Pricilo: -Yo me encargare de hacerle ver a los
padres de la pendeja, de lo muy puta que es una vez que ella se calienta, les
dejare en claro que ya no hay casamiento con la familia Almarza, a Don Pricilo
ya con solo escuchar esta parte del plan se le dibujaba su burlona sonrisa muy
característica en él, Don Urias continuaba diciéndole sus macabras intenciones,
-Y viendo lo muy estúpido e imbécil que es este Eduardo, le amenazare con la
expulsión de la congregación y todo por culpa de la ramera de su hija, además
le indicare que hare una reunión especial para usar el caso de su familia como
ejemplo , para que las otras no caigan en un error parecido… -Y Adonde aparezco yo en todas esas mamadas, jejeje,
preguntaba muy entretenido el vejete jardinero… -Espera hombre si yo ya lo
tengo pensado, decía Don Urias a la vez que se tomaba otro trago de whisky,
para aclarar su garganta,-Como a Eduardo no le parecerá que lo más íntimo de su
familia se ventile, yo le hare saber al muy estúpido que todo se solucionara
con el casamiento de su hija con el hombre al cual ella se entregó a los
placeres de la carne, o sea contigo!…que me dices… aceptas? Don Pricilo al ver
que en el plan que le acababan de poner en conocimiento él se tendría que casar
con la niña, no daba más de gozo, pero se calmó ya que no solo se conformaría
con tener a Karen para el solo y como esposa legalmente, debía sacar algún otro
tipo de dividendo de toda esta situación… -Y quién te asegura que sus padres lo
aceptaran, jejeje, si yo ni siquiera tengo casa, jejeje, además que seamos
sinceros, yo ya estoy viejo para esas mamadas, jejeje…. -Todo eso déjamelo a
mí!!. Tú no te preocupes… solo necesito saber si cuento con tu ayuda… -No
mamesss!!, flacooo!!, eres un genio…pero que pasa si yo me rehúso, jejeje… -Ya
estaba preparado para esto viejo maricon, interesado y mal amigo!!… de cuanto
estamos hablando?, dijo Don Urias sacando de su chaqueta una chequera y un
lápiz bañado en oro… -No puede ser!! Jamás!!, gritaba Eduardo a Don Urias, yo
no permitiré que mi hija se case con este hombre!!, si incluso podría ser hasta
su abuelo!!, exponía Edu, intentando evitar tener que casar a su hija con tan
ordinario vejestorio… -Sera viejo y un poco desalineado, contraatacaba Don
Urias, -Pero tu hija no lo pensó mucho para acostarse con él y abrirle las
piernas, imagínate Eduardo por Dios!! Si eventualmente esta criatura hasta ya
podría estar preñada de este hombre!!... Y de hecho por su deshonrosa conducta
ya no podrá acceder a casarse con ningún varón de nuestra comunidad y te lo
reitero si tu hija no se casa con Don Pricilo deberás abandonar la
congregación, tu sabes muy bien que así lo dictan nuestras reglas, además
piensa en el esfuerzo que hace el buen hombre al acceder casarse con tu hija,
que está claro que corre el riesgo de que al primer descuido le pongan los
cuernos a raíz del acalorado temperamento que ella ha demostrado tener… Además
que podrá mantenerla ya que goza de una buena pensión otorgada por el estado.
Esto último era mentira ya que el vejete nunca había tenido un trabajo en
serio, solo se había dedicado a los negocios y por su ya conocida afición a los
juegos este había quebrado en todos sus intentos… Don Pricilo estaba encantado
con el curso de los acontecimientos, si ese hombre flaqueaba, en poco tiempo el
pasaría a ser parte de la familia situación que le sentaba muy bien por la
cercanía que tendría con su futura suegra, solo esperaría a ver el resultado de
toda esta batahola… Finalmente presionado y atribulado por el oscuro futuro que
se le veía venir, Eduardo Zabala accedió, Karen su hija debía contraer Matrimonio
con aquel hombre con quien se había acostado a sus espaldas, miles de dudas y
remordimientos habían atacado al pobre hombre, pero con la astucia de Don Urias
quien le recordaba en cada momento con diplomáticas palabras de lo muy puta que
era su hija, poco a poco se fue auto convenciendo de que esta era la mejor
alternativa para salvar la imagen y el prestigio de la familia. Con el solo
hecho de pensar en el destierro de tan decente y conservadora congregación, sus
convicciones se veían vulnerables, no!! Se decía, ellos no podían abandonar la
hermandad y ser burla de las demás familias. Don Urias se encargó de hablar con
Don José, quien nunca pudo entender la abrupta decisión tomada por la familia
Zavala, Ignacio cayó en tal estado de angustia que lo mandaron por 6 meses a
unas islas caribeñas, y que no volviera hasta que no se le pasara la tontera… La
más afectada con todo esto del casorio era Andrea, quien le pidió a Eduardo
hasta que abandonaran la congregación pero que por favor no casara a su hija
con tan despreciable sujeto, ella no era de las mujeres clasistas ni mucho
menos, ni de las que marginaban o discriminaban por diferencias de clases
sociales ni nada de eso, pero era su hija, y la diferencia entre uno y la otra
eran más que claras y evidentes, y sumado que desde que supo lo de la violación
o acto sexual, como quiera que hubiese sido, no hacían más que asquearla y
choquearla emocionalmente. La simpatía que la rubia y hermosa mujer alguna vez
pudo haber sentido por tan abominable sujeto, viejo verde de mierda, se habían
transformado por un parido sentimiento de odio y rechazo hacia todo lo que
tuviera que ver con aquel repulsivo hombre, que más encima una vez casados
vivirían por un tiempo bajo su mismo techo, ya que Don Urias, había quedado en
buscar una vivienda digna para los recién casados. Sería solo por un tiempo de
tres a cuatro meses como mucho, había dicho el flaco director. A Don Pricilo le
mandaron a esperar la fecha de su matrimonio a la casa de un familiar ya que
todos temían que el vejete no se fuera a aguantar las ganas que le tenía a su
novia y le volvieran a faltar el respeto al decente hogar de los Zavala, si
esto iba a suceder que sucediera, pensaba Eduardo, pero casados. La
escandalizada y elegante mujer, al ver que la decisión ya estaba tomada y no
había nada que ella pudiera hacer para cambiar la situación, se propuso a jugarse
la última carta que le quedaba, tendría que hablar ella misma con Don Urias, ya
que él era el único que podría cambiar el curso de los acontecimientos. Karen
se lo había pasado llorando por toda una semana en su habitación, su padre le
había quitado la palabra y confianza por la magnitud de la falta cometida, y a
pesar de saber de qué ella misma era la única culpable de todo lo que estaba
sucediendo en su hogar, lentamente comenzaba nacer en su corazón un mal sano
odio hacia su padre, ya que lo culpaba a el de todas sus desgracias,
debido por sus mojigaterías y extremas normas de conductas, que no le habían
enseñado ni dejado aprender a advertir las peligrosas señales que podría haber
advertido en las calientes intenciones de cualquier caliente viejo que se le
hubiese acercado, el odio a su padre iba en aumento al ver y darse cuenta de
las estúpidas medidas paliativas que este tomaba para evitar su propia
vergüenza no pensando en ella y ni en su madre. Faltaba solo una
semana para este extraño casamiento, ya que Don Urias había aconsejado que lo
mejor sería que este se consumara lo antes posible. Había postergado su
encuentro sexual con Karen, total tendría tiempo de sobra para gozar de la
pendeja , ya que sabía muy bien que el Pricilo por muy casado que estuviese con
ella y por muy machista y celoso que fuera, con una buena suma de dinero en los
bolsillos se abría a todas las posibilidades. Hasta tenía pensado en un futuro
no muy lejano poder negociar con el buen Don José, ya que en sus intimas conversaciones
que tuvieron en los días de la junta anual, le había hecho notar lo buena que
estaba su futura nuera y como le hubiera gustado haber conocido a Andrea en los
tiempos de su juventud, conversación en la cual el viejo con cara de esqueleto
había estado a punto de confesarle a pepe, como lo llamaba cuando estaban a
solas y en confianza, que él había estado a punto de encamársela cuando ellos
andaban preocupados de los juegos artificiales, pero se contuvo ya que si ponía
en conocimiento al caliente de Don José que la hembra era suelta de tornillos
con alcohol en su mente y cuerpo, este se podría aprovechar de la situación y
ganarle el encamamiento con la rubia y casada mujer. Cuando ya solo estaban a
dos días de la ceremonia, Don Urias estaba en su oficina ocupado en su trabajo
diario, o sea no estaba haciendo nada, cuando su vieja asistente le anunciaba
que la señora Andrea Rojas de Zavala solicitaba audiencia con su persona, el
viejo ordeno que lo esperara un momento en el vestíbulo y que él la saldría a
buscar, luego fue a su baño privado se enjuago la placa dental con menta
refrescante, se perfumo con una de las mejores fragancias que había comprado en
Europa en sus últimas vacaciones, pensaba de que a lo mejor este era el tan
esperado y principal fruto que surtía de su siniestro plan, y una vez
recompuesto salió a recibir a su Diosa prohibida, que quizás ya venía dispuesta
a negociar con su cuerpo el impedimento para llevar a cabo el casamiento de su
hija con el hediondo de Don Pricilo. Ya en la oficina y una vez de haber
despachado a la secretaria para que se tomara la tarde libre, Don Urias
contemplaba las perfectas formas de Andrea, veía la falda tipo ejecutiva que se
había puesto para la ocasión, esas potentes piernas y esos muslos de concurso,
la blusa que se ajustaba perfectamente a su cintura que a la vez le apretaba
sus promontorios de carnes dejando adivinar la magnificencia y nacimiento de
sus enormes tetas, su cabello rubio tomado en una cola informal que dejaba caer
tímidos mechones de cabellos dorados a ambos lados de sus mejillas, el viejo
estaba eufórico, aquella mujer era un magnifico ejemplar de hembra hecha
para las altas esferas, si estuviera a la venta, él ya la habría comprado para
destinarla a su colección privada y clandestina, hasta que la rubia lo saco de
todas estas ensoñaciones quien ya una vez sentada, le soltó a lo que venía… -Don
Urias, necesito tratar un tema que para mí es muy importante, dijo esto con sus
prodigiosas piernas enfundadas en medias de seda muy juntitas y dobladas
hacia un lado de su cuerpo, el viejo director ya temblaba de nerviosismo, no
sabía el por qué Andrea lo hacía sentirse como un quinceañero ante la imagen de
la chica más popular de la clase… -Para mí siempre será un verdadero placer
atenderte Andrea, sobre todo después de lo que paso entre nosotros…, esta era
la primera vez que Don Urias se lo recordaba, y se lo decía clavando su hundida
mirada en los hermosos ojos color verde turquesa que poseía la bella fémina…. Andrea
se ruborizo en el acto, ella no venía a hablar ni discutir ese tema con él, por
lo que decidió ir al grano al instante para que el viejo no se desviara de la
conversación… -Se trata del casamiento de Karen y de Don Pricilo, este no debe
llevarse a cabo, si se trata de dinero solo dígamelo y yo se lo traeré, pero
por favor Don Urias, la voz de Andrea empezaba a quebrarse, - Si es verdad toda
la consideración que Ud. dice tenerme…, se lo ruego… impida ese
matrimonio…dígame que Usted puede impedirlo…Sniff… Don Urias al ver que a la
rubia no le duró nada esa imagen de mujer seria y altiva con la que había
ingresado solo hace pocos minutos, quiso aprovecharse de la situación, era
ahora o nunca… -Pero claro que puedo evitar ese matrimonio Andrea, le respondió
a la vez que se acercaba Donde la rubia estaba sentada,- Y no es necesario que
me pagues con dinero para que yo lo impida… es lo menos que yo podría hacer
siendo que eres tu quien me lo pide… La rubia clavo su verdosa y bonita mirada
ante la fúnebre presencia del hombre que había tomado ubicación al lado del
sillón en el cual ella estaba sentada, el mismo en Donde Karen se había
confesado con el tenebroso hombre… -De verdad?...lo dice de vedad?...consulto
una feliz e incrédula Andrea… -Claro que lo digo de verdad… Andrea se levantó y
se apretujo al cuerpo de Don Urias brindándole un afectuoso abrazo de
agradecimiento al ver que el hombre estaba dispuesto a ayudarla en sus
aflicciones, y que por lo visto también era de muy bien intencionado, por su
parte Don Urias también la abrazo efusivamente, ya se aprontaba a dar el tan
esperado y final paso que separaba su humanidad con el esbelto y poderoso
cuerpo de su diosa… -Desharé ese matrimonio ahora mismo, pero antes debo
pedirte un favor… -Dígame… en que lo puedo ayudar…solo dígamelo y yo le ayudare
en lo que Ud. necesita, le decía Andrea con total seguridad de hacer lo que ese
hombre le pidiese para devolver el favor que él le iba a hacer… Don Urias lo
pensó un poco, tenía que ser sutil con su amor si quería conseguir algo de ella
y de su cuerpo… -Mira Andrea, yo sé que estas enamorada de tu marido, y la
situación en que está metida tu hija es gravísima, el viejo tomaba aire, -Es
por lo mismo que yo intercederé… pero con una sola condición a la cual tu
deberás acceder, Don Urias sentía en sus manos las duras carnes de sus caderas
por sobre la tela de la falda que llevaba puesta la mujer, esta situación le
hacía recordar la noche en que ambos habían estado tirados en un frio bloque de
cemento y a punto de concretar el acto sexual. -Le escucho…, le respondió
Andrea, ya un poco preocupada por todos los rodeos que se daba el poderoso
director… -Bien! todo lo que te pido es… es solo una noche!…., se lo soltó por
fin. -No le entiendo!, le contesto la rubia separándose rápidamente del
esporádico abrazo en que se habían encontrado… -Una noche??...y una noche de
qué??... -Una noche de sexo Andrea, quiero que por toda una noche tú seas mi
mujer, te prometo que esto será confidencial y quedara solo entre
nosotros…además que tú sabes que yo te am… “Plafff” !!!… sonó la certera
cachetada que le llego a Don Urias en pleno rostro y si no es por que
rápidamente se llevó la mano a su boca, la placa dental hubiera saltado lejos
haciendo aún más humillante su situación ante la rubia y elegante mujer de 35
años. Andrea quedo casi enceguecida por la rabia e impotencia de haber sido tan
estúpida y el haber creído por un momento en las buenas intenciones de aquel
esquelético personaje, que no asumía que entre él y ella nunca existiría nada
de nada. -Olvídese de esta conversación!, le gritaba la rubia y decente mujer,
haga cuenta que nunca vine a esta oficina!... y le aclaro!, escúcheme biennn!!
Lo que paso en la junta anual fue un error!! Usted no me atrae para nada es
feooo y esquelético!! Métase eso bien en su cabeza viejo zopenco!! Y agarrando
su cartera camino decididamente a la puerta de la oficina con la clara
intención de largarse y nunca más volver por esos lares… -Entonces la puta de
tu hija se tendrá que casar con tu jardinerooo!! Eso quieresss!!, le recordaba Don
Urias, agotando sus últimos cartuchos para ver si con esto la hacía cambiar de
opinión… -Prefiero eso a tener que revolcarme con Usted!!, pero de mí no obtendrá
nadaaa!! Le queda clarooo???, Nadaaa!! Andrea no conforme con humillarlo de esa
forma y para hacerle ver las nulas posibilidades que el tenia para con ella,
remato diciéndole, mientras lo miraba de pies a cabeza…-Preferiría acostarme y
ser la mujer del viejo hediendo de Don Pricilo que volver a besarlo a
Ud.…Adiós!!. Plafff!!!, sonó el golpe de la puerta cuando la rubia y aireada
mujer abandono la dependencia. Don Urias quedo sobándose el adolorido pómulo en
que recibió la cachetada, de sus hundidos ojos brotaron lagrimas a consecuencia
de la reciente y peor humillación jamás vivida en su vida, se derrumbó en su
sillón y muy lentamente seco las lágrimas de su cara, para luego prometerse
para el mismo…-Se acabaron las consideraciones, que se creía la muy putaaa al
tratarlo de esa forma!!, si con solo tomarse unos tragos ya empezaba a ofrecer
la Perraaaa la muy perra calentona de mierdaaa!!, además se le había
olvidado a la muy Perra que él podía contárselo todo a su marido!!, Pero
Nooo!!, se dijo al final, Andrea se las pagaría como se debe, total con Pricilo
ya metido adentro de la familia las cosas se le facilitarían, solo tenía que
hacerle un buen sueldo a ese viejo maraquero y tendría al mejor de los aliados
para consumar la venganza, la cosa ya no era tan solo con Edu., ahora Andrea
también las tendría que pagar, y lo pagaría a la fuerza y de la forma lo más
humillante posible y con su cuerpo, dictaminaba, una vez que tomaba el teléfono
para discar a uno de sus bancos, solicito la apertura de una cuenta para el Sr.
