La familia Zavala vivía feliz
en su hogar, eran una familia ejemplar, estaba compuesta por el jefe de hogar,
el Ingeniero Eduardo Zavala de 38 años, su esposa Andrea Rojas de Zavala de 35
y su hija Karen de tiernos 18 añitos recién cumplidos. (Se casaron siendo muy
jóvenes) Eran una familia de sólidos principios religiosos, morales y éticos,
ya que participaban fervientemente en una congregación dedicada a la ayuda
comunitaria y obras de beneficencia, todos sus miembros, al igual que la
familia de Eduardo Zavala debían demostrar una conducta ejemplar ante la
sociedad, por esta situación casi todos ellos eran por si decirlo conservadores
y alejados a todo tipo de actividades que pudieran dar que hablar al resto de
la sociedad. De Andrea se podría decir que era una mujer ejemplar: seria y
respetable, siempre vestía con decoro y de forma sobria, una debido a sus sólidos
conceptos morales y otra por la exigencia de Eduardo, su marido, ya que él
pensaba que toda mujer seria, decente y respetable no debía de vestir en forma
indecorosa. (Sobre todo si se trataba de su mujer) Lo mismo para Karen, su
preciosa hija, que a pesar de sus 18 años debía de vestir igual que su madre
Andrea, siempre con sobriedad y regirse a las estrictas normas establecidas por
su casi beato padre, y de la comunidad conservadora de la cual ellos eran
parte. Por lo ya descrito anteriormente, podríamos decir que igual esta
singular familia se encasillaban dentro de lo que podemos llamar normal, eran
felices y además de respetados en su círculo social. Eduardo y Andrea se
casaron muy jóvenes y enamorados uno del otro. Eduardo completo sus estudios y
con mucho esfuerzo logro incorporarse a una solida empresa del Área de
telefonía, ayudado por un tío de Andrea, que ocupaba un importante cargo
gerencial en esta. Pero sigamos con Andrea, a sus 35 años Andrea se conservaba
en excelentes condiciones físicas, era dueña de un cuerpo espectacular que a
pesar de sus serias y conservadoras vestimentas, se notaba a lo lejos, que
debajo de ellas se encontraba el cuerpo de una verdadera hembra. Rubia natural,
unos preciosos ojos verdes, en su cara de finas y exquisitas facciones, 1.70 de
estatura y un par de piernas de ensueño. Se gastaba un pedazo de culo
espectacular, soberbio, duro, paradito y carnoso, con un par de tetas
majestuosas, grandes y redondas pero que se adecuaban perfectamente a su
cuerpo, sin caer en la exuberancia ni lo grotesco. Todo en Andrea, su cuerpo
infartante, su culo, su rica hendidura, su rayita, su Concha, sus tetas…estaban
hechas a la perfección, para el beneplácito de cualquier macho que tuviera la
suerte de poder admirarlas. Ella siempre al salir de su casa a realizar algún trámite
o cuando asistía a las distintas obligaciones que se requería, al ser miembro
de la conservadora congregación a la cual pertenecía su familia, debía soportar
todo tipo de miradas obscenas, murmuraciones subidas de tono, pero Andrea no
prestaba atención a esto, se conformaba en mantener su actitud de mujer de
estrictos valores morales y éticos, siempre recatada, seria y decente que era.
(Por ahora) De la niña Karen podemos decir que heredo las mismas cualidades
físicas que su madre. Un cuerpo perfecto, un culo exquisito hecho para estar
manoseándolo por todo el día y la noche, con la diferencia que la niña Karen,
nació con su pelo oscuro y heredo los ojos azules, como su padre. Imagínense a
esta niña de 18 añitos recién cumplidos, de tez blanca, carita inocente y
angelical, de ojos azules, labios sensuales de muy buenos sentimientos y
educada en uno de los mejores colegios religiosos, ajena a todo lo referente a
cosas mundanas, como lo llamaba su padre, nunca le permitieron tener novio,
tampoco salir con amigas. Aun así algo sabia del sexo opuesto ya que por su
impresionante belleza, nunca faltaron los pretendientes, pero estos siempre
fueron espantados por su sobreprotector padre. De sexualidad lo único que
dominaba la niña Karen, era lo aprendido en el colegio, el sexo para ella
estaba hecho para tener hijos una vez que se casara. Cuando escuchaba de sus
compañeras o de su amiga Lidia, niñas que al tener otro tipo de educación,
siempre le comentaban cosas o situaciones en referencia al sexo, conversaciones
que a veces espantaban a la niña que debido a su formación, no se convencía que
tales cosas fuesen normales, pero en el fondo de su ser sentía curiosidad por
saber más de este tema, para luego recriminarse ya que ese tipo de cosas no era
para niñas decentes como lo era ella. Eduardo su padre, no era consciente del
pedazo de hembras que tenia por familia, ya que su tiempo libre lo dedicaba a
actividades de la congregación de beneficencia y de caridad, era tanto su afán
de estar siempre participando que llegaba a caer en el fanatismo. Todas sus
decisiones personales las consultaba con orientadores de la dicha congregación.
Eduardo desconocía que esta situación podría desencadenar consecuencias
nefastas para su familia y que esas consecuencias las terminarían pagando
Andrea, su bella seria, recatada y decente esposa, y Karen que por su
inocencia, candor y belleza, sería el primer blanco para los sucesos que se
avecinaban. El sexo entre Andrea y Eduardo podemos decir que era casi normal,
lo de siempre y un poco escaso a lo mejor. Dos o tres veces al mes era
suficiente para Eduardo, ya que consideraba que el sexo no era importante para
la relación conyugal, el sexo para él era algo obsceno y sucio, e intentar
hacer algo novedoso era como faltarle el respeto a su mujer. Andrea estaba
acostumbrada a esta situación, siempre estaba dispuesta para su marido, y
cuando él la buscaba para estos menesteres, era lo típico, posición del
misionero, de 05 a 10 minutos y una vez terminado el encuentro, a dormir. En
una ocasión, Andrea en un arranque de pasión y fogosidad intento practicar otro
tipo de posición, algo normal dentro de la relación de cualquier pareja, lo que
le costó una seria reprimenda por parte de su esposo, eso no era para personas
decentes como ellos, y la mando a unas clases de orientación familiar que
duraron 2 meses, con eso Andrea ya no quiso innovar en la vida intima, pero a
pesar de todo igual se sentía feliz con su apuesto esposo, lo amaba. Que
desperdicio, tener una hembra con cuerpo de Diosa, con curvas endemoniadas, de
belleza absoluta, tenerla tendida en una cama, con la luz apagada, con un
grueso camisón de dormir que le llegaba mas debajo de las rodillas y que para
tener sexo se lo tenía que subir hasta la cintura, en silencio, nada de
palabras salidas de tono, sin besos, sin caricias. Y para vestirse, cada uno
por separado en la soledad del baño que tenían para ambos, porque verse
desnudos era algo sucio, inmoral y un montón de pelotudeces que pensaba
Eduardo, pero para Andrea eso estaba bien…lo veía normal…porque lo amaba. -Así
vivía la feliz familia, sin preocupaciones. Su casa estaba ubicada en las
afueras de la ciudad, era una casa no tan grande pero si muy cómoda, era de dos
pisos, un patio grande con piscina incluida, y al fondo del patio existía una
cabaña, para uso del servicio domestico, en esta vivía don Pricilo, el
jardinero, un viejo de 62 años, que al haber enviudado y que además había sido
por un tiempo miembro de la congregación benéfica, Eduardo le ofreció trabajo
en su casa para labores del jardín y otras tareas similares. La idea de Eduardo
era ayudarlo, ya que el pobre viejo había perdido un negocio y debido a esto y
a las malas decisiones, prácticamente lo perdió todo y su pobre mujer enfermo y
falleció debido a la misma situación. Eduardo era un hombre solidario y debido
a esa solidaridad cometió el error más grande de su vida. El viejo Pricilo, de
solidario no tenía nada, solo a veces participaba en esta congregación, porque
su mujer prácticamente lo obligaba. El viejo se malgastaba los ingresos del
negocio que había heredado su mujer en irse de parranda y con putas, era además
asiduo a casas clandestinas de apuestas, en donde contraía enormes deudas
económicas, pero los amigos mafiosos le tenían paciencia, el viejo era conocido
y respetado y siempre había pagado, pero en el último tiempo, una vez cerrado
su negocio, se estaba demorando mucho en pagar. Claro está que Eduardo Zavala,
