Karen limpio sus lagrimas de
la cara con sus finas y blancas manitas…, miro al viejo con sus preciosos ojos
azules…y muy lentamente desabrocho el botón de sus jeans…para luego mas
suavemente comenzar a bajar el cierre de este… A continuación Don Pricilo tomo
asiento en el más cómodo de los sillones que había en aquella confortable sala
de estar, que se notaba que era el que usaba el dueño de casa, se proponía a
disfrutar del espectáculo que le brindaba aquella jovencita que en estos
momentos ya se había quitado sus pantalones y que ahora se proponía a
desnudarse de la cintura hacia arriba. Una vez que Karen ya estaba semidesnuda
y se preparaba para quitarse sus pequeña Tanguita de color rosa, el viejo la
interrumpió… --No te lo quites todavía, te viene bien el color rosado, jejeje,
modela para mi, putita!!!!, recalco el vejete para que a la niña no se le
olvidara su nueva condición para con él. Karen aun tenia sus ojos llorosos,
sentía rabia e impotencia por todo lo que le estaba ocurriendo, la niña pensaba
el por qué este viejo miserable había tenido que aparecer en su vida y
arruinársela tal como lo estaba haciendo, para luego recordar los bruscos
cambios de temperamento que sufría Don Pricilo y antes de que eso sucediera
y que este se volviese a enojar, comenzó a caminar por la sala. La niña
solo caminaba y daba vueltas entre el comedor y la sala de estar, pensaba en
sus padres quienes no llegarían hasta el próximo día jueves, sacaba cuentas que
le quedaban 4 días en los cuales tendría que aguantar a Don Pricilo y
obedecerle en todo lo que el requiriera, ya que estaba muy consiente de cual
era ahora su situación, a la vez que tenia muy claro también de cuales serian
esos tipos de requerimientos que este le solicitaría. El solo pensar en que
tendría que volver a revolcarse con ese viejo asqueroso le provocaban nauseas.
Por su parte Don Pricilo disfrutaba de la visión que tenia ante sus ojos, veía
a esa hermosa niña-mujer semidesnuda y modelando solo para el, pensaba en la
tarde y la noche del día anterior y en las Cogidas que ambos se habían pegado.
No entendía por qué había cambiado tanto de actitud, si lo último que recordaba
fue cuando juntos se durmieron desnudos y abrazados. —Al diablo!!!, se decía
para el mismo, lo que importaba era que ahora la tenía en sus manos y le
quedaban 4 días para disfrutarla, ya vería como se las arreglaría para seguir
poseyéndola una vez que llegaran sus padres. Y lo más importante!!!, pensaba el
vejete, llegaría también Andrea, la señora de la casa, quien era parte
indiscutida en los calientes propósitos que se traía entre manos. En solo
pensar que si todo le resultaba como él quería, podría por fin compartir cama
con ambas mujeres a la vez, con la madre y con la hija, pero tenía que ser
cuidadoso, tendría que ir paso a paso. La imagen de la niña lo saco de sus
ardientes cavilaciones, la veía y la contemplaba, era ella se decía, la misma
mujer que la noche anterior le ofreció su cuerpo y junto con ello su más
sagrada intimidad, claro que el tubo que usar algunas tácticas poco ortodoxas
para que eso sucediera, pero lo importante fue que la bella joven se le entrego
y lo disfruto. Karen seguía con su recorrido dándole en el gusto a Don Pricilo,
su forma de caminar y de menear sus caderas solo denotaban delicadeza y
femineidad. No era que ella quisiera llamarle la atención al viejo, era solo
que esto lo llevaba por dentro, en su esencia de mujer, en su esencia de hembra.
La niña miraba la asquerosa humanidad de Don Pricilo posada en el cómodo sillón
Luis XVI, que era de uso exclusivo de su padre, cuando este reposaba o leía el
periódico en sus días libres. Esta imagen hizo que Karen sacara nuevamente algo
de la escasa fuerza interior que aún le quedaba, e intentando hacer que el
viejo depusiera sus intenciones le dijo: --Por favor Don Pricilo, no siga con
esto, se lo ruego, por favor váyase, con lo de anoche ya fue suficiente…
--Callate puta!!!, le grito el viejo--y sigue modelando para mí!!!, acuérdate
que de ahora en adelante eres miaaa!!!, ¿o quieres que te de unos buenos
correazos en el culo para que aprendas a obedecer a tu hombre? Karen al
escuchar el tipo de aclaraciones que le hacía Don Pricilo, solo atino a
balbucear algo que no se le entendió y muy acongojada siguió con su forzada
sesión de modelaje. Al viejo que ya la calentura empezaba a subir las
revoluciones de su mente lasciva, procedió a despejar la pequeña mesita de
centro que adornaba la elegante sala de estar y una vez que esta estuvo
desocupada llamo a Karen para que se acercara: --Ven putilla, ahora quiero que
te pongas en cuatro patas aquí sobre esta mesita, jejeje. La niña ya entregada
a su triste realidad, obedeció sin
reclamar nada, muy suavemente fue poniéndose en esa extraña posición que
le solicitaba su ahora hombre, según lo que le habían aclarado con
anterioridad. Don Pricilo observaba embelesado esas exquisitas formas que tenia
al alcance de sus asquerosas manos, miraba y se soslayaba en las curvas casi
diabólicas que Tenia esa mujer con cara de quinceañera, y lo que ahora más le
calentaba y enardecía al horripilante vejestorio, era el pensar que ese cuerpo
le pertenecía, que aun no habían transcurrido más de 24 horas desde que él y su
verga habían tomado posesión de esa figura esculturalmente hermosa y perfecta.
Karen seguía puesta en 4 patas sobre la pequeña mesa de centro que adornaba la
elegante sala de estar de su casa, se sentía un objeto, y era eso lo que el
viejo realmente quería lograr, deseaba que ella supiera y se viera que de ahora
en adelante su rol para con él, seria ser solo un objeto, su juguete sexual,
con el cual él podría satisfacer sus mas degeneradas y sucias pasiones. Ahora Don
Pricilo ya se había levantado de “su cómodo sillón”, y caminaba rodeando la
elegante mesita de estilo victoriano, pero con su mirada puesta en la preciosa
hembra que a esta la adornaba, se daba cuenta de lo apetecible que se veía
Karen en aquella exquisita postura, quien en estos momentos lo miraba con ojos
suplicantes. El viejo no aguantando mas la tentación que tenia al frente de él,
se arrodillo a un costado de ese magnifico cuerpo femenino y poso sus peladas
manos en las tersas carnes de la niña, sintiendo la extrema suavidad de su piel
y comenzando un caliente sobajeo, que recorría en su totalidad las perfectas y
delineadas curvas de la nuevamente asustada muchachita, quien se encontraba en
cuatro patas y a disposición de un caliente degenerado. Pasados unos minutos de
ardientes masajeos, Don Pricilo le pidió a Karen que no se moviera de esa
posición, para el dirigirse hacia la habitación de la niña, al llegar a esta
busco en los cajones del escritorio, a su paso botaba y desordenaba todo lo que
encontraba, hasta que dio con lo que buscaba. Karen quien permanecía puesta
como las perras tal cual como le habían ordenado quedarse, lo vio venir y se
quedo horrorizada, cuando se dio cuenta que el viejo traía en sus manos unas
tijeras, la niña pensaba que ahora si le cortarían las tetas y la dejarían
pelada, tal como la habían amenazado la noche anterior, por lo que nuevamente
comenzó con los quejumbrosos y suplicantes sollozos. --Sniff…sniff…, Nooo por
favor Don Priciloooh, sniff…sniff, no me corteee las tetaaas…sniff…sniff…, Cogereee
toda la nocheee con Ud. si quiereee, pero no me haga nadaaa…sniff…sniff,
lloraba desconsoladamente la pobre Karen. El viejo que por ahora no tenía ni la
más mínima intención de hacerle daño a la nena, se aprovechó de la inocencia de
ella y saco ventaja de la situación que se le presentaba. Le hablo muy cerca
del oído: --Que bueno putita que quieras Coger conmigo por toda la noche,
jejeje, lo tendré presente, pero si te vuelves a poner difícil como lo hiciste
hace un rato, ya sabes lo que te sucederá, jejeje,-- diciendo esto le pasaba la
punta de la afilada tijera por las suaves y tiernas carnes de la niña, con la
intención de que ella sintiera en su propio cuerpo, lo que le podría
pasar si no le obedecía, o por si se le ocurría poner algún tipo de resistencia
a sus depravadas intenciones. Una vez dicho esto último Don Pricilo le asesto
un chorreante beso con lengua a la fina y delicada boquita de Karen, quien por
miedo y al sentir el frio de las tijeras recorriendo su cuerpo, le correspondió
y junto su fresca lengua con la de él, comenzando así otro ardiente y
apasionado beso de esta extraña pareja. Ambos se besaban, el viejo por deleite
y la nena por miedo a que le hicieran daño, a pesar de esta situación la imagen
de ver a la niña puesta en cuatro patas sobre una mesita y besándose con un
horrendo viejo, quien se encontraba arrodillado y recorriendo el cuerpo de ella
con unas tijeras, de a poco iban subiendo la temperatura de aquella elegante y
decente sala de estar. Don Pricilo se separo del caliente beso y a continuación
procedió a cortar con mucho cuidado el rosado Corpiño de la niña con la sola
idea de liberar ese gran par de tetas que estaban contenidas por este, la niña