Pricilo Tomisticles… y luego cito a este mismo para una urgente reunión de
trabajo… Llego el tan esperado día de la boda. El viejo Pricilo que estaba que
se moría por la calentura acumulada en esas dos semanas y por la ansiedad de
pegarle la mejor Cogida de su vida a la pendeja y todo bajo regla y al amparo
de la ley y con pleno conocimiento de sus padres, esto lo calentaban aún más,
ahora sí que la preñaría con todas las de la ley. Los invitados eran los
participantes más mojigatos de la congregación, que solo asistieron a la íntima
ceremonia efectuada en la casa de los Zabala, por expresa solicitud de Don
Urias. Karen y Don Pricilo unirían sus vidas para siempre, el viejo vestía tan
informal como lo hacía a diario, lo único diferente eran sus típicos zapatos de
charol color blanco que usaba para sus salidas a parrandear y una vieja
chaqueta de traje negra toda desgreñada, con esta pinta y con un vaso de
champagne, esperaba ansioso que el padre le entregara oficialmente la blanca manita
de su hija. Todo estaba listo y dispuesto, el oficial civil que los uniría en
matrimonio según las leyes de los hombres esperaba con sus documentos
dispuestos para que la feliz pareja solo los firmara; y con Don Urias al borde
de un ataque, por la ansiedad de que esto se consumara lo más rápido posible,
además que había sido pedido como padrino por parte del novio y de la novia al
mismo tiempo. Andrea se encontraba en un rincón de la sala, vestida
apeteciblemente con un soberbio vestido color amarillo que se ajustaba a su
esbelta cintura en forma exquisita, a la vez que dejaba ver una buena parte de
aquellos suaves muslos que se adivinaban, solo esperaba el desenlace de esta
farsante equivocación que se estaba celebrando con pleno consentimiento de su
marido, estaba claro que su hija había cometido un error gravísimo, pero con
esta situación estaban prácticamente lapidando su futuro, y ella no podía
interceder, ya que si lo hacía Don Urias podía abrir su bocota y ahí sí que
serían aún más graves los acontecimientos, la rubia estaba desesperada. El tío
Eulogio al tomar conocimiento de la falta cometida por Karen, y que más encima
se iba a casar con tal ordinario hombre, le había vuelto las espaldas, ni
siquiera quiso ser partícipe de esa ceremonia bufonesca y le dijo a Andrea que
podían contar con él para cualquier tipo de otra cosa o ayuda, pero que por
favor no lo volviera a llamar para comentarle estupideces. Cuando a Karen ya la
estaban terminando de vestir para su matrimonio al interior de una de las
habitaciones, fue visitada por Don Urias quien le solicito a las mujeres
encargadas de esta tarea que por favor lo dejaran a solas por unos minutos con
la novia y al momento en que se quedaron solos, este quedo boquiabierto al
estar frente a la viva imagen de una virgen, con un vestido de gaza
blanca tan alba como la nieve, que se entallaba en su figura haciéndola ver
inocentemente exquisita; con su negro-azulado cabello tomado tan tirante como
los que usaban las bailarinas de ballet, con un arreglo color blanco tomado al
pelo en reemplazo de algún velo, hasta que el viejo una vez superado este
trance le dijo… -Escúchame bien pedazo de Perra, ahora vas a salir y te vas a
casar con Pricilo, así que no quiero problemas, el viejo no se cansaba de
admirar su belleza, en un momento pensó en llevársela a un sillón y Cogérsela
antes de la ceremonia, pero recapacitó ya que podrían ser sorprendidos y hasta
ahí no más llegaría con su plan, además que estaba reservando sus fuerzas y
acumulando sus chorreadas de semen para la inauguración de Andrea que se
aproximaba a paso lento pero seguro, así que prefirió seguir dándole
instrucciones,- Recuerda bien puta! Tú me perteneces y si hoy te estás
casando con Pricilo es porque yo lo decidí así, me entiendes? Le pregunto a la
vez que la tomaba rudamente desde su cintura y la apegaba a su largo y
deformado cuerpo… -Sii, entiendo! le dijo Karen asustada ya que notaba el fuego
que ardía en aquella hundida mirada… -Así me gusta putona, y no te preocupes ya
que yo arreglare todo para que podamos seguir Cogiendo, por ahora atiéndeme
bien a Pricilo ya que desde hoy día legalmente el también pasa a ser tu
dueño, pero recuerda!, tu verdadero dueño soy yo!! Y cuando quiera puedo hacer
que este matrimonio se disuelva, está claro!!, termino diciendo el abominable
hombre… -Siii, me queda clarooo, dijo Karen ya asustada con solo verle la
huesuda cara al horrorifico sujeto… Don Urias para terminar la tomo fuertemente
de sus sedosas nalgas apretujándola con su semi erecta verga para que ella se
la sintiera, a la vez que le asestaba un feroz beso en la boca, el cual fue
correspondido por Karen, ya que estas aclaraciones la confundían y ya casi
aceptaba que desde este día se debía a los calientes deseos de dos viejos
distintos. Se abrieron las puertas de la sala y todos los presentes vieron
salir a la virgen Doncella, que en el semblante de su cara dejaba notar
claramente su estado emocional mezcla de miedo, turbación y nostalgia, las
viejas que la habían ataviado la miraban con ternura y con ojos llorosos desde
la habitación en que la habían vestido, hasta Don Urias sintió arrepentimiento
de lo que estaba a punto de suceder, por un momento había deseado ser el mismo
quien se iba a casar con aquella atractiva joven, que ya en una oportunidad
había disfrutado a plenitud con sus curvilíneas formas. Eduardo la tomo de su
mano y con seguridad la guio a Donde la esperaba su ya desesperado novio quien
sentía las tremendas ganas de despachar a toda esa gente y meterle la verga ahí
en la misma mesa en Donde los iban a casar. Andrea quien se encontraba al fondo
de la sala, ya que como se dijo anteriormente no quería ser partícipe de ese
estrafalario casamiento, sintió cuando una alta figura se posaba a su lado, y
con reales sentimientos de odio se dio cuenta que era la siniestra presencia de
Don Urias quien venía a presenciar la ceremonia junto con ella una vez que
comprobó que la posición en que se encontraba la rubia era propicia para
hacerle ver el comienzo de su venganza, y al amparo de que todos los ojos
estaban puestos en la hermosura y candidez de la novia, descaradamente la tomo
por su cintura a la vez que le decía en vos baja… -Quieta Perraaaa!!, porque si
haces algo estúpido aquí mismo y delante de todos le digo a Eduardito que en la
junta anual casi te Cojo, así que solo sonríe para no levantar sospechas… La
rubia y elegante mujer quedo petrificada con las chantajistas palabras de Don Urias,
pero sacando fuerzas de flaqueza quiso darle a entender que ella no le tenía
miedo, por lo que le contesto… -No creo que Ud, sea capaz de hacer eso, además
que si lo hiciera perdería su reputación… -No me interesa lo que tu pienses de
mí… ni mi reputación! además que te di muchas oportunidades para que esto fuese
a la buena, pero ya me aburrí de hacer mamadas sentimentalistas, además que se
nota que el imbécil de tu marido es asexuado, míralo! En vez de estar aquí
contigo, está parado como los idiotas allá adelante, dejando que cualquiera
venga y te manosee, y diciendo esto último comenzó a bajar su mano para
comenzar un suave magreo en las rotundas nalgas de Andrea, quien al sentir los
ya conocidos y delgados dedos del hombre tomar posesión de una buena parte de
su culo, no fue capaz de oponer resistencia para no armar un escándalo ante
todas esas gentes de sólidos conceptos morales y éticos… -Por favor Don Urias
no lo haga, déjeme rogaba la rubia sintiendo las fuerzas en que la tenía
abrazada y asida de una de sus nalgas… -No!, no lo hare, si quieres grita y
aquí mismo destapamos la olla, le decía el viejo flaco y degenerado… -Pero que
pretende Ud. con todo esto?, yo ya le dije que entre nosotros nunca existirá
nada… -Si, si existirá, y te sorprenderás cuando veas que tu solita me pedirás
que te de verga… -Yo… yo no hare eso con Ud., le contesto a la vez que sintió
como ahora el viejo metía su mano por debajo del vestido para sentir las
tibiezas de sus carnes y comenzar a jugar con la tela de su femenina ropa
interior… -Fue lo mismo que me contesto la puta de tu hija, antes de que me la Cogiera,
y a los minutos termino Cogiendo en pelotas y como enajenada…jajaja… Andrea
quedo horrorizada con lo que escuchaba, esto no tenía nombre, una cosa era que
a su hija la hubiera violado Don Pricilo o que sencillamente ella se haya
acostado con él por voluntad propia, pero otra muy distinta era que también
haya sido manipulada por este horrendo hombre, no podía ser, esto lo estaba
diciendo solo para molestarla a ella… -No, no le creo…Ud. miente!…alegaba
mientras ahora le sobaban el culo con más ahínco… -Si no me crees pregúntaselo
a ella misma, o si tienes dudas te doy los teléfonos de todos los jóvenes que
salieron a la obra benéfica, y consúltales si andaba Karen con ellos, y cuando
tengas la respuesta, pregúntate a ti misma en que estuvo toda la noche que no
pudo llegar a dormir a la casa, y recuerda bien, que fue el buen Urias el
que te la vino a dejar al otro día…lo recuerdas? Andrea recordaba perfectamente
que había sido él quien la fue a dejar a su casa aquel día Lunes, la rubia
estaba consternada con lo que estaba escuchando, la situación, la presión del
momento la tenía choqueada, no sabía si creer o no, y fue cuando sintió que Don
Urias ahora no conforme con manosearla le estaba bajando muy disimuladamente su
pequeña Tanga , gruesas lagrimas afloraron en sus hermosos ojos verdes, era el día del casamiento de su hija con hombre mucho mayor que ella y
asquerosamente feo, y a ella, a su propia madre, la esposa de Eduardo Zavala,
la estaban manoseando con total descaro otro tenebroso y horrendo hombre que en
este momento le estaba bajando sus propia ropa interior en las mismas narices
de su ausente marido, sin que ella fuese capaz de detenerlo. Sintió cuando su
pequeñísima prenda interior se deslizo y fue a caer junto sus pequeñísimos
zapatos y fue cuando volvió a escuchar la grave vos de aquel monstruoso hombre
amigo de su marido… -Así me gusta Perraaaa!, que te quedes quietecita y mansita
cuando estas al lado de tu dueño!, ahora quiero que te agaches y me des lo que
me pertenece… Andrea lo miro con una profunda cara de odio, resolvió que no le
creía nada de lo que le decía, pero ella no quería hacer aún más vergonzosa la
situación por la que estaba atravesando su familia, así que no le quedó más
remedio que acceder a las descolocadas solicitudes de ese hombre y como pudo se
agacho para no levantar sospechas y le paso a Don Urias su perfumada prenda
interior… -Es Usted un miserable, le dijo, a la vez que muy decidida daba media
vuelta con el objetivo de retirarse, para sentirse nuevamente atajada por el
hombre, quien se acercó a sus oídos y le dijo… -Adonde crees que vas putona!, veras la ceremonia a mi
lado, o si no aquí mismo te levanto el vestido y les muestro a todos lo cerda
que eres y que además estas a Conchita pelada y que yo tengo tu Tanga , jajaja,
quieres eso?… Andrea no supo que decir ni que contestar, lo que si supo es que
se tendría que quedar al lado de ese infame vejestorio, si es que no quería
humillar aún más a su familia, cuando de pronto sintió la vos de su
esposo que la venia a buscar… -Por Dios Andrea como es que te escondes así en
el casamiento de tu hija!, vamos hacia adelante, y al ver con quien conversaba
animadamente su mujer, no pudo sentir más que alegría, para luego invitar,- Don
Urias!, por favor acompáñenos Ud. también, este es un día muy importante para
nosotros y Usted es como de la familia, además que es el padrino, nos
acompaña?, termino diciendo el incauto de Eduardo… Don Urias lo miro sonriente
para luego cerrarle un ojo a Andrea, como corroborándole lo estúpido que era su
marido, a la vez que delante de Eduardo se llevaba la fina prenda interior de
Andrea a sus narices, diciendo, -No te molesta que este en todo lo que dure la
ceremonia con mi fino pañuelo en las manos, es que estoy un poco resfriado… -Para
nada Don Urias, lo importante para nosotros es que Ud nos acompañe, no es así
Andrea? Andrea ya no contesto nada, sentía impotencia de ver y darse cuenta que
Don Urias no sentía ni el más mínimo de respeto y verdadera amistad hacia con
ellos y le apenaba aún más la ineptitud de Eduardo para no darse cuenta de
ello, y con ella a Conchita pelada y con su propia Tanga en las flacuchentas manos de Don Urias, todo
esto estaba puesto patas arriba y con su marido llevando el estandarte de los
estúpidos, no le quedo más opción que estar en primera fila y al lado de Don
Urias que cada ves que podía le hacía sentir los leves roces de sus manos en
las suavidades de cualquier parte de su cuerpo. La rubia estuvo distante toda
la ceremonia, sus pensamientos estaban en lo que le había confesado Don Urias,
seria cierto que Karen también se haya acostado con él, estaba dudosa, pero lo
tendría que averiguar, y lo que no la dejaba tranquila era estar casi segura
que este horripilante viejo la quería chantajear, estaba desesperada, ya no
podía ni siquiera contar con la ayuda de su tío. Pensaba en Eduardo, tal vez
debería sincerarse con el pero no sabía si él le creería a ella o a Don Urias,
estimo que esto último seria los más probable, no tenía salida tal vez…tal
vez…, pensaba la atribulada mujer, pero no encontraba la respuesta… Hasta que
el tan esperado momento por el viejo Pricilo llegó, sintió la delicada manita
de Karen unirse a la suya y juntos se encaminaron hacia Donde estaba el oficial
que los casaría, que aun incrédulo esperaba la aparición del novio, ya que el
abuelito que traía a la novia tomada de la mano se podía cansar, pensaba el
pobre hombre, hasta que la misma vos del vejete lo hiso entender cuál era la
situación… -Y qué esperas pendejo!! Anda y cásanos!, no hagas esperar más a mi
mujer!, mira que ha estado todo este tiempo soñando con este momento, jejeje…
Karen solo miraba fijamente hacia cualquier parte de la estancia. Luego de un
discurso de unos 10 minutos por lo menos, en Donde el oficial nombraba todas
las cláusulas que exigía la ley para la celebración del matrimonio como
propiamente tal, llegó la pregunta principal: - Tu Pricilo Tomisticles…, ¿aceptas
por esposa para toda la vida a la señorita Karen Zavala Rojas, para amarla y
respetarla en toda forma posible… y hasta que la muerte los separe?, -Si
acepto, contesto el vejete cruzando los dedos de su otra mano… -Y tu Karen
Zavala Rojas, ¿aceptas por esposo…bla, bla, bla,… a Pricilo del
Tomisticles…bla, bla, bla,…hasta que la muerte los separe?... El silencio se
tomó por asalto a toda la sala completa incluyendo a las gentes ahí reunidas,
Karen ni hablaba, por un momento miro a su padre que la observaba con mirada
distante e indiferente, su odio hacia el crecía por cada día que pasaba, luego
miro al hombre que estaba a punto de desposar, sus azulados ojos se toparon con
las asquerosas verrugas de su cara que la hicieron recordar todas las cogidas
que ambos se habían mandado y que eran las principales culpables de lo que
ahora le estaba sucediendo, por lo que pensó que a lo mejor ella había nacido
para esto y para este hombre, además Don Urias había sido claro y enfático:
“Escúchame bien pedazo de Perra, ahora vas a salir y te vas a casar con
Pricilo, así que no quiero problemas”… El oficial civil quien ya daba gracias a
Dios al ver que esta jovencita se había arrepentido a último minuto, así el ya
no sería participe de semejante maldad. Pero casi se pone a vomitar cuando
escucho claramente la voz de la muchachita… -Si Acepto!!… Ahora todos los
presentes murmuraban en aquella sala, y una vez estampadas las firmas de ambas
partes, el oficial civil no tuvo más remedio que terminar su discurso con el
típico… -Con el poder que me confiere el Estado de…bla,bla,blá, y según el
artículo tanto, del inciso tanto… bla,bla,blá,… los declaro marido y mujer, y
dirigiéndose con cara de asco hacia Don Pricilo termino diciéndole, ..Puede
besar a la novia!!… Entonces el vejete giró volteando hacía Donde estaba Karen
que aún no dimensionaba la estupidez que acababa de cometer, y con una
siniestra y lujuriosa mirada que le realizo a todo su delineado cuerpo, a la
vez que miraba a todos los invitados dedicándoles una burlona risa de triunfo,
dejando ver a todos los presentes sus putrefactas encías, se lanzó sobre ella
con un gruñido de fiera enardecida, aplicándole como ya lo había hecho antes y
en otras circunstancias, furiosos besos en la boca y con lengua, como si se la
quisiera comer delante de todas aquellas personas. Sin embargo Karen no oponía
ni siquiera una mínima resistencia, en ese momento parecía una muñeca de trapo,
dispuesta a cumplir con su compromiso de mujer recién casada y de hembra
sumisa, también recordaba las sórdidas palabras de su otro dueño y las órdenes
impartidas por este: “por ahora atiéndeme bien a Pricilo ya que desde el día hoy
legalmente él pasa a ser también tu dueño”, sacrificio a través del cual
se entregaría en cuerpo y alma a este sátiro degenerado, que ahora tenía por
esposo. Mientras Karen seguía siendo besada salvajemente por su esposo, todos
los presentes les dedicaron un aplauso a la pareja de recién casados, todos
aplaudían menos los padres de la novia, Eduardo se hiso el desentendido y miraba
para cualquier parte, Andrea por su lado, se tapó su cara con ambas manitas,
para ocultar su impotencia por no haber podido hacer nada para salvar a su hija
de tan abominable sujeto que ahora odiaba con todas sus fuerzas, el mismo tipo
de odio que sentía por el viejo lúgubre de Don Urias, quien en estos mismos
momento le mantenía una de sus flacas y heladas manos perdida en la rajadura de
sus suaves nalgas, amparado por la aglomeración de los invitados. Sus lágrimas
de tristeza bañaban toda su cara por haber sido testigo de tan vil ceremonia Matrimonial
en Donde su hija se había casado con un
infame hombre ordinario y vulgar que se había aprovechado de su inexperiencia,
se sentía sola en una casa de extraños, a su marido por primera vez lo miraba
como a un perfecto desconocido, era un imbécil!!, pensaba y si decidió no
largarse en ese mismo momento de esa extraña casa llena de locos fue por no
dejar sola a su hija, el fuerte vozarrón de Don Pricilo la saco de sus tristes
cavilaciones, como también hicieron que la mano de Don Urias abandonaran las
carnes de su bien formado culo… -Bien!!, agradezco la presencia de todos
ustedes, jejeje, pero yo con mi esposa nos retiraremos a nuestras habitaciones
ya que debemos consumar el matrimonio, jejeje, decía el viejo fresco y sin
vergüenza, -Mis suegros los atenderán, sírvanse lo que quieran y siéntanse en
su casa, jejeje, y tomando a Karen en sus brazos salió en dirección a su
cabañita de madera. Si!! Esa misma!!, la que está justo al fondo del patio… Una