hombre respetable y decente, desconocía esta oscura parte de la vida de don
Pricilo, por lo mismo en una oportunidad que lo vio en la congregación
intentando conseguir un préstamo de dinero para saldar parte de sus deudas con
los prestamistas y casas de azar, no lo dudo en ofrecerle trabajo. Para don
Pricilo, la ultima preocupación que tenía en su vida era la de buscar trabajo,
no le interesaba, pero cuando vio a Eduardo a la salida de la congregación,
parado frente a él con ese par de hembras hechas a la perfección, madre e hija,
casi le da un infarto, al ver a las dos féminas. Lo primero que pensó el
detestable viejo fue…pero que buen par de putas…y sintió como se le empezaba a
parar la verga, solo con el hecho de estar mirándolas… Ellas, madre e hija,
desconocían los desquiciados pensamientos que tenía el viejo Pricilo, lo
miraron como un pobre viejito que se había quedado solo, y que ellos como una
buena familia que eran, debían ayudarlo, no fuera que por su triste soledad, al
viejito le pasara algo. Así estaba embelesado el viejo Pricilo, mirando estas
inocentes criaturas, desnudándolas con la mirada, sonriente y casi babeando…ni
siquiera escuchaba lo que decía Eduardo, solo asentía y balbuceaba, de pronto cayó
en cuenta que en la propuesta laboral, él se debía ir a vivir a la casa de
ellos, en una casita que tenían al fondo del patio. El viejo acepto encantado
el acuerdo, y una vez hecho el trato, a los 03 días se mudo a la cabañita de
madera, en la casa de la familia de Eduardo Zabala. Don Pricilo ansiaba llegar
a instalarse en esa casa, para darse el banquete de su vida, aunque sea solo mirando
a las mujeres de la familia, aprovechando que a veces Eduardo por motivos de
trabajo tenia que salir de la ciudad ausentándose los fines de semana, tiempo
que él tendría para estar solo con ese par de Diosas, ellas por ser tan buenas
de corazón, no se imaginaban los planes que tenia el viejo, aunque por ahora
solo fueran fantasías. Pero todo tiene su límite, fue una tarde en que el viejo
terminaba sus tareas diarias, en que se puso a observar detrás de su ventana,
como madre e hija, conversaban en la terraza…no podía escuchar la conversación,
pero tenia vista privilegiada desde su casita, para admirar a estas beldades. Andrea
vestía con ropa de casa, que a pesar de su sobriedad, el vestido que llevaba
marcaba perfectamente la esbeltez de su figura. Mientras que Karen lucia un
vestido de verano un poco mas holgado…se veían sencillamente fascinantes. En
esto estaba el viejo cuando ambas mujeres conversando en forma despreocupada se
acercaron a su cabaña…el viejo ya estaba a full…sentía las tremendas ganas de
masturbarse…al examinarlas se decía…pero que buenas hembras que se gasta este
Eduardito…ellas reían inocentemente, no se daban cuenta que solo a tres metros
de ellas, se encontraba el viejo Pricilo, escondido detrás de la ventana
pajeandose la verga como poseído. El viejo no se explicaba porque lo calentaban
tanto ese par de mujeres, si solo conversaban, aun con ropa lo calentaban hasta
la locura… El viejo pensaba y pensaba, como seria si las viera desnudas, el
solo imaginárselas encueradas casi eyacula, pero se contuvo, tenía que seguir
disfrutando, ya que tenia semejantes ejemplares femeninos delante de él, y lo
que más lo calentaba, era el saber que tales ejemplares, eran madre e hija. Fue
ese el momento que lo pensó y lo decidió…las tendría que poseer, cueste lo que
cueste…a las dos…juntas o por separado, pera se las iba a Coger si o si. Si era
necesario violarlas lo haría, aunque fuera a dar a la cárcel, bien valdría la
pena pensaba el viejo. Era patética la escena que se vivía en la casa de la
familia de Eduardo Zavala, ver un viejo sesentón, desnudo masturbándose detrás
de una ventana, mirando a dos hembras encamables, divinas, ricas inocentemente
conversando, no imaginándose que el viejito, a quien ellas y el jefe de hogar,
inocentemente lo llevaron a vivir con ellos, para ayudarlo, en ese mismo
momento se masturbaba, y a la vez planeaba y decidía el momento en que las Cogería…y
a cual primero? Si a la madre, Andrea o a la hija, Karen. El viejo Pricilo
estaba afanado masajeando su tranca, cuando Karen inocentemente se estiro de
perfil, hacia donde él estaba…el viejo pudo dimensionar su perfecta silueta, su
curvilínea figura…al viejo se le juntaba espuma en la boca a tan impactante
visión…era la niña de la casa, Karencita……pero que par de tetas se decía el
viejo…que cuerpo más rico…oh que culo que se gasta esta niña…lo veía grande y
paradito…perfecto como a él le gustaban…ahhhh…..ahhhh…gemía el viejo y
concentrándose en la parte más sagrada de aquella niña-mujer…en su conchita, en
su rayita, en su Conchita, en su tajito…en su pequeña hendidura…Como la
tendrá?...pensó el viejo…peludita o sin
pelos?...apretadita…olorosita…ahhh…ahhh…gemía en silencio. Con estos
pensamientos el viejo ya no daba más… y empezó a balbucear para sus adentros…ay
mi niña…ay mi niña… voy a Acaaabaaarrrr…ahhh Tomaaaa….Tomaaaa
Kaarennnccitaaaaaaaaaahhhhhhhhh…toma puta de mierdaaaaaaaaaaaaaaaaaa………..hasta
que le salió la última gota de semen, el viejo no paro de masajearse la tranca…
Pero qué buena que esta la putita!.. , pensaba don Pricilo, sentado y ya más
calmado, y así descansando de la chorreante acabada que se acababa de mandar,
fue como si el destino estuviera a su favor, en el momento de agudizar el
sentido del oído, escucho parte de la conversación entre madre e hija… -No
mamá, no te preocupes, si yo estaré bien…y así aprovechare de estudiar para el
examen de ingreso que me exigen en la Uni… -Pero Karen, hija, tu sabes que a tu
padre no le gusta que te dejemos sola en casa…acuérdate que estaremos fuera por
seis días… El viejo Pricilo no lo podía creer, la niña Karen se quedaría por
casi toda una semana solita en la casa, o sea con él,…jejejejejeje…reía el
aborrecible viejo… y mientras tanto continuaba la conversación… -Si mamá, en la
mañana yo hable con él y me dio permiso para quedarme, pero con la condición
que estuviera en todo momento con mi celu, para que así el me llame y estemos
en contacto…además dijo que hablaría con don Pricilo, para que estuviera atento
por si yo necesitara algo… -Queeeeeeeeeee? …dijo el viejo, y todavía piensan el
dejármela a cargo….jajajajajajajajajaja, reía el viejo por tener tan buena
suerte…y a la vez sentía como se le volvía a parar la verga nuevamente….. -Mmmmm…bueno,
pero no me gusta que abusemos de don Pricilo, él es tan atento con nosotras…y
tan preocupado y trabajador…así que hablaré con tu padre, para que le cancele
un dinero extra por hacer que tenga más responsabilidades de las que ya tiene
el pobrecito… -Si mamá, asi yo me sentiré más segura de pedirle algo, si es que
lo necesito… -No te preocupes hija, hoy le diré a Eduardo que hable con don
Pricilo ya que solo faltan 3 días para el viaje…nos iremos el sábado en la
mañana temprano y llegaremos el próximo jueves en la noche… -Y cuantas familias
irán a la junta anual de la congregación…fue lo último que escucho don Pricilo,
cuando vio alejarse a las dos encamables mujeres. Madre e hija caminaron hacia
la casa grande en donde el viejo pudo ver que entraban y las perdía de su
visión. Fue el destino quien lo decidió, meditaba don Pricilo…esa niña-hembra
va a ser mia…la convertiré en mi mujer….en mi Puutaaaa…pensaba el viejo
eufórico ante tales pensamientos y desde ese momento ya comenzaba a urdir el
plan para poder Cogersela… Lo que más le calentaba al viejo, era la carita de
inocencia que tenia la tierna niña de 18 años, además sabia que sería fácil
engatusarla, debido a la inexperiencia de la nena en temas relacionados con el
sexo…menos de deseos carnales…como decían los puritanos hombres y mujeres que
pertenecían a la congregación conservadora…pero él se encargaría de
despertarlos, tenía que tener paciencia, aun le quedaban tres días para planear
todo… Meditando en esto, el viejo se fue a tirar a su viejo y sucio catre, que
tenia por camastro, en el interior de su habitación, se tiro a descansar y
decidió que no se masturbaría pensando en sus mujeres, término que el viejo ya
empezaba a utilizar para referirse hacia Andrea y Karen, juntaría todos su
Guasca…su leche…su semen para verterlo en el interior de la hermosa jovencita….