temblaba ya que pensaba que en cualquier momento el viejo le podría hacer daño,
una vez que cumplió su cometido retiro los retazos de tela de lo que fue del pequeño Corpiño, a
continuación se dirigió a la zona Donde se encontraba el gran pedazo de culo
que tenia la mocosa, corto por los elásticos que se agarraban por ambos lados
de las caderas y con mucho cuidado lo fue retirando, Karen sentía como estaba
siendo despojada de la ultima protección que le quedaba, se sentía avergonzada
y humillada, nuevamente la tenían totalmente desnuda. El viejo tenia la pequeña
Tanguita de color rosada en sus manos y dejando la tijera a un lado se dio a
ubicar la parte de este pequeño trozo de tela que en algún momento habría
protegido el tajito de la rica adolescente, y una vez que lo ubico sin pensarlo
se lo llevo a sus narices para oler profundamente e impregnarse con el aroma y
con la esencia de su mujer. Luego de esto Don Pricilo ya había tomado ubicación
en la parte trasera de la fabulosa anatomía de la dulce niña, su intención era
una sola, iba a tomar posesión del pequeño orificio posterior de la perra que en
estos momentos tenia para su propia voluntad, simplemente se la quería meter
por el culo, pero antes del ya casi seguro enculamiento que se llevaría a
efecto, al vejete se le había antojado paladear el sabor que tendría aquel
pequeño conducto, por lo que procedió a tomar con ambas manos cada una de ese
glorioso par de nalgotas que tenia para el solo y las abrió lo que más pudo. El
viejo miraba estupefacto hacia el magnífico culo que tenia ante sus ojos, su
verga ya totalmente erecta se contorsionaba furiosa entre las ropas de este,
luchando por salir y escurrirse por las apetitosas carnes que en este momento
miraba y tocaba su dueño. Don Pricilo seguía sorprendido ya que una vez que
separo las nalgas de la niña, se pudo fijar en el pequeño círculo rosadito que
tenia la sabrosa chiquilla, y justo al medio de este rosáceo anillo también
había un diminuto puntito, que incluso hasta era dificultoso verlo a simple
vista, el viejo si hubiese tenido una lupa con gusto la habría ocupado para
inspeccionar bien ese coqueto puntito negro, que él ya había decidido que lo
tendría que perforar en esa misma tarde dominical. Karen se sentía
desconcertada por el hecho de estar en tan vergonzosa posición, y lo peor se
decía la niña, era estar con Don Pricilo justo detrás de ella, observando todo
lo que su cuerpo le exhibía, y esto sumado a que la nena sentía que el viejo le
tenía bien abiertas sus nalgas con ambas manos. Por su parte el viejo no
aguantando mas fue acercando su boca y lengua a tan preciado anillito rosado,
comenzando así un rápido lengüeteo anal, Don Pricilo hacia grandes esfuerzos
por adentrar la punta de su lengua en el diminuto puntito negro que en estos
momentos se comía, pero la tarea era casi imposible, ese orificio estaba tan
apretado que por ahí no entraría ni siquiera una aguja aunque a esta la
metieran a martillazos, meditaba el vejete, pero aun así no separaba su boca ni
un milímetro del exquisito culo el cual degustaba. Karen no tenía idea de las
intenciones de Don Pricilo, solo se daba cuenta que este ahora le estaba
besando su culito, no entendía por qué el degenerado viejo le chupaba en su
orificio anal y a la vez sentía esa resbalosa lengua hacer una serie de
rápidos círculos en el mismo centro de este, ella sabia muy bien que esa parte
del cuerpo era para hacer otro tipo de cosas, muy distintas a las que ahora le
practicaba este cochino viejo. En estos pensamientos estaba la avergonzada
Karen cuando sintió el primer corrientazo escalofrioso de la tarde, el
cual le causo esa rica y conocida erización, de todos los pelitos de su cuerpo
incluyendo los de su Concha. Don Pricilo al notar en sus propias manos que la
piel de la nena se erizaba y a su vez que esta misma se comenzaba a retorcer
por las supuestas sensaciones que él le estaba provocando con su lengua, se dio
a poner más aplicación en los rápidos y circulares movimientos
lingüísticos que le estaba aplicando a la niña. --Oooohhhhhhh…Aaaahhhhhhh!!!—fue
todo lo que pudo expresar la joven de 18 años recién cumplidos, quien muy
suavemente y por estar siendo ya superada por los exquisitos escalofríos,
empezó a menear su culo sobre la boca del viejo, con la insana intención de
acrecentar en su cuerpo aun mas, esas agradables sensaciones que poco a poco se
iban a apoderar de su propia voluntad y persona. Mientras a Karen la
lengüeteaban en el culo en la sala de estar de su propia casa, a muchos
kilómetros de distancia, la situación era totalmente distinta. Eduardo y Andrea,
los padres de Karen, ya se encontraban instalados en una de las mas
confortables habitaciones del elegante Resort, que la conservadora y decente
congregación había escogido para su junta anual de familias bien consolidadas,
la cual se realizaba con la finalidad de dar cuenta de todas las actividades
realizadas en los últimos 12 meses, como así mismo proyectar el año siguiente,
además se aprovechaba para compartir y hacer camaradería, ya que a esta reunión
solo participaban las 12 familias mas distinguidas y sobresalientes dentro de
la misma entidad. Para ese día domingo tendrían la primera actividad oficial
dentro de lo programado por la congregación, que era la participación en la
recepción de bienvenida, en Donde se reunirían las doce decentes familias
para compartir y luego pasar a disfrutar de una apetitosa y abundante cena,
digna para gentes de tal grado de conservadurismo y decencia como lo eran todos
ellos. El matrimonio se encontraba en la habitación preparándose para la
recepción, Eduardo vestía de sport, pero con sobriedad, esperaba a su esposa
que aun se encontraba encerrada en el servicio, terminando de arreglarse. Una
vez que Andrea salió de la sala de baño, la imagen de ella hubiera dejado
boquiabierto a cualquier pobre mortal que hubiese presenciado la imagen de tan
encantadora hembra. Andrea se había preocupado de alisar su rubio
cabello, se maquillo solo lo necesario, ya que este tipo de hembras al igual
que su hija, y que no se encuentran en cualquier lado, no lo necesitan. Había escogido
un vestido negro el cual se ceñía y ajustaba a la perfección en su delineado
cuerpo, resaltando en demasía las marcadas curvas que se pronunciaban desde su
esbelta cintura hacia la amplitud de sus caderas, el cual le llegaba solo hasta
la mitad de sus torneados y tonificados muslos, claro que este no dejaba ver
mucho las carnes de esas majestuosas tetas que en estos momentos contenía, pero
al igual que en la parte de sus caderas, también se delineaban las formas
exquisitas de esas montañas de carne, que como ya se dijo una vez no caían en
la exuberancia ni lo grotesco…(por algo era la madre de Karen…) Eduardo al ver
salir a su mujer tuvo la intención de escandalizarse, pero se contuvo, en
realidad debía reconocer que su mujer era perfecta, por lo que fue a su
encuentro y la tomo de su cintura depositando un tierno y amoroso beso en la
frente de ella, se abrazaron. Por su parte Andrea se sentía feliz, le encantaba
que su marido le demostrara el amor que por ella sentía, con estos tiernos
gestos de cariño (ya que en el sexo el hombre no demostraba mucho, debido a sus
estrictos y solidos principios de mojigatería y conservadurismo), permanecieron
abrazados por un momento. --Te ves encantadora cariño, le dijo el hombre a su
mujer, mientras la afianzaba más hacia su cuerpo. --Gracias amor, tu también
estas muy apuesto, le contesto Andrea dedicándole una de sus encantadoras
sonrisas. --¿Qué estará haciendo nuestra pequeña?, decía Eduardo a su esposa, a
la cual mantenía en un cálido abrazo,--Realmente la he extrañado mucho, creo
que deberíamos haberla traído, le decía un poco triste, ya que era la primera
vez que salían sin ella. --No te preocupes mi vida, tú sabes que ella quiso
quedarse para estudiar, le consolaba su tierna mujer,--Además ella ya es una
mujercita muy responsable de sus acciones y cuenta con toda nuestra confianza,
por lo mismo tú le diste permiso para quedarse en casa. --Si tienes
razón, es mas que seguro que a esta hora esta de cabeza en sus libros, al igual
que ayer cuando la llamamos por teléfono… (El decente matrimonio no se
imaginaria nunca que en estos mismos momentos, a su hija la tenían en la sala
de estar de su casa totalmente desnuda, en 4 patas, langueteandole el culo y
todo esto al frente del sillón Luis XVI de Eduardo…) --¿A que hora nos vamos al
salón?, pregunto Andrea a su marido. --Luego, y no te preocupes que Don
Urias se comprometió de pasarnos a buscar, contesto el marido. Don Urias era un
hombre que representaba unos 58 años de edad aprox., era el director de la
conservadora congregación, y aparte de ello también era orientador y consejero
oficial de estas doce distinguidas familias, a parte de ser uno de los más
influyentes asesores de Eduardo en cuestiones de decencia y conservadurismo.