vez que se encerraron en la lujuriosa cabaña de madera, Karen fue lanzada al
viejo catre de Don Pricilo en Donde nuevamente se la volverían a Coger, los
broches de presión con los que el vestido de la sexi y candorosa novia cerraban
su delineada figura, fueron fácilmente abiertos por el forcejeo con el que
nuevamente era besuqueada por el vejete, el cual salió volando por los aires
como a la vez sus diminuta Tanga y corpiño fueron arrancadas de dos zarpazos,
quedando la nena tal como Dios nos la envió a nuestro mundo. Karen no se dio
cuenta en qué momento el hombre se había quitado todas sus ropas, y cuando
parecía que por fin Don Pricilo le daba un respiro a su víctima, el ardoroso
viejo se colocó sobre ella apuntalando la hinchadísima y dura punta de su
tranca para empezar a forzar la apretada e íntima rajadura de la Vagina de la
jovencita. El viejo empujaba y empujaba, y con solo verle su angelical carita
toda despejada y con su cabello tomado mostrándole sus bellas facciones en todo
esplendor, al vejete más se le agrandaba la verga. Karen ya se había abierto de
patas lo que más se podía, para entregarse a su marido, tal como se lo había
solicitado Don Urias, pero la penetración no tenía éxito, esto enardecían aún
más al caliente vejete, quien al ver que le costaba metérsela se ubicó entre
medio de las bellas piernas abiertas de la niña con la sola intención de
chuparle la Concha y lubricarla,
colocó su rostro sobre el vientre de ella y empezó a besar y acariciar
con su lengua desde el ombligo camino hacia abajo, hasta que la jovencita tomó
la cabeza de su macho y lo fue guiando hasta posarlo ella misma justo al centro
de su ya caliente y jugosa rendija amatoria. Karen al sentir la caliente lengua
de su viejo marido al interior de su tajito, dejo caer su rostro despejado
hacia un lado de su cuerpo con una calentona y sumisa expresión de placer
anticipado, muy lentamente comenzó a menear sus caderas al ritmo que le lamian
su pequeña hendidura. El estar en estas condiciones, desnuda con el
horripilante vejete, y a sabiendas que en unos cuantos minutos se la iban a
Coger en Donde solo a unos cuantos metros se encontraban sus padres y con
muchos invitados, inevitablemente la comenzaron a calentar, por lo que ya
levemente comenzaba con los gemidos de auténtico placer que poco a poco irían
en aumento, eran los primeros de esa tarde. Don Pricilo aplicaba su lengua de
arriba hacia abajo, de vez en cuando dibujaba con la punta de su gruesa lengua,
la forma del pequeño clítoris haciendo desquiciantes círculos alrededor de este
pequeño órgano femenino, mientras la nena ya estaba siendo atacada por las
exquisitas correntadas eléctricas que este viejo sabía muy bien como despertar
en su cuerpo, hasta que el néctar vaginal de la dulce Karen fluyo desde el
interior de su Concha desparramándose
por los gruesos labios de su marido, quien sabiamente los desparramaba con su
lengua por alrededor de la casi lampiña vagina de su nueva y joven esposa. El
viejo nuevamente volvió a acomodarse sobre los tibios muslos de su joven mujer,
aun conservando en sus labios las liquidas y vaginales muestras de la lujuria
de su dueña, que habían sido extraídas desde el intimo interior del cuerpo de
ella, por lo que volvió a apuntalarse en la erótica entrada intima de la nena,
ahora le mando unos bestiales empujones que casi la partieron en dos a la pobre
recién casada, consiguiendo penetrar con éxito y en su totalidad su enorme y
gruesa tranca de burro. Estaba enterrado por completo y hasta la raíz en el
tibio vientre de la frágil y bella joven, Don Pricilo se sentía inflamado de
amor y calentura. -Aaaayyyyyyyyyyyyyyyy Aaaayyyyyyyyyyyyyyyyy
Aaaayyyyyyyyyyyyyyyy!!!, fue el desgarrador y fuerte alarido que dio la
adolorida mujer cuando sintió nuevamente en sus carnes la irrupción de esa descomunal
tranca de animal que le estaban metiendo y que ya era conocida para ella. -Que
pasa putitaaa! Ya te habías olvidado del grosor de mi trancaaa??, le
preguntaba el triunfante viejo al verse nuevamente encajado en aquel femenino
cuerpo, -Vamos contestaa putaaa!!, Termino diciéndole el miserable quien le
arrojo uno de sus asquerosos escupos que dio certeramente en el interior de la
boca de Karen cuando estaba gritando, a lo que a ella no le quedo más opción
que tragárselo para poder continuar con sus gritos de dolor a modo de
respuesta… -Aaaahhhhhhhhhh! Aaaahhhhhhhh!! Aaaahhhhhhhhhh!!!, Aaaahhhhhhhhhhhh!!!!,
aumentaban los fuertes alaridos de la hembra tras cada embiste que le
propinaban a su cuerpo. Karen a pesar del inmenso dolor al cual fue sometida su
vagina, se sintió como en un sueño, experimentó las ricas sensaciones de dolor
mientras la perforaban empujón tras empujón, los cuales ella agradecía
manteniendo sus poderosas piernas bien abiertas y aportando con desquiciantes
gritos de placer por cada estocada que le envainaban al interior de su
curvilíneo cuerpo. Los salvajes movimientos que ya conocía muy bien la nena, no
cesaban ni le daban tregua, y de pronto su esposo ya la culeaba de la forma que
tanto le gustaba a ella, Don Pricilo aceleró los trabajos de apareamiento, con
poderosas y rítmicas embestidas, aferrándose a la tierna figura que yacía bajo
él. Luego la apretó con un poderoso abrazo, e impulsándose hacia delante como
queriendo sacarle su tranca por la boca, le daba profundos apuntalamientos como
si realmente quisiera matarla, los gritos de Karen eran placenteramente
desgarradores, hasta que el caliente y horripilante hombre descargo todo el
semen acumulado para ella en el transcurso de las dos semanas de espera. De
nuevo la jovencita sintió una caliente chorreada de potro en celo que se dejaba
sentir a todo lo largo de ese anchuroso miembro que tenía encajado
profundamente en su cuerpo y que lo sentía hasta la altura de su ombligo, se
daba cuenta que el hombre descargaba sus mocos tan adentro de ella que
sentía como las rociadas de esa bestial eyaculación se estrellaban uno tras
otro contra sus órganos internos. El acto principal por fin había sido
consumado, y Don Pricilo permaneció enterrado sobre su esposa con su verga tan
erecta como cuando empezó la faena, resoplando su respiración con desesperados
bramidos de macho recién satisfecho. Todas las visitas incluyendo a los padres
de la recién casada, escucharon como Don Pricilo había hecho gozar a gritos a
la tierna y joven mujer. Los invitados huyeron escandalizados de aquella
lujuriosa e indecente casa, Don Urias ya satisfecho al comprobar que Pricilo
estaba atendiendo a la muchacha tal como ellos habían acordado se despidió y se
fue, dejando a los padres de esta solos y escuchando los continuos gritos de
placer que su hija daba por cada uno de los siete coitos que le pegaron en el
transcurso de esa tarde y noche. Don Urias antes de retirarse se despidió del
matrimonio con sendos abrazos y palmoteadas en las espalda entre los dos
hombres, con un mismo efusivo abrazo se despidió de Andrea diciéndole que
pensara en lo que habían conversado a la vez que le daba una fuerte
olorosada a su propia Tanga una
vez que decía esto último, hasta que por fin se retiró para buena suerte de la
rubia. Pasaron días y días, Andrea casi no veía salir a su hija al patio de la
casa, los recién casados se la pasaban encerrados, y las únicas ocasiones en
que escuchaba la vos de su hija era cuando la pareja se dedicaba a procrear,
además que la rubia pensaba que a la pobre de Karen en vez de hacerle el
amor la estaban descuartizando, por los bramidos y alaridos de dolor que
a ella le parecían escuchar. En un principio pensó en hablar con Eduardo para
que intercediera en favor de su hija porque al parecer estaba recibiendo malos
tratos por parte de su marido, y ella como madre estaba preocupada por su hija,
pero al notar el poco interés que este mostro aduciendo que en los problemas de
casados no hay que meterse, se decidió a espiarlos para mantener a ese viejo
sin vergüenza a raya si es que se estaba propasando en los tratos, además que
aun vivían en su casa. Habían ocasiones en que ella podría jurar que a su hija
la estaban golpeando, pero luego la veía muy risueña salir a prepararle algo
para comer a su hombre, o como se besaban como enajenados contra las murallas
de la cabaña para luego ver que era su Karen la que invitaba al hombre llevándoselo
al interior de la habitación, o de las veces que los veía en las tardes cuando
juntos salían a fumar y a beber cerveza, si Eduardo se enteraba de eso no le
iba a gustar para nada la situación, pero prefirió guardarlo en secreto, aún
mantenía ciertos códigos de lealtad hacia su hija, no le importaba lo distante
que estaba desde el día en que se casó con aquel odioso hombre que en un
principio había llegado a trabajar de jardinero y que ahora irónicamente era su
hijo político. También la situación con Don Urias precia haber quedado en el
olvido ya que después del matrimonio de su hija no había vuelto a saber de él,
salvo lo normal en la relación congregacional entre su marido y el, esta
situación la hicieron bajar la guardia, y ya estaba convencida de que lo dicho
por Don Urias entre él y su hija solamente eran patrañas de viejo caliente. Lo
que no sabía la rubia era de que Don Urias en lucrada confabulación con su
“yerno” ya tenía todo preparado para su venganza, la iban a hacer caer y
tendría que caer feo, era solo cuestión de tiempo y de la astucia y empeño que
le pusiera Don Pricilo, ya que este no estaba muy de acuerdo en compartir a su
joven mujer, pero todo era conversable si había una jugosa suma de dinero de
por medio, además que si la cosa no resultaba, simplemente las violarían y
asunto cerrado, echarían a Eduardo de la congregación por la culpa de las putas
que tenía por esposa e hija, y Karen se tendría que quedar con Don Pricilo por
ser su esposa legal, y por ende entre los dos la llenarían de hijos, y el con
dinero en los bolsillos, que mejor, pensaba el vejete. Las cosas en la decente
casa Zabala estaban más calmadas, lo único que alteraba la paz del hogar eran
los gritos placenteros de Karen que se mantenían hasta altas horas de la
madrugada, situación que tenían desvelada a Andrea, Eduardo se había comprado
protectores de audición y tomaba pastillas para dormir para no tener que
escuchar los lujuriosos gritos de placer que su hija daba por las noches, y por
esta misma situación estaba más que claro que el inepto de Eduardo ya se le
había olvidado que tenía mujer, Andrea ya había perdido la cuenta del tiempo en
que su marido no la tocaba por las noches, pero para ella inconscientemente
esta situación era normal en su relación matrimonial. Don Pricilo por su parte
estaba encantado con la fabulosa luna de miel que se estaba dando con tan
suculenta y joven hembra en la misma casa de sus suegros, por ahora solo
esperaba las ordenes de su jefe, aun no entendía muy bien qué sentido tenía
todo esto para Urias, si el casi no tocaba parte de toda esta situación, ya que
en el plan él sería el primero en disfrutar el cuerpo de Andrea, e incluso se
extrañaba que todavía no le pidiera prestada a su joven esposa, solicitud que
aunque a él no le gustaba mucho que digamos, tendría que acceder ya que más
encima el bueno de Urias ahora le tenía una cuenta corriente, además de haber
saldado sus últimas deudas de juego, pero bueno!, él estaba viviendo el día a
día y tenía que aprovechar. Pero el viejo aun recordaba la promesa que se había
hecho, nunca había imaginado que iba a terminar casado con Karen, pero a pesar
de lo mucho que le gustaba yacer junto a su desnudo cuerpo de Diosa, sabía que
ya iba siendo hora de encamarse con la madre, porque independientemente a lo
solicitado por Urias, el igual iba a hacer lo imposible por acostarse con ambas
mujeres y tendría que ver la posibilidad de dejárselas para él solito, jejeje!!
Reía cuando solo se imaginaba la situación. Pero la hermosa Andrea se
estaba haciendo la difícil, no le dirigía la palabra a ninguna hora del
día. Cuando él la veía sola en el jardín salía con cualquier pretexto para
entablar algún tipo de conversación , pero ella con solo verlo caminaba hacia
al interior de la casa moviéndole ese gran pedazo de hermoso culo que ya lo
tenían como desesperado, y daba un sonoro portazo para que el notara que ya no
era bienvenido, por lo menos por parte de ella, al parecer tendría que esperar
el vamos de Don Urias, ya que si esto no resultaba y para consuelo de ambos la
tomarían a la fuerza. Fue Karen quien poco a poco comenzó a tener más comunicación
con Andrea, hubieron momentos en que la niña daba el aspecto de seguir siendo
la misma dulce muchacha que había sido antes que sucediera toda esta tragedia,
situación que hiso que gradualmente Andrea muy a su pesar comenzara a dirigirle
la palabra a su “yerno”, pero siempre manteniéndolo a raya… Una mañana en que Don
Pricilo había quedado de ir a realizar unos trámites solicitados por Don Urias,
ya que estaban preparando un viaje al extranjero con Eduardo, en el cual se
ausentarían por 15 días, Andrea se levantó solo en bata de dormir sabía que su
hija estaba sola por lo que la sorprendería con un apetitoso desayuno y así
podrían conversar, ya había pasado mucho tiempo que no lo hacían. Dejo todo
preparado en la mesa del comedor y se propuso a ir a despertarla, apenas abrió
la puerta de la terraza observo que la puerta de la cabaña estaba entreabierta,
por lo que pensó que su hija ya estaría levantada, así que se encamino con toda
seguridad hacia la cabaña, y cuando al llegar a esta y se asomó para poder
entrar, quedo casi paralizada ante las satánicas y depravadas visiones que se
plasmaron en el verde de sus ojos. Vio a su hija totalmente desnuda, de
rodillas en el suelo con una tremenda cosa de carne embutida en su boca…Luego
de mirar por un buen rato sus ojos y mente le explicaron que aquella repugnante
masa pulposa y carnal en forma alargada que su hija mantenía ensartada en sus
labios, era el pene de Don Pricilo, este que también se encontraba desnudo al
igual que ella, la tenía firmemente agarrada de sus cabellos dirigiendo la
maniobra de succión con bruscos movimientos de caderas. La consternación en la
mente de la recatada mujer era total, ella nunca había visto las desnudeces de
nadie, pero ahora acababa de observar el desnudo y hermoso cuerpo de su hija,
junto al de un horripilante viejo de 63 años, también completamente desnudo y
haciendo ambos cosas que no estaban en sus conocimientos…que estarían
haciendoooo?, se volvía a preguntar… o a lo mejor se la estaría chupandooooo?? Creyó
alguna vez escuchar ciertas cosas que hacían hombre y mujer en la intimidad,
pero siempre lo vio como algo mitológico, algo que no se hacía, era algo sucio
y prohibidoooo!! Se decía para ella misma. Andrea no supo qué hacer ni cómo
reaccionar, muy lentamente se fue retirando hacia atrás para no interrumpir a
la pareja, a la vez que pensaba que como su hija era capaz de hacer algo tan
repulsivo, pero en un rincón de su mente también quedo graficada nítidamente la
hermosa forma de esa tremenda y bestial verga nervuda que su hija mamaba
golosamente. Ella como mujer ya de 35 años sabía que las vergas en estado de
erección eran grandes, pero esa cosa que había visto solo hace un minuto era
una verdadera monstruosidad, ahora entendía los adoloridos gritos que daba
Karen por las noches, lo que no se explicaba era por qué se lo chupaba si se
suponía que ella tenía que estar abierta de piernas, y Don Pricilo cómo su
marido que era debía hacerlo sobre su cuerpo, que extraño era aquel ritual de
su hija con el jardinero que ahora tenía por esposo. Cuando ya estaba a salvo
de no ser vista por el caliente matrimonio, y estaba a punto de retirarse muy
asqueada por la espeluznante imagen recién vista, tubo la pequeña debilidad de
querer mirar un poco más, para ver si realmente no se había equivocado y a lo
mejor estaban haciendo otra cosa y era ella la mal pensada, se mentía para sí
misma. Se acercó un poco más a la puerta y muy sigilosamente se puso a espiar
como su hija mantenía relaciones sexuales con su marido… La sorprendida mujer
vio como aquel hombre eyaculaba por su gigantesco miembro muy parecido al de
los potros, abundantes emisiones de un extraño liquido blanco en la boca de su
hija, y como esta golosamente se lo tragaba, (su mente ya le había indicado que
lo que se había bebido su hijita era semen de macho). Vio también que cuando ya
creía que había finalizado aquella extraña sesión amatoria, que fue su hija
quien se tendió en el mismo suelo de la habitación y abierta de patas pedía que
le metieran verga; y más grande fue su sorpresa cuando comprobó que Don Pricilo
aun con su armamento firme y parado se lo mando a guardar de una y en toda su
longitud, y que más encima se puso de pie con Karen totalmente ensartada a su
apéndice, vio los jadeos que hacían ambos cuerpos desnudos y sudados. Luego
vio cómo su propia hija le pasaba a su macho un grueso cinturón de cuero y como
se ponía en cuatro patas tal como lo hacían las perras dándose ella misma
fuertes nalgadas en el culo, como animando a su abusador para que este le
hiciera quizás que cosa… -Estas lista putaaaa!!, escucho claramente la rubia… -Si
Don Prici!!, dameeee!!...dameeee!!, vio cómo su hija pedía que le dieran, pero
que cosa será?... Se preguntaba la dudosa mujer… Y vio cuando el horroroso
hombre con cinturón en mano tomaba fuerzas y dándose impulso le asesto un
lacerante e hiriente correazo que casi se llegó a encarnar en las suavidades de
su gran pedazo de hermoso culo… -Auuuuuhhahhh!!...ayyy!!…ayyyy!!…fue el fuerte
alarido de auténtico dolor que sintió la nena cuando el cuero de la correa hiso
contacto con sus suaves carnes, a la vez que su respiración era totalmente
agitada por las fuertes convulsiones de suplicio que tenía que aguantar y por
las casi inevitables ganas de arrancar que sentía su lacerado cuerpo, pero ella
se sometía a su macho por lo que se volvía a acomodar para seguir recibiendo de
lo que tanto le gustaba a ella que le dieran… El vejete ahora con todas la
seguridad del mundo le siguió castigando el culo con unos encarnizados azotes
que retumbaban en toda la habitación, Plafff! Plafff!!
Plafff!!!....Plafff!!, la fiereza de los traumáticos azotes que estaba
recibiendo el adolorido cuerpo de su hija iban en aumento, hasta que por fin y
para suerte de la rubia la sesión de guascazos al parecer había terminado, vio
como Don Pricilo se tomaba un vaso de cerveza a modo de descanso, pero casi se
desmaya cuando escucho a la pareja de desalmados… -Quieres más Perraaaa!! -Siiiiii!!
Vio la sádica expresión en la cara llena de verrugas de aquel miserable hombre
que tomando más fuerzas que antes dejaba caer implacables e inmisericordiosos
cinturonazos en el curvilíneo cuerpo de la niña. Plafff! Plafff!!