Fueron los tres días más largos vividos por el viejo Pricilo, ansiaba que
llegara el día sábado, momento en que por fin quedaría a solas con Karen, ya
que los padres de la niña se ausentarían por seis días. Claro está que el viejo
sabía que no podía entrar a la casa grande, el viejo era inteligente, no debía
mostrar abuso de confianza, tenía que seguir fingiendo ser el sacrificado
trabajador que vivía en su ranchito de atrás de la casa grande, agradecido de
su patroncito que lo había ayudado en los momentos difíciles. Total, pensaba el
viejo ya habría más adelante tiempo para aquello, por ahora su interés apuntaba
a Karen, y planeaba como se llevaría a la niña de 18 años, hasta su cochino
catre, en el interior de la cabañita de madera, es ahí donde pretendía el
desalmado viejo convertirla en su mujer. El jueves en la tarde, don Pricilo se
encontraba limpiando la piscina, pensando en las Cogidas que se pegaría en esa
semana, estaba medio caliente pensando en esto, cuando vio salir a Andrea, la
otra ninfa en que también estaba interesado el vejete. El viejo fingió no darse
cuenta de la presencia de Andrea, seguía trabajando con naturalidad, la mujer
al verlo no lo pensó para acercarse a él y entablar una amistosa conversación. Don
Pricilo no lo podía creer, llevaba 2 meses trabajando en aquella casa y siempre
mantuvo la distancia con Andrea y Karen, con el que hablaba de trabajo y hacia
los tratos era con Eduardo, el marido de Andrea, su jefe. No era que ellas lo
esquivaran, simplemente no se habían dado las ocasiones y el viejo era
cauteloso, se había sabido ganar la confianza de ellos, era ya el momento
de actuar, pensaba el viejo para esos entonces. -Hola don Pricilo… como
esta,…tan trabajador como siempre,…le dijo Andrea dedicándole una de sus más
hermosas sonrisas… El viejo empezó a sudar, ver esa despampanante mujer rubia,
de mirada verdosa, dueña de un cuerpo hecho a mano, de tetazas exquisitas y
dueña de un culo perfecto y elegante, y el saber que se dirigía a él, que
estaba acostumbrado solo a tratar con putas de baja calaña, con todo esto el
viejo casi se cae a la piscina dé la impresión. Y más, al llegar Andrea se le
acerco y lo saluda con un besito en la cara, justo en la parte que tenia llena
con verrugas. Don Pricilo se sintió el mas dichoso de los machos…oler su
fragancia…situar su asquerosa mano en la fina cintura de la elegante y decente
mujer. En el momento de recibir el amistoso e inocente beso, bastó para que al
caliente viejo se le pusiera como fierro su verga, para que se le parara el
pico…su tranca… -Hooola Sra. Andrea, Como le va tan hermosa y alegre como siempre, saludo el viejo
Pricilo, -Estoy terminando de limpiar la piscina, por si la niña se quiere
bañar con alguna amiga el fin de semana… -No se preocupe don Pricilo Karen no
tiene amigas que vivan cerca, además nosotros no usamos la piscina, Ud. sabe lo
que pensamos en nuestra congregación…, le dijo Andrea, -Si, contesto el viejo, -pero Ud. Sabe señora
Andreita, como son estas jóvenes de hoy… -Hablo mi marido con Ud.? , por lo del
viaje… -Si pues, y no se preocupe, porque yo estaré aquí atento a lo que pueda
necesitar la Srta. Karen…jejejejejeje…reía el viejo detestable… -Ay que buenito
es Ud. Don Pricilo, lo dijo Andrea, dándole un afectuoso abrazo de
agradecimiento, por tener tanta consideración con ellas… El viejo ya no aguanto
más y se arrimó al abrazo de esa diosa hecha mujer y le refregó su tranca en su
vientre, tratando de acercárselo a su exquisita hendidura, a su rayita…pensaba
el viejo… El inocente abrazo no duró más de 5 segundos, pero para el viejo fue
una eternidad, que rica estaba la rubia, con esos ojos verdes intensos, con
esas tetas perfectas, grandes y duras que acababa de sentir aplastarse contra
su pecho. Al separarse Andrea sonreía, era una sonrisa afectuosa, encontraba
simpático al tierno viejito. La rubia era tan inocente, que no sintió o no le
dio importancia, a la dureza que sintió en su bajo vientre, al momento de
abrazarlo, ni tampoco se fijo de como tenia parada la verga, y que en ese
momento hacia leves pulsaciones sobre el asqueroso pantalón. Don Pricilo,
todavía sorprendido por el abrazo que acababa de recibir de Andrea, de su
futura mujer, pensaba el odioso viejo, solo la observaba, la imaginaba desnuda…
¿Cómo se verá sin nada de ropa, cavilaba el viejo…con sus bellas piernas
abiertas invitándolo a subirse en ella…miraba las finas facciones de su cara…su
blanca sonrisa y dentadura perfecta… En un momento, el viejo pensó en agarrarla
a la fuerza y Cogersela ahí mismo, forzarla y violarla y descargar en si
interior todo el semen acumulado en esos días, pero se contuvo. No, dijo
el viejo, la dueña del semen que cargaba en sus hediondas bolas en ese momento
era Karen, la niña de la casa, de 18 años recién cumplidos. Así lo había
decidido y así seria, ya habría tiempo de gozar con la rubia y decente mujer. Intercambiaron
un par de palabras, y la rubia se tuvo que retirar, porque al interior de la
casa sonaba el aparato telefónico. Ahí estaba el viejo Pricilo, todo caliente
mirando la retirada de la rubia recatada, seria y decente mujer, que era
Andrea. El viejo le miraba el culazo, como movía las nalgas en forma
cadenciosa, que perfecto lo tenía, y que parecido tenia Andrea con Karen, su
hija, solamente que Andrea tenía el pelo rubio y liso natural, mientras que la
niña Karen lo tenía oscuro y liso, la madre tenía sus ojos verdes, Karen la
hija, los tenia azules. Con estos atributos, el viejo pensaba…pero que gusto
que me voy a dar con este par de putas cuando me las Coja…cuando les reviente
la Concha con mi verga…jajajaja reía el viejo…si en vez de madre e hija parecen
hermanas, termino filosofando el viejo Pricilo. En esos momentos Karen se
encontraba en su habitación, tendida en su cama, al frente de esta, estaba su
escritorio con una silla que la niña usaba para estudiar, la pieza era sobria,
nada de posters, nada de fotografías de cantantes o actores, a la niña no le
llamaban su atención. Sus intereses se centraban a los estudios y a actividades
de la congregación benéfica en la que participaba activamente junto a sus
padres. Pero algo raro estaba pasando en ella, en su cuerpo, ¿Qué será?,
pensaba Karen. Lo de la menstruación, su madre ya se lo había explicado muy
superficialmente, ya que esos temas no se trataban tan abiertamente en el seno
familiar, y algo también sabia por lo aprendido en el colegio. Pero esto era
distinto y no se atrevía a hablarlo con su decente y seria madre, ya que sabía
que no era algo bueno, algo había escuchado en una de las charlas de su
congregación, de los vicios y placeres de la carne….será eso lo que siento?, se
preguntaba la niña. La situación era que lo venia sintiendo desde hace un par
de semanas. Recordaba, la niña, cuando una noche se despertó toda sudada, y
como unas leves pulsaciones recorrían su vagina, se asusto, no sabía lo que le
pasaba, se daba cuenta que inconscientemente le daban ganas de abrirse de
piernas, pero NO, pesaba la nena, eso no era bueno, no era de niñas decentes,
pero porque sentía esas exquisitas ganas, pensaba Karen… Recordó también que
esa noche no pudo dormir, los desesperantes deseos de abrirse de piernas
amenazaban con superarla, pero para su suerte, su fuerza interior, debido a su
estricta educación le ganaron la batalla a esas infames pero ricas sensaciones.
Karen estaba en estas ensoñaciones, cuando sintió un suave hormigueo en su fina
y delicada hendidura, en su vagina,…Oh, otra vez no, pensaba la hembrita, y por
más que intentaba pensar en otras cosas, mas se acrecentaba el rico hormigueo
atacando en su sagrado tajito…en su rayita…en su Concha…en su zorrita. -Ohhhh
Dios mío pero que es lo que estoy sintiendo…se, se siente tan ricoooo…. -Ahhh
ahhh ahhhhhhh, balbuceaba la niña, cuando el rico hormigueo se fue
transformando en deliciosas pulsaciones, que se centraban al interior de su
fina Conchita. Se paró de su cama como desesperada, no sabía qué hacer, se miro
al espejo, examino su bello rostro, con su alisado cabello negro peinado hacia
a un lado de su carita, se contemplaba asi misma, su rostro se enmarcaba
exquisito a través del espejo, sus hermosos ojos azules tenían un brillo raro,
su tez blanca contrastaba con el rojo purpuraceo de sus labios, se sentía
extraña. Volvio a su cama e intento calmarse, pero no podía, su cuerpo ya era
un mar de sensaciones nuevas para ella, le vinieron nuevamente las
desesperantes ganas de abrirse de piernas, pero no podía! No debía hacerlo!,
pensaba Karen. Su vestido de una pieza ya se le pegaba a su exquisito cuerpo
debido al exceso de calor que la había invadido, ¿y si me quito el vestido?,
pensó. Opto por quitárselo, a lo mejor así se le pasaba esa extraña desesperación,
que ya recorría todo su cuerpecito, y que el punto neurálgico que atacaban se
centraban en su conchita, en su Conchita, en su zorrita. Lentamente se lo
quito, sentada en su cama, una vez en ropa interior se recostó nuevamente y se
dio a contemplar su esplendido cuerpo lleno de curvas, pero ella era ajena a
esto. Nunca se había interesado en mirarse a ella misma, pero ahora era
distinto, ahora tenía interés de contemplarse. Karen no era consciente del
exuberante cuerpo que se gastaba, heredado de Andrea, su madre. Tampoco se daba
cuenta de las obscenas miradas que los del sexo opuesto le daban a su anatomía,
era deseada por profesores, amigos, conocidos, viejos y jóvenes y por más de
alguna fémina que contrariando las leyes naturales no se resistía de admirar en
forma lujuriosa, ese cuerpo de diosa con carita angelical. Karen no se daba
cuenta de esto, debido a su estricta educación. En las oportunidades que
asistía, junto a su madre, a la conservadora congregación donde ellas eran
miembros junto a su padre, ambas eran objeto de las lascivas miradas, no se
percataban que siempre eran los hombres los que se acercaban para saludarlas,
siempre muy afectuosamente, incluso hasta en la presencia de su mojigato padre,
quien inmerso en sus obligaciones para la congregación, no se daba cuenta, de
las calientes miradas, y no tan inocentes abrazos y roces que eran objeto su
mujer y su hija. Pero nadie se atrevía a dar un paso más allá, porque todos
conocían a la familia de Eduardo Zavala y era una familia respetable. Lo que
nadie se imaginaba era que en la misma casa de esta decente familia, estaba el
hombre que si se atrevería a ir más allá de lo permitido, y que ya se preparaba
para degustar tan exquisitos manjares, este hombre ya lo conocemos es don
Pricilo, un asqueroso viejo de 63 años, que estaba dispuesto a jugársela hasta
el final, para hacerse para el solo a estas dos hermosas mujeres, madre e hija.