Era de aspecto enfermizo, calvo, extremadamente alto y delgado, pálido y
de facciones cadavéricas, debía medir por lo menos 1.85 de estatura y debido a
su excesiva delgadez daba el aspecto de ser un esqueleto vestido con ropa. Don
Urias llevaba toda una vida siendo miembro de esa particular congregación,
conoció a Eduardo cuando este era un tímido joven recién egresado de la
facultad de Ingeniería, y cuando noto que este mostraba un entusiasta interés
por asuntos de Conservaduría y de querer ser un ejemplo ante los demás, Don
Urias no dudo para intentar reclutarlo y hacer de el uno de los pilares
fundamentales de esta misma. A parte de esto el flaco Urias, como le decían
algunos de los miembros de la congregación a sus espaldas, era el encargado de
orientar a todos los jóvenes de estas familias y de hacerlos participes de
obras benéficas en distintas instituciones dedicadas a ayudar al prójimo. Pero
la realidad era que esto lo hacia solo para la pantalla, ya que lo que a él
realmente le interesaba era que los padres de estos jóvenes hicieran
puntualmente los depósitos mensuales de dinero, en las distintas cuentas
bancarias que poseía la congregación en uno de los principales bancos del país,
claro que él era el titular de aquellas generosas cuentas. Desde un principio
la relación de amistad entre Eduardo y Don Urias fue verdadera, pero todo
cambio cuando Eduardo paso a ser miembro oficial de la institución, incluida su
joven esposa Andrea que para esos tiempos era una encantadora veinteañera, que
a pesar de ya haber sido madre, se gastaba un cuerpo endiabladamente rico y
sensual, sumado a su candorosa y natural personalidad y de trato espontaneo. Don
Urias al conocer a Andrea quedo impactado, fue amor a primera vista lo que
sintió ese flacuchento, y olvidándose de la amistad entablada con Eduardo
intentó por todos los medios posibles seducir a la mujer de su prójimo. Gasto
dinerales en costosas joyas, perfumes y un sinnúmero de diversos artilugios
para llamar la atención de ese ángel venido desde los cielos, pero todos fueron
rechazados por Andrea e incluso cuando Eduardo debía viajar por asuntos
laborales, el viejo flaco no dudaba en acosar a la mujer haciéndole
invitaciones a cenar o simplemente la hacia ir bajo cualquier pretexto a las
instalaciones de la decente congregación, con la sola finalidad de poder estar
cerca de ella aunque sea por un instante. Andrea que era mas despierta en estos
asuntos que su mojigato marido se daba cuenta de las intenciones y sentimientos
del pobre viejo de Don Urias, pero ella siempre supo saber manejar la
situación, para no alterar la amistad de ambos y para también no hacer sentir
mal al pobre hombre. Hasta que Don Urias al haber ya agotado todos los recursos
necesarios para intentar engatusar a esa beldad de cabellos dorados, esposa de
unos de sus mejores discípulos, se convenció de que tenia cero posibilidad de
llegar a tener algún tipo de relación extramarital con ella y menos que llegara
a dejar a Eduardo por irse con él. Por lo que desistió y se odio a el mismo por
no tener la edad y el aspecto necesario para conseguir alguna hembra con tales
atributos como los de Andrea, ya que Don Urias a pesar de su edad y aspecto, el
hombre era de gustos exquisitos y refinados. Desde aquel tiempo, el flaco
director de la congregación benéfica, destinaba gran parte de los recursos que
le daban los mismos integrantes de esta, para tener encuentros ocasionales con
las mejores putas de lujo que habían en el mercado e incluso cuando llego el
internet las escogía por catalogo, siempre poniendo atención de que la mujer
que pasaría una noche con el, debía tener características físicas muy parecidas
a las de su Andrea y en los últimos tres años, también escogía de ves en cuando
alguna que tuviera algún tipo de similitud con Karen. Desde que la niña Karen
se fue transformando en mujercita, el viejo Urias puso sus hundidos ojos de
cadáver en ella, no era que al viejo le gustaran las niñas pequeñas, pero
cuando comenzó a notar los primeros cambios de la tierna niñita de ojos azules,
tubo la certeza de lo que estaba al frente de su mirada, era un verdadero
cheque a fecha, por lo que se encargo el mismo de guiar por el bien camino, a
la dulce jovencita. Muchas veces Don Urias quiso poner a prueba a la niña, en
las ocasiones en que ambos se encerraban en su oficina, con el fin de orientar
o aconsejar a la hermosa y virginal adolescente, el viejo entraba en charlas
que tuvieran relación con el sexo o con las vinculaciones de amistad que tenia
la niña con otros jóvenes de su misma edad, pero Karen siempre demostró ser una
joven integra y de nobles sentimientos, situación que enorgullecían a Don
Urias, ya que veía reflejada en estas conversaciones todas las enseñanzas y
conocimientos de decencia que el mismo había entregado a los padres de estos
jóvenes, y sobre todo si se trataba de la hija de Andrea, de su Andrea, del
gran y único amor de su vida. El viejo quedaba consternado al darse cuenta del
casi idéntico parecido que tenían, si no fuese por el color de pelo y ojos,
ambas parecerían hermanas gemelas, determinaba Don Urias, lo cual coincidiría
con las impresiones que haría Don Pricilo algún tiempo después. A estas alturas
Don Urias ya no podía ver a la niña Karen como tal, ahora la veía como toda una
mujer, pero asumía que si no tubo oportunidad con la madre de ella, menos la
tendría con la hija, pero aun así la niña lo excitaba y lo que mas le calentaba
al viejo flaco era que esta dulce niña era hija del gran amor de su vida, era
hija de Andrea. En consecuencia de lo antes señalado, Don Urias poco a poco se
fue distanciando de la sana amistad que en algún momento tubo con Eduardo
Zavala, en primera instancia fue por haber quedado herido de amor por esa
hembra que no le dio la mas mínima y remota esperanza de abandonar a su marido
por él, luego fue por la creciente envidia que sentía por la familia de
Eduardo, envidia que con los años se fue transformando en odio total hacia ese
hombre que en algún momento llego a estimarlo como a un verdadero amigo. Claro
está que Eduardo nunca se dio cuenta de lo que le pasaba a Don Urias con su
bella esposa y menos que este le haya hecho algo al flacuchento viejo, para
ganarse el odio que este sentía por el. Pero ya habían pasado los años y Don
Urias mantenía intacto el odio que sentía por Eduardo, pero lo disimulaba ya
que no le convenía que este se fuera de la congregación por tres motivos: 1.-
Eduardo Zavala era miembro reconocido y respetado por la mayoría de los más
generosos contribuyentes de la Congregación. 2.- Eduardo era uno de los más
entusiastas a la hora de realizar dichas contribuciones. Y 3.- Si Eduardo se
retiraba, Don Urias no vería más a su adorada Andrea Rojas, y por supuesto
tampoco vería más a su Bonus Track…Karen. El matrimonio se encontraba charlando
en su habitación, cuando sintieron que tocaban a la puerta de esta… --Debe ser Don
Urias, hablo Eduardo. --Yo le recibiré, contesto Andrea quien ya se dirigía a
la puerta para recibir al visitante. --Buenas tardes Don Urias, lo saludo la
rica de Andrea una vez que le abrió la puerta. --Buenas tardes, saludo
secamente y con voz grave, el hombre que en estos momentos hacia ingreso a la
elegante habitación. Don Urias no podía evitar mirar esas curvas infernales que
se gastaba la mujer de su enemigo (así veía Don Urias a Eduardo), la recorría
con sus hundidos ojos, admirando las notorias curvas que se pronunciaban entre
la cintura y caderas que poseía la hembra de sus sueños. --¡Eduardo! amigo mío,
lo saludo cínicamente Don Urias estrechándole la mano,-- vamos que nos están
esperando en el salón. --Buenas Don Urias, saludo Eduardo y tomando a su esposa
por la cintura, procedieron a dirigirse al salón Donde los esperaban las otras
familias. El viejo esquelético se quedo un poco retrasado con la sola intención
de poder admirar tranquilo la exquisita figura de su Andrea, mientras mas le
miraba el culo y sus ancas de hembra reproductora, mas odiaba a Eduardo y sobre
todo por lo que estaba a punto de acontecer en el elegante salón al cual en
estos momentos se dirigían. Al hacer ingreso a tan distinguida dependencia
fueron recibidos por las otras familias que allí se encontraban, el matrimonio
Zavala saludo a cada una de ellas y se desasían en explicaciones cuando les
preguntaban por su adorada hija. A continuación de los saludos de rigor, Don
Urias tomo lugar al centro de la sala para dar un pequeño discurso de
bienvenida a todos ellos y darle el vamos a tan elegante reunión. Eduardo y
Andrea charlaban animadamente sobre asuntos que tenían que ver directamente con
ellos y su participación en las distintas actividades que se habían realizado
en el último año, como también de otros temas, de la feliz vida que llevaban
etc., cuando fueron interrumpidos por Don Urias. --Eduardo, necesito que me
acompañes, el señor Almarza tiene un importante asunto que tratar con tu
persona, Andrea te quitare por unos minutos a tu marido, le decía Don Urias a
la rubia y exquisita mujer, con su mirada puesta en cualquier parte, ya que al
viejo flaco le costaba mirarla a los ojos, después de haberse sentido rechazado
por ella, aunque esto había pasado hace mucho tiempo la herida de amor aun
seguía intacta. --Cariño vuelvo enseguida, dijo Eduardo a su esposa,--Iré a ver
de que se trata ese importante asunto, diciendo esto ultimo se encaminaron
hasta el otro extremo del salón Donde los esperaba Don José Almarza y su hijo
Ignacio de 23 años. Los hombres se saludaron y hablaron de cosas sin
importancia, todos en el salón estaban pendientes de esa pequeña agrupación de
varones, ya que sabían que cuando se juntaba un grupo de solo hombres era
porque algo importante estaban tratando y mas aun, si en este grupo se
encontraba Don Urias, quien hacía de Ministro de Fe, de lo que ahí se trataba Fue
Eduardo quien quiso ir al grano y pregunto: --Don José, quisiera saber cual es
el asunto en cuestión, ya que Don Urias me comento que era muy importante, dijo
Eduardo cruzando un brazo por el pecho y con su otra mano puesta en la
barbilla. --Si Eduardo, Don José permaneció pensativo por unos segundos para
luego continuar,--no se si ya conoces a mi hijo Ignacio. --Si creo que lo
ubico, contesto Eduardo quien recordaba muy bien a ese mocoso que hace un par
de años antes tubo que espantar por andar rondando a su hija. --Bien, el asunto
es el siguiente, dijo Don José tosiendo un poco para aclarar la voz,--mi hijo
viene llegando del extranjero, Donde termino sus estudios de economía, y desde
este mes se integrara al grupo de empresas Almarza S.A, Donde ocupara el cargo
de Sub Gerente del área de inversiones… Eduardo pensaba en lo que hablaba Don
José, no entendía que tenía que ver él, con el brillante futuro de su hijo.