Plafff!!!....Plafff!!, … La rubia espectadora, de solo ver los encarnizados y
vejatorios azotes que le daban al desnudo cuerpo de Karen, ver la crueldad a la
que ella era sometida, los lamentoso gemidos de dolor que dejaba salir de sus
labios la hacían creer que su hija estaba en el mismísimo infierno, pero al
comprobar que era la misma Karen quien animaba al vejete a que siguiera
pelándole el culo a guascazo limpio y verle la cara de degenerada y de puta
gozadora de hombres, que gozaba con las aberraciones que le hacían, para luego
volver a ser testigo de cómo el viejo metía esa monstruosa verga de caballo en
el acalorado cuerpo de su complaciente hija, no aguanto más y huyo hacia la
seguridad de su casa para ir a encerrarse con llave al interior de su
habitación. Las aberrantes imágenes de haber visto a su propia hija ensartada
por una verga casi de animal, la tenían confundida y horrorizada, su estado
mental había quedado en condiciones deplorables, pero lo que no entendía y lo
que más la entristecía era ver que Karen parecía disfrutar de todas aquellas
humillaciones a la cual era sometida, Eduardo su esposo nunca la había tratado
de aquella manera, pero la rubia más se escandalizó cuando se sorprendió a ella
misma con sus pezones totalmente erectos que casi le llegaban a doler, prefirió
pensar en otra cosa, ya que casi en el mismo instante comenzó a sentir en su Vagina
el mismo cosquilleo que había sentido cuando casi estuvo a punto de concretar
con Don Urias, prefirió ir a ducharse, esto era extraño, muy extraño, pensaba
la rubia. Luego de ducharse se fue al ante jardín para componer algunas ramas
de rosas, tenía pena, como aquel desalmado viejo podía tratar de esa forma a su
tierna hija que hasta hace poco tiempo era sinónimo de pureza y blancura, pero
ya no quería pensar más en ello, había tomado sus rubios cabellos en una cola y
vestido con un femenino buzo deportivo. Andrea ya un poco más tranquila por la
distracción de estar ocupada en los hermosos rosales que adornaban el ante
jardín de su casa, por unos momentos casi se había olvidado de los vejámenes de
los cuales disfrutaba su hija, estaba concentrada en sus rosas y con sus manos
enguantadas cuando vio que Don Pricilo iba saliendo… -Buenos días suegrita,
jejeje, le saludo burlonamente… Andrea no pudo evitar fijarse en la ennegrecida
dentadura del asqueroso hombre y no supo el por qué, pero también le dedico una
leve mirada al paquete de aquel asqueroso sujeto. -Buenos días Don Pricilo, veo
que va un poco atrasado, le dijo muy seria… -Si la verdad me atrase un poquito,
jejeje, lo que pasa es que mi esposa no me deja salir si no la atiendo como a
ella le corresponde jejeje, le contesto fijando su perversa mirada en las
suculentas tetas de Andrea, Ayyy mamita que rica que estas, como me gustaría
partirte la Concha a vergazo limpio y preñarte a la primera, pensaba el
degenerado…-Bueno ya me voy que luego le debo ir a dejar unos documentos a mi
suegrito, jejeje… -Que le vaya bien Don, y no vuelva tarde, que le esperaremos
a almorzar… -Cuenta con ello ricura, jejeje, adiós, dijo subiéndose a su
cacharreante camioneta, para luego desaparecer… Andrea quedo pensativa, y por
qué le dijo que lo esperarían a almorzar?, se preguntó, si solo hace poco rato
había sido espectadora de como este odioso hombre humillaba a su propia hija, a
lo mejor la rabia ya estaba pasando por parte de ella se dijo para sí misma,
además que le gustase o no el hombre era de la familia y no debía
discriminarlo, pero aun así no dejaba de pensar en lo que había visto solo hace
una hora, no se explicaba y ya no sabía si era normal la animal forma en que se
apareaba Karen con aquel asqueroso y viejo sujeto, extrañamente comenzó a
sentir un hormigueo que le recorría en la sangre, recordaba la desenfrenada
forma en que se movía el desnudo cuerpo de su hija contra la monstruosidad
vergal de Don Pricilo quien se la metía y sacaba sin compasión, la fiereza de
los azotes que ella había recibido en su cuerpo y que parecía disfrutar… Estaba
en estos pensamientos cuando su cuerpo en forma impetuosa y sin avisarle la
hiso descargar una abundante cantidad de jugos vaginales que le dejaron su
dorada intimidad toda mojada y presa de unos acalorados estremecimientos en su
cuerpo, acompañados por un exquisita secuencia de encantadores y placenteros
latidos que provenían desde el interior de su tajito, a la vez que se percató
de lo agitado de su respiración. Andrea media caliente y media asustada
prefirió ir a darse otra ducha con agua helada antes de que esto se convirtiera
en otra cosa, pensó, para luego ir a ver en qué condiciones había quedado
Karen. Una vez duchada se encamino nuevamente hacia la sucia cabaña, pensando
en las lamentables condiciones en que encontraría a su hija, pero la encontró
feliz de la vida ordenando sus cosas y las de su marido, estaba solamente
ataviada por un ligero vestido tipo solera, aunque se notaba que recién venia
saliendo de darse una ducha… -Y tú no te vas a vestir?…le consulto a forma de
broma su madre, al observar el ligero atuendo en que se había vestido su hija… Karen
lo pensó un poco pero le contesto de la misma forma… -Y para que si a lo que
llegue mi marido me va a ordenar sacármela, ambas se miraron y se pusieron a
reír, Andrea quería contestarle con otra tontería, pero ella no manejaba las
palabras para hacerlo y mientras más buscaba las palabras, mas era atacada por
la jocosidad, hasta que a las dos les salieron lagrimas… Cuando se pudieron
calmar un poco, fue Andrea la que hablo a su hija. -Como estas hija, como te
trata tu marido?, le preguntaba Andrea, que con lo visto esa misma mañana, no
sabía si aquello era con pleno consentimiento de Karen… -Bien, es un poquito
enojón, pero yo sé cómo apaciguarle el enojo, jajaja, volvían a reír
madre e hija… Andrea tras pensarlo por algunos segundos le dijo a su hija… -Hoy
quiero que almorcemos juntos, así que no vayas a servirle en la terraza, lo
haremos en el comedor, ya es tiempo de hacer las paces… A Karen se le llenaron
los ojos de lágrimas, su padre aun no le dirigía la palabra, pero sí lo hacía
con Don Pricilo, y con su madre habían estado distantes todo este último mes,
desde que se había casado, -Mamá…yo… la verdad… -No me digas nada hija, lo
hecho, hecho está! y ya es hora de que esta casa vuelva a la normalidad, Karen
se abrazó al cuerpo de Andrea en afectuoso agradecimiento, Andrea la abrazo de
la misma forma y aun que ella quería no podía dejar de pensar en lo que su hija
hacia todas las noches con el asqueroso hombre de su marido… Las dos mujeres se
encontraban felices, esperaban la llegada de Don Pricilo, hacia bastante tiempo
en que no compartían juntas y debían aprovechar ya que llegando Eduardo, Karen
se encerraba en la cabaña para evitar encontrarse con él, sabía que el
continuaba enojado pero esto ya casi no le importaba, y ya ansiaba el día en
que pudiera largarse con su marido. -Sabías que tu padre va a salir de viaje la
próxima semana?? -Si, y para esas fechas Don Pricilooo…, perdón!! Mi marido… me
conto anoche, que haremos un asado para celebrar nuestro primer mes de casados,
él quiere que sea algo íntimo y aprovechando que no estará papá, podremos
ocupar tranquilamente el patio y así él también se puede servir sus cervezas
que tanto le gustan sin importunarlo… -Pero Karen tú le deberías decir que te
invite a cenar, no sé, algo distinto… -No lo sé… yo preferiría quedarme
en casa, así tú podrías acompañarnos, además que el me pidió que te invitara
para ese día, ya que papá no estará en casa…ves? Si no es tan malo como se ve… Don
Pricilo ya venía llegando a la casa, venia nuevamente excitadísimo, ya que Don
Urias solo hace dos días le había puesto en conocimiento que el plan comenzaba
el primer día en que él se quedara solo con las mujeres, este era bastante
sencillo, el vejete solo tenía que hacer entrar en confianza a Andrea, y que le
comenzara a dar alcohol, primero en pequeñas cantidades, pero cuando este
notara que la rubia ya comenzaba a servirse ella sola o que pusiera su vaso
para que se lo volviesen a llenar este tenía que aumentar las cantidades, como
así mismo tenía que ir abordándola dijo Don Urias, mientras la rubia iba
sintiendo los efectos del alcohol en su cuerpo , el debería ir calentándola
lentamente, y una vez que la tuviera bien ebria, solo tendría que tomarla ya
que le aseguro que la muy puta ella sola le entregaría la Perra, y que hiciera
lo mismo con Karen y que si era posible también la emborrachara para que la
pudiesen ocupar a ella misma para humillar entre los tres a la difícil y
recatada de Andrea… -Ya sabes viejo maraco!, le había dicho para terminar,
-Tienes 6 días para cumplir con la tarea, y si te las puedes Coger a las dos
juntas, por mi parte no hay problema, yo llegare a la semana siguiente y ahí sí
que comenzara la fiesta de verdad, mientras al imbécil de Lalito yo lo
dejare a cargo de unas tareas para la apertura de una nueva congregación en el
extranjero, y si se te hace la difícil la muy Perra, no te preocupes , cuando
yo llegue veremos como la haremos, en último caso nos las violamos como
habíamos dicho, termino diciéndole… Las dos hembras encamables, ya tenían todo
preparado para el almuerzo, el viejo por su parte no lo podía creer, que buen
camino estaba tomando todo esto para él, fue lo que pensó cuando al llegar a
casa lo hicieron pasar al comedor de la casa principal y pudo darse
cuenta que madre e hija le habían preparado la merienda y que más encima lo
sentaron en el puesto de Eduardo, aunque a Andrea no le pareció bien esta
situación en un principio, pero había sido Karen quien le había dado la
ubicación a su esposo y para no crear un mal ambiente prefirió no dar su
opinión, no quería un mal ambiente en algo tan trivial. El almuerzo se llevó a
cabo con normalidad, con las dos mujeres muertas de la risa ante las
descolocadas salidas de Don Pricilo dándoselas de payaso, el viejo estaba entre
encantado y caliente a la vez, ya que veía como poco a poco se acortaba la
distancia que había puesto la rubia mujer entre ambos desde que él había pasado
a ser parte de la familia. Una vez terminado el almuerzo el vejete
descaradamente invito a su esposa a que se fuese a servir el postre que él le
tenía preparado al interior de su pieza, la rubia observaba incrédula como su
hija muy sonriente y coqueta se paraba de la mesa para retirarse tomada de la
mano con aquel vetusto y horrible hombre, Andrea comprendió al instante a lo
que se dirigían esos dos a consumar. Mientras la rubia se dedicaba a terminar
de lavar la vajilla, no supo por qué extraña razón fue a abrir la puerta de la
terraza, a la vez que abrió los dos grandes ventanales que daban al patio
trasero, y a los pocos minutos ya escuchaba claramente lo que ella quería, los
lujuriosos bramidos y gritos que hacían los casados al interior de la cabaña
eran de infarto, en ese intertanto quebró dos platos y tres vasos que fueron al
dar al piso producto del adrenalinico temblor en sus manos por el hecho de que
por cada grito o remezón que sentía proveniente de la casita de madera, la
hacían imaginarse en cual posición podrían tener a su hija, o cuando se hacían
leves silencios ya casi adivinaba que su hija estaba chupando verga como
endemoniada. Cuando ya estaba terminando de secar todo y al parecer la pareja
se estaba dando un descanso, vio salir la gruesa figura de Don Pricilo quien se
acercaba con todo su obeso cuerpo sudado y solamente vestido con unas bermudas
floreadas, ella mantuvo la calma, y casi cae desmayada cuando este
descaradamente se ubicó justo detrás de su cuerpo haciéndole sentir su dura
virilidad contra su Cola que gracias a dios lo tenía protegido por el pantalón
deportivo, diciendo… -Con permiso suegrita, jejeje…, a la vez que alargaba su
mano hacia la hielera y sacaba una botella de agua mineral, -Es que mi mujer
tiene sed, jejeje, sintió su aliento a cerveza y su voz muy cerca de sus oídos,
esto sumado a la tremenda dureza que tenía encajada al medio de sus nalgas,
hicieron que unos ricos y extraños escalofríos le nacieran desde su húmedo tajo
íntimo y le recorrieran por todo su cuerpo haciéndole erizar todos los
pelos de su cuerpo, incluso sus doradas vellosidades intimas, -La dejo, jejeje,
ya que estamos ocupados, jejeje, termino diciéndole el yerno a su suegra. Andrea
lo vio dirigirse a su cabaña, observando esas anchas y peludas espaldas con su
panza también llena de tiesos pelos de macho que lo cubrían casi en su
totalidad, hasta que lo vio desaparecer dando un sonoro portazo, pero que
varonil era Don Pricilo para sus cosas!, pensó por un momento, pero luego se
recrimino por pensar así de aquel hombre viejo y feo… -Pero que es lo que me
pasa por Dios!!, si es el esposo de mi hija!! y recordó cuando casi sucumbe a
las pretensiones del otro odioso viejo de Don Urias, que era tan feo y
desmadejado como este otro, a estas alturas los gritos de Karen ya habían
comenzado nuevamente, Ahora la deben estar azotando por Dios!!, se decía
totalmente escandalizada, por lo que decidió encender la televisión para
distraerse en otra cosa, ya que por unos instantes pensó en la insania de
aventurarse en ir a espiar a la pareja, pero los fuertes y escandalosos
bramidos de animales en celo que daban los amantes la tenían entre molesta y
caliente, sentada en el cómodo sillón subía una pierna sobre la otra, para
luego de unos segundos repetir la operación cambiando una pierna con la otra,
por cada cambio que ella hacia sentía una exquisita fricción en su fina ranura
intima que ya estaba toda mojada, no se explicaba cómo le podía suceder esto
ahora, ya que nunca en su vida lo había experimentado, solamente esa ves con Don
Urias había sentido algo parecido, pero no se había mojado en tal cantidad como
lo estaba ahora. Pensaba en esto mientras inconscientemente deslizaba sus manos
por toda la extensión de sus muslos, para luego con una de sus manitas comenzar
una suave fricción en su vientre y junto con ello ir bajando hacia su zona
prohibida y cuando ya iba cerrando sus ojos para tomar por manual asalto a su
rubia vagina se dijo que basta!!, como podía estar sintiendo estas extrañas
sensaciones y ella considerarlas agradables a sabiendas de las humillaciones en
las cuales debían estar sometiendo en su hija, y con un hombre de tan baja
calaña, por lo que nuevamente se fue a duchar para luego salir de compras, ya
ni siquiera podía estar tranquila en su propia casa se iba diciendo. Pero los
días pasaban lentos para la rubia y joven madre, y en las letanías de aquellas
largas tardes, no dejaba de andar pendiente de lo que hacía o de lo que le
hacían a su hija, ahora cuando aquel viejo y degenerado hombre se ponía a hacer
cualquier trabajo con algún tipo de herramienta no podía dejar de observarlo de
reojo o escondida tras las ventanas, pero que macho lo encontraba cuando con
tres clavos metidos en su ennegrecida boca y de tres certeros martillazos
clavaba uno de estos en las duras maderas en las oportunidades en que se
encontraba realizando alguna reparación. También se daba cuenta cuando este
casi la desnudaba con su porcina mirada, ahora ya era más común que este,
oportunidad en que la veía en la cocina se le ocurría ir a buscar cualquier
tipo de tontería al refrigerador, apuntalándola y haciéndole sentir sus
generosas medidas vergales. Andrea estaba confundida, este horrible vejete era
endemoniadamente caliente y no se explicaba como su hija podía compartir cama con tan odioso sujeto, pero la pobre no se dio cuenta
que ahora ya era ella quien al ver salir la odiosa presencia de Don Pricilo era
ella quien dejaba de hacer en lo que estaba
ocupada e iba a posar su esbelta figura a cualquier parte de la cocina y ya
esperaba con ansias que Don Prici fuese a buscar cualquier cosita al
refrigerador…lo que él quisiese pensaba la rubia ahora en su eterna espera de
sentir esa Equina tranca que tan exquisitamente se la posaban en sus nalgas por
espacios de unos buenos segundos. En una ocasión en que el antipático y burlón
viejo llego con su camioneta cargada con materiales, debido a unos arreglos que
estaba haciendo al interior de la cabaña, vio como este escupiendo en sus dos
manos se hecho tres sacos de cemento al hombro y como si nada cruzo toda la
casa para ir arrojarlos en un rincón del patio para luego repetir la operación
en dos oportunidades más y por Dios!! se dijo a ella misma, como le hubiese
gustado ser un saco de cemento!!, y fue cuando la imagen de su propia hija la
saco de su estado de semi calentura, la vio salir con una cerveza heladita y
transpirada para ofrecérsela a su macho que se la zampo en solo tres
guerguerazos, para luego al terminar con la tarea lo vio tomar a Karen como si
ella también fuese un saco de algo, y echársela a los hombros con ella muerta
de la risa, hasta verlos que desaparecieron con uno de los sonoros portazos que
el viejo le daba a la puerta cada vez que se encerraba con su hembra para
intimar, y se preguntó que por qué a ella no le sucedían cosas así, su hija al parecer se lo pasaba muy bien con su marido. Llego el tan
esperado viaje para Eduardo, el hombre de familia se ausentaría por 15 días del
hogar, no imaginándose nunca lo que se venía ahora para su ya casi segregada
familia, y de cómo le jugarían muy para su contra el mantener a su pedazo de
hembra que tenía por esposa en un forzoso estado abstinencia sexual y
necesitada, ya que esas eran cosas cochinas para él. Don Urias lo paso a buscar
temprano en la mañana de aquel día viernes, ya que su vuelo estaba reservado
para el mediodía y tenían que estar con tres horas de anticipación en el
aeropuerto, así que ya estaba todo dado para Don Pricilo, por fin se había
quedado solo con los dos bellos ejemplares de hembras y más encima de dueño de
casa. Día 1, Viernes: Ya casi
era medio día cuando Andrea vio ingresar a su hija a la casa, se extrañó que no
estuviese encerrada en la cabaña con su marido… -Hola, le saludo la joven. -Hola
hija en que andas?, yo te hacia atendiendo a tu marido, le dijo su madre. -Fue
a la ciudad, pero vuelve como al 5 de la tarde, fue a realizar algunas compras,
acuérdate que hoy es el día en que él quiere celebrar nuestro primer mes de
casados…-Nos vas a acompañar?, le consulto… -No lo sé hija, eso es de ustedes
dos, yo que podría hacer, además que ustedes se lo pasan encerrados… -Pero
mamá, hoy será diferente, Don Pricilo mi marido instalara el equipo de música
en la terraza, y beberemos cerveza, y ahora que no está papá tu deberías
animarte y pasar un buen rato con nosotros…vamos anímate! si no es tan pesado,
le rogaba la chica a su madre, ya que Karen también estaba ajena a las pretensiones
de su viejo esposo en complicidad con Don Urias. -Mira arreglémonos como lo
hacíamos antes, para que mi esposo vea lo hermosas que somos y además que papa
no estará, así que no podrá decir nada de todas esas cosas que te decía cuando
íbamos a salir… Andrea al ver como su hija le rogaba y más encima le había
tocado el punto femenino de la vanidad, se fue animando de a poco hasta que le
dijo Ok, pero yo no beberé, mira que si tu padre se entera, hasta ahí no más