Eduardo estaba preocupado de andar haciendo el bien por el mundo. Volviendo a
la habitación de Karen, ya se encontraba semi desnuda recostada en su cama,
luchando contra las placenteras sensaciones ya descritas. Inconscientemente la
niña comenzó a tocarse su piel a la altura de su vientre, al primer contacto
con este sintió como se le erizaban todos los bellitos de su cuerpo incluso los
de su fina y delicada Concha, y un rico escalofrió la invadió por unos
instantes. Se dio cuenta que mientras más bajaba si fina manita, por su vientre
hacia su rica hendidura, mas se le aceleraban los latidos de su corazón, fue en
esa situación que sintió el primer golpe de corriente en el interior de su
rajita…de su tajito... de su conchita… de su Concha….Ahhhhhhhhhh………….Ohhhhhhhhhhh,
pero que fue eso, pensó la chiquilla, ya con su respiración totalmente
agitada……Fuueeee rriiiiiccccoooooo…pensaba, ya presa de oleadas de placer que
se venían amenazantes. Inmersa y concentrada en las ricas pulsaciones que
atacaban su fina y suave hendidura, se fue abriendo de piernas suavemente, no
las abrió totalmente, se vio a sí misma y se dijo, para Karen, esto no se hace,
mientras los ricos cosquilleos, punzadas y pulsaciones, continuaban atacando
placenteramente su rajita, su Conchita. -Pero que rico que estoy sintiendo,
decía la niña, -Aaaahhhhhhhhhh…….Mmmmm Mmmmmmm… -que riiiiiicccoooo……. -Queeee
Ricoooo…… -ahhhhh….peeerooooo…Nooooo...deeeebbboooo…haaacerrrrrrrrloooo... -ahhhhhhh...mmmmmmm…….
Sus hermosos ojos azules miraban fijamente hacia el techo, todo era nuevo para
ella, volvió su mirada hacia su rayita y se dio cuenta que su pequeña pantaletas
de color celeste, estaba humedecida por un extraño liquido…aun así no se
asusto. Luego en un acto de autentico instinto, fue deslizando su mano, desde
su ombligo hacia la zona prohibida para ella, temblaba de nervios por acercarse
y sentir lo desconocido. Bajo su mano hasta la altura de su pequeño calzoncito,
ya todos mojados por la cantidad de jugos que destilaba su inexplorada zorrita,
su hendidura, su Concha. Estaba expectante, no sabía qué hacer, no sabía que
parte venia ahora, en un segundo decidió que lo mejor sería quitarse la pequeña
pieza de ropa que cubría su pequeño triangulo, así a lo mejor no sería tan
malo, pensó la dulce criatura. Lo hizo antes que se arrepintiera, tomo su fina
prenda por ambos lados, subió un poco sus caderas y los deslizo hacia sus
bellas piernas, sacándoselo y arrojándolos a un costado de la cama, luego se
sentó en su cama y destrabo el fino sujetador y arrojándolo a cualquier parte
de la habitación, estos fueron a dar encima de su escritorio, liberando ese par
de tatas que estaban para comérselas, grandes, duras, ricas y paraditas. Se
recostó nuevamente. Y ahora qué? pensó la niña. Que espectáculo más maravilloso
era contemplar aquella Niña-mujer, a Karen, recostada en su cama, totalmente
desnuda en la soledad de su habitación, un cuerpo perfecto, juvenil, acompañado
de la inocente belleza de su dueña con un buen par de tetas que aunque ella se
moviera estas se mecían suavemente, quedando casi en el mismo lugar, unas tetas
esplendidas, con pezones rosaditos que ya estaban erectos, por la inconsciente
calentura que sentía su dueña, y todo esto heredado de Andrea su hermosa madre.
Desde su estomago hacia abajo, el panorama era enloquecedor, la niña ya estaba
con sus blancas y bellas piernas semi abiertas, desde su ombligo hacia abajo se
veía ese espectacular monte de Venus, sombreado por unos escasos y finos
pelitos negros, que al contrastar con la blancura de su cuerpo, podían volver
loco a cualquiera que viese semejante espectáculo. -Pero que estoy haciendo? Se
preguntaba Karen -Es que se siente tan Ricoooooo……………Mmmmmmmm……………. Ese
pensamiento fue el inicio para lo que se vino después: Inocentemente la niña
llevo una de sus manos a su fina hendidura, y paso lo que tenía que pasar…Exploto…
Al primer contacto de su mano con su vagina, instintivamente se abrió
completamente de piernas, y de igual forma su otra mano subió para agarrarse
una teta y empezar a masajearla suavemente, sintiendo así por primera vez
oleadas de placer nuevo para ella. A los pocos minutos de estar disfrutando de
tan gratas sensaciones la niña empezó levemente a menear sus caderas en formas
ondulatorias, mezclándolas con movimientos pélvicos de sube y baja….Mmmmmm……….Aaaahhhhhhhhh…gemía
Karen. Llevaba unos 25 minutos de rico disfrute, cuando sintió que su cuerpo le
exigía aun mas, instintivamente se empezó a menear más fuerte, la cama de la
nena ya había comenzado a crujir con ese erótico sonido que hacen los resortes
ante los severos movimientos que hacia la nena. No era normal la forma bestial
en que se masturbaba la niña, su mano derecha hacia desquiciantes círculos en
su Concha, mientras su mano izquierda amasaba sus tetas y las apretaba
salvajemente. Karen no era consciente de la gran pajeada casi bestial, que se
estaba dando, no sabía que aquello se llamaba masturbación, lo que si sabía era
que le encantaba. Sus movimientos y meneadas eran de autentico instinto animal,
sus hermosos ojos azules estaban totalmente abiertos, parecían estar
concentrados en algún punto del techo de la habitación, y de sus finos y
delicados labios salían salvajemente una expresión vocal de
sshhhhhhaaahhhh…….sssssshhhhhhaaaa…….ssssshhhhhhaaaaaaahhhh…sssssssaaaahhhhh. Sus
bellas piernas las tenia totalmente abiertas, dejando ver en plenitud su rica
hendidura, su Concha, su zorrita, se notaba apretadita, rica exquisita, sus
dedos no se los metía hacia dentro de esta, ya que con el solo tacto sobre sus
olorosos labios vaginales era suficiente para sacudirse en placenteras oleadas
de disfrute sexual. Que hermosa escena se vivía en esa habitación, una hermosa
hembra de 18 añitos masturbándose como la mas vil de las putas, sus rodillas
las tenia tan flexionadas que hasta casi tocaban sus hombros, para ella era lo
mas rico que había sentido en su vida. De pronto la niña noto que al acelerar
los movimientos circulares con sus dedos, sobre su Concha, algo que la hacia
estremecer aun mas se acercaba, por lo que aplico mas velocidad al movimiento
de sus dedos, siempre haciendo rápidos círculos, y gemía cada ves mas fuerte
con los monosílabos de…. Shhhhhhahhhhhhh……….. Shhhhhaaahhhh….. Ahhh…ssshhhhahhhhh….