--Es por ello que yo en su representación, continuaba hablando Don José, y
poniendo un tono grave y solemne en su voz,--solicito oficialmente la mano de
tu hija para que se case con Ignacio. Eduardo sintió que se estaba cagando en
los pantalones, a tan inoportuna solicitud, como se les podía ocurrir a esos
bellacos que su niña, su dulce hija se podría casar! ¡Si es solo una bebita!,
pensaba el desesperado padre de familia. Lo único que quería en esos momentos
era salir de esa situación y huir para cualquier parte. ¡Estaban locos…! se
decía, su inocente hija aun no estaba preparada para mantener una relación
conyugal y menos con obligaciones carnales, el solo hecho de pensar e imaginar
a su hija besándose con el tal Ignacio, le daban arcadas. Mientras esto le
pasaba al pobre de Eduardo, en la elegante sala de estar de su casa, Don
Pricilo ya se estaba desnudando para cogerse a la perra que en estos momentos
le meneaba el culo en su boca, al viejo le costaba quitarse la ropa ya que este
no se separaba ni un centímetro de ese grandioso pedazo de culo, con ese
diminuto puntito negro que este tenia en su parte de al medio y que ya parecía
que su dueña se lo estaba ofreciendo en bandeja, por la forma en que se lo
movía. Bastaron solo unos minutos de lengüeteos, para que Karen se transportara
a ese maravilloso mundo de sensaciones exquisitas para su cuerpo. Don Pricilo
ya había desenfundado su armamento, pero se tubo que separar muy a su pesar de
ese perfecto y redondo culo que se estaba comiendo, para así poder quitarse la
camisa. El viejo a pesar de su prominente barriga se puso de pie en forma
atlética y una vez que estuvo en pelotas noto que la ansiedad por taladrarle el
orto a la niña estaban por superarlo. Karen al notar que esos exquisitos
lengüeteos se acabaron llevo su azulada mirada hacia atrás y lo primero que vio
fue ese gran pedazo de verga con la cual la habían perforado la noche anterior,
los jugos de su Concha no tardaron en empezar a fluir, nuevamente se cruzaron
sus miradas. Don Pricilo camino en dirección a esa boquita con labios
purpuraceos, y una vez que tomo ubicación al frente de ellos, apunto su erecto
instrumento hacia estos. La niña quien ya adivinaba las intenciones del viejo y
olvidándose de sus amenazas quiso protestar diciendo… --Don Pricilo, por favor
yo no quiero chup…slrprrr…frrspp…frrspp…sfrrspp…sfrrspp El vejete cuando vio
que la niña abrió su boquita para reclamar, se la envaino hasta el fondo de su
garganta, y para luego afianzarse la tomo de su negra cabellera haciéndole una
coleta y con su otra mano la tomo de la barbilla, comenzando así nuevamente a Cogérsela
por la boca. Karen sentía el grueso tronco deslizarse por su vía oral, sentía
que se ahogaba cuando notaba que este traspasaba sus amígdalas y se encorvaba
para abajo penetrando hacia el interior de su cuerpo por el conducto de su
garganta. En la sala solo se escuchaban los ahogados gemidos de placer de Don
Pricilo, secundados por los eróticos sonidos de fruición que hacia la boca de
Karen al estar recibiendo verga de esa
forma,--srrpp…srrppp…srrrpp…srrrppp…srrrppp…srrrppp, acompañados de una que
otra arcada que hacia la nena cuando quedaba sin aire en sus pulmones. El viejo
Pricilo arremetía con fuerzas, le encantaba ver como la niña se la comía toda,
en un momento disminuyo la velocidad de sus movimientos para descansar, el cual
fue aprovechado por Karen, quien ya había asumido su papel de chupadora de
verga y comenzó a mamar ella solita esa sabrosa barra de carne que la empalaba
oralmente. Sin quitársela de la boca la rodeaba con su lengua, ahora era ella
quien arremetía contra el pico de Don Pricilo, sentía en su paladar como se
juntaban los líquidos pre seminales de su macho para ella ir tragándoselos
todos, en su mente pensaba que le encantaba comerse la Leche de ese hombre. El
viejo estaba fascinado con la labor chupadora de la niña, pero al acordarse de
que esta tubo el intento de protestar, decidió que merecíaun pequeño castigo
por insolente, sin sacarle la verga de su boca, estiro una de sus manos hacia
la suavidad de una sus redondas nalgas, para comenzar a sobarla en forma casi
paternal, para luego alzar su mano lo mas alto posible y dejársela caer con
todas sus fuerzas: Plashh!!!, retumbo por toda la casa la fuerte y sonora
nalgada que recibió el blanco culo de la nena, quedando en este la marca enrojecida de la mano del
vejete. Plashh!!!, Plashh!!!, Plashh!!!, Plashh!!!, fueron la otra serie de
fuertes nalgadas que sufrió el pobre culo de la niña, los cuales fueron
repetidos en una secuencia de tres veces más. En total fueron 17 nalgadas que Don
Pricilo le propino a la adolorida chiquilla, que en ningún momento dejo de
mamar esa verga que ya la volvía a tener como hipnotizada. Karen a pesar del
dolor que le causaba el hecho de que este viejo la golpeara, a su ves la
calentaba, por cada nalgada que recibió en el culo, su cuerpo le brindaba un
rico corrientazo de placer que se iba a depositar a su ya encharcada Concha,
haciendo que la nena esperara con ansiedad la próxima flagelación a su asustado
culote. La niña continuaba chupando verga como poseída, con toda su Cola
enrojecido por las feroces nalgadas que tuvo que recibir, Don Pricilo se sentía
conforme con la sumisa actitud de su puta. Mientras tanto lejos de la decente
casa, Eduardo se encontraba impactado por la atrevida propuesta por parte de la
familia Almarza, fue en ese momento que Don Urias cumplió con su parte como
mediador. --Eduardo es normal que te sientas preocupado, pero piensa, le decía
el flacuchento con cara de calavera,--La niña ya es mayor y esta en edad de
casarse y formar familia, y que mejor opción que esta, la familia de Don José,
es una de las mas decentes de nuestra congregación, y el joven Ignacio le
podría brindar un brillante porvenir a Karen… --Un momento, dijo
Eduardo,--necesito pensar… El acongojado hombre no tenia idea de que hacer que
hacer, le estaban pidiendo oficialmente la mano de su virginal hija, necesitaba
que alguien lo aconsejara, miro hacia Donde estaba Andrea quien conversaba
animadamente con dos jóvenes que se le habían acercado cuando notaron que su
marido la había dejado sola. Eduardo tubo la intención de buscarla y hablarlo
con ella, pero sabia que si lo hacia seria motivo de burlas de parte de la
comunidad masculina de la congregación, ya que por tradición esas decisiones
las tomaban los jefes de hogar. También pensó que Don Urias ya
había dado su opinión, y quien mejor que lo ayudara a decidir, pensaba el
apesumbrado hombre, por lo que se decidió y habló… --Si en el hipotético caso
que yo cediera la mano de mi hija para que se case con su hijo, Eduardo
intentaba buscar lo mejor para el futuro de Karen,--ella tendría que terminar
sus estudios, antes o después de casada, su gran sueño es ser profesional,
aunque ella no lo necesita, pero yo no quiero interferir en ellos, fue lo que
dijo Eduardo, muy seguro de si mismo. Don Urias atento a lo que ya casi se
tomaba en acuerdo entre dos de sus principales miembros, chasqueo los dedos a
un mozo, quien rápidamente se acercó a ellos con una bandeja, cuatro copas y
una botella de champagne. Por su parte Don José Almarza, escucho el petitorio
de su ya casi seguro consuegro, y él como hombre de palabra que era, estiro su
mano hacia Donde estaba Eduardo y con mucha solemnidad dijo: --Hecho! Los
hombres se estrecharon la mano y decidieron ellos por el futuro de sus hijos, a
continuación a Eduardo le tocaba dar la mano a su futuro yerno, y al
estrechársela, el joven Ignacio muy emocionado se lanzo a los brazos de su
suegro, diciéndole muy eufóricamente: --Papá!!!... A Eduardo le vinieron unas
ganas tremendas de sentarlo de un solo puñetazo en el rostro, pero no le quedo
másopción que devolver el abrazo a su futuro hijo político. Por su parte Don
José estaba conforme, se sentía orgulloso de mesclar la sangre de su familia
con la de las hembras Zavala, e incluso se sentía honrado que un macho de su
descendencia se fusionara con tan suculenta mujer. De reojo miraba a su futura
consuegra, si bien el hombre no era mal intencionado no dejaba de sentirse
excitado por la buena suerte que tubo su primogénito, tenia la sensación de que
iba ser el quien disfrutaría de la virgen a la cual le acababan de conceder. A
continuación se llenaron las copas y brindaron por el futuro y felicidad de los
novios. Don Pricilo ya hacía abandono de la boca de la niña y se aprontaba para
que su verga tomara posesión del apretado orificio posterior de Karen, quien
para estos momentos estaba de novia. El viejo sabia muy bien que antes de
ensartarle su falo debía dilatar un poco, no para que a ella no le doliera, si
por el fuese deseaba que la niña se llagara a recagar del dolor, pero debía
dilatarlo para que a él le fuese mas fácil perforar ese culo de ensueño, por lo
que se dedico a ensalivarlo un poco mas y fue cuando de improviso metió su dedo
índice en el apretado ojete de la nena. Karen sintió el mismo dolor invasivo
que cuando le perforaron la Concha, pero este era un dolor mas animal, un dolor
desnaturalizado!!!, le daba la sensación que Don Pricilo le reventaría el culo
si es que se le ocurría meterle su garrote de carne por su apretado conducto
anal, que por lo que ella sabia era para otro tipo de cosas. --Nooo!!!, fue el
grito de Karen.—Nooo por favorrr Don Pricilitoooh, duele!!!, duele!!!, ahhh!!!