llegamos y tu marido podría también tener problemas acuérdate de que en esta
casa no se debe beber alcohol… -Pero como se va enterar? si vamos a estar
solitas con el Prici, y este no se lo dirá. A la inocente Karen ya se le había
olvidado como el vejete la había chantajeado el primer día en que se la logro
encamar… -Bueno, ahí veremos, y que van a hacer… -Un asado y luego dijo que me
iba enseñar a bailar… -Aja!!, que bien… almorcemos entonces para que estemos
listas para cuando llegue tu marido… Una vez almorzadas, se fueron a la
habitación de Andrea y estuvieron casi por una hora y media probándose ropa,
hasta que ya decididas, se quedaron vestidas ambas con unos vestidos de
similares características, Karen eligió el amarillo que había usado su madre
para su matrimonio, y Andrea escogió un vestido muy parecido color azul, ambos
les llegaban hasta medio muslo, enfundaron sus suaves y torneadas piernas en
exquisitas medias de seda, acompañado por ponerse ambas mujeres unas exquisitas
sandalias con taco alto, maquillaron sus cutis con suaves tonalidades,
y para coronar el femenino acicalamiento, y con la sana intención de jugarle
una broma al pobre viejo de Don Pricilo, Karen peino su cabello con chasquillas
y le pidió a Andrea que se lo alisara, quedando toda una Cleopatra, luego la
hija le hiso dos rubias trenzas que nacían en las sienes de Andrea y se dejaban
caer suavemente en las esponjosidades de sus suculentas tetas, dejándola con un
aire de inocencia pura, muy parecido al de una colegiala quinceañera. Una vez
listas se fueron a mirar al espejo, quien hubiera visto aquella celestial
imagen de ver a dos encamables hembras en tal estado de femineidad, una con un
sabroso vestido amarillo a la altura de sus bien formados muslos, con un escote
que dejaba ver sabrosamente el nacimiento de las carnosidades de un buen par de
tetas muy bien puestas en su lugar, y con un exótico peinado en su
alisada y negra cabellera con tonalidades naturalmente azuladas, haciendo el
digno emblema de quien fuese la reina del Nilo, y la otra de iguales y auténticas
características, vestida con un similar vestido azul, pero con dos rubias
trenzas de estudiante otorgándole la candidez e inocencia de una genuina
y primeriza adolescente, con unos cuerpazos de endemoniadas curvas infernales y
de concurso, sencillamente hubiese caído en la insania, no imaginando nunca de
que se trataban de madre e hija, de verdad que ahora sí parecían que
fuesen hermanas…se los juro!! Karen y Andrea ya se encontraban en la terraza
conversando nimiedades femeninas, habían ordenado los muebles para hacer más
cómodo el espacio en Donde compartirían con el hombre, en esto estaban
cuando sintieron que el afortunado viejo ya llegaba para alegrar el ambiente. Don
Pricilo venia cargado con sendas bolsas en Donde traía todo lo necesario para
entretener y embaucar a ese par de Perras que lo estaban esperando, pero claro
que aunque ambas eran totalmente apetecibles, su atención estaba más puesta en
una (en la rubia), que en la otra y cuando las vio ponerse de pie ante su
llegada, el pobre casi sufre un repentino infarto al corazón, soltó y dejo caer
todo lo que traía en sus manos y comenzó a tambalearse, a lo cual ambas mujeres
tuvieron que ir en su auxilio y casi arrastrarlo a que se sentara un rato ya
que lo atribuyeron a que el pobrecito venia insolado. -Agua!! Agua!!...pedía el
vejete una vez que pudo articular palabra y ya un poco más repuesto de tan
maravillosa y divina imagen de ver ponerse de pie a esas idílicas hembras de
cuerpos portentosos y de campeonato. Karen fue quien le empino el vaso para que
su marido pudiese beber un poco de agua, Andrea un poco preocupada por la
situación dijo, -Tal vez deberíamos dejarlo para otro día, al parecer tu marido
está enfermo… -Don Pricilo!!, Don Pricilo!!, lo cacheteaba Karen para que el
viejo reaccionara… El vejete al notar que la rubia se quería correr, reacciono
casi en el acto… -Estoy bien, estoy bien!, debe haber sido la calor, paro ya me
encuentro mejor, jejeje, Karen!, tráeme una cerveza… Karen abrió dos latas de
cerveza, una para ella y una para su Don Prici, Andrea aunque ya lo había visto
antes, se preguntaba que desde cuando que su hija bebía cerveza, pero aun así
no le dio importancia a la situación ya que si lo hacía en presencia de su
esposo no había problema… -Sírvele una cervecita a tu mami, jejeje, le decía
ahora el vejete a su joven esposa, mientras se comía a la rubia mujer con su
caliente mirada… -No se preocupe Don Pricilo, contesto rápidamente Andrea,
-Tomare jugo, yo no acostumbro a beber…, dijo esto mientras abría una botella
de zumo de naranja y se servía en un vaso… El vejete no se cansaba de admirar
ambos cuerpos de las apetecibles hembras. Aunque Karen ya era su mujer y la
podía tener las veces que él quisiera, y si no hubiese sido por la situación
que se estaba dando, no lo hubiera dudado para arrastrarla hacia la cabaña y
cogérsela hasta la saciedad, pero se consolaba que ya habría tiempo para ello,
por ahora tenía que dejar seguir el curso de los acontecimientos, la
rubia tenía que caer sí o sí. Karen y Andrea ya habían terminado de sacar todas
las cosas que había traído el hombre y las ordenaban en la mesa de vidrio que
estaba bajo la elegante terraza. Mientras tanto Don Pricilo instalaba el
sistema de música. Andrea estaba entretenida con toda esta situación, ya que
todo esto era distinto a la rutinaria vida que llevaba con su apático y
convencional esposo, ahora vio cuando Karen habría un paquete de cigarrillos y
muy suelta de cuerpo encendía uno y se ponía a fumar sin ni siquiera inmutarse
de que estaba ella presente, al instante recordó, que la niña ahora estaba
casada, por lo tanto el único que podía llamarle la atención era su marido y
vio cuando este en el momento que mientras juntaba con huincha unos cables
eléctricos, estiraba sus gruesos labios mientras su hija le ponía el cigarrillo
para que el pudiera darle unas chupeteadas, para luego seguir concentrado en la
unión de cables y parlantes, esta situación en vez de enojarla la hicieron reír
debido a todos estos extraños cambios que se habían sucedido en torno a su
familia en el último tiempo, por lo que decidió servirse una cerveza, total su
marido no estaba y seria solo una… El vejete ya estaba más que caliente al
andarse paseando a sus anchas entre las dos hermosas mujeres, que esta misma
tarde se habían arreglado solo para él, todo apuntaba a que los vaticinios de
Urias se iban a cumplir, y en un solo día se decía sobándose las manos, pero se
tendría que ir con cuidado, porque si se equivocaba en el momento clave tal vez
la podría cagar, por lo que se dio a seguir con las instrucciones del
flacuchento, que hasta este minuto estaban dando resultados más que positivos… Luego
de un rato el trio siguió con la tertulia, y fue cuando Don Prici saco de un
cooler, una poderosa botella de Jack Daniel's envejecido y sin preguntar nada a
las hembras, sirvió tres generosos vasos con hielo y con este místico brebaje,
que fueron muy bien recibidos por ambas, y que según lo aconsejado, los efectos
proporcionados en la mente de las dos encamables mujeres, lo podrían llevar al
paraíso del éxtasis… Cuando ya llevaban casi un cuarto de botella de whisky
bebida, estaban los tres sentados en un cómodo sofá, con Don Pricilo al medio
de las dos mujeres, muertos de la risa y disfrutando del frescor de la tarde,
ya casi anochecía y hablaban cosas sin sentido, el vejete y Karen a ratos
se besaban en forma desaforada solo a centímetros de Donde estaba la estimulada
rubia, y por cada escandalosa leperada o salida del asqueroso hombre, las
mujeres caían en un estúpido e histérico ataque de risa en Donde este
aprovechaba para manosearlas a ambas. Andrea no sabía en qué momento había
dejado a que ese desmadejado viejo le pusiera sus manos en su cuerpo, pero en
este momento se la estaba pasando muy bien y poco le importaba que esto
estuviera sucediendo, además que ahora lo encontraba muy simpático. Al rato el
fuerte volumen de la música ya alegraba el ambiente en el patio trasero de la
casa, las dos mujeres conversaban y reían con los chistes que el hombre les
contaba, luego de un momento Karen le recordó a su marido que este le iba
enseñar a bailar, por lo que Don Pricilo muy entusiasmado fue a poner música
apropiada. Y al ritmo de… “a ella le gusta la gasolinaaa, quiere más
gasolinaaa…”, comenzó con su pedagógica sesión de reggaetón… La apetecible
madre miraba sentada desde una esquina de la terraza como se reía su hija con
ese hombre viejo y feo que ahora tenía por esposo, pero en estos momentos que
estaba compartiendo un poco más con ellos, todo indicaba que en la pareja todo
andaba bien, su hija se veía muy contenta y feliz, mientras en el lugar en Donde
estaban los bailarines, el viejo Pricilo daba sus conocimientos de baile a su
joven aprendiz… -Así pendejaaa! Menéameee el culooo!, le gritaba el vejete con
la lúdica intención que su esposa aprendiera a bailar, - Menéameee el culooo!,
mas rapidooo!!, mas rapidooo!! Como si estuviésemos Cogiendooo!!, continuaban
las instrucciones que Don Pricilo le daba Karen, a como ella tenía que perrear.
Andrea muy entretenida de mirar aquellas extravagantes clases de baile ya bebía
sin ningún tipo de recato, veía como el sensual cuerpo de su hija se restregaba
contra el aparato de aquel viejo, y como este también hacia movimientos
coitalmente diabólicos, profanando las femeninas formas de su hija, pero esto
la entretenía ya que sabía muy bien que así se bailaba este tipo de música, y
por el alto volumen en que tenían el equipo musical, no escuchaba los
gruesos apelativos en que Don Pricilo daba sus clases… Andrea no dejaba de
mirar cómo se movían aquellos dos cuerpos simulando estar teniendo sexo pero
con ropa, Karen ya le había tomado el ritmo al asunto, en este momento y con lo
que ya había visto en una oportunidad, se imaginaba que tal vez así mismo también
se dedicarían a Coger una vez que ellos se retiraran a sus habitaciones, esta
sola idea no hicieron más que enardecerla, su cara había adquirido rosáceas
tonalidades, disimuladamente frotaba sus muslos y rodillas para sentir las
eróticas sensaciones que ya se habían instalado en el centro neurálgico de su
rubia hendidura que estaba siendo atacada por ricas punzadas que no la dejaban
en paz, por un momento pensó en ella también animarse a que le enseñaran a
Coger…perdón a bailar corrigió su mente. Sentía las tremendas ganas de sentir
esa gruesa verga junto a su cuerpo y moviéndose, tal como la había sentido en
las veces que había sido asaltada en la cocina. Ante el descabellado
pensamiento que había cruzado por su cabeza de nuevo erróneamente pensaba
que bebiendo superaría este estado, en cual ya la tenían imaginando a su propia
hija desnuda y revolcándose con ese horrendo hombre, su respiración ya se había
agitado. La pareja de bailarines ya habían terminado su sesión de aprendizaje,
y se fueron a conversar con la rubia mujer que esperaba sentada, el vejete no
podía dejar de mirar esos poderosos muslos, tapados hasta la mitad de ellos,
uno arriba del otro y como su dueña coquetamente movía una pierna producto de
los nervios que sentía de solo imaginar en las cercanías de su cuerpo en que se
encontraban esas gruesas pulposidades vergales que tanto la atraían en estos
momentos, el alcohol ya estaba haciendo los primeros estragos de la noche en el
cuerpo de Andrea. -Mamá, porque no te animas e intentas aprender a bailar, es
entretenido le decía una exaltada Karen, a la vez que se empinaba un vaso
de whisky, Andrea estuvo a punto de pararse y dejarse restregar por Don Pricilo
solapándose en el asunto del baile, pero todavía quedaba algo de recato en la
personalidad de la rubia mujer, quien contesto… -Nooo!! Como crees hija?, yo no
puedo darme ese lujo, además que Don Pricilo debe estar cansado… Karen se había
retirado un poco de ellos para ir a sacar y ordenar unas verduras para luego
comenzar a preparar ensaladas, el vejete aprovechándose de esto contesto… -Jejeje,
se equivoca suegrita, yo soy un animal que podría estar bailando y moviéndome
toda la noche, jejeje, eso va a depender de cómo se menee y se mueva mi
compañera de baile, termino diciendo el viejo en doble sentido. Andrea media
sorprendida creyó captar el mensaje en doble sentido, así que media
enojada, pero también media divertida y viendo lo distraída que estaba su hija,
quiso jugar un poco con el vejete… -Por lo mismo le digo Don Prici…, yo no sé
moverme ni menearme, por lo que quien me enseñe tendría que tener mucha
paciencia, y menearse más fuerte que yo, para que así yo pueda aprender bien a
hacer esos bruscos movimientos… El vejete quien ya estaba preso por la lujuria
ante la sórdida conversación con esa mujer rubia y de trencitas de colegiala le
siguió contestando leperadas disfrazadas, para ver hasta Donde llegaba la
erótica conversación que el ya creía que Andrea entendía muy bien. Y así era… -Pues
yo me muevo fuerte ricura, jejeje, dijo sentándose a un lado de la mujer, -Si
yo te enseñara a moverte y menearte quedarías toda una experta, y si no me
crees pregúntale a tu hija, ella tampoco sabía, pero ahora ya sabe muy bien
como menearse cuando bailamos, diciendo esto último el vejete no dudo en posar
una de sus gruesas manos en el suave y dorado muslo de Andrea… -Eso tendría que
verlo Don Pricilo, jijiji, a lo mejor si Ud. me enseña a bailar bien, y a mí me
quedara gustando yo podría terminar moviéndome y meneándome por toda la noche,
pero eso dependería de los meneos y movimientos que me diera usted, jijiji,…
Andrea sintió una rica electricidad adrenalinica cuando sintió la pesada mano
del jardinero empezar a sobarla por las suavidades de sus piernas, pero sacando
fuerzas de flaqueza le dijo…-Creo que será mejor que le vaya a ayudar a Karen,
y diciendo esto se paró y se fue a ayudar a su hija, que estaba en la cocina
preparando ensaladas. Andrea ya estaba caliente. Don Pricilo en su estrategia
de embriagar a ambas mujeres había previsto que su primer y principal objetivo
era que Karen fuese la primera en sucumbir a los efectos del alcohol, para que
su mente se le borrara y así el poder quedar a solas con la rubia, por lo que
las dosis más altas del brebaje eran para Karen, las de Andrea eran medianas, y
por supuesto que las que se servía para el eran suavecitas, además que en
reiteradas ocasiones arrojaba el contenido de su vaso para hacer creer a las
mujeres que ya se lo había bebido y para que ellas lo secundaran en la
parranda. En una oportunidad en que Karen había ido a mojarse la cara, ya que
se sentía muy mareada, el viejo le estaba contando a la rubia una anécdota de
cuando él había tenido que sobrevivir perdido en las montañas (que eran puras
mentiras), Andrea lo escuchaba con admiración a la vez que con sus dos
manitas jugaba con una de sus doradas trenzas producto de la ansiedad y
de los nervios que sentía su cuerpo al estar tan cerca de un verdadero hombre,
pero toda esta magia fue bruscamente interrumpida cuando vio como Karen al
llegar Donde estaban ellos, tomo al hombre para que fuera a bailar con ella y
con mucha rabia observaba como el vejete era asaltado por su hija quien casi se
lo estaba comiendo en ardientes besos, Don Pricilo por su parte aprovechaba
para descaradamente agarrarle el culo y las tetas y todo en su presencia. Andrea
quien su mente ya estaba muy desorientada, lamentaba estar pasándolo tan bien
con Don Pricilo y que ellos dos no pudiesen estar solos, la presencia de su
hija como que a estas alturas le molestaban y le incomodaban, además que veía
que Karen estaba bebiendo más de la cuenta. El vejete estaba atento a todas las
reacciones y cosas que hacia Andrea, ya casi se imaginaba tener sus manos y
verga puestas en aquel poderoso y rubio cuerpo… -Mejor iré a cortar la
carne, se dijo la rubia quien estaba realmente molesta con la metiche de su
hija… Andrea se arrimó a la mesa en Donde se encontraban las bandejas con carne
y se puso a cortar para dejarla lista para cuando el hombre decidiera tirar
toda la carne a la parrilla, de reojo los observaba bailar y beber, su
mente ya estaba decidiendo que si el viejo volvía a ofrecerse para ensañarle a
bailar ella aceptaría, en esto la pareja ya se estaban sirviendo más
trago, la botella de Jack ya iba en más de la mitad, de pronto vio que su hija
estaba bailando sola con sus ojos cerrados y con un cigarrillo en la mano, como
si estuviese ida. En eso sintió que era tomada firmemente por su cintura y casi
se deshace cuando el terrible aparato de Don Pricilo se posó y acomodo en sus
esponjosas nalgas, vio los velludos brazos del vejete rodearla y tomarla de sus
mismas manitas que estaban intentando cortar un buen pedazo de filete… -Necesitas
ayuda reinita!, jejeje, Andrea sintió el hediondo aliento del viejo que
resoplaba muy cerca de sus oídos… -A estos cuchillos le faltan filo le contesto
la agitada mujer… -Qué tal si le sacamos filo los dos, jejeje, no me vas a
decir que aparte de no saber bailar tampoco sabes afilar ricura, jejeje, porque
yo también te podría enseñar a afilar, jejeje… Andrea cayó en un estado de
fascinación calenturienta al escuchar decir al vejete que le enseñaría a
afilar… -Aunque Usted no lo crea… tampoco se afilar mucho…, la verdad es que
nunca he sido buena afilandooo, le respondía Andrea disfrutando de lo que en
doble sentido ella misma le decía al vejete y sumado a que sentía como
aquella monstruosa verga iba adquiriendo una dureza inigualable como a su vez
irse acomodando entre medio de sus nalgas… -Y te gustaría que afiláramos los
dos?, yo te podría estar afilando por toda la noche, mamacitaaa!!, ya diciendo
esto último el viejo perdió total compostura y la agarro firmemente de aquellas
dos montañas de carne que la rubia tenia por tetas, Andrea totalmente caliente
pero cuidando que su hija no los fuera a ver, la observaba y vigilaba como ella
seguía moviendo su cuerpo al ritmo de la música y con sus ojos cerrados… -Ay no
como cree Don Prici… si Usted es mi yerno, usted solamente puede afilar a mi
hija, la caliente y descarada mujer, quien ya evidentemente se encontraba bajo
los efectos del alcohol, a medida que le hablaba a su asaltante intentaba parar
aún más su portentoso culo, para que aquella cosa de carne la apuntalara aún
más firmemente… -Sí, pero con ella afilamos todos los días, ahora me gustaría
afilar contigo preciosa, se ve a lo lejos que el estúpido de tu marido no te
afila como es debido, jejeje, el vejete ahora también ya se la refregaba
despacio pero firme… -Shhh!! Ahhhhh!! Tiene razónnn Ud. Don Priciii!!, él es
malo para afilarrrr!! Y no me afilaaa como yo quisieraaa!, Andrea seguía
deleitándose en imaginar esa vergota y sentirla en cualquier parte de su
cuerpo, hasta que fue ella quien le soltó al afortunado vejete…-Y si yo
quisiera afilarrr con Usted?… que pasara con Karennn?, que le
diremossss?, preguntaba la perdida mujer que ya asumía que de lo que estaban
hablando ambos era sencillamente ir a acostarse juntos, a la vez que sentía la
varonil herramienta de Don Pricilo muy alojada entre sus calientes nalgas… -Nada!!