Se acercaba…… ssshhhaaahhhhh…. sssshhhhaaaaa….. Estaba al borde…. ssshhhahhhhhh…
ssshhhaaahhhh… Ahhhhh..Ahhhha….Aaaaaahhhhhhhhhhhhhh…queeee….riiiiiiiicooooooo… Y
exploto en el mas fenomenal y desquiciante orgasmo, su cintura se meneaba
automáticamente, haciendo una serie de movimientos circulares, sus caderas se
elevaron casi 50 cms. sobre el nivel de la cama, siempre meneándose
circularmente y haciendo movimientos como de arremetidas contra algo…algo que
no estaba allí…su tajito, su hendidura, su Concha se contraía, como si quisiera
cazar algo con esta, mientras que de la misma arrojaba una abundante cantidad
de flujos, jugos y líquidos vaginales, era tal la cantidad que la nena pensaba
que se estaba meando. Sabia en el fondo de su ser que su zorrita, su Conchita, tenía
que cazar algo y atraparlo, pero no sabía lo que era. Hasta que cayó desplomada
en la encharcada cama, con sus hermosos ojos azules semi cerrados, su carita
retomo sus facciones angelicales e inocentes, con una leve tonalidad rosácea en
sus mejillas. Con una manita puesta en su fina pero mojada hendidura, y la otra
agarrándose una teta, se durmió feliz, sin darse cuenta de lo mojada que estaba
su cama. Karen dormía profundamente en su cama, desnuda, toda desarbolada ante
tal bestial masturbación que se había mandado esa tarde, casi una hora y media
estuvo dándose ella sola. Ahora en la pasividad de su cuarto, era ver un ángel
dormido. Su cuerpo perfecto, sus tetas ricas y precisas en tamaño para su
cuerpo, sus bellas piernas aun las mantenía abiertas, su fina hendidura, su
tajito, su zorrita, su Concha la mostraba en toda su crudeza, rosadita y
sombreada por esa escasa y fina capa de pelitos sedosos bien oscuritos, que
como ya se dijo que Karen era blanquita, sus suaves pendejitos negritos
contrastaban con la tonalidad de su piel. Se despertó en esas condiciones y
recordó lo acontecido, se extraño de lo que hizo, sabía que sintió rico,
exquisito, no sabía que eso que le gusto tanto se llamaba masturbación, nunca
nadie le hablo de ello. No se arrepintió y decidió que lo volvería a hacer en
alguna otra oportunidad y sin preocupación alguna se fue a dar una refrescante
ducha. Y así paso la semana, sin alteraciones para la decente familia,
incluyendo al viejo Pricilo, que se dedico a pensar cual sería la mejor forma
para encamarse con Karen, la hermosa criatura de 18 años, hija del matrimonio
Zavala Rojas. Karen dormía serenamente en su camita, ataviada por su largo
camisón con el cual acostumbraba a dormir. El sueño de la dulce adolescente era
sencillamente apacible. Era día sábado cerca de las 09.00 de la mañana, sus
padres se habían ido a su retiro de familias decentes de la congregación por
seis días, por lo que la niña gozaría de la tranquilidad de su hogar por casi
toda esa semana… Karen pensaba estudiar todo el día, ya que el próximo
miércoles debía rendir un examen para poder ingresar a estudiar a la
Universidad, ese era el motivo principal por el cual no acompaño a sus padres. En
el patio de la casa, justo al lado de la piscina se encontraba don Pricilo, el
jardinero, un viejo de 63 años, a quien los padres de la niña inocentemente la
dejaron a su cuidado, ya que el viejo era conocido en la congregación a la cual
ellos asistían Lo que no sabían, eran las siniestras intenciones que tenía este
viejo asqueroso, y que él pensaba concretarlas ese mismo día a sabiendas que tenía
todo el tiempo del mundo para llevarlas a cabo. El sonido fue ensordecedor, la
maquina generadora de corriente estaba en perfectas condiciones, pero el viejo
simulaba practicarle mantención, su intención real era que Karen se despertara
y saliera al patio para el poder abordarla, y poner en ejecución su plan de
poder arrastrarla hacia su inmunda cama, al interior de la cabaña del fondo del
patio. En efecto, por el ruido del generador, la niña se despertó, se sentía
tan bien ese día que se levanto en el acto, miro por la ventana de su
habitación y frente a esta vio al viejito que trabajaba en su casa… -Mmm… pensó
la niña…este pobre de don Pricilo, siempre tan trabajador el pobrecito, nunca
descansa… y de pronto se le ilumino su carita…Lo invitare a desayunar…pensó la
nena, contenta de saberse de tan buenas intenciones. Y eso era cierto, Karen a
sus 18 añitos recién cumplidos, tenía un alma pura, su vida no sabía de malas
intenciones, fue criada con los más sólidos conceptos morales y éticos. Siempre
dedicada a sus estudios y participar en obras benéficas. A pesar de su extrema
belleza, Karen nunca había tenido novio, a lo más unos simples acercamientos
amistosos por parte de otros jóvenes decentes de su congregación, eso pensaba
ella, pero la realidad era que detrás de esos inocentes acercamientos, hasta
los más puritanos de su conservadora congregación, sentían deseos libidinosos… …imaginaban
que la tomaban, que la poseían, que se la Cogían bien Cogidaaaa…ni su madre se
salvaba de las perversiones imaginadas por sus pares, ya que Karen había
heredado la extrema belleza de su progenitora, siendo ambas las protagonistas
de los más oscuros deseos de la comunidad masculina en que se desenvolvían
estas dos hermosas mujeres, madre e hija. La niña se dio una refrescante ducha,
seco y peino su cabello, se perfumo, su lindo rostro lo maquillo delicadamente,
como lo hacían todas las féminas de su congregación. Karen nunca lo necesitó.
Desayunaría con don Pricilo y luego a estudiar, pensaba Karen… El viejo se
paseaba como perro enjaulado, alrededor de la piscina, la ansiedad por ver a
esa hermosa criatura, lo tenía desesperado… Hasta que por fin sucedió lo que
con tantas ansias esperaba, vio salir de su casa, a esa niña-hembra, que lo
tenía vuelto loco… Karen se acercó en forma espontanea, a donde él estaba y lo
saludo… -Hola don Pricilo… le dijo la nena… -Hola Karencita, hasta que
despertó…jejeje...reía cínicamente el viejo… Karen nunca había estado a solas
con don Pricilo, pero como ya llevaba 02 meses trabajando en su casa, ya lo
veía en confianza. El vejete la contemplaba, le miraba sus hermosas piernas
blancas, la niña llevaba un vestido que le llegaba hasta un poco más arriba de
las rodillas dejando ver una buena porción de esos perfectos y potentes muslos…
Karen hablaba con don Pricilo de cosas sin importancia…Además le conto que el
próximo día miércoles debía rendir un importante examen para la Uni… y
bla…bla…bla… Don Pricilo le asentía en todo, su mente estaba concentrada en ese
perfecto cuerpo de mujer, esas curvas que se adivinaban bajo el vestido, como
este a su vez se estiraba al llegar a la altura de sus tetas. Al viejo ya se le
estaba parando la tranca, cuando la niña sorpresivamente lo invita a pasar a la
terraza para desayunar… El viejo Pricilo se sentía en la gloria, esa hermosa
niña le invitaba a desayunar y todo preparado por ella, con sus finas y
delicadas manos…el viejo intencionalmente, ya la estaba mirando como su
mujer…su hembra…como su puta… Se sentaron en la cómoda terraza, para degustar
el exquisito desayuno…claro que Karen solo comería frutas y bebería un vaso de
leche, la niña era muy preocupada de su estado físico… Karen lo miraba
inocentemente, pero debido a su edad y a las reacciones hormonales de su
cuerpo, que ya se manifestaban, no pudo evitar examinarlo de la forma en que
una hembra mira a un macho, aunque esto fuera muy remotamente, pero sucedió… …pobrecito
de don Pricilo, pensaba la nena, cuando se fijo que el viejo al dedicarse a
comer como un verdadero cerdo, le costaba masticar los alimentos, además de
comer con la boca abierta, mostrando todo lo que tenia adentro, de lo que tenía
por boca, salpicando con asquerosas babas todo a su alrededor… …claro que al
viejo le costaba comer, la niña también se pudo dar cuenta que don Pricilo tenía
todos los dientes cariados de color café oscuro, dando el aspecto de que en vez
de tener dentadura, lo que tenía el viejo era una masa ennegrecida, putrefacta
y pestilente al interior de su boca… Si describiésemos al viejo Pricilo,
podríamos decir que su aspecto físico contrastaba al máximo con de la bella jovencita……de
hecho el viejo era extremadamente FEO, era de tez morena, su cara era redonda y
mofletuda, con una serie de verrugas que se desparramaban por todo el lado
izquierdo de esta, en su cabeza tenia una maraña de pelos canosos y sebientos,
al igual que su piel sebosa y grasienta…y una gordura que ya casi caía en la
obesidad mórbida…ósea el viejo Prisilo era horripilante… Mientras Karen,
terminaba de hacer estas apreciaciones, el viejo eructo una flatulencia que
impregno todo el sector de la elegante terraza, con un asqueroso olor a mierda,
pero a la niña le parecían cómicas todas estas salidas de tan horrendo
personaje… -Y que hará hoy día jovencita, para no aburrirse…jejeje…reía y
preguntaba el vejete horripilante… -Don
Pricilo, hoy me dedicare a estudiar, acuérdese que ya le comente que el
miércoles debo rendir un importante examen… -Tan importante es, mi niña?