--Jajaja!!!, callate perra caliente!!!, hoy no te salvas de tu enculamiento,
jejeje, reía el depravado viejo,--así que preparate porque ahora te va a doler
el doble de lo que ya te dolió ayer, jejeje… --Nooohh!!!...por…fa…vorrr, Don
Pri…ci…looohhh!!!...Ahhhh!!!...no …me…en..cooo…jaaaa…Eeeel Cuuu…loooo Ahhh!!!...Ayyy…due…leee!!!
La niña intentaba por todos los medios posibles escapar de su agresor
culistico, pero el viejo la tenia abrazada por alrededor de sus piernas
dejándola prácticamente inmovilizada, ahora ya había metido un segundo dedo en
el pequeño puntito negro, que el mismo estaba agrandando. El dolor que sentía
Karen era desesperante, prefería mil veces que le volvieran a destrozar la Concha,
a tener que prestar el culo para que se lo reventasen con la introducción de
ese pedazo de fierro caliente que tenia Don Pricilo. La niña ya iba a empezar a
llorar cuando ambos escucharon:…DING---DONG…., era el timbre de la reja que
daba a la calle, en ese mismo instante se miraron con cara de preocupación. --A
quien le dijiste que viniera!!!, le grito el viejo intentando moderar el tono
de voz para que quien fuese no le escuchara. --A nadie Don Pricilo, yo no he
llamado a nadie, volvía a decir la asustada joven. --No me mientas puta!!!,
porque ahora si que te rajooo!!!, le vociferaba junto a su oído. --Don Pricilo
de verdad, yo no he llamado a nadie, se lo jurooo!!!, le decía la desesperada
nena. --Ve a mirar por la ventana y me dices quien es, le mando el viejo,--Y
cuidado con hacer alguna pendejada, por que ya sabes lo que te espera!, termino
diciendo el viejo mirándola con su aborrecible mirada. Karen se puso de pie muy
delicadamente le costaba un poco moverse por todo el tiempo que estuvo en 4
patas sobre esa mesita, una vez que estuvo de pie muy sigilosamente se fue
acercando a la ventana, Don Pricilo la miraba extasiado, pero que soberbia se
veía la chiquilla sin nada de ropa, también el viejo notaba que la niña a estas
altura poco hacia por cubrir sus desnudeces, poco a poco estaba logrando que la
nena perdiera su pudor al exhibirse desnuda ante su mirada. La niña ya estaba
junto a la ventana que daba al ante jardín de la casa, pensaba que era
realmente extraño que alguien viniese ya que esta se encontraba retirada de
calles concurridas y menos con transeúntes, muy despacio corrió la cortina para
poder mirar y ver quien tocaba el timbre a estas horas de la tarde, desde los
ventanales de la casa existían unos 6 metros para llegar hasta la reja que daba
hacia el desolado camino, la niña miraba incrédula a los extraños visitantes
que en estos momentos volvían a hacer sonar el timbre. --Don Pricilo, le hablo
la joven,--son dos jóvenes, pero yo no les conosco, no se quienes son, volvía a
repetir la muchachita. El viejo se acercó a la ventana para confirmar que lo
que le decía la nena era cierto, al mirar Don Pricilo se dio cuenta que la niña
no le mentía, vio a los dos jóvenes parados justo en la reja de entrada a la
casa y uno de ellos volvía a tocar el timbre. Ambos jóvenes eran rubios, se
notaban que eran extranjeros, venían impecablemente vestidos con traje y
corbata, en una mano un libro de color azul y en la otra un maletín, además en
la parte izquierda de su traje portaban una especie de identificación. Karen
fue la primera en reconocerlos. --Son jóvenes decentes Don Pricilo!!!, pero de
otra congregación, le dijo la tierna chiquilla. --Y que se creen estos
diablillos, jejeje, dijo el viejo medio divertido por darse cuenta de quienes
eran, ---les tendré que dar una lección para que aprendan a no andar
interrumpiendo a la gente cuando esta ocupada, jejeje. Don Pricilo se fue
corriendo a la sala de baño, Karen sentía curiosidad por lo que pretendía hacer
el viejo, lo vio venir con una toalla en la mano, la niña no podía evitar de no
posar su azulada mirada en esa gruesa verga que se bamboleaba para todas
direcciones cada vez que su dueño hacia algún movimiento. El timbre volvía a
sonar. Una vez que Don Pricilo llego a su lado, le pidió a la niña que
levantara sus brazos y el mismo procedió a envolver su cuerpo con la toalla,
tal como si ella viniese saliendo de una ducha. La toalla le tapaba solo lo
necesario ya que dejaba una buena porción de sus tetas asomadas al aire, y en
su otra zona le tapaba solo unos centímetros más debajo de su Concha. --Ahora
vas a salir y los atenderás, jejeje, y mostraras interés por las mamadas que
ellos te quieran explicar, luego de un rato yo te llamare y les dirás que ya no
puedes atenderlos porque tu marido te necesita en la cama!, jejeje, reía el
vejete. Karen lo miraba estupefacta, no lo podía creer, ella no seria capaz de
hacer algo así, por lo que el viejo continuo,-- pero permanecerás un rato mas
con ellos y por cada vez que yo te llame les dirás lo mismo que te acabo de
explicar, y no te vengas hasta que yo te salga a buscar, jejeje, termino riendo
el viejo. --Nooo!!!, Don Pricilo yo no hare eso, yo, yoo soy una niña decente,
y no estoy dispuesta… --Callate perra caliente!!!, tu aquí estas dispuesta para
hacer todo lo que yo te diga!!!, le grito Don Pricilo,--aquí mando yo!!! Y si
no me haces caso, te agarro en este mismo momento, te llevo hacia afuera y te
culeo delante de ellos, ¿eso quieres? ¿Quieres eso putita? --Nooo, Don Pricilo,
no lo haga, no lo haga, yo, yo hareeh…lo que Ud. me dice. --entonces ahora ve y
haslo!!! Los jóvenes ya estaban por retirarse cuando se percataron que la
puerta principal de esa elegante casa se abrió y pudieron ver como de esta
hacia aparición de una hermosa joven, la cual traía puesta solamente una
toalla, ambos coincidieron que ella venia de darse una ducha. En un principio
la miraban sonrientes, pero a medida que la joven se acercaba, se dieron cuenta
de dos cosas, la primera era que la niña era una preciosidad, y la segunda era
que esta venia prácticamente desnuda, solo con su toalla la cual le cubría muy
precariamente, ambos se miraron y empezaron a temblar. Karen muy avergonzada se
desplazaba en dirección a ellos, caminaba muy despacio, sabia que
cualquier movimiento brusco la toalla se le podía
correr y les dejaría ver todos los pendejos de su Concha a esos pobres y decentes
muchachos, una vez que llego a la reja de entrada la abrió y les pregunto muy
avergonzada y con su voz muy bajita: --¿Qué desean?, su mirada era cabizbaja.