Esperaremos a que se vaya a acostar y luego nos iremos a tu habitación y te
enseñare algunas cositas, jejeje… La rubia si bien estaba ebria, tampoco estaba
inconsciente, o sea las cosas que ella en estos momentos se estaba dejando
hacer eran producto mitad por el alcohol bebido y la otra mitad era producto de
su propia calentura contenida, que solo bastaba con un empujoncito para que
esta aflorara y tomara total posesión de la mente y carácter de la necesitada
mujer. Sintió como el vejete la iba jalando hacia la seguridad de un muro
que sobresalía de la cocina, ella solo se dejó llevar, las sabias manos de ese
hombre la estaban tratando muy bien y cuando ya se sintió fuera de la vista de
su hija, el viejo Pricilo bruscamente la dio vuelta y sin darle tiempo ni
siquiera a tomar aire le estampó un tremendo beso con lengua y salivas
incluidas, a la vez que la agarraba firmemente de sus poderosas y duras
nalgas. Andrea sentía las hediondeces de la boca de ese gañan pero aun así
tímidamente fue sacando su lengua para juntarla con la de su “yerno”, en su
mente no habían remordimientos de ningún tipo, por ahora solo tenía la viva
imagen de su hija desnuda y clavada en esa monstruosa verga que ella ya decidía
que también tenía que probar… -Ahhh Don Pricilooo, ya dejemeee! Karen nos puede
verrr!!, pedía a medias la rubia para luego continuar con el salvaje beso… -Tranquila
mamasota!! Con unos tragos más que le dé a beber… y ya no sabrá de nada… y
nosotros nos podremos ir a acostar a tu habitación…, el beso continuaba con
ambas lenguas buscándose con desesperación, Karen seguía bailando con sus ojos
cerrados, y la calentura abstenida de Andrea crecía a pasos agigantados… -Hágalo!!,
la dejaremos durmiendo como usted dice, pero hágalo rápidooo!!, le contesto una
excitada Andrea quien ya imperiosamente quería de una buena vez por todas ir a
acostarse con el vejete y sentir en sus propias carnes la irrupción de aquella
inmensa verga de potro que ella sabía muy bien que se gastaba el vetusto
hombre. Una vez que terminaron con aquel infiel atracón por parte de ambos,
Andrea un poco asustada pero con la adrenalina a mil, se fue a sentar al sillón
en Donde habían estado los tres anteriormente, Don Pricilo sirvió tres vasos
más de whisky, ahora realmente necesitaba mandarse uno el también, por lo que
le paso uno a cada mujer y se sentó al lado de la rubia abrazándola y
apegándose a ella, él sabía que Karen ya no estaba consiente de nada y con este
último vaso de whisky ya la estaba rematando… Andrea miraba con fascinación
como su propia hija movía sensualmente su cuerpo, Don Pricilo no ajeno a esto
quiso poner a prueba el ardiente temperamento de la rubia y caliente hembra,
ordenándole a Karen… -Vamos putaaa!! Quítate la ropa!!, le ordeno a su joven
esposa… Andrea sintió una leve reacción de oponerse a lo que el viejo quería
que hiciera su hija, por lo que intervino… -Noo!! Que no lo hagaaa!!, le dijo
asustada... -Jejeje…tranquila ricura, le dijo en el momento que la abrazaba y
se apoderaba de una gran y dura teta que tenía la rubia de trenzas…-Sera solo
un jueguito, además que yo soy su marido y tú eres su mami, jejeje, nadie
extraño a la familia la verá, jejeje… Andrea no supo por qué motivo le encontró
la razón al vejete además estaban en una fiesta, era su fiesta!, en Donde solo
habían tres participantes… Karen con muchas dificultades logro sacarse el
vestido, quedo danzando con su pequeñita e íntima ropa interior color rosada, Don
Pricilo veía como la temblorosa mano de Andrea se llevaba el vaso de licor para
beber, sus hermosos ojos verdes estaban brillantemente vidriosos y aunque había
solicitado que su hija nos se quitara el vestido, aun así no despegaba su vista
del semi desnudo cuerpo de Karen… -Quieres que siga?, le pregunto el degenerado
viejo a la extraviada mujer casada y madre de familia, quien perdida en el mar
de la lujuria acumulada en todos los años de frustraciones y forzadas
privaciones sexuales, solo atinó a decir… -Siii! -Vamos Perraaaa! quítate
el sujetador y muéstrale tus tetas a mi mujer!! Jajaja… La dócil prostituta que
en ese momento les bailaba en forma erótica, prendiendo la mecha del libido de
la pareja de futuros amantes, sumisamente les obedeció y de pronto ya dejaba
lucir sus hermosas y grandes tetas ante la mirada lujuriosa de aquel nuevo
emparejamiento de degenerados… Mientras Karen seguía bailando dificultosamente,
Don Pricilo asalto a la elegante y rubia mujer con un animal y caliente beso,
prácticamente se la estaba comiendo por la boca, lengüeteándola, absorbiéndola
como si quisiera respirar el aire de sus pulmones. Andrea y Don Pricilo se
besaban en forma bestialmente desaforada, para luego decirle el hombre a la
caliente mujer… -Quieres verla desnudaaa??, jejeje -Pero Don Pricilooo! ella es
mi hijaaa!!…y yo… -Pero es hermosa, miralaaa!! Le decía el viejo queriendo
envilecer a la pobre de Andrea que ya estaba que cruzaba el umbral hacia lo
prohibido, es mas ya hace rato que estaba en el lado oscuro de la fuerza… -Sii!!
Dijo después de pensarlo un rato…-Que se desnudeee!... pero solo un ratitoooo!!
-Vamos perra!! Ya escuchaste a mi mujer!! Encueradaaa! Ahoraaa!! Los ojos de
Andrea estaban salidos para fuera en el momento que su hija termino de quitarse
las medias junto con sus Tanga s y ahora se exhibía ante ellos totalmente
desnuda, Andrea se deleitaba mirando fijamente cada una de las exquisitas
formas y curvas de su hija y se extasiaba aún más mirando con detención aquel
erótico triangulito de brillosos y escasos pelitos negros que tímidamente
cubrían su pelvis, inconscientemente la rubia se relamía y mordía su labio
inferior, todos los músculos de su hermoso cuerpo estaban contraídos por una
extraña oleada de calentura que había invadido y se había instalado en su
cuerpo. -Jejeje, no es preciosa la niñaaa!, jejeje, le decía el despreciable
sujeto, a la confundida pero extasiada mujer… -Siii, es...ess…her…mo…saaa!,
confirmaba la rubia… Luego de haberles bailado por unos buenos minutos en Donde
Andrea no perdía ningún detalle del escandaloso espectáculo que le estaba dando
Karen, la vio agacharse y ponerse en cuatro patas para comenzar un lento
recorrido desde su ubicación hasta Donde estaban ellos, pero vio como el cuerpo
de su hija poco apoco se iba deteniendo, el lento recorrido cada vez era más
despacio, hasta que la vio quedar inmóvil y tirada en el pasto. Se había
dormido y su mente andaba perdida por los caóticos vericuetos del alcohol. -Ahora
es el momento mamasota!!, le dijo el degenerado viejo que había inducido a la
joven madre a caer en la más infame condición en que se puede llevar a una
mujer que en otros tiempos había sido decente, pero Andrea que estaba con la
calentura sobrepasada de los parámetros normales, no estaba para autoevaluarse ni
para andar con sentimientos de culpa de ningún tipo, lo que ella necesitaba en
estos momentos era una buena verga, y tenía claro que ese horripilante viejo
tenia lo que ella ya deseaba con desesperación, además que con el morboso
espectáculo recién recibido por parte de su hija, se hubiera entregado hasta a Don
Urias si hubiese estado presente, pero el afortunado que en estos momento se
llevaba el premio mayor gracias a su astucia era el pícaro de Don Pricilo, que
su tranca estaba que ya estallaba con las grandes cantidades de semen caliente
que se le habían juntado en el transcurso de aquella encendida tarde. Luego de
haber acostado y cubierto el desnudo cuerpo de la joven y ebria mujer en
el mismo sofá en que los depravados amantes se habían estado besuqueando y
calentándose a costas de Karen, se quedaron mirando cómo sin saber qué es lo
que venía ahora, pero fue Don Pricilo quien no aguantando más se abalanzo al
cuerpo de la confundida mujer para comenzar a besarla aún más bestialmente que
en las ocasiones anteriores, Andrea sentía claramente como la gruesa apéndice
de su compañero iba tomando volumen a medida que ambos se basaban, la elevada
temperatura de los lujuriosos acontecimientos vividos por la ahora
desvergonzada mujer, no hicieron mella en su recatado temperamento como sucedió
la ves que estuvo a punto de concretar con Don Urias, ahora era distinto, no
había ni existía nada que se lo impidiese, ella necesitaba probar esa verga que
tenía grabada en su mente desde el bestial día en que por pura casualidad había
visto metiéndose en el joven cuerpo de Karen, y quien mejor que ella su propia
madre, para que su marido le pusiera los cuernos a su hija, se justificaba… El
astuto vejete no queriendo armar escándalo y a sabiendas que su joven esposa ya
no se despertaría hasta que amaneciera, empezó a puntear suavemente el cuerpo
de la rubia, quien correspondía tímidamente a los punteos con femeninos
movimientos de caderas, con esto se iniciaba el lento recorrido de la
desvergonzada pareja, hacia la habitación conyugal de la descarada y caliente
mujer, que a punta de infieles besuqueos y firmes apuntalamientos llego con su
obeso amante a la cama en Donde consumaría la adultera relación sexual, su cama
matrimonial. Una vez que la pareja entro a la pulcra e inmaculada recamara,
Andrea cayo en cuanta que ahora se tenían que acostar con aquel hombre, y
debido a sus santurrones años de casada, rápidamente apago la luz de la
habitación y ya se aprontaba para ponerse una de sus largos camisones, cuando
nuevamente la luminosidad invadió hasta el último rincón de lo que iba a servir
de nidito de amor, y vio como el vejete una vez que volvió a encender la luz,
se aproximaba a su tembloroso cuerpo, observando que este venia babeando de
ansiedad contenida para tomar del fruto prohibido que ella estaba a punto de
ofrecerle. El cuerpo de Andrea fue asaltado y tomado con violencia, el viejo
degenerado de Don Pricilo metió sus manos por entre medio de las suculentas
tetas de la asustada y sorprendida mujer, empuñando vestido y sujetador al
mismo tiempo y rajando de par en par ambas prendas femeninas arrancándolo
del rubio cuerpo que hasta este momento había cubierto, dejando a su dueña
desprotegida y expuesta a su caliente y animalesca mirada. Andrea al verse
sometida y vulnerada por primera vez en su vida a tan caliente situación solo
atino a taparse con ambas manitas sus grandiosas tetas, su sonrojada cara
demostraba la inmensa vergüenza de estar mostrando sus curvilíneas desnudeces a
otro hombre que no era su marido, ya que ni con él lo había hecho jamás y a
pesar de toda la calentura acumulada en todos estos años y que ahora estaban a
punto de desbordarse, no podía entender ni aceptar que ahora se tendría que
entregar sin nada de ropa en su cuerpo y para rematarla con la luz encendida,
esto era espantosamente anormal, pensaba la rubia y sorprendida mujer. De un
sorpresivo y violento empujón fue arrojada al lecho matrimonial, que iba a ser
testigo de la inminente infidelidad que se llevaría a cabo en sus blandas
suavidades. El vejete viendo la desesperación en que la rubia mujer se tapaba
las tetas para que él no se las mirara tan descaradamente, aprovecho y casi no
costándole nada de trabajo la desproveo de sus transparentes medias y de sus
pequeñas pantaletas blancas y albas, sinónimo del recato y pureza de su dueña. Ahora
Andrea sí que estaba realmente espantada, esto no se parecía en nada a lo que
ella había imaginado, ni siquiera Don Urias había sido tan brusco y descarado
como lo era este viejo caliente, ni que decir de su marido, que con suerte se
le montaba en su cuerpo cada mes y medio, a luz apagada y ambos con pijamas. La
rubia y asustada mujer tapaba con una mano sus tetas y con la otra intentaba
hacer lo mismo para cubrir su rubia intimidad, ahora sí que estaba
arrepentida de haberse dejado embaucar por este horrendo y caliente hombre. Estaba
Andrea en estas contradicciones cuando sintió sobre su propio cuerpo desnudo la
pesada humanidad de Don Pricilo quien la tomo de ambas manos para mirar sus
hermosas y femeninas formas en todo su esplendor, cuando el vejete poso su
cerdosa mirada en la dorada rajadura intima de Andrea, y al ver la escasa
población de hermosos y relucientes áureos pelitos, no pudo evitar que en su
pestilente boca se le comenzaran a formar abundantes cantidades de espuma,
igual que a los perros cuando contraen la rabia y supo casi en el acto que
Karen era la viva plantilla de su madre, esto lo llevo a sentirse en un estado
poéticamente paradisiaco e idílico. Aun con su ropa puesta el vejete se dio a posar
su babeante boca sobre los semiabiertos labios de la rubia, quien en estos
momentos solo se dejaba hacer, y esperaba también a que le hicieran!! El vejete
la besaba con desesperación y desenfreno, Andrea ya sentía en la suave piel de
sus estomago como se refregaba esa descomunal tranca que nuevamente deseaba que
le metieran y probarla de una buena ves. Luego de un rato, Andrea
semi asfixiada por la incansable cantidad de besos a su boca, echó la cabeza
hacía atrás dejando su delicado y largo cuello expuesto al bestial lengüeteo
que el abusivo y lujurioso vejete seguía dándole mientras gruñía como bestia en
celo, debido a la ansiedad que empezaba a ser desencadenada tras un largo
periodo de espera por probar los sabores de la rubia. Una vez satisfecho con
tal cantidad de besuqueos, Don Pricilo rompió el silencio para dirigirse a la
señora Andrea, con su excitada y ronca voz. -Tu hora llegó preciosa!!, jejeje,
te calentaste tanto con todas las tanteadas que le diste a mi verga aquellos
días que estabas en la cocina que hoy ya no aguantaste mas, jejeje, ahora te
tengo encuerada en tu propia cama que compartes con Lalito, jejeje, estas tan
buena como la Perra de tu hija, y te aviso! de aquí no vamos a salir
hasta que cumplas con todas las funciones que tu cuerpo me tiene reservado solo
para mí, jejeje, termino diciéndole el vejete muy cerca de su cara y rubias
trenzas, mientras ella veía de muy cerca la pudrición que este tenía en
sus encías y como este horrible hombre de aliento hediondo volvía a morder con
sus podridos dientes el exquisito labio inferior de la expectante y acalorada
mujer, estirándoselo como con cariño y diciéndole. -Al principio seré medio
bruto y salvaje, jejeje, pero necesito saber algo…-Se va a portar bien? A lo
cual Andrea ya más asustada que antes respondió solo cerrando sus hermosos ojos
verdes con un leve movimiento afirmativo de su cabeza. A continuación Don
Pricilo se levantó sobre la cama, pasando sus rodillas a ambos costados de la
mujer, que acostada bajo de él, ya comenzaba a retorcerse de nervios por
entregarse a algo que para ella era casi desconocido. Enseguida y
aprovechando su dominante posición el vejete abrió la cremallera de su pantalón
delante de los ojos de la exasperada hembra, para dejar al descubierto y a
escasos centímetros del rostro de la mujer su enorme y nervuda verga en brutal
estado de erección. El hediondo olor que emanaba de la dura tranca hizo que
Andrea volteara su cara evadiendo la erecta presencia con un gesto de angustia
y de asco, como si buscara un respiro estirando su largo cuello para alejarse,
pero el insistente acoso vergal del excitado y caliente viejo era tal, que le
tenía atrapada por sus dos muñecas, con una de sus manos tras la nuca, mientras
que con la otra empuñaba su robusta verga buscando el contacto de esta con el
bello rostro de su nueva y hermosa mujer. Andrea quien hacia grandes esfuerzos
por zafarse de como la tenían agarrada, como pudo libero uno de sus brazos,
pero como su nuevo ardiente temperamento era el que estaba tomando sus propias
decisiones, llevo su delicada manita en dirección hacia esa monstruosidad que
tenía delante de sus ojos, hasta que con los femeninos dedos de su mano, tomó
la brutal herramienta con la que también jugaba su hija, y que ella había
estado deseando agarrar por casi todo el transcurso de la tarde, para luego
empuñarla en un tímido intento de tomar ella el control de la situación. Pero
una vez que la tuvo asida firmemente con su delicada mano, pudo sentir en esta
las mágicas pulsaciones que daba esta caliente barra de carne que evidenciaban
la extrema calentura de su dueño, transmitiéndose por su fina mano hacia
su cuerpo, que las hacía de cable conductor, y sumado a la gradual excitación
que iba sintiendo en todas sus curvas y mente, ya que esta iba en aumento,
lentamente permitió que el vejete acercara ese miembro a su rostro hasta hacer
contacto con una de sus mejillas, por lo que comenzó a mover lentamente su cara
para acariciarlo con suavidad, sintiendo el tremendo calor que emanaba de esa
colosal verga, así como las tremendas pulsaciones del enjambre de venas que
parecían estar resueltas a estallar. Una vez y cuando se hubo acostumbrado al
contacto de tan tremendo objeto, cayó en la cuenta de que la desagradable
hediondez emanada de aquella vergal tranca de carne, y del que en un principio
trató de librarse, ahora provocaba en ella un tal estado de calentura, que
sentía sensaciones de irresistible deseo que la recorrían por todos los
rincones de su rubia anatomía, y teniendo claro de lo que pasaría si soltaba
ese pulsante miembro, lo soltó y dejó caer sus brazos extendidos sobre la cama,
para que el excitado vejete deslizara esa dura y aceitosa tranca hacía su
pequeña, delicada, y femenina boca, presionándola para que abriera los labios,
a lo cual la madre de Karen accedió, al principio con gran timidez, simulando
rechazo pero el fuerte y agradable olor que salía de esta tremenda cosa de
carne hicieron que ella innatamente le diera un tierno beso, situación que fue
aprovechada por el vejete para ir metiéndosela poco a poco en su fresca cavidad
oral, jamás violada vergalmente, para probarla con su lengua, para
acostumbrarse a ella pensaba la rubia. Hasta que luego de un rato, presa de una
incontrolable desesperación que no tenían precedentes, abrió su boca
engulléndose media verga al tiempo que movía su cabeza en círculos para sentir
el contacto de sus labios con ese tremendo miembro masculino en toda forma
posible. Andrea con sus ojos cerrados, y sin el menor gesto de asco o
remilgos, disfrutaba extasiada, lamiendo toda la extensión de ese largo y
anchuroso palo carnoso, ahora desde los testículos hasta el morado
glande, luego lo succionó a modo de beso en todas sus partes, hasta
terminar sorbiendo la dura y aceitada cabeza con morbosa fruición. Pero qué
situación más morbosa y caliente se vivía al interior de aquella habitación,
con una hermosa mujer rubia y desnuda, con finas facciones angelicales, que
demostraban su noble descendencia y con cuerpo de top model, pero con un
poquito más de carne, degustando y engullendo una enorme verga, tan erecta que
las palpitantes venas lucían como si en cualquier momento la harían estallar en
mil pedazos. -Qué te parece el tamaño de mi verga putita, jejeje, le
preguntó Don Pricilo como era el, con vulgaridad. La rubia quien seguía
chupando pico como endemoniada, a duras penas se pudo separar de esa gruesa
verga que la tenían en un estado lujurioso jamás vivido por ella… -Ohhhh! Don
Pricilooo! No sé qué decirrr!... Es Enormeeee su cosaaa!…Le decía entre
cortadamente y con su respiración totalmente agitada…-Con solo tocarlaaa ya
siento doloreees!, -Exclamaba la caliente y rubia señora, para casi de
inmediato volver a atrapar con su boca esa descomunal erección que ahora
ejercía sobre ella el mismo poder de atracción que un imán tiene sobre una
pieza de metal. Luego de un largo rato en el que Andrea continuaba disfrutando
con la succión del enorme y tieso palo, abrió sus increíbles ojos de verdes
fijándolos en los oscuros ojos del buen Don Pricilo, al tiempo que con un tierno
ademán oprimía el largo y venoso tranco de ese erecto miembro contra sus
sensuales labios. Con solo ver esto el vejete cayó en un violento ataque de
calentura desesperada, ya era hora de dejarse de pendejadas, se decía para el
mismo, ya se había culiado a la hija y ahora le tocaba a la madre, tal como él
lo había pre dispuesto desde el principio, ahora estaba casi seguro que Karen
aparte de haber heredado el mismo cuerpo de su madre, también lo había hecho en
calentura. Se la iba a Coger ahora mismo se aprontaba el vejete, y mañana vería
como las hacía para encamarse con las dos juntas, a la vez que recordaba la
mirada de puta con la cual había mirado Andrea el cuerpo desnudo de su hija
cuando esta les había bailado en total estado de ebriedad, pero más sorprendido
quedo cuando la rubia dejando de chupar verga por un rato, le pregunto… -Y
usted Don Pricilo…no se va a sacar la ropa?, le pregunto Andrea con una cara de
puta que jamás en su vida se había marcado en sus elegantes facciones, con esta
sola pregunta el viejo sentía que más se le endurecía la verga… -Así que esta
preciosidad de mujer quiere ser mi hembra? Jejeje…Tienes idea de las cogidas de
potro que te voy a dar con esta verga?, putona preciosa!!... y de cómo hago
bramar de calentura a las putas que caen en mi poder cuando les abro el culo?