…pregunto el viejo…queriendo demostrar interés… -Si…si… le contesto la
beldad…podría decidir mi futuro…por eso debo prepararme… -Pues yo pensé que
quizás quería ocupar la piscina Karencita…jejeje…incluso le he limpiado solo
para ti, mi pequeña…(el viejo de a poco iba tomando confianza con la nena) -Mmmm…no
lo se…para ocupar la piscina, tendría que usar traje de baño…y mis padres no lo
aprobarían…Ud. Sabe que yo pertenezco a una familia decente…-le respondió
Karen, con su carita de inocencia. -Mira nenita… le dijo don Pricilo…todas las
jóvenes de tu edad lo hacen, no hay nada de malo en ello, además tus padres no
están y no tienen que porque enterarse… -Oh…don Pricilo, pero Ud. se los diría,
y ahí si que yo tendría problemas… -Pero para eso estamos los amigos, pues
nenita, le dijo el viejo, quien ya al imaginársela semidesnuda, ya se le había
parado la verga nuevamente. La niña lo miro con esos hermosos ojos azules, y
con una sonrisa picara y encantadora le respondió, -Esta bien lo pensare, pero
tendría que ser un secreto entre nosotros… El viejo casi se orina, ante la
respuesta de la dulce criatura, -Claro que si mi niña, claro que si,…le
contesto don Pricilo casi babeando, por el espectáculo que tal vez se podría
dar ese día, con esa linda adolescente, que se encontraba al frente de el… Terminaron
el desayuno, y cada cual se dedico a sus quehaceres… claro que el viejo no
dejaba de estar pendiente de lo que hacia o dejaba de hacer la nena… A las
02.00 de la tarde de ese día sábado, habiendo ya almorzado cada uno por su
lado, Karen meditaba en la conversación que sostuvo con don Pricilo, ese día en
la mañana… Pensaba que tal vez no era tan malo usar la piscina, además casi
todas sus compañeras del colegio la hacían… Pero ella no hacia ese tipo de
cosas, eso era exhibirse, le habían enseñado sus padres… …¿Pero quien la
vería?..., se preguntaba la niña…si estaba sola…solo la vería don Pricilo…ese
viejito tan trabajador que vivía atrás de su casa, en la cabañita de madera…si
hasta ya lo miraba como su abuelito, pensaba la bella joven…no había nada de
malo en ello… En tanto, en el patio de su casa, el viejo Pricilo se acomodaba,
en una confortable silla de descanso, se había ataviado con camisa y bermudas,
ambos con sendas y chillonas flores tropicales de todos colores, intentando dar
un toque estival a esa tarde, para ver si la niña se animaba a ocupar la piscina,
para el poder el gusto de contemplar ese hermoso cuerpo de Diosa… …y esperar el
momento clave, para poner en acción su plan de poseerla, y saciar sus mas bajos
y asquerosos instintos, en el cuerpo de su bella e inocente victima…una
hermosa adolescente de 18 añitos recién cumplidos… En ese mismo momento, en la
habitación de Karen, se vivía otro episodio clave para los oscuros
acontecimientos que cambiarían el curso de la vida de tan hermosa criatura… Karen
había decidido no ocupar la piscina, pero si quería tomar el sol, igual que sus
compañeras del colegio…no había nada de malo en ello, además nadie lo
sabría…Abrió su armario y desde el fondo de este saco una pequeña cajita color
negro. Al abrir la pequeña caja saco de su interior un diminuto conjunto de 02
piezas color azul oscuro, era un bikini, tanguita y sujetador, que le había
regalado Lidia, su amiga de la infancia, hacia por lo menos un año atrás. Ella
al ver que no tendría oportunidad de usarlo debido a su estricta y conservadora
educación lo guardo en el armario, quedando este en el olvido… …pero ahora
debido a los acontecimientos que se sucedían en el interior de la casa de tan
decente familia, Karen había decidido, que esta era la mejor oportunidad para
usarlo, con la intención de tomar un poco de sol… A continuación la niña
procedió a desnudarse completamente, una vez desnuda, tomo el pequeño conjunto
y se lo puso… El conjunto era de por si pequeñísimo, la parte de abajo
solamente alcanzaba a cubrir su triangulo de escasos pelitos púbicos, y por
detrás, este se perdía y estiraba separando ese grandioso par de nalgas que se
gastaba la nena, que pedazo de culo era el que tenia Karen. Luego se puso el
sujetador, este le tapaba un poco mas de esas exquisitas aureolas que tenia en
ese par de tetas exclusivas, hechas para ser manoseadas solo por algunos, solo
para los mas afortunados, por ahora vírgenes, inmaculadas. Una vez puesto ese
exquisito y diminuto traje de baño, Karen se miro al espejo, se estudiaba, por
primera vez en su vida quería verse perfecta…que pedazo de mujer…su cuerpo
estaba hecho a la perfección, no había nada que faltara o sobrara de su
perfecta y delineada anatomía…un cuerpo hecho para poseerlo, para saciarse en
el, para descargar a través de su pequeña hendidura, abundantes cantidades de
semen de macho… Pero por ahora este cuerpo no tenía dueño, era virgen, aunque
le quedaba poco tiempo a su dueña, para conservarlo en esa condición… Karen se
admiraba al frente del espejo, estudiaba su figura, para ella era normal,
desconocía que su curvilíneo cuerpo, sumado a las finas y exquisitas facciones
angelicales e inocentes de su hermosa cara, provocaba lascivia con los del sexo
opuesto, y por qué no decirlo, con las de su misma condición de hembras,
también. Si, habían mujeres dentro de su congregación y dentro de su colegio
que siendo finas y decentes mujeres de sociedad, como también dedicadas
estudiantes, que incluso alcanzaban las mas altas calificaciones, con el solo
hecho de contemplarla por algunos segundos, a la hermosa adolescente, sufrían
un desorden hormonal y esas miradas que en un principio eran de envidia,
rápidamente se transformaban en miradas de deseo carnal, de lujuria… Karen
continuaba admirándose en el espejo, solamente con su traje de baño azul, poso
su mirada en el pequeño triangulo, que cubría su parte mas sagrada, se daba
cuenta que este le tapaba solo lo necesario para que no se le viera el inicio
de sus perfumados pelitos de su Concha, de su zorra…No le importo este
importante detalle, ya que su población de vellos púbicos era escasa este le
cubría prácticamente solo su rayita…su fina y delicada hendidura. Insisto a
ella, no le importo. En ese estado, la suculenta Hembra-Niña-Mujer, tomo una
toalla y se dirigió al patio de su casa, en dirección hacia la piscina, que a un
par de metros de esta, se encontraba la cabaña de madera, donde vivía don
Pricilo, el jardinero de su casa… En ese mismo instante, el viejo Pricilo,
estaba sentado el su silla de descanso, que había instalado, a la sombra de uno
de los arboles que adornaban el hermoso jardín de la casa, esperando, como un
perro rabioso espera a su presa. Y de pronto sucedió el milagro, para el
detestable viejo fue como si se abrieran la puerta de los cielos, cuando
observo que por unos de los grandes ventanales de corredera de la casa
principal, hacía su aparición, la criatura mas hermosa que había visto en su
fea existencia. Fue como si lo dimensionara en cámara lenta…la niña Karen se
aproximaba hacia el…casi desnuda!... Pero que puta más rica!...pensaba el viejo
Pricilo, con la cara desencajada a tan impactante visión…miraba ese rico
triangulo azul, justo al medio de las caderas y piernas de la joven, el viejo
ya casi podía adivinar, como se vería esa delicada hendidura, si estuviera al descubierto…
Karen ya llegaba a su lado, don Pricilo tuvo que tomar aire para recomponerse…
-He decidido tomar un poquito de sol, don Pricilo…le dijo la rica de Karen, que
en ese momento intentaba cubrir algo de su cuerpo, con la toalla que traía, ya
que nunca en su vida había estado en semejantes condiciones (casi desnuda),
delante de otra persona… En su interior la niña se cuestionaba, el estar
semi-desnuda al lado de un viejito, que bien podría ser su abuelito, pero a
pesar de los nervios que la invadían, su conciencia le decía: que no había nada
de malo en ello!...no había ninguna mala intención de por medio!...en estar en
tales condiciones, casi en pelotas, delante de ese viejito que tan bien se ha
portado con su familia… Por su lado el viejo caliente de don Pricilo, ya
pensaba en abalanzarse, ante tal potente hembra…sentado en su silla, la miraba
con la boca abierta, dejando ver esa pestilente y putrefacta masa café que
tenia por dentadura… -Lo que si le pido don Pricilito, es que esto sea un
secreto entre nosotros, Ud. no sabe como reaccionaria mi padre si se entera que
le he contra decido…le solicito la nena con es carita de niña mimada… -Pero por
supuesto que si mi reina, por supuesto que si, será nuestro gran
secreto…jejeje, reía el horripilante viejo…sintiendo que ganaba terreno al
tener ese tipo de secretos en común con la niña Karen…la dulce Karen… Esa
situación le favorecía, ante las calientes y perversas intenciones, que tenia
para con la niña, ya que los podría manejar a su favor, para utilizar a su
antojo a Karen, la niña de la casa… Una vez terminado el acuerdo, Karen se
sintió más segura, sus padres no se enterarían de nada…que bueno era don