--Nosotros, es que… nosotrosss, ehh, ehh, ehh, los muchachos estaban
choqueados, no podían articular palabras. --Necesito saber que es lo que
desean, volvía a decir la niña con sus ojitos llenos de lágrimas. Los jóvenes
solo balbuceaban incoherencias, ambos nunca habían estado en semejante
situación calenturienta con alguna mujer, pero por mucho estado de shock que
tuvieran no podían evitar mirar las exquisitas formas de la suculenta hembra
que tenían al frente de ellos, e incluso uno de estos inclinaba su cabeza
intentando mirar un poquito mas debajo de lo que cubría esa niña a la altura de
sus caderas. Karen se quería morir. --Por favor díganme que es lo que desean,
volvía a preguntar la nena. Nosotrooos, bueeeno, nooosotrooos, ehhhh… Los
jóvenes intentaban tomar aire para poder decir lo que ellos querían, pero
escucharon un fuerte grito que venia desde el interior de la casa. --Karen!!!,
apurate mamasota que te necesitooo!!! Lo único que pensó la niña fue que por lo
menos no la trato de puta. --Lo siento me tengo que retirar, mi marido me
necesitaaa en la camaaah, dijo la niña toda compungida. Nuevamente los jóvenes
se miraron, ahora si que no entendían nada de lo que pasaba, y se acentuaron
aun más sus temblores de piernas que ambos sentían. --Les repito, dijo la
nena,--me tengo que retirar, mi marido me necesitaaa en la camaaa! Los
muchachos no se querían ir, para ellos todo esto era nuevo y ya les estaba
empezando a gustar la situación. --Kareeeen!!! Vamos putita, Apurateee, que te
Necesitooo!!!!, volvía a gritar Don Pricilo. Los jóvenes miraban a esa niña
semidesnuda entre nerviosos y entretenidos. --Por favooor, ya váyanse, les dije
que mi marido me necesita en la camaaa!!! --¿Cómo te llamas?, alcanzo a
preguntar uno de ellos, con un español mas o menos bien pronunciado. --Pero que
mierda pasa aquí!!!!!, salió gritando Don Pricilo desde el interior de la casa,
quien se había vestido solo con sus bermudas. Ambos muchachos se extrañaron de
ver a ese viejo gordo que venia gritando y en dirección a ellos. --Que se traen
ustedes dos por aquí, les pregunto Don Pricilo a la vez que abrasaba a Karen y
la arrimaba con fuerzas hacia su cuerpo, con la intención de que los jóvenes
entendieran que ella era su mujer. --Mmmm, continuo el vejete, veo que solo
quieren molestar a mi esposa, jejeje, les gusta? Los muchachos se extrañaron
ante la pregunta que les hacían, algo entendían de español y ya sabían a que se
refería ese señor. --Miren jovencitos, el asunto es este, dijo Don Pricilo
quien mantenía a Karen bien abrasada a él,--Por ahora no tenemos tiempo para
atenderlos, ya que mi mujer y yo estamos en planes de tener un Hijo, jejeje, o
sea nos tenemos que ir a Coger, termino diciendo el descarado vejete. Karen se
mordía fuertemente su labio inferior, se sentía totalmente avergonzada por lo
que le estaba sucediendo. El viejo al notar que los jóvenes no se marchaban,
decidió continuar un rato más con sus leperadas. --Pero miren que calientes me
salieron los niños, jejeje, yo ya se lo que pretenden ustedes dos, y mirándolos
a ambos con su mas irónica sonrisa les dijo,--Lo que ustedes quieren es Cogerse
a mi mujer, y como yo soy buenito se las prestare un ratito, jejeje. Y diciendo
esto ultimo, de un solo zarpazo le quito la toalla a Karen, dejándola
completamente desnuda, delante de esos dos decentes muchachos. Karen se quedo
paralizada, nunca se imagino que ese viejo caliente fuera capaz de empelotarla
delante de otros hombres, los jóvenes la miraban extasiados y la recorrieron en
toda su plenitud, nunca en su vida habían visto a una mujer desnuda y sumándole
a que ella estaba a menos de un metro de ellos. Ambos muchachos quedaron
con sus miradas clavadas en ese pequeño triangulito sombreado por escasos
pelitos negros y sedosos. Fue Don Pricilo quien los saco de aquel estado de
embrujamiento en el cual ambos habían caído. --Vamos par de maricones!!!, les
grito,--Entren a la casa y empiecen a Cogérsela!!!, a la ves que le daba un
leve empujón al cuerpo desnudo de la niña para que ella quedara mas cerca de
los jóvenes. Ambos muchachos ya estaban superados por la extraña y ardiente
situación que se sucedía, y como si ellos estuviesen programados, los dos y al
mismo tiempo dieron media vuelta para salir corriendo horrorizados y
espantados, con la convicción de nunca mas volver a aparecerse por aquella
lujuriosa casa, debido a la calentona experiencia vivida. Lo único que
alcanzaron a escuchar Karen y Don Pricilo, fueron los desesperados gritos de:
Ohhhh my Gooodd!!!!. Don Pricilo al ver que los jóvenes entrometidos
desaparecían de su vista, cerro la reja de entrada, para luego tomar
fuertemente del brazo a la niña y la llevo hacia el interior de la casa. Karen
estaba destrozada emocionalmente, se sentía vejada y humillada por lo que
acababa de acontecer, pensaba que ya era suficiente el tener que posar y
modelar en pelotas para ese maldito viejo y para rematar este la exhibía
desnuda delante de unos desconocidos, esto no podía estar sucediéndole se decía
para ella misma. Por esta razón cuando el vejete la soltó y cerró la puerta de
entrada, la niña con todo el odio acumulado le asesto una débil cachetada en el
rostro. Don Pricilo al sentir el golpe en su cara y ver tal actitud de osadía
por parte de Karen, no lo pensó para devolverle con fuerza, un fuerte bofetazo
que fue a impactar en la dulce y angelical carita de la niña, quien al
recibirlo cayo y rodo por el piso hasta quedar tirada y casi aturdida. La
nena se vio en el suelo, estaba reaccionando al fuerte cachuchazo del cual
había sido victima, cuando vio que el viejo nuevamente se le venia encima, solo
atino a encogerse y con sus dos manitos se tapaba la cara. Y comenzaron los
gritos. --Nooo!!!, pooor favooor!!!, Don Priciloooh!!!, no me pegueee!!!, yo no
quise hacerlooo!!!, Perdonemeee!!!, por favooor!!!, sniff, sniff, comenzaba
nuevamente a llorar la pobre Karen. El viejo aun estaba sorprendido por la
insolencia de la mocosa, y por un momento sintió una pequeña debilidad de
compasión al ver a esa hermosa niña tirada en el piso desnuda y llorando, la
veía temblar y sollozar, se soslayaba mirando su bien formado cuerpo, pero se
dijo a si mismo que no podía permitirse dejar que esa potranca hiciera lo que
ella quisiera, tenia que seguir domándola, le estaba saliendo mas chúcara de lo
que el había pensado. --Y que es lo que te has imaginado inmunda perra
asquerosa!!!, le grito Don Pricilo,--yo te voy a enseñar a comportarte con tus
mayores, por lo que la tomo fuertemente de sus cabellos y la fue arrastrando
hacia la habitación de la niña, quien en el trayecto pataleaba y se
contorsionaba en forma desesperada, no por el fuerte dolor que sentía, si no
por miedo a lo que le pudiese ocurrir. --Nooo!!!, sueltemeee!!!, por favooor!!!,
ahhh!!!, ahhh!!!, gritaba la desesperada hembra. --Tu lo pediste maldita Perraaa!!!,
le contestaba el vejete. --Perdonemeee!!! Por favooor!!! No lo volveré a
hacerrr!!! Lo jurooo!!! Una vez que llegaron al dormitorio de Karen, Don
Pricilo la tomo con más fuerzas de sus cabellos y la levanto empujándola y
dejándola contra el muro. --Escuchame bien puta mugrienta, si te vuelves a
poner insolente conmigo, tomare el Cd que ya te mostre, y lo subiré a internet,
para que todos se enteren de lo caliente y perra que eres a la hora de Coger,
le decía el vejete bien cerca de su oreja y para luego continuar,-- A parte de
ir yo mismo y mostrárselo a todos los mojigatos de tu congregación, o ya se te
olvido de la forma indecente en que me pedias a gritos que te metiera mi verga!!!
Quieres eso puta!!! --Nooo!!! Por favooor!!! No Nooo lo hagaaa!!!, le juro que
me portare biennn!!! Snifff. --Claro que te portaras bien putilla, por que si
no lo haces, lo del Cd será lo mas suavecito de le que te ocurrirá, jejeje.
Junto con esto y al tener a la niña de pie contra el muro, el viejo introdujo
dos de sus cochinos dedos al interior de la fragante vagina de Karen,
comenzando a meterlos y sacarlos rápidamente en forma salvaje y casi sádica. En
la habitación solo se escuchaban los quejidos que hacia la nena a tan brutal
masturbación que le estaban administrando y esto sumado a los chapoteantes crjs
crsjs crsjs, que emitia su encharcada vagina la cual disfrutaba de todo lo que
le hacían a su dueña. Karen en su mente todavía tenia la imagen de los 2
jóvenes que minutos antes la habían mirado desnuda y en todo su esplendor, a
pesar de la humillación que sintió, el lado calenturiento de su sub consciente
ya empezaba a trabajar. La niña ya asumía la situación de que la hayan exhibido
en pelotas la calentaban al máximo, y lo peor para ella era reconocer que su
excitación se multiplicaba con el solo hecho de que Don Pricilo la tratase tan
brutalmente. En este momento desde el fondo de su ser deseaba que le volvieran
a asestar otra bofetada. Karen realmente estaba que se meaba de la pura
calentura que le provocaba ese despreciable ser que era el viejo de Don
Pricilo. --Ahhh!!! Don Priciloooh, nececitoooh ir al bañoooh. --Para que
putillaaa!!! Jejeje, pregunto el vejete sin dejar de masturbarla. --Estoooy
quee mee hagooo pipiii!!! Don Pricilo aprovechando la oportunidad que se le
estaba dando, volvió a tomar de las mechas a la niña y casi la fue arrastrando
hasta llegar al patio posterior de la casa, y aun con más fuerzas siempre
tomada de sus cabellos, la lanzo al pasto. Karen no sabia por que el viejo
ahora hacia esto, de lo que si estaba segura, era que ya casi se estaba meando
de tanta excitación, al sentir que el viejo la trataba tan inhumanamente.
--Vamos Perra calienteee!!! Ábrete de patas meateee!!! Le ordeno Don Pricilo.
La nena no comprendía lo que el viejo le estaba pidiendo, ella no quería hacer
eso, lo que le solicitaba el degenerado vejete era algo sucio e inmoral, muy
contradictorio a los conceptos de decencia que ella entendía. Más alejado aun,
pensaba la niña, de sus solidos y estrictos valores éticos, que a estas alturas
ya ni sabía adónde se les habían quedado, pero los gritos de Don Pricilo la
sacaron de sus reflexiones. --Y que se supone que estas esperando putilla!!!