…le preguntaba el vejete con su cara de total degenerado, la misma que le había
puesto a Karen la primera vez que la tomo casi a la fuerza, -No se lo has
preguntado a la puta de tu hijaaa?... -Nooo!, noo se le he preguntadoooo!, pero
quieroooo pro…bar…looo!…quierooo ser suyaaa… -Jajajajjaa….que puta eres
para tu cosas Perra asquerosaa!! Jajaja, ni la ramera de tu hija me la ha
pedido con tanta ternuraaa..Jajaja….Ya verás te voy a matar a vergazos, a ver
si te quedan ganas de volver a pedirme Vergaaa!...jajajaa… La rubia e infiel
mujer ya estaba desesperada por que le metieran verga, le encantaba estar en
tales condiciones con ese horrendo hombre y ya quería ser tratada tal como él
lo hacía con su hija. Los ojos del vejete centelleaban en su desmadejada y
canosa cabeza, y en su enorme arma se produjo un latido espasmódico que hubiera
podido desbocar a la rubia si él hubiese querido, y la mujer viendo que la
verga de Don Pricilo había erupcionado una blanca gota de semen que empezaba a
rodar como la cera de una vela encendida, de inmediato pegó sus finos y
sensuales labios a la punta de esa respetable verga para limpiar con su lengua
el repentino y caliente derrame de semen, y una vez en posesión de esa monumental
tranca de carne, Andrea no resistió la tentación de volver a probar esa
delicia, y se dio por completo a la tarea de succionar tan deliciosamente, que
el asqueroso viejo no se atrevía a separarse de ella, y solo optó por tomarla
violentamente desde sus rubias trenzas para dirigir la velocidad en
que la hembra debería dar las calientes mamadas a su gruesa verga, haciéndola
sentir que él tenía el mando. Con media verga en el interior de su boca, los
sensuales y bien formados labios de la infiel mujer succionaban con tal fuerza
y pasión, que el vejete sentía como si se la quisiera desprender desde la misma
raíz. Con cada mamada que la rubia de trenzas le daba, extraía pequeñas gotas
de semen, que el hombre sentía recorrer por todo el largo de su excitado palo.
Esa pequeña sensual y femenina boca, tenía el mismo poder de succión que las
que tiene un ternero recién nacido, pensaba el miserable hombre. - ¡Ya putaaa!…
¡Ya!…ya! es suficiente, Ohhhh!!, Decía el viejo poniendo sus ojos en blanco,
-Una chupada más, y tendré que darte mis mocos en tu boca!!, y se dio a la
dificultosa tarea de separar su verga de la boca de la enloquecida y caliente
mujer necesitada de verga, mientras la sujetaba con ambas manos desde el
nacimiento de sus dos rubias trenzas, vio como un viscoso hilo de semen colgaba
como puente, entre esa bella boca y la punta de su engrosado miembro. Luego de
tal innombrable tarea, el caliente vejestorio había quedado excitado hasta la
locura, resoplando su respiración con un ruido que claramente se asemejaba un
rugido de oso. La mujer que ya ni se daba real cuenta de lo que estaba
hablando, ni de lo que estaba haciendo le hacía saber a su macho de lo bien que
se lo estaba pasando con aquellas degeneradas cosas que le estaban haciendo a
su boca… -Don Pricilooo es increíbleee!, lo que usted me hace con su Vergaaa!!.
Que hembra se sentía Andrea al estar completamente desnuda y a luz encendida,
con semejante hombre y diciendo con total libertad estas eróticas palabras…
-Mmmmm… no sé cómo decirlooo, pero pude sentir con la boca, los latidos de su
corazón y la excitación y las ganas que usted tiene por hacerme el amorrr!!…
-Jajajaja, te equivocas preciosaaa…jejeje, yo no te hare el amor, jejeje, te
voy a Coger que es muy distinto a las mamadas que tu estas diciendo, jejeje,
-De ver…dad!! …Me… va… a… Cogerrr?...la temblorosa rubia al decir todas estas
leperadas no se aguantaba las ganas de estar abriendo y separando sus poderosos
muslos, ya que su centro intimo ya le exigía al rubio cuerpo de la Diosa la
irrupción de algo hacia su interior.. -Siii, continuaba hablándole el vejete,
-Y te voy a tirar todos mis mocos bien adentro de tu cuerpo, los que he
acumulado en toda esta tarde solo para ti ricura, jejeje… este cuerpecito tuyo
ya está listo para abrirse y recibir mi verga, jejeje, en este momento eres una
hembra en celo, ansiosa por que te culien, y yo soy tu verdadero macho
que te echare tanto semen adentro de tu Perra y estomago que lo más
probable será que ya para mañana estarás preñada, jejeje… Dicho esto último el
viejo yerno se separó del joven cuerpo de su suegra para el mismo proceder a
abrirla de piernas. La complaciente y entregada mujer se dejó hacer, quedándose
a patas abiertas, que era la exacta posición como aquel degenerado viejo quería
tenerla. Ahora Don Pricilo gozaba de la vista que le ofrecía Andrea
en toda su espléndida desnudez, y rugió ahogadamente como un toro al
palpar con sus toscas manos las delicadas y femeninas formas y curvas, cuyo
contacto transmitía a su excitado miembro y testículos, el cosquilleo que
desataba todos los poderes copulatorios de su obeso pero robusto cuerpo, y
mientras ella, como si fuese una jovenzuela recién enamorada le mostraba en
toda su crudeza sus intimas y delicadas partes pudorosas. El vejete no aguantando
más por el degenerado espectáculo que le estaban brindando, rápidamente se
despojó de todas sus ropas mostrándole a la bella mujer sus gruesas y peludas
desnudeces, pero Andrea estaba solamente hechizada por esa gruesa tranca
que muy pronto le iban a meter. Una vez desnudo el vejete, y sin poder
contenerse más, se lanzó encima de ella y la abrazó con fuerza, uniéndose con
la furia del deseo a ese frágil, esbelto y femenino cuerpo lleno de doradas
curvas, haciéndola cerrar los ojos y echar la cabeza hacía a un lado, en señal
del exquisito disfrute que el caliente hombre le hacía sentir a su cuerpo y
mente… -Ahora prepárate mamasota que te voy a partir la concha de un puro
envión!, la sentenció Don Pricilo…-Porque de aquí no saldrás hasta que me canse
de tu cuerpo, jejeje, vamos a Coger como animales, jejeje, ya no hay marcha
atrás putita, vas a ser la hembra de un potro salvaje, serás la hembra de
Pricilo, al igual que la Perra que está durmiendo en pelotas allá afuera,
jejeje, y te lo advierto, yo no me conformo con una sola cogida, jejeje… y para
luego continuar diciéndole, -Será en tu misma cama matrimonial en Donde le
pondrás los cuernos a Eduardito, jejeje, y si crees que tendré cuidado o
miramientos de algún tipo contigo para hacértelo… Te equivocas!, yo ya te lo
dije!... yo no hago el amor… yo simplemente te voy a Coger!! como lo hago
con la otra puta, jejeje, haré lo que sé hacer, y te aseguro que vas a sufrir y
disfrutar. En mis brazos gritarás y bramaras con el mismo escándalo que lo hiso
tu hija cuando estaba cerrada, jejeje… y cuando tus encantos interiores abracen
con fuerza el tronco de mi verga, tú y yo gozaremos aquí como macho y hembra, y
al final, tu cuerpo quedará colmado de las placenteras sensaciones que
experimenta una perra cuando esta abotonada con su macho, jejeje… El vejete si
pensaba que con estas crudas aclaraciones estaba asustando a la hembra, estaba
muy equivocado, con cada una de sus degeneradas palabras no hacía más que
calentarla aún más, ya que desde el día en que la rubia lo había visto Cogiendo
y pegándole a su hija, unas insanas ganas se habían ido instalando en su cuerpo
a lo cual hacían que ella ahora que estaba con el abusivo viejo, le hiciera lo
mismo a ella. Un segundo después, la señora Andrea Rojas de Zavala, excitada
por la vulgaridad de las descripciones con las que vejete le había hecho saber
su ahora inevitable destino, según sus propias y brutales palabras, era tomada
por debajo de sus desnudos hombros en señal de dominio sin que ella
opusiera la más mínima resistencia, y con sus femeninos instintos de hembra
falta de cariño y necesitada, se esmeraba en abrirse lo que más pudiera de
piernas, la excitada y ronca voz de Don Pricilo le informaba que había llegado
la hora del apareamiento… -Abre tus piernas culona, y cierra tus ojos que lo
más probable es que te desmalles cuando te meta la verga…,y uniendo los hechos
a las palabras, el degenerado hombre empezó con un malsano tratamiento a base
de firmes apuntalamientos contra la dorada y apretada intimidad de Andrea… La
rubia sintió el aceitado y resbaloso pomo como urgía por adentrase en sus
carnes y cuerpo, mientras en sus suaves mejillas sentía las ásperas verrugas
del vejete que lo único que hacían eran enardecerla aún más de lo que ya
estaba, quería que la partieran en dos, anhelaba que ese asqueroso sujeto de
una buena ves se la Cogera en todas sus letras, hasta que una vez que lo sintió
que este se afianzaba en sus apretados labios vaginales haciendo una dolorosa
presión para adentrase a su exquisito interior, la adolorida pero todavía
caliente mujer dejaba salir de sus labios el primer gemido mitad de dolor y
mitad de calentura… -Ouuuhhh! Don Pri…ci..looo… esto dueleee…la tieneee muy
grandeeee!!... -Lo sé putonaaa!!, pero tienes que recibirlo, no sabes las
ganas que te tenía desde la primera vez que te viii,…le bufaba hediondamente el
vejete encima de las narices de su amante. Los firmes empujes continuaron en la
delicada entrada de Andrea con ella aguantando como la verdadera hembra que
era, hasta que el lujurioso hombre consiguió a medias lo que se proponía, su
gruesa verga lentamente se fue internando en el poderoso cuerpo de la mujer de
35 años hasta que le quedo encajada en la mitad de aquella dorada rajadura. El
caliente y desesperado vejete pudo ver cuando la hermosa puta se revolcaba en
la cama y debajo de su cuerpo, gritando de dolor y de placer, mientras el
continuaba manteniéndola firmemente apuntalada con su verga. -Ohhh!! Putonaaa!!
Pero que apretada estasss…mamitaaa!!...si pareces una verdadera virgennn!!
Andrea no contestaba nada, solo aguantaba los inmensos dolores de sentir como
esa desvergonzada verga urgía por adentrarse a sus delicadas intimidades,
solamente se dedicaba a gritar de dolor por cada intento que hacia el vejete
por adentrase hacia su cuerpo. El detestable hombre se regodeaba escuchando los
fuertes gritos de placer y de suplicio, que con todas sus insanas intenciones
había provocado en ese hermoso cuerpo de Diosa, sabedor de que por fin podría
dar rienda suelta a sus degenerados instintos de potro en estado de
calentura, con una hermosa mujer que ansiaba ser violada como parte de su nuevo
temperamento. Casi al siguiente segundo, la excitada mujer ensartada a medias,
era nuevamente acomodada por el vejete en la cama, para por fin mandársela
aguardar en su totalidad, pero antes le miro su hermoso rostro asustado y con
doradas trenzas, el lujurioso y cochino viejo se deleitaba con la contemplación
de esa visión paradisíaca, el femenino y bien formado cuerpo de esa notable
mujer, tenía la forma perfecta para el tipo de apareamiento que a él más le
gustaba, la del misionero, ya que así el las sentía a su entera merced y
doblegadas a sus calientes movimientos de macho. El vejete ahora empujaba,
presionaba y embestía, pero su grueso armamento no entraba ni siquiera un
milímetro de lo que ya estaba metido, veía los lamentosos gemidos de aguante
que hacia esa Diosa y una vez que la entrada intima de la mujer que se le
estaba entregando estuvo muy bien lubricada, dio un certero y firme empujón
de avance y sintió cuando su descomunal miembro se introducía, haciendo a la
señora Zavala quejarse con agudos gemidos de dolor, avisando con esto que el
buen hombre ya empezaba a abrir su estrecho y apretado interior íntimo,
provocando en su hembra el reflejo instintivo de encoger y a abriese aún más de
piernas, al sentir la presión invasora, pero aún faltaba por meter, ambos
amantes estaban conscientes de esto. Don Pricilo no esperó mayores incentivos,
y tras otra embestida de toro enfurecido se adentró aún más… y cada vez más… y
más, hasta que dio la impresión de que el hermoso cuerpo de la rubia no podría
recibir una verga de esa magnitudes al interior de su esbelto cuerpo, pero el
vejete sabía que si lo había hecho con la hija, también se lo podía hacer a la
madre, por lo que seguía metiendo sin compasión, lo que obligó a que la joven
madre, en un reflejo instintivo de protección, levantara sus brazos para apoyar
las palmas de sus manos en la sobresaliente y peluda panza del excitado hombre,
y tras luchar contra ella por alojarse en su interior, consiguió clavarse en su
cuerpo en su totalidad. Con cada brutal empujón, el cuerpo de Andrea se
encendía como fogata, y con femeninas quejas de dolor disfrutaba de la
agresividad con la que era atacada por el enfurecido hombre, que por ningún
motivo estaba dispuesto a soltarla de las hermosas y bien formadas nalgas por Donde
había tenido que meter sus peladas manos para afianzársela con más seguridad,
sus grandes manazas estaban asidas como garras a las suavidades del hermoso
culo de Andrea. Enloquecido por el infinito placer que le estaba dando esa
elegante mujer con instintos de puta, Don Pricilo rabiaba y gruñía tratando de
adentrarse aún más, mientras ella luchaba por sujetarlo, con la esperanza de
que éste se conformara con sus empujes ya que si por ella fuese podía dejar al
vejete que se la metiera aún más, pero ya estaba toda adentro y no había más
dónde meter, el viejo estaba casi enloquecido. Pero Don Pricilo no era fácil de
vencer, su indomable temperamento de sátiro se había encendido al máximo, el
feo y congestionado rostro del lujurioso hombre, estaba verdaderamente
deformado por la excitación, haciéndolo lucir endiabladamente feo en
comparación con la dulce y seductora imagen de la dorada Diosa, a la que sacudía
una y otra vez haciéndola sonreír debido a que ella se daba cuenta de la
extrema desesperación en que se la quería seguir Cogiendo el esposo de su hija,
hasta que de pronto la sonrisa desapareció de su rostro, y sus brazos cayeron
sin fuerza en la cama, al sentir que con una de esas bestiales embestidas, el
odioso hombre había conseguido llegar a la parte más interna y sensible de sus
viseras. Luego tras un par de buenas estocadas de avance, que la señora Andrea
tubo que soportar en completa inmovilidad con las piernas abiertas y flectadas
y con los brazos caídos en la cama, el vigoroso vejete se detuvo para tomar un
respiro, para luego con enojo y de un solo golpe se lo enterró hasta la
raíz. Sorprendida y boquiabierta, Andrea sentía que su viejo yerno se había
internado en su cuerpo con toda la bestial hombría de ese largo, anchuroso, e
inflamado miembro de potro semental. Ahora el vejete bramaba de lujuria,
excitado por haber llegado tan adentro de ella que hasta los testículos
parecían querer entrar, y tal como acostumbraba, celebró su triunfo con sonoros
y bestiales embistes de victoria, que retumbaban en las cuatro paredes de ese
cuarto, opacando los angustiosos gemidos de virgen desflorada con el que Andrea
había comenzado a llorar, soportando la tortura de tener alojado a semejante
ejemplar en sus entrañas. La antihigiénica mata de encrespados pendejos del
miembro del caliente viejo, acosaban la casi lampiña y apretada entrada intima
de la señora, sin embargo, el vejete no paraba de empujar, y a pesar de haber
entrado completamente y hasta la raíz, seguía insistiendo, presionando una y
otra vez sobre el plano y suave vientre del inerte y dócil cuerpo de la hermosa
hembra, cuyos cerrados ojos se apretaban expresando el dolor que le provocaban
los enfurecidos apuntalamientos que le asestaba el inconsciente y degenerado de
Don Pricilo al continuar con la instintiva e involuntaria inercia animal de
impulsos que lo hacía adentrarse con una animal violencia, hasta que por fin se
convenció de que ya no podía penetrar más en aquel delineado y femenino cuerpo.
Entre tanto el rostro de la bella y joven mujer, con la boca abierta en una
expresión de grito silencioso, reflejaba las continuas sensaciones de dolor y
placer que cruzaban por su cerebro con la dolorosa entrada de esa gruesa verga
de potro, atravesando y expandiéndose por la más recóndita intimidad de sus
entrañas, sin embargo, por la expresión de esa femenina cara, el astuto vejete
sabía bien que la caliente mujer estaba disfrutando al máximo. Y una vez que la
tuvo perfectamente ensartada, cargó todo el aplastante peso de su cuerpo, sobre
el poderoso y curvilíneo cuerpo dorado que tenía bajo su completó dominio. Por
su parte, la joven e infiel esposa de Eduardo Zavala, con sus brazos y
piernas abiertas, sentía como su fornido violador resoplaba en sus oídos,
sentía la agitada y caliente hediondez de su respiración, y a pesar del rictus
de dolor que este tenía en su cara, ella sabía que el hombre se encontraba
disfrutando intensamente del placer de sentirse enterrado en su delineado
cuerpo, por lo que aduras penas se aventuró a solicitar… -Ahhh! Don
Pricilooo…por favorrr…mas… fir…me…!! Afilemeeee mas fuer..teeeee!!
-Jejeje…claro que si putitaaa…yo siempre cumplo con lo que digo…ahora que ya la
tienes adentro puedes empezar a moverte y así aprenderás a afilarrr!!,
jejeje…al terminar de decir esto último el viejo comenzó un lento mete y saca
el cual fue secundado por deliciosos meneos de caderas por parte de la rubia de
trenzas, movimientos que a los pocos minutos se transformaron en salvajes
aserruchadas y embestidas por parte de ambos amantes. Don Pricilo ahora le
hacía sentir que verdaderamente a ella se la estaban Cogiendo como Dios manda,
y el hecho de verla con los parpados apretados, y el rostro transformado por la
dolorosa excitación, el viejo más salvajemente se la culeaba, por su parte la
linda mujer tenía la sensación de que el abusivo vejete se la tenía metida
hasta la altura de sus pulmones, pues cada movimiento, cada acomodo, incluido
el fortísimo palpitar de las gruesas venas de esa descomunal verga, le
otorgaban sensaciones que recorrían por completo todo su sistema nervioso,
provocándole una calenturienta emoción hasta el momento desconocida para ella.
Sin embargo, el degenerado solo se estaba dando un respiro para controlarse, y
poder iniciar una Cogida cuya duración sería tan prolongada como las que le
había pegado a su hija, con la única finalidad de otorgarle enloquecedores
efectos del placer que con su experimentada y robusta verga le iba a provocar a
esta joven e infiel señora, que desde hoy pasaba a ser su puta personal al
igual que la Perra de su hija. Durante unos momentos, la hermosa y rubia mujer
con sus flexionadas piernas abiertas a ambos lados de su amante, sentía como
entre bramidos y jadeos de excitación, éste se acomodaba para acoplarse con su
cuerpo, hasta que quedó en reposo sobre ella, con sus largos y bien
desarrollados testículos de toro colgando pesadamente y acomodados sobre la
cama. La sangre del pobre vejete hervía mientras sentía como la parte frontal
de su cuerpo hacía contacto completo con las frontales e increíbles formas de
esta singular belleza, que en ese momento ondulaba la perfecta y bien formada
estructura de sus caderas, acoplándola de la mejor manera a la forma vergal del
robusto cuerpo de su violador, para proporcionarle a su macho la máxima
comodidad y deleite posible. Don Pricilo pasó sus brazos bajo los hombros de la
señora Andrea atrayéndola hacía él, y acomodándose sobre sus complacientes
piernas y oprimiendo su velludo pecho y panza contra ese perfecto par de duras
tetas que se gastaba la casada mujer rubia, lentamente empezó a restregarse
contra la casi lampiña y fina entrada intima de esa mística hembra, adentrando
cada vez más la extensa raíz de pelos que circundaba el nervudo y grueso tronco
de su enorme verga, hasta que conforme con el terrible masaje con el que había
frotado esa fina entrada, pasó sus poderosos brazos bajo la fina cintura de la
mujer para abrazarse a su carnosa esbeltez, encorvando su fornido cuerpo para
acoplarse por completo a la femenina figura de su compañera, agasajándola y
adentrándose como podía contra esas endiabladas formas femeninas a las que
apretaba con fuerza haciéndola sentir que estaba perfectamente atrapada por su
propia calentura, de la cual ya sería imposible escapar, ya que pronto
empezarían los movimientos que darían alivio al prolongado aguante y contención
del suertudo vejete. La complaciente mujer clavo su frente en pecho del hombre,
preparándose para la dolorosa tarea de servirle de hembra reproductora a este
magnífico ejemplar con el que ahora se encontraba en pleno trabajo de
apareamiento. Casi de inmediato comenzó un encuentro en el que los movimientos
de este abusivo hombre, sacudían la cama y hacían crujir todos los muebles de
la habitación matrimonial, Andrea por su parte asiéndose con ambas manos a las
sabanas, sentía los fornicantes movimientos del sensual y caliente viejo,
clavándose a fondo con cada embestida, sin retirar más de la mitad de la longitud
de su endurecido miembro, para poder adentrarse mejor con cada impacto de
entrada, produciéndose un rítmico golpeteo que sacudía todo su hermoso cuerpo.
Los fuertes movimientos y gemidos de apareamiento continuaron, y eran tan
extremos y desvergonzados como los de un perro cuando se culea su perra, urgido
por alcanzar el placer de la eyaculación, hasta que la señora Andrea comenzó a
estremecerse por efecto de las exquisitas sensaciones que le provocaba un
asalto de tal naturaleza a su intimidad, nunca antes vivido. De pronto con los
ojos cerrados y con sus mejillas adosadas al peludo y grasiento pecho de su
macho, Andrea empezaba a llorar de placer, dando gracias al cielo por el
increíble momento que estaba viviendo. Entre tanto, Don Pricilo, enloquecido de
placer, seguía sacudiendo con furia incontenible ese increíble cuerpo, clavando
su tranca en el interior de la aurea y apretada vagina de su bella dama una y
otra vez, y a cada momento su arma se endurecía más, y más, hasta llegar a
asemejarse a una sólida barra de reluciente acero, ahora quería abofetearla en
el rostro, para luego pelarle el culo a correazos, pero la rubia lo tenía
agarrado tan sabrosamente con su Perra que esto lo dejaría quizás para mañana,
pensaba el degenerado y abusador vejete. Pero todo tiene su fin, y también lo
tuvo el placer del viejo degenerado de Don Pricilo, que después de haber
penetrado y violado esa casi sagrada entrada intima, no pudo más, y dejando
escapar desde su garganta un gruñido de fiera enardecida, hundió hasta la raíz
su gruesa verga caballuna en el interior de la joven y rubia señora, para
empezar a arrojar en su interior los abundantes, calientes, e interminables
chorros de semen, mientras la joven madre de familia sentía una tremenda oleada
de calor en la parte interna de su ombligo, estrellándose con furiosas
repeticiones, expandiéndose a chorros con el mismo ritmo con el que pulsaban
explosivamente las venas de esa enorme verga que tenía clavada hasta la raíz.
Casi instantáneamente, la excitada hembra gritó, bramo y relincho como una
verdadera yegua por la emoción, y por el increíble y animal orgasmo que exploto
en su cuerpo al sentir proyectarse en sus entrañas la brutal corrida orgásmica
de ese horrible hombre, que por fin la había culiado en pelotas y sin ningún
tipo de recato de por medio, haciéndola sentir mujer en toda sus letras. Todo
había terminado, todo había pasado, el acto de apareamiento sexual que ella
tanto había deseado, había sido consumado por completo, el último espasmo dorsal
de su hijo político había inyectado el último chorro de semen en el interior de
su rubio cuerpo, y ahora el yacía como muerto sobre su curvilínea anatomía, y
ella como buena hembra que era ahora solo se mantenía quieta y mansa con sus
hermosas piernas bien abiertas, albergándolo en su íntimo interior y
brindándole la seguridad de su despampanante cuerpo de mujer, pero aun
así sentía su verga tan erecta como cuando empezó el combate amoroso, pues el
horripilante vejete estaba demasiado excitado por la larga espera de poseer ese
cuerpo de fábula, como para que con tan sólo esto se quedara satisfecho. Andrea
aun con el pesado cuerpo de Don Pricilo montado en las suavidades de su cuerpo
y con ella abierta de patas y brindándole un tierno masaje a los peludos lomos
del hombre, pensaba en aquellas abundantes chorreadas de caliente moco que le
habían echado al interior de su cuerpo, sentía que la acción preñadora del
tenaz vejete había disparado tanto semen en su vientre con tal fuerza, presión,
y abundancia, que esa venida de semental italiano había llegado hasta su
cerebro y eso era una emoción que superaba por completo todas las fantasías que
había tenido al respecto, en todo este tiempo. Luego de un buen descanso, y una
vez desclavado, Don Pricilo aprovechó para acariciarla y recorrerla con sus
descascaradas manos por todas las suaves curvas de la dorada hembra que en
estos momentos y muy pensativa se dedicaba a soltar sus rubios cabellos de las
colegiales trenzas que le había hecho Karen al comienzo de esa caliente tarde,
una vez que hubo terminado ordeno sus desordenados y rubios cabellos dejándola
ver aún más apetecible ante la calentona mirada del desalmado vejete quien
tomándola de las suavidades de su cuerpo la atrajo hacia su obesa humanidad,
para besarle la frente, el cuello, las orejas, y la boca. Luego buscó el oído
de la mujer para lamer en su interior y roncamente murmurarle… -Es Usted una
hembra muy caliente mi reina!… ahora ya sabe lo que es coger con un macho de
verdad. Espero no haberla lastimado mucho, pero la verdad es que al Coger con
alguien como usted, me emociono y no entiendo razones, una vez montado me
convierto en una máquina de coger, jejeje…. Con un doliente y ardoroso gesto,
la rubia frotaba con suavidad su oreja que estaba en contacto con los labios
del vejete y contra la boca de éste, y tragando saliva le dijo con una voz tan
suave que demostraba el exhausto cansancio en que la habían dejado después de
tan salvaje acto de apareamiento que se había pegado… -Estoy preocupada por mi
hija…que le vamos a decir ahora…le decía la acongojada mujer a su amante… -No
te preocupes putitaaa!, esa parte déjamela a mí, tu solamente dedícate a Coger
conmigo y veras que todo va a estar bien , jejeje… -Es usted un descarado…le
dijo Andrea dejándose abrazar por el degenerado hombre, y ya un poco más
tranquila que debido a la gran Cogida que se había pegado con el vejete, la
hacían sentirse un poco más segura a su lado, y esto sumado a que la inmensa
calentura que habían acumulado las curvas de su cuerpo aun no estaban del todo
apaciguadas. -Te gusto la forma en que afilamos dulzura, jejeje… Andrea lo
pensó por un momento para luego contestarle con sinceridad… -Me ha encantado,
pero debe hacérmelo más despacio en un momento pensé que me iba a matar con su
tremenda cosa… -Vergaaa! Ricura, se llama Vergaaa, la misma que le meto todas
las noches a tu hija, jejeje, -Bueno como usted quiera…su Vergaaa es
tremendamente monstruosa, nunca pensé que me entraría entera… Don Pricilo con
una lujuriosa sonrisa en su cara y enardecido por el vulgar vocablo en que
estaba comenzando a hablar la señora de la casa, se puso de espaldas en la cama
la tomo violentamente por sus remarcadas ancas de hembra bien formada,
montándosela el mismo sobre su erecta verga y de un puro y solido empujón se la
clavo entera, hasta la misma raíz… -Ahhh!! Que calentona eres pendeja, esto es
en agradecimiento por haberme regalado tu Perraaaa!! Ahhhh!!..Tomaaa!!, le
decía el vejete por cada nueva clavada que le asestaba sin compasión alguna a
la rubia y ensartada mujer… El vejete golpeaba con furia la dorada entrada
intima de su nueva ramera con la peluda raíz de su descomunal miembro. El
excitado viejo accionó con tal fuerza y vigor contra el inmóvil y manso cuerpo
de la bella y rubia amazona, que esta solo atinaba a buscar apoyo en cualquier
cosa, ya que por los bruscos movimientos de su macho la hacían sentir que
estaba en poder de una bestia indomablemente salvaje, cuya única función era
gozar y gozar, y después de eso, otra vez volver a gozar. Andrea que con la
tremenda calentura que la hacía sentir este odioso sujeto, también se dedicaba
a Coger como animal, ahora ella movía bestialmente sus caderas empalándose ella
sola ese grueso mástil de carne, su precioso culo saltaba sobre la gruesa tranca
como si ella fuera una batidora, culiaba, exprimía, y arremetía contra la
grandiosa virilidad del vejete la cual estaba totalmente ensartada al interior
de su cuerpo. Los deliciosos movimientos de apareamiento que hacia la señora
Andrea hicieron que Don Pricilo se dedicara a contemplarla, le veía sus dorados
cabellos que caían sedosamente semi ocultando las grandes ubres que poseía la
rubia mujer que mantenía sus ojos cerrados dejando ver la convicción en que se
estaba entregando a las exquisitas y placenteras sensaciones que le eran
otorgadas por esa descomunal verga que la perforaba, el caliente viejo
aprovecho esta situación para intentar ver hasta qué punto de calentura podría
llevar a la ardiente rubia, por lo que le dijo… -Te gusta como afilamos putaaa!!
-Siiii !!, contesto la enajenada mujer que en ningún momento dejaba de menear
sus caderas… -Jejeje…apenas se despierte la puta de tu hija la iras a buscar
para que se venga a acostar con nosotros, jejeje. El vejete esperaba ver la
reacción de la mujer, pero ella al escuchar la degenerada y perversa solicitud
que le hacia su amante, solo atino a seguir moviendo su cuerpo en una forma
desquiciantemente placentera, como si la estuviera pensando tal desnaturalizada
solicitud que le hacia su amante y para luego de un rato contestar… -Y…
pa…ra…que…quie…re…que…ha…ga…e…soooo!!, le pregunto entrecortadamente, a la vez
que los desquiciantes meneos de pelvis y caderas iban en franco aceleramiento…
-Jejeje…porque me las voy a afilarrr a las dos juntas, jejeje, te gustaría ver
cómo me la Cojo al lado de tu cuerpo…La rubia y caliente mujer no contestaba
nada solamente se dedicaba a exprimirle la verga a ese desvergonzado viejo que
ahora pretendía Cogerselas a las dos juntas, pero muy a su pesar la idea de ver
como ensartarían a su propia hija en la misma cama en Donde estaría acostada
ella la confundían y la calentaban…-Contesta Perraaaa!! Te gustaría que
hiciéramos un trio con la puta de tu hijaaa!!, le volvía a preguntar el vejete,
Andrea ya no aguanto más por el grueso calibre de tan depravada solicitud y
descargando ella misma una fenomenal y cuantiosa cantidad de jugos vaginales
acelero sus ardientes movimientos coitales y grito un fuerte y afirmativo…
-Siiiiiiiiiiiii !! -Ohhhhh!! Pero que gran pedazo de puta es usted señora
Andreaa!! Ahhhh Acaboooo!!...tomaaa!! Ahhhh!!... Al terminar, un bramido como
de bestia salvaje escapó del ronco pecho de Don Pricilo que a medida que
arrojaba su cálida descarga, volviendo a disparar furiosos y calientes chorros
de semen que se proyectaban estomago arriba de esa caliente hembra que
estaba dispuesta acostarse junto a su hija y dejarse Coger delante de ella, al
tiempo que ella misma no cesaba de lanzar bramidos de éxtasis, al sentir una
vez más la furia del deseo de ese vetusto hombre, sintiendo las potentes
descargas de semen que de nuevo se encontraban circulando por sus sensibles y
tibias entrañas. Tras el lujurioso combate, el obeso y peludo de Don Pricilo,
entusiasmado por lo que se venía en pocas horas, otorgó otro breve descanso a
su atractiva compañera sexual, la cual todavía presa de un orgasmo continuo que
para ella no terminaba, continuaba moviéndose como lo hacen las bailarinas
árabes, remeciendo el cuerpo del vejete, como si éste se moviera por su cuenta
con movimientos de entrada y salida, pero el hombre la sujetó posando ambas
manos en sus suaves y remarcadas caderas, para controlarla diciéndole. -Quieta
putonaaa!, déjeme descansar un minuto y verás cómo te doy otras dos cogidas. Y
sin soltarla de sus suaves caderas continuó besándola extasiado, acariciando
con su boca ese rubio y lacio pelo, que era el adorno perfecto de su segunda
más linda cara que jamás hubiera besuqueado, y mientras jugaba con ella, a la
vez que le chupaba las hermosas y duras tetas como si estuviera sacándole y
tomando leche, la atraía cuanto podía hacia su robusto cuerpo para controlar la
insatisfecha lasciva de la excitada hembra a la que sujetaba con fuerza, y una
vez domada y controlada como yegua inquieta, la rubia mujer le lamia las asquerosas
verrugas de su cara mientras pasaba de su orgasmo, luego sintió como la boca
del lujurioso vejete nuevamente acariciaba el lóbulo de su oreja para decirle
al oído con su excitada y ronca voz: -No tiene idea señora de cuantas ganas
tengo de abrirle el culo, y cuanta falta me hace domar a una yegüita como
usted, jejeje, Yo no soy tan guapo como Eduardito, soy feo y maleducado. Y
antes de casarme con su hija me la tenía que cascar hasta tres veces por día,
rociando de semen la tapa de alguna revista con una chica linda como usted o
como ella, pero con todo y eso, quiero ser el macho de ambas, el que las haga
gritar de placer todos los días y todas las noches, y este agujerito trasero
que tiene usted, es un trofeo que voy a disfrutar mañana cuando la encule al
lado del cuerpo desnudo de su hija, jejeje, por lo tanto, usted deberá ser mía
para siempre. ¿Qué me contesta esa boquita chupadora de verga que ahora se
gasta la señora?, ¿Califico para ser su novio secreto, jejeje? Sonrojándose por
las vulgares palabras del tosco vejete, la rubia mujer escondía su cara entre
los fuertes hombros del macho y de las almohadas de la cama diciéndole: -Don
Pricilo!!… que cosas dice!!… no sé qué decir!! No estoy segura de nadaaa!!,
jijiji…Pero Don Pricilo sabía muy bien que esa coqueta sonrisa que la mujer
trataba de ocultar, era el “Si” que estaba esperando, y encendido por la
excitante coquetería de esa respuesta, apretó con más fuerza la esbelta cintura
de la elegante mujer y nuevamente accionó su verga con furia, hacía el interior
del femenino cuerpo de su amante, sacándole de su boca unos placenteros…
-Mmmh!!... Oh Por Dios!…
Mmmmh! Ahhh Don Priciii!!, Oh! Oh! Auch! ¡Auch!… Dios
míooo!… Creoo que quierooo!!…Mmmmmm… Creoo que quierooo!!…Quierooo ser su
noviaaa secretaaa!!...Ahhhh!!...Me muero!!…Me muerooooo!!!, gritaba la caliente
y adultera mujer… Los movimientos de macho en estado de leva volvieron con toda
la fuerza y vigor del primer encuentro, pero ahora, tras dos salvajes
embestidas, la rubia empezaba a gozar en serio con los violentos movimientos
del caliente y enamorado vejete, y como respuesta física, aflojó por completo
todo su curvilíneo y hermoso cuerpo, quedando tan inerte y dócil como si ella
fuese una muñeca de plástico, o la mujer de goma más bien dicho, lo que le
permitía disfrutar al máximo de la brutalidad y la rudeza con la que era
tratada por ese salvaje vejestorio, que desahogaba su espantosa lujuria con el
mismo entusiasmo de una bestia en celo. Don Pricilo sabía bien que ahora era
dueño total y absoluto de uno de los más perfectos cuerpos de mujer que había
conocido en su miserable vida, el otro era el de Karen, y tal como se lo había
prometido él, tranquilamente le dio otro par de furiosas embestidas, que
la hicieron gozar a gritos. Al final, con cinco o seis venidas de potro en su
estómago y vientre, la hermosa e infiel mujer casada por fin se sentía
rebosante de mocos, y tan complacida y satisfecha como una hembra en celo, tras
haber sido preñada con éxito por el vigoroso macho dominante que había saciado
en ella toda su ansiedad y lujuria. De verdad que Andrea hubiese hasta pagado
por haber quedado preñada en esa ocasión, por ese miserable hombre que desde
ahora pasaba a ser su dueño. Ya estaba amaneciendo, la bella y elegante señora
Andrea Rojas de Zavala, con el rostro fatigado y con unas marcadas ojeras
producto de los incontables orgasmos sufridos por su cuerpo en el transcurso de
la noche, dormía desnuda sobre el lecho matrimonial de ella y de su marido,
junto al cuerpo del vejete, ambos se mantenían abrazados, hasta que sus
hermosos ojos verdes se abrieron, estos reflejaban una felicidad absoluta
que solo se ve en las mujeres enamoradas cuando regresan de una exitosa luna de
miel. Pero a los pocos segundos su conciencia se le comenzó a aclarar y
llegaron a su mente todas las imágenes de la jarana que se había mandado en la
noche junto a Don Pricilo y su hija: los chistes del vejete, la botella de Jack
Daniel’s, el baile desnudo y erótico de Karen, de como este se le había
restregado en su cuerpo y de cómo ambos se habían besado delante de su hija,
recordó con repulsión que le había mamado la verga, su asquerosa cara muy cerca
de la suya, de cuando estuvo montado sobre su cuerpo metiéndole verga y de como
ella también lo había montado a él, y para que decir el lamentable estado
emocional y de angustia en que cayó al recordar que este horrendo hombre la
había insinuado que para este día quería acostarse con las dos juntas, con ella
y con Karen, y que más encima ella había aceptado, como así mismo había
aceptado ser su amante a escondidas… -Ohhh pero por Dios y que voy a hacer
ahora, pensaba totalmente espantada por lo que había hecho, a la vez que se
veía desnuda junto a la mórbida humanidad de un viejo casi desconocido para
ella y con el cual se había estado revolcando quizás por cuantas horas,
instintivamente se llevó la mano a su vagina y sintió en sus delicados
dedos las sequedades de los restos de semen ya helado y casi coagulado el cual
había sido depositado con fuerzas hacia el interior de su cuerpo. Un grueso
nudo se formó en su garganta el cual subía y bajaba rápidamente por su fino
cuello, sus ojos verdes se llenaron de lágrimas de remordimiento y unos sonoros
sollozos de hembra avergonzada comenzaron a salir se sus finos labios…Andrea ya
no recordaba o no se quería acordar que la noche anterior ella había encontrado
muy simpático al viejo Pricilo, y como también se había mostrado de
acuerdo en embriagar a su hija para luego ella solita ir a acostarse con el
detestable vejete…
muy morboso y excitante relato digno de un premio,felicidades eres un genio de la literatura erótica.
ResponderBorrarMuy largo la historia
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