Pricilo con ella, pensaba la inocente criatura… Pensando en esto, se dispuso a
estirar la toalla sobre el suave pasto, todos sus movimientos eran
extremadamente delicados, una ves estirada la toalla la niña se agacho y al
intentar estirarla aun mas se puso en cuatro patas…elevando ese hermoso culo
hacia donde estaba don Pricilo, que ya estaba apunto de lanzarse y encularla
ahí tal como estaba, pero el viejo se contenía, debía ir paso a paso… Luego de
esto la nena, en forma inconsciente, en la misma posición rodeo la toalla, se
deslizaba como una verdadera perra, hasta que al terminar su recorrido se
estiro de espaldas para ahora si tomar el sol como tanto lo deseaba. Don
Pricilo atento a toda esta situación, estudiaba embelesado, todas esas curvas
casi diabólicas que se gastaba tan angelical criatura. Su verga ya estaba
parada al máximo, la tenia como fierro… La niña ya disfrutaba de tan agradable
baño de sol, estaba relajada, sin preocupaciones…el viejo Pricilo, solo la
observaba desde su silla, por ahora le daría el gusto al placer de la visión
pensó para si mismo… El vejete, nunca en su vida había tenido tan de cerca a un
ejemplar femenino, con tan ricas características físicas como las de Karen, disimuladamente
el viejo se sobaba la verga…se masajeaba el pico…la tranca, mirando de tan
cerca a esa amazona con cara de niña… Por la situación que se vivía en esa alejada
casa, del resto de la urbanización, el viejo Pricilo se sentía seguro, los
padres de la niña llegarían el próximo jueves…tenia 5 días para disfrutar de
esa hermosa adolescente de 18 años…y si algo salía mal, solo desaparecería y
asunto terminado, pensaba para si el siniestro viejo… En esto estaba el viejo
caliente de don Pricilo, cuando para disfrutar al máximo esos momentos previos
a sus diabólicas intenciones que eran Cogerse a la nena a como de lugar,
forzarla, violarla, usarla como un objeto para satisfacer a cabalidad sus
asquerosos instintos sexuales, fue cuando decidió encender un cigarrillo y
abrir una lata de cerveza…para disfrutar, se decía don Pricilo… Karen, al
sentir el sonido de la lata, se levanto, quedando recostada y pudo observar, como
el viejo bebía cerveza y fumaba, también noto un extraño brillo en su mirada. -Don
Pricilo que hace?,…le pregunto la nena, en nuestra casa no acostumbramos a
beber y fumar, mis padres no lo aprobarían, le dijo Karen, con su carita de
preocupación… -Mira ricura…contesto el viejo, quien ya se sentía con mas
derechos en la persona de Karen…Tus padres no están, yo te guardo un secretito
y tu me guardas uno a mi, jejeje, estamos de acuerdo preciosura, jejeje…le
sonreía el miserable viejo, mirándola con los ojos enrojecidos por la
calentura... Karen lo escuchaba, no entendía porque don Pricilo la trataba con
ese tipo de apelativos, ella no le había dado motivos, y fue ese el momento en
que noto que el viejo le miraba fijamente el promontorio de carnes que tenia
por tetas… -estamos de acuerdo… o no…!...volvió a preguntar don Pricilo, ahora
con mas autoridad… -Si…si…don Pricilo, contesto la dulce Karen, no muy
convencida, pero sabia que el viejo tenia razón… Ella estaba abusando de la
confianza que le habían tenido sus padres, al permitirle quedarse sola en casa
para Estudiar… Ahora recién tomo conciencia que se encontraba semi desnuda, al
lado de un hombre que no era nada de ella… -Tranquila mi niña, es solo una
cerveza y un cigarrillo…le hablo don Pricilo, para tranquilizar ala niña. El
viejo quería seguir jugando un rato mas con ella, con esa dulce criatura hecha
mujer, que con tan solo 18 años, ya estaba en condiciones de recibir verga por
cualquier orificio de su hermoso cuerpo, había dictaminado el viejo… Y surtió
efecto la estrategia de don Pricilo, Karen un poco mas tranquila, se tomo el
cabello, con un fino pañuelo de seda, que hacia juego con sus hermosos ojos
azules, y también con su diminuto traje de baño, se veía espectacular. Nuevamente
la niña se recostó sobre su suave toalla, el haber notado ese extraño brillo en
los ojos del viejo, sumado al nerviosismo y susto que sintió, cuando don
Pricilo le hablo de forma tan prepotente y a su vez la
llamo…ricura…preciosura……con todas estas sensaciones y pensamientos descritos,
bastaron para que estos mismos se trasladaran a la parte más sensible del
hermoso cuerpo de la niña, a su Concha, a su fina, delicada y virgen ranura
intima…a su zorrita… La niña comenzó a sentir, ese rico y suave hormigueo en su
conchita, su mente se escandalizo, no se podía dar el lujo de sentir tan ricas
sensaciones, al lado de tan horripilante viejo, Karen ya había dimensionado que
don Pricilo era un viejo feo y asqueroso… pero la había llamado
ricura…preciosura… Con estas ideas, el rico hormigueo, rápidamente se fueron
transformando en placenteras punzadas que atacaban su parte mas preciada, su
rajita, sentía unos ricos y leves latidos en el interior de su vagina, como si
esta tuviera corazón propio… Así estaba la nena, con esas ricas y placenteras
sensaciones que ahora si atacaban sin misericordia su exquisita anatomía, llena
de curvas demoniacas, y nuevamente estos ataques se centraban en su zorrita, en
su Concha… Con su hermosa mirada entrecerrada, se dio a mirar muy discretamente
a don Pricilo, pudo notar que el viejo muy nerviosamente se llevaba el cigarro
a la boca y a la vez que este pegaba una bocanada de humo, al aspirar, con su
otra mano se masajeaba una enorme protuberancia que se le había formado entre
sus asquerosas piernas.La nena, no sabía que era esa cosa, que don Pricilo
escondía bajo sus pantalones…Pero que es lo que será?, se preguntaba la niña,
sintiendo cada vez más exquisitas las ricas punzadas que ya se habían apoderado
de su jugosa Concha. Tubo el impulso de parase y ella misma ir a inspeccionar
que es lo que don Pricilo escondía con tanto celo, se sentía curiosa…o estaba
caliente?... Para intentar calmarse, la nena intento cambiar de posición, o
moverse, haber si así se le terminaba ese enloquecedor hormigueo que sentía en
su cosita. Lentamente fue subiendo una de sus exquisitas piernas, hasta
deslizar su delicado pie y posarlo al lado de su otra rodilla. En esta
posición, con una pierna estirada y la otra levantada, tendida en la suavidad
de la hierba, combinando la imagen con ese precioso cuerpo de Diosa, y ese
diminuto calzoncito color azul, que solamente le cubría el nacimiento de su
tajito, sencillamente se veía espectacular. Don Pricilo, que no perdía un solo
detalle de esa hermosa posición, que adopto la niña, estaba al borde del ataque
cardiaco. Qué imagen más rica, pensaba el viejo esta perra esta para meterle
verga por toda una noche, y pensó que ya era tiempo de actuar. Termino su
cerveza y apago el tabaco, y se dispuso a poner en práctica la primera
parte de su plan. Karen lo miro extrañada, se dio cuenta que se dirigía en
dirección a ella, lo que mas la ponía nerviosa, era que en esos momentos,
continuaba con las ricas punzadas en su Concha…en su rajita. -Mira preciosa… le
dijo el horrible viejo…Yo iré al pueblo por unas cervezas, te dejare sola un
rato, una hora quizás, asi que relajate y disfruta de la tarde…jejeje… -Bueno
don Pricilo, respondió Karen, vaya tranquilo que aquí yo lo espero… La nena no
sabia porque se sentía tan nerviosa al tener al viejo tan cerca de ella y
fijarse que ahora don Pricilo no despegaba si viciosa mirada de su pequeño
triangulo casi desnudo. Además, se fijo que la gran protuberancia que el
viejo escondía, ahora estaba muy cerca de su cara, y que también hacia leves
pulsaciones sobre el pantalón del viejo, como amenazando salir se su escondite.
El viejo se encamino hacia la salida principal de la casa, la nena miraba como
esa fofa y mórbida figura, con varices en ambas de sus asquerosas piernas
desaparecía de su vista, y una vez que escucho el motor de la
destartalada y cacharrienta camioneta de don Pricilo, la nenita se sintió mas
tranquila…la sintió alejarse. En realidad el viejo no se dirigía la pueblo,
como le dijo a Karen, la idea del viejo era que la nena creyera que la dejaba
sola, estaciono el vehículo y lo escondió detrás de unos arboles, para luego
ponerse en marcha en forma sigilosa en dirección a la casa, de la decente
familia de Eduardo Zavala. Karen, al sentir la tranquilidad de estar sola, se
dispuso a disfrutar del momento, las ricas punzadas que sentía en su Concha, no
la dejaban tranquila. Sintió la imperiosa necesidad de tocarse, no sabia si
debía hacerlo, pero recordó que don Pricilo no llegaría hasta dentro de una
hora. Y al recordar las exquisitas convulsiones que su cuerpo había
experimentado, hace solo un par de días, la niña se armó de valor y dirigió su
blanca y delicada manita, hacia su parte prohibida, hacia su estrecha rajita,
su suave hendidura…y suavemente empezó a gemir -Siiiiiiiiiiiiiiiii… -Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………..
-Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… gemía la
niña…………Mmmmmmmmmmmm…ahhhhhhhhhhh Su mano bajaba lentamente, a cada roce de sus
delicados dedos con la suavidad de su piel, la nena era atacada por unos ricos
corrientazos de escalofríos, que nacían de cada una de sus extremidades, desde
su cerebro y desde sus pies, para luego recorrer la totalidad de su cuerpo
lleno de curvas infartantes, y todos con un mismo destino, todos se iban a
depositar en su tajo…en su zorra, en su Concha. -Pero que rico se
sienteeeeeeeeeee…….-Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh……………….mmmmmmmmmm La calentura de a
poco se iba apoderando de Karen, de esta hermosa adolescente, que ya en este
momento se disponía a deslizar su manita por debajo del diminuto calzoncito que
cubría muy precariamente su Concha…- -Ahhhhhhhhhh…Queeee…….Ricoooo, Gemia presa
de la calentura………….. Una vez que traspaso esa barrera de tela, Karen
instintivamente, empezó a recorrer su apretada rajita, con la yema de los
dedos, la sentía húmeda, en su mente se preguntaba porque se le mojaba su
cosita, era esto normal?...para luego olvidarse, ya que las ricas punzadas que
sentía, eran mejores que estar haciéndose ese tipo de preguntas, meditaba la
nena… -Mmmmmmmmmmm……….Aaaahhhhhhhhhhh Aaaahhhhhhhhhhhh….Siiiiiiiiiiii……………. Su
azulada mirada, se perdía en el infinito del cielo, cuando llevaba solo unos
minutos de suave pero rica masturbación, en alguna parte de su conciencia,
recordaba que don Pricilo había salido, y dijo que no llegaba hasta en una
hora, todavía le quedaba tiempo pensaba la decente niña de 18 años… -Oooooohhhhhhhhhhhhh…………..Oooohhhhhhhhh
Oooohhhhhhhhhh…..balbuceaba la pequeña… Karen pensó que tal vez tendría unos 30
minutos para disfrutar de esos ricos escalofríos, que ya le tenían toda su piel
erizada, incluyendo los suaves y escasos pendejos de la zorra…de su Conchita…Nuevamente
la decente niña se abandonaba, a los nuevos placeres que amenazaban con
enloquecerla… -Siiiiiiiiiiii…Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh………….Shhhhhhhhhhhhhhhhahhhhhhh
-.Shhhhhh Aaaaaahhhhhhhh Aaaaaaahhhhhhhhhhh……….ohhhhhhhhhhhhh Lentamente su
hermoso rostro, que por lo general siempre reflejaba candidez y pureza, ahora a
consecuencia de la calentura que sentía la tierna adolescente, de apoco se iba
transformando, en un rostro lujurioso, de una verdadera puta,…-Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiccoooooooooooooooooo…..ricooooooooooooooo…gemia
la criatura……nadie se imaginaria que esa mujer tendida en el suelo y que se
masturbaba con sus piernas semi abiertas y que ya para este momento tenia la
cara de una autentica perra en celo, en realidad era una dulce criatura, una
niña bien, que a consecuencia del exuberante cuerpo de Diosa que había
desarrollado, estaba en su pleno despertar sexual. –Oh Dioooooossssssss………Ahhhhhhhhhhhh…….Mmmmmmmmmmm
Que bien se sentía Karen, al estar semidesnuda tendida en el suelo, tocando su
cuerpo, refregando sus dedos en la parte mas sagrada de su sabrosa figura, su
cuerpo delineado con las mas exquisitas curvas, la estaban transportando a un
mundo desconocido para ella, la nena sentía que nadaba en un mar de placeres… Rico...rico.rico…rico…rico…riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiicooooooooooooooo…ahhhhhh….
-Mmmmmmm…………………….. Ya casi había olvidado al viejo Pricilo, sin pensarlo llevo
sus manos al costado de sus caderas, levantando levemente sus caderas y ancas
ampulosas, procedió a deslizar el exquisito calzoncito azul, y lo hizo correr
por la suavidad de sus bellas piernas, hasta bajárselos completamente, quedando
estos a la altura de sus delicados pies. -pppppeeeeerrrooooooo….. -por…que -sie…..n…to
-esss…tooodoooo…-ahhhhhhhhhhh Muy suavemente y temblorosa, con su mirada
perdida en el infinito, Karen se fue abriendo de piernas, lentamente, hasta
quedarse totalmente abierta de patas, esperando algo, algo desconocido y que no
llegaba. –Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii -Looooo………..quieeeeeeeerooooooooooooooooooooo…..(pero
que es lo que quería?) -Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…………………….ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
La nena dejo caer sus brazos a ambos costado de su cuerpo, expectante, se quedo
en esta posición, totalmente abierta de piernas, sus pequeñitos pies unidos por
su tanguita la cual estaba completamente enrollada. -Mmmmmmmmmm…………….Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Se decidió a llevar su mano a su delicada y virgen hendidura, posándola en el
inicio de su inexplorado monte de venus, apenas poblado por una escasa cantidad
de sedosos pelitos oscuros, que como ya hemos descrito, contrastaba con la
blancura de su perfumada piel… -Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyy…………………………………ayyyyyyyyyyyyyyyyy
Este era el momento que ella tanto deseaba, el momento en que la ninfa se
entrega a las placenteras sensaciones eróticas, con las cuales se había
congraciado, se abrió de piernas lo que mas pudo, esta vez las elevo del pasto,
quedando la diminuta tanguita color azul, colgando de uno de sus delicados
pies. -Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………. -.siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…..
-mmmmmmmmmmmmmmmmmm. -Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh Y ahora si empezó a masturbarse
como la puta que llevaba dentro, vasto con un solo par de movimientos de sus
dedos, contra su rajita para que la nena automáticamente empezara a menearse… -Assssssssssssiiiiiiiiiiiii……..asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii….decía
la rica Karen… …primero muy suavemente, su monte de venus hacia círculos muy
lentamente, con su blanca manita solo rosándolo por ahora con esto era
suficiente -Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhiiiiiiiiiiii…. -Siiiiiiiiiiiiiiii… -quuuuuuuueeeeeeeeeee…riiiiiicoooooooo
Sintió la humedad de su ranura y sin dejar de menear sus caderas en forma
circular, con mucha decisión, llevo su mano que destilaba abundante néctar
proporcionado por la madre naturaleza, y que ella había cosechado de su
hendidura, los llevo hasta la altura de su linda carita, quería oler. Error, al
sentir el embriagador aroma de su propia naturaleza, como una poseída comenzó a
lamer sus dedos y no contenta con esto volvió a dirigir sus manitas para
recoger mas de ese juguito que iba soltando su Concha… y volver a llevarlos a
su boca, que rico era sentir su propio sabor pensaba la niña… -srrrrrrrrrrrrpppppppppppp…
-srrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrpppppppppppppppppp… (era lo que se oía cuando la niña sorbía sus
propios jugos recién salidos de su zorra) Mientras Karen, se encontraba, en una
especie de trance erótico, dedicada a devorarse y lamerse sus ricos y propios
fluidos que le eran proporcionados por su chorreante vagina, la niña no era
consiente que desde la cabaña de madera alguien la observaba, y ese alguien era
el viejo caliente de don Pricilo… (Minutos antes) Don Pricilo se dirigió a la
parte posterior de la casa, donde el mismo había confeccionado una puerta alternativa,
para que sus patrones no se percataran de sus salidas nocturnas, cuando se iba
de farras con los delincuentes que tenia por amigos… El viejo ingreso
sigilosamente al interior de su cabaña, por la puerta trasera, una vez adentro
se dirigió a su dormitorio y en forma automática, quito toda la inmunda y
hedionda ropa de cama, dejando solo el catre y el colchón. Luego desde un baúl
que tenía saco una cámara de video y la encendió, y se dijo para si mismo,
ahora si karencita te voy a inmortalizar, para tener tu imagen de la última vez
que fuiste virgen…jajajaj…reía el viejo aborrecible. Con su risa de viejo
caliente, se dio a dirigir su vista hacia donde estaba Karen… Ohhhh…por
Diosssss…Madre Santa…jesus…maría y jose…exclamo el viejo para sus adentros quedando
casi paralizado… Para el viejo, fue como si le dieran un electro choque en los
testículos, fue tal la impresión de este al ver a esta tan inocente niña,
totalmente abierta de patas, con ese exquisito calzoncito colgando de uno de
sus pies, y para colmo con una de sus manos sobándose la Concha, refregándose
la zorra, masturbándose, y comiéndose sus juguitos. El viejo casi se desmaya. Una
vez repuesto el viejo pensó rápidamente, es ahora o nunca, se dijo… Ubico
estratégicamente la cámara de video, ubicando el ángulo que abarcara la
totalidad del sucio camastro del viejo…una vez escondida e instalada la
cámara…el viejo se dijo…allá voy mi amor…ejejejeje… Se acercó muy lentamente,
hacia donde estaba Karen en plena faena masturbatoria, la niña estaba tan concentrada
en su tarea, que no se dio cuenta cuando el viejo Pricilo llegó su lado.
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