No querías mearrr!!! Hazlooo!!! Meeateee!!!, le gritaba el degenerado. Karen no
se dio cuenta en qué momento Don Pricilo se había quitado los bermudas, lo veía
completamente desnudo masajeándose su gruesa verga totalmente erecta a tan solo
un metro de Donde estaba tirada ella en el pasto. Vasto con esta visión para
que a la nena se le borrara todo de su mente y se quedara con la sola imagen de
lo que tenia al frente se sus hermosos ojos azules, y como si fuese un robot
mecanizado se apoyó con sus dos manos sobre el pasto, una cada una justo al
lado de sus ampulosas caderas, muy lentamente fue elevando su esbelta cintura
con ancas y culo incluidos, a la vez que iba abriendo sus perfectos y hermosos
muslos, una vez que tubo sus piernas lo mas abiertas posibles y sus caderas
elevadas a unos 30 centímetros del suelo, y sin quitar su azulada mirada de la
tranca del viejo, concedió lo que este le había solicitado:
Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, se escuchaba cuando el dorado
liquido de Karen salía expulsado de su vagina,
Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, continuaba saliendo sin ningún tipo de
impedimento desde su cuerpo y desde esa pequeña abertura que tenia justo al
medio de sus piernas totalmente abiertas, el chorro del áureo y brillante líquido
era abundante y potente, la sensación que tubo la niña al dejar salir de su
cuerpo este precioso licor de Dioses, y el saberse observada por un hombre, la
llevaron a sentirse que estaba en los cielos, esto era un verdadero sueño,
pensaba la desquiciada criatura. --Ricooo!!!, fue lo que instintivamente
pronuncio la chiquilla, una vez que ya iba en la mitad de la expulsión de su
naturaleza. A Don Pricilo se le caían las babas ante la indecente función que
le estaba brindando esa diosa venida desde el mismísimo infierno, pero que
preciosidad, belleza absoluta, digna de ser la verdadera Maddona italiana, era
lo que estaba presenciando el horripilante vejestorio. Cuando la brillante
naturaleza de la niña ya empezaba a aminorar, el viejo se lanzo como enfermo mental
a lamer esa deleitable válvula de líquidos femeninos, alcanzando a degustar
unas buenas y considerables porciones de las ya últimas expulsiones de esa
dorada esencia natural, de ese exquisito almíbar que le había obsequiado esa
deidad hecha mujer. Don Pricilo no se cansaba de lamer y chupar la Concha de
Karen, por su parte la niña mantenía la misma posición, se dedicaba solo a
sentir la suavidad de esa lengua que en estos momentos la recorría y la
limpiaba de todos los restos que quedaron de su propia esencia natural. Poco a
poco el viejo fue subiendo por el cuerpo de la nena, siempre lengüeteando y
lamiendo, no hubo curva alguna que el vejete no probara, hasta que llego a la
boca de ella e hiso que la niña se recostara en la suavidad de la hierba. La
niña estaba caliente pero al sentir el palo de carne de Don Pricilo rozarle su Concha,
recordó lo de su enculamiento y como adivinando lo que nuevamente le iban a
hacer, entre temerosa y extasiada le pidió a Don Pricilo: --Por favooor Don
Priciloooh, Nooo meee looo hagaaa, Nooo meee vayaaa a Coger el Culitoooo! A
pesar que la niña pedía que no se lo metieran, aun así mantenía sus piernas
bien abiertas. --No te preocupes putitaaa! lo de tu enculamientoooh quedara
para despuesss!, le dijo el vejete, para después lanzarse en busca de esa
fresca boca para comenzar a besarla. La nena al escuchar lo que decía el hombre
se sintió un poco más segura y fue cuando pensó que tal vez no sería tan malo
que se la Cogerían nuevamente.(error) Karen lo recibió como la hembra que
recibe a su macho, se besaron y se acomodaron para el inminente acto de
apareamiento que se avecinaba, el cual ambos ya deseaban, el tieso miembro del
macho ya se acomodaba en las tiernas carnes vaginales de esa hembra en estado
de celo que mantenía sus bien formadas piernas abiertas lo que más le permitía
su cuerpo, fue necesario un solo y certero empujón por parte de él, para que
nuevamente quedaran pegados en una perfecta ceremonia de acoplamiento. Ya no
hubo dolor, la gruesa verga de Don Pricilo había perforado y entrado con total
libertad hacia el interior del cuerpo de la niña, se lo enterró hasta el fondo,
ambos amantes se fusionaron y fundieron para pasar a ser solo uno. Los
movimientos y meneos copulatorios comenzaron muy lentamente por parte de ellos,
lo hacían en forma perfecta y sincronizada, no había palabras salidas ni gritos
obscenos, como ya se dijo antes eran solo macho y hembra en plena faena
reproductora. El coito era largo e intenso, los gemidos placenteros de Karen,
se perdían en la boca de Don Pricilo, la lengua de la nena recorría en su
totalidad las putrefactas encías de su hombre, ya que en ningún momento dejaban
de besarse. El viejo muy lentamente comenzó a cambiar de posición, se retiro
del cuerpo ardiente de la niña guiándola el mismo para que ella nuevamente
adoptara la posición de en 4 patas, Karen obediente y ahora sumisa debido al
tal grado de excitación en cual se encontraba se fue dando vuelta para quedar
puesta en esa extraña posición que ya le estaba empezando a gustar en que la
tuvieran, por su mente nuevamente paso la idea de su enculamiento, pero en la
posibilidad que esto ocurriese a la niña no lo importaba, ese hombre era su
macho y podría hacer con ella lo que quisiese, pensaba la enajenada criatura. Don
Pricilo al observar el perfecto cuerpo de la nena quien ya se encontraba como
él quería, y con Karen mirándolo expectante por lo que a él se le pudiese
ocurrir hacer con ella, acomodo la punta de su verga en la suave y tibia
entrada vaginal de la niña y nuevamente de un solo y fuerte empujón, se lo
mando a guardar hasta lo más adentro que pudo del excitado cuerpo de la
jovencita. El vejete miraba desde su perspectiva el gran culo que se gastaba la
niña, con sus dos manos tomo el portentoso par de nalgas y las separo lo que
más pudo, a pesar de esto el pequeño puntito negro de la nena se negaba a
abrirse ni siquiera un milímetro. Don Pricilo la Cogía con fuerzas
descomunales, sentía como la Concha de Karen le apretaba la verga cuando este
se la tenía enterrada lo más adentro posible, dándole la sensación de como si
esa vagina se la estuviese succionando. Se deleitaba con la tibieza interior de
ese cuerpo infernalmente perfecto, por lo que aumento la velocidad de sus
embates y en combinación con fuertes y sonoras nalgadas, con la intención de
que la niña se calentara aun más de lo que ya estaba, y de que comenzara ella
misma a pedir que no le guardaran misericordia, tal como lo había hecho el día
anterior. Karen por su parte estaba solamente dedicada a sentir de como la
perforaban con esa gruesa verga, le encantaba el hecho de que se la estuvieran Cogiendo
en esa excitante posición en la cual la tenían y palmoteándola como si ella
fuese una yegua, era lo que se imaginaba la dulce criatura. Al estar puesta en
cuatro patas y recibiendo pico de la forma tan brutal en que se la metía Don
Pricilo, a la niña la hacían sentirse en como si ella estuviese en un estado
meramente animal, y por dios como le gustaba, pensaba la nenita, sobre todo
cuando Don Pricilo le asestaba feroces nalgadas como si la estuviese animando a
que ella le siguiera meneando el culo. Pero a pesar de toda la calentura
y de lo bien que se lo estaba pasando, Karen no quería demostrárselo al vejete.
Ella solo lo estaba haciendo con él porque este la había chantajeado, y no
estaba dispuesta a hacer nada que le diera a entender a ese viejo maldito que a
ella le gustaba todo lo que él le hacía, pensaba esto sin dejar de mover el
culo. Ahora el vejete quería que la niña lo montara y lo cabalgara, Karen
entendió en el acto lo que su hombre deseaba y con sus siempre femeninos y
delicados movimientos lo fue secundando, una vez que noto que le habían
retirado esa gruesa barra de carne caliente, la niña se puso de rodillas al
frente del horrendo vejestorio, y una vez frente a frente se abrazaron y
cayeron en otro apasionado beso con lengua, ahora fue Karen quien muy
lentamente se fue abalanzando hacia la mórbida humanidad de Don Pricilo, hasta
lograr quedarse empalada y encima de ese garrote que ella misma se lo fue
metiendo hasta sentir que sus escasos y finos bellitos púbicos se enredaban con
lo gruesos y antihigiénicos pendejos del vejete. Una ves de sentirse bien
ensartada, la niña empezó a menear su cintura haciendo una serie de circulares
ondulaciones, tal cual como lo había aprendido el día anterior, solo que esta
ves las sensaciones eran de puro y delicioso placer al sentir esa gruesa estaca
de carne que la habría y la llenaba, ella ya no recordaba la traumática
experiencia de su desfloramiento, de su primera vez. Karen empezó a aumentar el
frenesí de sus jadeos, nuevamente le vinieron esas ganas locas de arrancarle la
verga a Don Pricilo con su Concha, se la movía y se la refregaba con desesperación,
el viejo se tuvo que separar del placentero beso que se estaban dando, ya que
pensó que a la nena le estaba viniendo un ataque de algo, y realmente era eso
lo que Karen experimentaba, en estos momentos sufría un verdadero ataque!!!
Pero un ataque de calentura era lo que sentía esta niña, su respiración se
encontraba totalmente agitada, algo muy similar a lo que es una crisis
asmática. El viejo se anduvo asustando, por las severas convulsiones
respiratorias que estaba sufriendo la nena e hiso el intento de retirarle su
herramienta pero fue contenido por la misma muchachita que al ver las
pretensiones de su macho, le asesto un húmedo beso con lengua, como a su vez
enterrándose ella misma todo lo que podía a esa verga que la transportaba al
paraíso y que Karen ya la estaba empezando a querer para ella sola. Don Pricilo
comprendió que la niña solo estaba pasando por un fuerte lapsus de calentura y
que no había peligro, pero él quería más comodidad, por lo que se empezó a
inclinar hacia adelante para quedar con Karen bien ensamblada a su verga, el
viejo hiso que ambas piernas de su joven amante quedaran rodeando sus espaldas,
a la ves que poso su callosas manos sobre la extrema suavidad del gran culo que
se gastaba su mujer, para que esta quedara bien afianzada y concentrándose en
todas sus fuerzas comenzó a ponerse de pie con Karen bien ensartada a su grueso
tranco de carne. La niña sintió que se elevaba por los aires, no sabía de Dónde
sacaba tantas fuerzas este viejo, ¡Era todo un hombre!!!, declaraba la caliente
jovencita. Don Pricilo una vez que estuvo de pie y con Karen clavada y
moviéndose como enajenada sobre su cipote, comenzó a caminar a duras penas
hacia el interior de la casa principal, el vejete pensó que ya iba siendo hora
de inaugurar la pulcra habitación de la nena, y fue cuando Karen se atrevió a
hacerle una petición. --Donnn Priciloooh, porrr favorrr hagameloooh enn suuu
catreeeeh! La Niña se auto cuestionaba, de porque le hacia ese tipo de
solicitudes a su violador chantajista, pero a la vez pensaba que si el viejo se
la iba a seguir Cogiendo, una vez más para llenarla con su simiente, ella
deseaba que esto sucediera en ese catre caliente y chillón, en el que ya había
estado el día anterior, para luego volver a recriminarse y decirse para sí
misma --Ohhh pero por Dios!!! porque se lo estoy pidiendo, se contradecía, pero
nuevamente al sentir su vagina totalmente abierta y ensartada por esa gruesa
verga, su mente se fue nublando para concentrarse solamente en las
desquiciantes sensaciones que le producía el saberse ella misma ensartada por
tan horripilante sujeto. El Viejo midió la distancia que lo separaba de la
cabañita de madera que estaba justo al fondo del patio, tendría que cruzar
rodeando la piscina para poder llagar hasta su inmundo y caliente catre, a
pesar del cansancio y de que ya se encontraba todo sudado, quiso demostrarle a
su hembra que él era todo un macho y le cumpliría su solicitud, por lo que
emprendió la dificultosa odisea que le habían demandado. El trayecto no fue tan
largo como lo había pensado Don Pricilo, además llevar a Karen ensartada en su
verga era el mejor salario que le podrían haber pagado. La niña para hacerle
menos complicada la tarea, se meneaba sobre la verga de este suavemente de
atrás hacia adelante, prodigándole tiernos besos en la frente y combinándolos
con suaves y frescas lamidas en las verrugas de su cara. Una vez que llegaron a
la cabaña, el viejo abrió la puerta de esta de una sola patada e ingreso con su
trofeo de guerra que traía ensamblado en su garrote como si viniesen llegando
ambos de una ardua batalla. Apenas se acercó a su caliente e inmundo catre se
lanzo sobre este con todo el peso de sus cuerpos, por su parte el catre no lo
dudo para empezar con sus cochinos e indecentes crujidos, como si este
estuviese aplaudiendo y vitoreando la hazaña que acababa de cumplir su
horripilante dueño. Ahora nuevamente todo crujía y temblaba al interior de la
cabañita de madera, Don Pricilo estaba sobre el cuerpo de la niña y le
arremetía con todas sus fuerzas intentando despedazarla a vergazos, los movimientos
y jadeos de los amantes eran brutales, ambos se daban con todo, sin miramientos
ni pudores de ningún tipo, los gemidos de Karen no tardaron en convertirse en
verdaderos bramidos de autentico placer. --Siiii, siiii Don Pricilo métame la
verga!!! Métame el picoooh!!! Lo quiero bien adentroooh!!! Por favor bien
adentroooh!!! Gritaba la niña quien nuevamente ya había perdido el control de
su persona. --Sigue Cogiendooo putillaaah!!! Que ya me falta poco ahhh!!!
Bufaba también el viejo, quien se sentía como el ganador de la lotería, al
haber logrado que Karen alcanzara el grado de excitación en el cual se
encontraba en estos momentos. --Don Priciloooh, quierooo Acabaaarr juntoooh con
usteddd!!! Ahhh!!!, gritaba la puta que estaba dentro del cuerpo de la dulce
criatura. --Acaaabaaaa todooo lo que quierasss putaaah!!!, que yo te tengo un
regalooo para despuessss!!!, volvía a bufar el vejete. Karen no aguantando mas
libero todas sus fuerzas y ansias contenidas que fue acumulando en el
transcurso de esa caliente y bestial tarde de día domingo que tuvo con Don
Pricilo y concentrándose en una solida y vibrante estocada que le encañono su
hombre, dejo fluir todos sus líquidos en un chorreante y fabuloso orgasmo que
le brindo su viejo y asquerosos amante. --Ahhhh!!! Ahhhh!!! Ahhhh!!! Que rico Priciloooooo!!!
Priciloooh!!! Ricooo!!! Ricooo! Ricooo! Rico. Hasta que su cuerpo lentamente
fue dejando de arremeter contra esa verga que la seguía apuntalando, para luego
quedar con su cuerpo inmóvil pero con sus piernas bien abiertas para que su
macho también alcanzara el grado máximo, pensaba la distorsionada mente de la
todavía caliente muchachita. El viejo que todavía la seguía ensartando sin
piedad, se sintió conforme con la corrida que se acababa de mandar su joven
manceba, por lo que él también fue aminorando sus embates y de un solo
movimiento retiro su verga desde el interior de ese exquisito cuerpo que
nuevamente le habian entregado. Karen se asusto cuando Don Pricilo la tomo
ferozmente de sus cabellos jalándola y arrastrándola con fuerzas para que
saliera expulsada del caliente catre. --Arrodillate putaaa!!!, ordeno el viejo.
La niña a pesar de todo aun se mantenía en grado de calentura, obedeció en el
acto a lo que su hombre requería y como adivinando lo que ahora le tocaba
hacer, comenzó con ambas manitos a despejar su carita de los enmarañados y
desordenados cabellos que tenia pegados a esta, debido a la transpiración del
cuerpo del viejo y de ella misma y también a los distintos jaloneos de pelo a
la cual había sido sometida, su aspecto dejaba mucho que desear, ya nada
quedaba de su alisado cabello, si no fuese por sus facciones casi angelicales y
sus exquisitos labios purpuraceos, parecería una verdadera mujer recién salida
de las cavernas del tiempo paleolítico. --Escúchame zorraaa!!!, como hoy no
quisiste almorzar, ahora yo te daré tu nutriente recargado en proteínas jajaja!!!
O sea te voy a dar tu lechitaaa!!! Y no quiero que desperdicies ni una sola
gota! Escuchasteee!!!, le gritaba el viejo mientras le impartía sus órdenes. La
niña lo escuchaba, como el grado de excitación aun no la abandonaba del todo,
solo le asentía al vejete aceptando sin reclamar nada de lo que viniese. Karen
miraba como el vejete se pelaba la verga al frente de su carita, se veía
soberbia en la posición que se encontraba, desnuda y arrodillada con sus
piernas levemente abiertas y con cada una de sus manitas apoyadas en sus
muslos esperando complaciente a lo que Don Pricilo ahora le iba a hacer… El
hombre miraba a la niña como ella lo esperaba, y la visión de verla arrodillada
esperándolo y mirándolo con sus hermosos ojos azules lo llevaron a un desesperante
y lujurioso orgasmo, soltando un feroz gruñido a la vez que posaba su verga en
el labio inferior de la dulce boquita abierta de Karen, vocifero: --Ahoraaa
putaaa!!! Grito el viejo,--abreee biennn laa bocaaa!!!, Karen la abrió lo que más
pudo y fue cuando recibió la primara descarga de un copioso y abundante chorro
de leche caliente que se fue a estrellar al fondo de su garganta, cinco fuertes
expulsiones mas de grueso semen recibió la niña dentro de su cavidad oral,
seguidas por otras de menor intensidad. La sentía en abundancia, espesa y
caliente. Notaba que su boca estaba casi rebalsada de esta extraña sustancia
nueva para ella, por un momento pensó en escupirla, pero fue el viejo quien le
ordeno: --Vamos perra!!! Qué esperas, trágala todaaa!!! La niña que no quería
hacer que ese hombre se volviese a enojar con ella y le pegaran, cerró sus
hermosos ojitos azules y se lo trago todo. (No sintió asco...) El vejete al
notar que la niña Karen se lo había comido todo, se sintió el más afortunados
de los machos que pisan esta tierra, por lo que se derrumbo y desplomo sobre su
catre, se sentía feliz. Miraba a la niña que todavía estaba arrodillada
junto a su camastro mirándolo sin saber qué hacer, le veía su carita hermosa y
sus labios purpuraceos estaban adornados por pequeñas gotas de su propio semen,
por lo que le hablo: --Vete a descansar a tu casa niña, le dijo Don Pricilo a
Karen,-- Que aún nos falta lo mejor, jejeje, y prepara tu Habitación… que esta
noche nos acostaremos juntos e intentaremos hacer a Pricilito, jejeje…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario